El 70% de la población en España vive en las ciudades, por lo tanto son un punto de partida crucial en el camino hacia la sostenibilidad. Sin ciudades sostenibles, la sostenibilidad, sencillamente, no será posible.
Es necesario un giro hacia un modelo de eco – economía donde la generación de empleo – clave para salir de la crisis - , no sólo no contribuye a deteriorar la calidad ambiental, sino que ayuda a su conservación.
Las ciudades del siglo XXI tienen ante sí enormes retos en distintos ámbitos, pero todos ellos han de enmarcarse en una apuesta firme por hacer de la ciudad un espacio de convivencia desde la diferencia apostando por profundizar en democracia. Hay que analizar la implantación de nuevas políticas que permitan a la sociedad civil recuperar el control sobre el territorio y el sistema urbano.
Deberemos diseñar instrumentos político-administrativos que permitan respuestas diferenciadas y adecuadas a problemas específicos de las distintas zonas. Diseñar mecanismos de acción, adecuados a la regeneración de barrios, capaces de soportar un proceso continuo y cambiante. Trascender los estándares y normativas vigentes, a fin de recuperar en la construcción de la ciudad la belleza y calidad ambiental perdida.
El modelo de ciudad del siglo XX se encuentra en la actualidad en un momento de crisis, la excesiva simplificación y zonificación de las ciudades generado por una interpretación un tanto simplista de la Carta de Atenas ha provocado una ciudad con una continua necesidad de desplazamientos provocando su congestión. Esto a su vez esta provocando la perdida de las ciudades para las personas y las relaciones que entre ellas debe provocar.
La Unión Europea lleva años insistiendo en un modelo de ciudad europea compacta, compleja, en la que se superpongan las funciones para reducir desplazamientos. En lo que concierne a los sistemas urbanos tampoco cabe apelar simplemente al urbanismo ecológico, o a la construcción bioclimática, uno de los graves problemas de nuestras ciudades consiste en resolver la gestión de un patrimonio inmobiliario, en muchos casos de baja calidad, ineficientemente utilizada y bastante sobredimensionado.
Se precisa pues, una política ambiciosa que enjuicie y apoye la conservación, reutilización, demolición o sustitución del patrimonio construido atendiendo a las necesidades sociales de la población y a la adaptación de los edificios, infraestructuras y entornos al clima, a su comportamiento ecológico y a su valor cultural. Una política que articule y relacione la amplia diversidad de funciones y actividades que confluyen en los tejidos urbanos, en los que la proximidad y la habitabilidad reduzcan las necesidades de movilidad.
Estos cambios no serán posibles sin la voluntad y la colaboración efectiva de las Administraciones regional y estatal responsables al igual que las corporaciones locales en acometer la transición hacia este nuevo modelo. La aplicación juiciosa de los instrumentos de todo tipo existentes, o de cualesquiera nuevos que avancen en el desarrollo de los objetivos de sostenibilidad formaría parte fundamental de la estrategia de transición.
Tendremos que buscar para la ciudad construida formulas que permitan su regeneración por medio de actuaciones publico-privadas, habrá que reformular mecanismos que vuelvan a añadir plusvalías a la ciudad construida para fomentar su rehabilitación y condicionar los nuevos crecimientos a la utilización de desarrollos sostenibles, fomentando los mismos frente a los modelos actuales.
Fomentar el barrio como elemento base de la ciudad, en el se deben proponer la superposición de usos que lo conviertan en un modelo vivo, se tendrán que potenciar los centros comerciales abiertos pero también dotarlos de piezas administrativas que se apoyen en las nuevas tecnologías para dar servicio directo al ciudadano, evitándole desplazamientos, el barrio debe convertirse en una micro-ciudad.
Deberemos apostar de manera fuerte y arriesgada por un cambio completo en los sistemas de movilidad de la ciudad y en esto todos deberemos colaborar. Apostamos por un modelo jerarquizado de desplazamientos y que paulatinamente comience a liberar de nuevo la ciudad para el ciudadano, de forma progresiva pero continua, generando nodos de comunicación accesibles y un sistema de espacios libres que recupere los espacios de encuentro y relación.
Un modelo de participación
Reflexionar sobre un nuevo modelo de ciudad requiere la creación de un foro participativo en el que exponer las estrategias a seguir a corto, medio y largo plazo. Un foro abierto, plural, con continuas entradas externas que devuelvan al ciudadano la posibilidad de intervenir en su ciudad.
Debemos trabajar en dos líneas, por un lado la creación de un foro virtual aprovechando el uso de las nuevas tecnologías en el que el ciudadano y las diferentes plataformas pueda opinar en tiempo real sobre las decisiones que se pretenden tomar en su ciudad.
Por otro lado se deben crear foros de ciudad sostenible dentro del marco de las universidades en el que personas relacionadas con la sostenibilidad debatan estos temas, cuenten sus modelos, poniendo en crisis, reafirmando las diferentes propuestas o generando nuevas líneas de trabajo.
Francisco Javier Carmona Ruiz, Fundador de Tercera Piel Arquitectura. Arquitecto de la Universidad de Sevilla.
En la actualidad desarrollo mi trabajo como asesor técnico en materia de infraestructuras turísticas, deportivas y comerciales para la Delegación de Córdoba de la Consejería de Turismo, Comercio y Deporte de la Junta de Andalucía, con la realización de proyectos y la investigación particular en materia de arquitecturas prefabricadas.
Tercera Piel Arquitectura aparece como una nueva área de investigación en la que analizar y desarrollar nuevas formas de habitar que den una solución real a los problemas de vivienda que existen en nuestra sociedad así como en sociedades en desarrollo o subdesarrolladas.
Nuestro punto de partida debe pasar por la industrialización que permita el abaratamiento de costos, así como dar soluciones con el menor impacto ambiental por medio del reciclado de materiales, la reutilización de los mismos e incluso su múltiple utilización en diferentes lugares.
En una primera fase estamos estudiando el desarrollo de estas arquitecturas a través de un clúster sencillo "el contenedor marítimo tipo ISO".
Tercera Piel Arquitectura agradece las aportaciones de sus colaboradores, en particular a Carlos López Taboada y Sara Lamarca Palacio, dos entusiastas de este tipo de arquitecturas que han colaborado en nuestras propuestas.