16 junio 2025

LOS MONOS EN EL ARTE PREHISPÁNICO ANDINO (PRIMERA PARTE) - JORGE CARLOS ALVINO LOLI - CARLOS HIDALGO PAUCAR

 


A nuestro amigo Oscar Rojas Tramarría

 

1. Introducción

Para el ser humano ha sido de gran importancia el entorno en el cual ha desarrollado la existencia, no solo el espacio sino los seres que habitan con él y cumplen un rol dentro de su significado cultural; para el hombre andino los animales fueron de esta manera quienes llenaron la estructura ideológica de su cosmovisión; de esta manera la fauna andina, incluida la amazonica, posee incluso hoy en día, una fuerza y ​​una capacidad de influencia espiritual muy grande. De todos estos seres vamos en esta ocasión a repasar la figura del mono dentro del sistema estético prehispánico, explorando algunas evidencias de arte de las distintas culturas de nuestro pasado considerando además su relevancia cultural. Cabe precisar que esta muestra que presentamos es aleatoria en virtud a los especímenes publicados o expuestos en colecciones registradas pero que en su mayoría han perdido su contexto de sitio.

2. Ecosistema, la fauna y su relación con el hombre

Ecosistema. Los monos son animales salvajes habitantes del bosque tropical. Son gregarios, arborícolas y territoriales; generalmente omnívoros son animales muy curiosos que se adaptan a distintas circunstancias de jóvenes, pero también llegan a ser destructivos y difíciles de dominar de adultos.

Las principales especies de primates.

Debido a la extensión de este ensayo solo abordamos algunas evidencias de arte prehispánico que podrían referirse a las especies más conocidas de la Amazonía, por ejemplo, el maquisapa, el mono aullador o el machín, considerando además que en los objetos no pueden reconocerse muchas veces las especies en sí mismas, sino tan solo los atributos.

-El Maquisapa (Ateles chamek) es un primate platirrino de las zonas selváticas de Sudamérica. Arborícola de hábitos diurnos posee extremidades largas con cuatro dedos y cola prensil. Forma grupos pequeños y alcanza la madurez entre los cuatro y cinco años. Su dieta incluye frutos, brotes de hojas, flores y artrópodos.

-El mono aullador. Existen varias especies agrupadas en un género (Alouatta) distribuido en Sudamérica y parte de Centroamérica, la mayoría de un pelaje rojizo incluyendo una especie de tonos castaño oscuro, su cola prensil alcanza el largo del cuerpo. Alouatta juara es una especie muy distribuida en la Amazonía peruana. Se alimenta de hojas, capullos y frutas. Interactúa con otro mono, el cebus albifrons .

-El Capuchino (Cebus albiforns) o mono blanco es una especie bien conocida distribuida en Sudamérica existiendo algunas subespecies. Se juntan en grupos de hasta 35 individuos.

También se considera que el mono blanco pudo ser “objeto de ofrenda”, pero es distinguible sus rasgos en el arte rupestre, por ejemplo, pues su rostro:

 “…parece que tuviese dos lados opuestos frontalmente o ser el producto de la fusión de dos perfiles. Esta característica se podría enmarcar dentro de la idea tan propia del “dualismo simbólico” (Campana 2013: 210)


3. Los primates en el arte prehispánico

Como veremos las representaciones artísticas de los monos han sido constantes en todos los periodos arqueológicos, aunque cada sociedad trabaja las consideraciones del soporte o material con el cual se elaboran los objetos, los contenidos temáticos de su idiosincrasia y las pautas propias de su estilo artístico. Aunque siempre consideramos la evidencia física de especímenes encontrados en las excavaciones arqueológicas, nuestra valoración subraya, por un lado, la presencia del mono en las sociedades costeras (en contextos distintos a su medio original) y también su simbolización en el arte rupestre (tan pocas veces investigado).

 

4. Periodificación

Sitios precerámicos

El sitio de La Galgada (1,117 msnm), ha sido identificado como uno de los sitios de ocupación compleja con arquitectura monumental y religiosa hacia el Arcaico Tardío; se ubica en el departamento de Ancash, en la margen izquierda del río Tablachaca, cerca al pequeño poblado minero de La Galgada. Las evidencias arquitectónicas más claras han sido denominadas como Montículo Norte y Montículo Sur que poseen plazas circulares y detalles arquitectónicos destacados para la época.

En la zona de conocida “Los Cóndores” (debido a la existencia de magníficas rocas con imágenes de estas aves), ubicada en la margen occidental existe un área de petroglifos que se expande en una pendiente del cerro Negro, en la margen izquierda de la quebrada Morín. El área de petroglifos se dispone sobre una serie de pendientes suaves que descienden desde los 1,400 hasta los 1,100 msnm y las rocas en su mayoría medianas y se encuentran dispersas; lamentablemente actualmente han sido gravemente alteradas por la construcción de una carretera desde el 2008. Entre los petroglifos más pequeños pero destacables existía una roca con la imagen de un mono. Según Bueno “los sitios petroglíficos Los Cóndores y La Galgada son precerámicos y si nos atenemos a la técnica e iconografía representada tendríamos que considerarlos contextuales y temporalmente en transición al precerámico tardío” (2,200 aC) (Bueno 2006: 11).

Entre las rocas con petroglifos destaca una publicada por Bueno (1997: 59) destaca una pequeña roca (que aparece en la foto cargada por un asistente), que muestra una faceta plana no mayor de 50 centímetros, la imagen simplificada de un primate en posición sentada. De cuerpo oval marcado por la mitad verticalmente, su cabeza es triangular inversa sugiriendo orejas puntiagudas en sus ángulos superiores y breves trazos puntuales de dos ojos, nariz y boca. Completa la figura, partiendo desde la parte inferior del cuerpo, una larga cola prensil que gira en su extremo.

La presencia de estos animales en ecosistemas tan distintos al territorio de su origen (en opinión de Bueno) se debió darse “…a través del intercambio e interacción regional con el sitio de Kotosh (Huánuco), territorio con selvas orientales.” (Bueno 2006: 13) En todo caso, su presencia graficada en las llamadas “quilcas”, demuestra que eran considerados dentro de la constelación de seres importantes junto con cóndores, sapos, serpientes, perros y otros.

En cuanto a la evidencia ósea se puede afirmar la presencia de este animal en contextos tempranos no es extraña, pues sus restos han sido hallados arqueológicamente, así Bueno indica que “…durante las excavaciones de la Galgada recuperamos en el piso 5 del Montículo Sur una ofrenda de mono posiblemente colocada al enterrar el recinto a finos del precerámico.” (Buenos 2006: 12).

Restos de estos animales han aparecido en sitio como Paloma, que es uno de los sitios más emblemáticos del Precerámico peruano (7800 y 4700 AP). En este sitio, Reitz (2003) publica la existencia de un fémur perteneciente a un mono araña ( Ateles  sp.) que se encontró en el entierro de un adolescente. El autor señala que no hay evidencias que sustenten de que se traten animales silvestres, su presencia puede explicarse por las redes de intercambio a larga distancia.

En otros sitios arqueológicos del período Precerámico Tardío (3.500 a 1.800 años aC), como Ventarrón en Lambayeque, “Alva a encontrando restos de estos primates, siendo luego identificados por V. Vásquez”. (Campaña 2013: 210). Ya estos hallazgos demuestran una temprana presencia de en la costa andina y es posible que en futuras investigaciones aparezcan evidencias bien conservadas.

 


Chavín

Tello había propugnado la influencia cultural amazónica basándose entre otras cosas, en la importancia de la religión y el culto de divinidades amazónicas, entre ellas el jaguar ya la serpiente, el arte había sido vehículo de representaciones divinas, sin embargo, no siempre se ha señalado a los monos. Chavín, fue una sociedad clave en el desarrollo de futuras sociedades andinas y su influencia cultural despliega un amplio repertorio de personajes y temas mitológicos en los cuales los animales de la Amazonía adquirieron una connotación imponente y religiosa.

En el campo estético se distingue claramente por un estilo marcado y de gran calidad por ejemplo en la cerámica.

 


Cupisnique

Cultura bien definida por Larco Hoyle y conocida por su cerámica negruzca de gran carácter, presenta ejemplos de monos también en petroglifos. Precisamente nos interesa la expresión rupestre del sitio de Alto de Guitarras ubicado en la margen izquierda del río Moche en una quebrada árida de la provincia de Áscope, La Libertad. En este contexto las piedras graníticas y andesíticas han sufrido oxidación por intemperismo y sobre ellas se han trazado distintas composiciones.

En Alto de Guitarras existen representaciones del mono blanco en su arte rupestre; de manera interesante Campana anota que: “…No hemos logrado encontrar figuras de monos anteriores a las de Cupisnique y Moche, ni variaciones en las imágenes existentes para poder establecer las respectivas especies.” (Campana 2013: 210) Entre estas representaciones la más importante


"aparece junto a la piedra de los “guerreros danzantes” con el rostro hacia esta imagen. Es una figura simbólica porque tiene una serie de atributos que exceden a una forma natural o figurativa. Por la redondez de la cabeza principal pareciera tratarse de un ´mono blanco´ (Celbus albifrons), al que se le ha agregado un tocado muy vistoso y complejo sobre la cabeza que da al este. Esta figura también es simbólica porque tiene dos cabezas y porque cada mitad del cuerpo parece responder a cada cabeza, es de forma circular o redonda.” (Campaña 2013: 210).

Solo en la descripción de esta imagen vemos el temprano, pero avanzado desarrollo de la interpretación de este animal y su participación en el esquema ideológico de las sociedades andinas. Otra representación de cabeza 


"... de forma más geométrica, que da al oeste y que ha sido "borrada" a propósito, casi en su totalidad y en la parte superior tiene rastros de que estaba adornada por cuatro "olas" pequeñas. Lo extraño de este caso es la ausencia de la oreja, asociada a la parte trasera del rostro principal, pues en el primate real es bastante grande, como para dejar de ser representada. La forma general de este cuadrumano, ha sido adaptada a la forma de la piedra, la misma que nos recuerda a una especie de con tres peldaños o gradadas, como es el caso de piedra con la garza. En este caso, pareciera que la piedra no ha sido intervenida para convertirla en una escultura, previa a la grabación de la imagen del ´mono bicéfalo´, en cambio, en la otra cabeza que lleva el tocado, aparecen dos volutas opuestas como si se tratase de una oreja bilobulada (Campaña 2013: 210-211).

Otra imagen de mono se encuentra en otra roca aislada:


"... tiene el cuerpo de perfil y orientado al este, 0.74 mt de altura, quedando la mayor parte del cuerpo para el sur. Entre la cabeza y el cuerpo hay una línea curva a manera de collar, que recuerda a las imágenes antropomorfas de carácter simbólico en las imágenes Cupisnique y Chavin de Huántar. El rostro es redondo y se podría decir que más parecido guarda con el ´mono blanco´ (Cebus albiforms). El dibujo de las orejas es definitivamente de estilo Cupisnique, por su forma bilobulada. El ojo derecho es el visible y consiste en dos círculos concéntricos. La boca está abierta y el labio superior voltea hacia arriba conformado de esa manera la nariz, pero no por eso semejaría al ´mono aullador´, pues, cuando este aúlla, junta los labios haciendo un círculo y levanta la cabeza para emitir el aullido y esta no es su representación.” (Campana 2013: 211 y 212)

En otro contexto, en la piedra más grande de la “quebradilla II” “… hay hasta tres figuras sueltas de monos, pero una es la más clara (puede verse en el dibujo adjunto). En esta piedra hay muchas otras imágenes de estilo Mochica. La línea es elegante como dibujo y la técnica es de percusión simple”. (Campaña 2013: 212). Otra roca de posición central en la llamada “Área Nuclear Sur”, existe


“…imágenes de la ´luna creciente´, una cabeza de llama, símbolos de las ´olas dobles y opuestas´, rombos y chacanas, hay también la imagen de un mono, muy clara y definida, la misma que muestra un elemento simbólico agregado en la cola. Es el mismo signo que aparece en la misma piedra, en un petroglifo sencillo representando al ´perro lunar´ sobre una media luna creciente, tema muy recurrente en el arte mochica o enija vass de Recuay y Virú con el mismo motivo del ´perro lunar´. La imagen del mono es pequeña y no llega a los 0.25 mt de altura Parece estar parado con la cabeza levantada 2013: 212-213).

Este símbolo agregado a la cola es una intervención que le añade una connotación importante y que sin duda tuvo una explicación narrativa que hoy ignoramos. Como observamos, las imágenes del mono contienen indicadores estilísticos de diferentes sociedades, pero siguen manteniendo su claro carácter formal corporal que lo distingue inmediatamente.





Paracas

La cultura Paracas, predecesora de los Nasca, se desarrolló en los valles sureños del actual departamento de Ica entre los años 800-200 aC. Los Paracas son conocidos en el mundo por sus textiles y las trepanaciones craneanas. En los textiles paracas los motivos de animales más característicos y que destacan son las representaciones de peces, aves, serpientes y felinos, un patrón que se repite a lo largo de la historia de las sociedades costeñas; pero, además de la representación de estos animales, conjuntamente con personajes aparecen seres mitológicos en escenas no cotidianas de los paracas, sino más bien evidenciando una intención por el artista, por lo menos, de plasmar una idea mística (Arranz 2001). 

En el imaginario del artista paracas, su percepción y cosmovisión no solo estuvieron influenciados por los animales de su entorno cercano, las figuras de monos representadas en diferentes soportes demuestran que su mundo mítico también recoge animales del bosque tropical o de la costa norte peruana. Respecto a este animal, Arranz (2001: 19) lo describe así:


"...es una figura enigmática. Está presente en la costa desde el precerámico y continúa su imagen hasta los últimos tiempos... Es un tema muy querido por los Paracas y también a lo largo de toda la cultura precolombina andina. Se podría especular si los Paracas, como otros muchos pueblos antiguos, sentían hacia los simios un cierto sentido del parentesco (Recordemos, por ejemplo, que el 'orangután' es el 'hombre de la selva' para muchas tribus del Sudeste Asiático)".


La presencia de representaciones de monos en la cultura Paracas abarca una gran cantidad de soportes, entre ellas se encuentran los petroglifos. Recientemente, Isla y Reindel, M. (2023) mencionan en su trabajo acerca de los petroglifos de Palpa, la existencia de figuras de monos en los sitios de Chichictara y Letrayoq, las cuales se encuentran principalmente:


“entre las figuras zoomorfas destaca notable la representación de aves, felinos (gatos manchados y zorros), ciervos y camélidos, así como también de otros animales menos frecuentes, pero de singular importancia como por ejemplo las serpientes de dos cabezas y los monos, muchas veces representadas en una misma roca. La mayoría de estas especies corresponden a representaciones del mundo natural que, de algún modo, habrían tenido algún significado en la concepción religiosa del mundo sobrenatural” (Isla y Reindel 2023: 57-58).


Finalmente, en el valle del río Cañete, cerca al centro poblado de Pacarán existen dos rocas con petroglifos con representaciones de monos. La primera roca, se encuentra dentro de un campo de cultivo, a escasos metros del río Cañete; Mientras que la segunda roca, se encuentra a unos 130 metros de distancia dentro de un centro recreacional. Las figuras de monos se ubican en la parte media y superior de la cara de la roca que está en dirección del río Cañete. En cuanto a la cronología de estas figuras, E chevarría et al. (2010, p. 60), considera que por:


“…la descripción lateral, la posición de los miembros y la ubicación de la cola, especialmente en los tres primeros monos alineados verticalmente, indica una asociación representativa que creemos nos acerca más al período Paracas que a Nasca, aunque es difícil precisar con exactitud la cronología sin más detalles vinculantes.”

 


Vicus

Una de las sociedades más septentrionales del Perú se desarrolló en la actual Piura, entre los 500 aC y 400 dC, siendo influenciada en su tiempo por Chavín y Moche, por lo cual su arte es complejo y de gran expresividad. Debido a la destrucción de sus contextos ya las escasas investigaciones es poco lo que puede asegurar de sus formas sociales, pero al ser gran parte de su material arqueológico alfarero este es el medio por el cual se nos presenta como un importante indicador de su potencial estético; de esta manera nuevamente encontramos en la cerámica el principal vehículo del arte, esta vez encontramos algunas de las particularidades físicas que identifican a los monos, por ejemplo, el poseer orejas rectangulares de esquinas redondeadas o semicirculares, pero lo más interesante es que la para interpretación Vicús son los ojos los que exponen su condición vital:


“…Los ojos de los monos “vivos” son del tipo botón perforado, mientras que los monos cadavéricos presentan las cuencas vacías. Una clave para tal interpretación son los casos en que los monos con cuencas vacías aparecen totalmente esqueletizados, o al menos con el vientre sumamente hendido.” (Amaró 56)


Este tipo de mono aparece como actor social en distintas situaciones; sintetizando, las más frecuentes son las siguientes:


-Abrazo de pareja de monos; Mono sentado, cadavérico, portando escudilla o sobre Strombus; Mono echado decúbito ventral, cadavérico, apoyando los brazos y la cabeza en un objeto cilíndrico.

-Mono sentado vivo o cadavérico, llevándose las manos a la boca. Mono sentado, cadavérico, llevándose las manos a las mejillas oa la cabeza. Mono sentado llevándose una mano a la cara, llevándose una mano a la boca y la otra a la parte superior de la cabeza.

-Mono lamiendo sus órganos genitales; Protoma de mono cadavérico sobre el techo de una casa. (Amaró 54)


Existe también la presencia de formas híbridas que sin duda contienen un personaje narrativo, entre las principales se encuentran el roedor serpiente y el mono felino. Otras representaciones también recurrentes presentan al mono-felino cadavérico como resultado hibrido con distintos rasgos en proceso de “transformación”:


1. El mono cadavérico aparece con las manchas del pelaje de los felinos (lunares o aros, líneas horizontales en las extremidades posteriores).

2. El mono cadavérico, ya con manchas, adquiere los  colmillos del felino.         

3. el mono-felino cadavérico, con manchas y colmillos, se t oca los genitales.        


El mono como vínculo con la muerte se hace notorio; una hipótesis es propuesta por Amaro:


 "Esta figura marcaria una nueva serie: la antropomorfización del mono – felino cadavérico. En realidad, la cuestión sería la inversa: si estamos en lo cierto, son los personajes 1 y 2 los que se transforman en este animal. La explicación sería la siguiente: si le mono, el felino, el roedor, la serpiente, el ciervo, el pájaro de pico ganchudo, el loro, el pato, y la lechuza son expresiones simbólicas de aspectos de los antepasados. ​​​míticos locales, es natural que los personajes 1 y 2 tengan una personalidad iconográfica que incluye rasgos de este universo. Por otra parte, es evidente que el mono cadavérico y su rojo de hibridaciones nos sitúan en el mundo de los muertos.» (Amaro 1994).

 








Moche

Rafael Larco Hoyle fue uno de los primeros en distinguir la fauna representada en los ceramios Moche y, entre sus representantes, señaló al mono:


"El mono -animal propio de la selva- en cambio, ha sido frecuentemente representado ya tomando parte de las escenas mitológicas o en numerosas expresiones del arte alfarero. Su vivacidad, su agilidad y su asombroso parecido con el hombre impresionaron sin duda fuertemente al Mochica que no tardó en hacerlo coparticipe en su tarea de edificar una cultura próspera y rica en matices." (Larco 1938: 93).

Considerada por en representar su cosmovisión de manera estéticamente magistral los moches terminaron de incluir al mono en Múltiples circunstancias de su vida lo cual lo apreciamos en su cerámica. Por ejemplo, los representaron como complemento a otras representaciones apareciendo en la parte superior de las piezas alfareras; como representación escultórica total de la pieza aprovechando su expresividad y, como parte de escenas complejas de carácter narrativo. Por ejemplo, el antropólogo Jurgen Golte analiza escenas representadas en la alfarería moche; entre varios personajes aparece el mono; una pieza especial se estructura sobre una forma fitomorfa que parece ser un camote (Ipomoea batatas). En esta composición:


"El cuerpo del mono, que domina la vasija en la parte superior, rodea el gollete de boca ancha.... Por el lado derecho (en la vista D) encontramos una culebra oscura que se yergue hacia el cuerpo del mono de color oscuro. Colindante con ella (en D y C) observamos una mujer arrodillada, a la izquierda de la cual encontramos un felino con un venado (animal diurno) como presa. A este grupo tenemos que ver en conjunto. Es que la culebra, que se yergue en D, tiene un cuerpo que pasa por la base de la vista C y termina finalmente en el palo de plantar del campesino en la vista B. así que el mono y los seres enmarcados o relacionados con la serpiente, serían un conjunto que estaría ligado al ambiente húmedo selvático y al cultivo (B, C, D)”. (Golte 2009: 141).


Golte explica aquí algo muy importante, la consideración de agrupar seres amazónicos, una forma de segregar a estos de los oriundos de la costa lo que podría sustentar su consideración como exoticidad. El lado opuesto aparece figuras distintas:


"Aparece un lobo marino invertido, con su piedra bezoar, un muerto con un caracol Strombus como trompeta. Estos personajes se encuentran por debajo del cuerpo de un lagarto bicolor, y están más relacionados con el cuerpo trasero del mono y su cola, que son de color claro. El muerto y el lobo marino sin duda alguna, están vinculados con el mundo subterráneo y el de los muertos. En este sentido se opone al lado del campesino, del felino y de la mujer, incluyendo por lo menos al instrumento del campesino, que parece más cerca del mundo de los vivos y de la superficie húmeda.” (Golte 2009: 141).


La distribución y asociación de estos seres en una forma tridimensional deja notar la complejidad de una cosmovisión que los integra dejando en evidente preminencia a la figura del mono:


"Así que habría un juego de oposiciones complementarias entre la vida en superficie húmeda y muerte en mar o subterráneo húmedo. Esta oposición entre color crema y color marrón oscuro, que nuevamente encontramos tanto en la pintura facial del campesino como en la cara de la Divinidad que ocupa el lado A de la botella. Si bien la Divinidad está tipificada por las culebras que lleva en sus orejas como descendiente de la Divinidad del mundo de abajo –en su aspecto femenino-, no lleva un indicador de su parentesco por el lado paterno. Así que podría ser uno de todo un grupo de personajes de poder, si bien lo más probable es que se trate de la Diosa de la Tierra que en la mayoría de las representaciones aparece sin tocado. Esto resultaría más probable por la pintura fácil que comparte con el campesino en la vista D.” (Golte 2009: 141).


También es de notar una cerámica que aparentemente podría haber sido un modelo recurrente en el cual aparecen dos monos sentados y abrazados entre sí, denotando un comportamiento casi humano (figura y figura). Su lograda solución estética es inobjetable y deja al mono como centro de cualquier apreciación. Otras soluciones se adaptan a las formas alfareras clásicas chimú como botellas o “huacos retratos” pero también asumen formas escultóricas de los propios monos.











Nazca

Esta sociedad de tan refinada estética y manejo de las formas en distintos campos, ha sorprendido al llevar las imágenes de su cosmovisión a una escala mayor con los geoglifos de sus desiertos. Entre las distintas imágenes, ahora mundialmente conocidas, destaca la figura del mono la cual fue referenciada en 1952, al sur del río Ingenio. Esta representación ha sido estudiada principalmente por la matemática alemana María Reiche quien la demostró una de las que “…con más claridad revela el significado astronómico de estas figuras, trazadas desde (hace) un milenio en el suelo de las pampas alrededor de Nasca y Palpa”.

Detallando algo más sus formas y orientaciones se describe de la siguiente manera:


"El plano de esta figura fue confeccionado estableciendo cuatro puntos en su alrededor. Los ángulos de los triángulos resultantes fueron medidos con sextante, con dos minutos de exactitud, constituyendo la base uno de sus lados de 183.20 metros, la cual es al mismo tiempo el largo de la "pista". Pistas se llaman, de acuerdo con el uso de la gente del lugar, los trechos largos triangulares o cuadriláteros que se destacan entre los dibujos antiguos por su gran tamaño, uno de los cuales se halla conectado con el mono, siendo cruzado dieciséis veces por una línea larga en su ida y vuelta.

Además fueron medidos en su largo y azimut todos los trechos rectos más cortos, el diámetro de la espiral, con sus secciones y puntos intermedios.” (Reich 1993: 307)

Una hipótesis astronómica de Reiche resultaba interesante: "La figura del mono es una de las que ha podido identificarse con una constelación. Representa aparentemente a la Osa Mayor con sus alrededores". Esta relación se asume porque


“…el azimut de la “pista” y el de los trechos que se cruzan sobre ella son aproximadamente simétricos con el meridiano, hecho que sugiere (su) orientación hacia la puesta y salida del mismo astro. Además, el trecho corto al norte de la cola tiene la misma dirección de la “pista”, por lo tanto debe haber guiado su trazo por el mismo astro.” (Reich 1993: 308) 


El mono y su pista (así como las líneas que la cruzan) pueden señalar una estrella norte. "...Y, efectivamente, podemos ver el mono sobre el horizonte Norte, con las constelaciones Leo Mayor y Menor como cola, las estrellas de Osa Mayor, Plekda, Megrez, Alth y Mizat formando los dos brazos uno encima del otro, igual como en la figura, y Canes Venatini representando la cabeza. Todo en forma y proporción con gran similitud al mono de la pampa. Benetnash es la tercera estrella más brillante de la Osa Mayor, Reiche señala que solo una de las 16 líneas que cruzan la pista señalan a esta estrella en su ocaso y “aparentemente estas líneas han servido para, de una manera general, definir el recorrido de esta estrella”. (Reiche 1993: 312) Lo que era importante era primera aparición de una estrella en el horizonte (al amanecer) que al parecer marcaba las fechas del año, Benetnasch, estaría marcando “alrededor del año mil”.

Desde otra perspectiva, los nazca difundieron durante siglos la figura del mono, en interacción con otras sociedades sureñas, de esta manera se aprecia esta figura en los estilos polícromos del Horizonte Medio que, a su vez, adquirieron un diseño geométrico, así como una abstracción y racionalización de líneas y curvas. Una influencia social importante de este tiempo proviene desde la sierra de Ayacucho hasta Ica.



Recuay

En la sierra de Ancash entre los 100 – 700 dC floreció la cultura Recuay. Estos ocupan un territorio bastante amplio que abarca nevados, lagos glaciares y valles elevados (Gamboa 2022). Su territorio se extendía desde el bosque amazónico y hasta el Océano Pacífico. Los Recuay representaron en su iconografía principalmente a camélidos, felinos y serpientes; Sin embargo, existen representaciones de monos. En el callejón de Conchucos, en una ruta que conecta la sierra con la selva peruana, a unos 2,340 msnm, se encuentran los petroglifos de Caullumachay. En el sitio Ibarra y Chirinos (2014) muestran evidencias de representaciones de monos en los paneles 04 y 06. Los monos son representados de cuerpo completo, destacándose su cara, pues todas las figuras son representadas con la cabeza frontal. Gamboa (2022) al analizar la presencia de monos en la cerámica Recuay nota ciertas particularidades, por ejemplo, hay una intención de hacer énfasis en mostrar el cuerpo de estos animales fuertemente estilizados, sin perder hasta cierto punto sus formas corporales. Poco se sabe sobre el significado de estos animales en la cultura Recuay, pero todo parece indicar que estarían relacionados como símbolos de estatus, pues no solo se las puede ver en la iconografía, sino también como ajuar funerario (hueso) en entierros de personajes de cierta jerarquía en la sociedad Recuay (Gero 2001).

 


Casma

La cerámica de la costa norte proveniente de los siglos VIII-XIV dC recibió una atención dedicada por parte de Julio C. Tello y sus discípulos quienes interpretaron las profusas decoraciones en relieve que presentaban personajes sin duda asociados con mitos en los cuales los monos aparecen como complemento de acciones importantes. Aunque ya pasaron varias décadas las investigaciones de Rebeca Carrión (siempre sobre motivos gráficos de la alfarería) sus reflexiones son siempre interesantes. Carrión detalla, por ejemplo, la presencia de los monos ante la supuesta representación mítica de fertilización:


 "La pareja rodeada de monos, pero sin los animales fieros. En este grupo se incluye una variación del mismo tema de fertilización de la tierra. Desaparecen los animales fieros, pero se advierte mayor número de monos sobre los árboles, cargando a la espalda bolsas con semillas." (Carrión 1959: 21)


La lectura iconográfica mitológica se explica por el “poder fertilizante de la planta sagrada”. Las partes de la planta como las ramas serpiente se adaptan al cuerpo del hombre y “penetran en el sexo de la mujer”. Es la cópula de una pareja divina.


"Los monos llevan en las manos ramas de dicha planta y bolsas con semillas que entregan a la pareja. Evidente es la vinculación entre el acto erótico y los simios, animal estrechamente ligado a las lluvias, y por ende a la función fertilizante." (Carrión 1959: 21-22)


La exuberancia de la decoración toma cualidades formales de la naturaleza y les otorga un significado poderoso. En algunas escenas en relieve hábilmente compuestas los monos parecen ser seres cercanos, pero con un papel secundario. También notamos que guardan una explicación narrativa en donde la figura de un Dios Humano se relaciona con los poderes de los animales.

 


Lambayeque

Conocida también como cultura Sicán, su definición como sociedad ha sido un proceso algo largo y complejo. Sus características estéticas lo vinculan con grandes estilos como Chimú, Moche o Vicús. Su ubicación cronológica también ha sido motivo de discusión, precisando la madurez de su arte hacia el Horizonte Medio. La fuerte mitología religiosa Lambayeque se expresa magistralmente, por ejemplo, en el Tumi de oro, representación del dios Naylamp (o Ñañlap), imagen cumbre del pasado prehispánico. Además de otros personajes importantes las representaciones artísticas alcanzan alto grado en la cerámica, orfebrería y pintura mural. Una descripción de la cerámica es la siguiente: "Gollete: de forma tronco-cónica. En los ceramios negros va liso y en algunos casos notablemente alargado. En los cerámicos bicromos va muchas veces con decoración pintada, muy convencional" (Zevallos 1990: 40). En nuestro caso presentamos al mono como morfología principal de la vasija.

 

(Continuaremos)




JORGE CARLOS ALVINO LOLI

Graduado de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la URP, graduado de la Escuela Académico Profesional de Arqueología de la UNMSM; Graduado de la Facultad de Educación de la UNMSM en la especialidad de Historia y Geografía. Egresado de la Maestría de Arte Peruano y Latinoamericano de la UNMSM; Maestría en Conservación del Patrimonio Edificado de la UNI.


CARLOS HIDALGO PAUCAR

Licenciado en Arqueología por la UNMSM, Diplomado en Gestión de Proyectos (Universidad del Pacífico) y con Maestría en Administración de Negocios (UTP). Investigaciones arqueológicas en Huaral y Cajamarca.

 


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