Ante el desorbitado aumento de las personas sin hogar en la ciudad de Nueva York, el estudio Framlab propone, con su proyecto Homed, el aprovechamiento de vacíos urbanos y medianeras para la construcción de cápsulas habitacionales, individuales y temporales, intentando dignificar la vida de estas personas.
Las cifras son escalofriantes. Según estima Coaliation for the homeless, en Nueva York, cerca de 61.000 personas acuden cada noche a los alojamientos para personas sin hogar, mientras varios miles más duermen directamente en la calle o en el metro.
A parte de la tragedia personal, es un problema social que podría paliarse con la construcción de viviendas para personas de ingresos muy bajos, como propone el estudio Framlab. Planteado como un reto, el proyecto Homed, promueve la construcción de unidades temporales de vivienda de bajo coste.
El equipo, dirigido por el noruego Andreas Tjeldflaat, apuesta por volver a aprovechar el espacio inactivo de la ciudad. Sobre vacíos urbanos y, fundamentalmente, sobre sus medianeras, se pretende la instalación de estructuras de andamios que posibiliten la concreción de parcelas verticales donde construir unidades de alojamiento temporal, a la manera de micro barrios de albergues.
El sistema de andamios funciona como una retícula a la que conectar unos módulos hexagonales de vivienda. El andamiaje acoge los sistemas de comunicación vertical y horizontal. Sobre esta capa se conectan las cápsulas, en una agrupación densa que recuerda la imagen de las celdillas de un panal. La nueva piel conformada por los alojamientos activa la pared muerta de las medianeras, insuflándole actividad, movimiento, vida.
Las cápsulas se construyen a partir de una estructura metálica y un exterior de láminas de aluminio oxidado, buscando una imagen de elementos desgastados; mientras que, para su interior, se recurre a la impresión en 3D para generar múltiples posibilidades, adaptando el módulo a las necesidades y requerimientos funcionales. Frente a las instalaciones comunales, donde existen problemas de intimidad y seguridad, la propuesta aboga por unidades independientes, fácilmente adaptables a cada individuo.
El espacio interior se concreta mediante formas poliédricas y superficies facetadas de policarbonato reciclado obtenidas por impresión 3D, que posteriormente son revestidas de un laminado de madera. Algunos elementos de equipamiento y mobiliario se realizan a partir de bioplástico, un polímero vegetal bio-degradable, también impreso en 3D.
Las células diseñadas son capaces de personalizarse según la demanda, y admiten una fácil adaptación a distintas situaciones y funciones, desde sencillos dormitorios, pequeños estudios, áreas de vestidor y ducha (para uso compartido), hasta espacios de reunión, mediante el escalonamiento del espacio interior. La configuración de gran parte del mobiliario, su equipamiento, las zonas de almacenaje, los pequeños electrodomésticos y las instalaciones, integrados todos ellos en la forma de la cápsula, supone la definición de un espacio mínimo para habitar que apenas necesita accesorios o complemento alguno.
Las posibilidades de agrupación son múltiples, y las opciones de reconfiguración de las cápsulas muestran un amplio catálogo de posibilidades. La económica tecnología de impresión 3D permite la personalización, individualizando las soluciones que podrían llegar a ser, si fuese necesario, ad hoc.
El frente de las cápsulas es completamente acristalado, permitiendo una visión hexagonal de la ciudad. Este cerramiento se realiza mediante vidrio inteligente con una capa de diodos de película delgada. Este sistema posibilita la total transparencia de la piel, gracias a la completa alineación de sus partículas; que se convierta en un cerramiento traslúcido, cuando se disponen sus partículas de forma aleatoria; o bien, se transforme en una pantalla luminosa que transmita contenido digital, información al ciudadano e, incluso, pueda convertirse en una instalación artística o un anuncio publicitario, de carácter comercial. Este último caso supondría una oportunidad de ingresos para recuperar la inversión inicial.
El planteamiento de Framlab tiene puntos en común con la propuesta de James Furzer, Homes for the Homeless (2015), pensada para Londres, donde cápsulas de madera se acoplan, como parásitos, a muros y paredes. Del mismo modo, recurre a andamiajes como soporte de equipamiento, de manera similar a como el equipo Le K, en su proyecto Les Balises (1994) para Lyon, proponía este tipo de estructuras como elementos donde incorporar equipamiento higiénico para personas sin hogar.
El proyecto Homed busca dignificar la vida de un sector de la sociedad tan sensible como es el de las personas sin hogar, teniendo presente que la vivienda es, por principio, un derecho constitucional.
INFORMACION OBTENIDA DE:
https://www.arquitecturayempresa.es/noticia/capsulas-para-habitar-proyecto-homed-del-estudio-framlab
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