La Cultura Lima en el Parque de las Leyendas
Como escribimos en el artículo anterior el Parque de las Leyendas tiene la más extensa y mejor conservada zona arqueológica de la ciudad de Lima. El Parque de las Leyendas es un lugar que presenta un conjunto de 54 monumentos arqueológicos y tiene una historia antigua de más de 2 000 años.
Las “huacas” o “lugares sagrados” del Parque de las Leyendas se remontan hacia el 200 aC En este período se encontró en pleno desarrollo la cultura Lima. Esta cultura es poco conocida debido al avance urbano que se dio a mediados del siglo XX que destruyó muchas de las huacas de la cultura Lima.
Afortunadamente eso no ocurrió con las huacas del Parque de las Leyendas que fueron conservadas, restauradas parcialmente y excavadas por los arqueológicos desde mediados de la década de los 80 y fines del 90.
La cultura Lima se define a partir de dos estilos cerámicos: “El Interlocking” y el “Maranga”. Se desarrolló aproximadamente entre los años 100 – 600 dC, contemporáneamente con las culturas Moche y Nazca y se expandió por la costa central, entre los valles de Chancay y Lurín. La característica principal fueron los “grandes edificios” con forma de una “pirámide”, pero “pirámide trunca” construidas con pequeños adobes hechos a mano y una cerámica policroma.
El Adobito
Uno de los rasgos más destacados es la de arquitectura monumental es el adobe modelado a mano y secado al sol llamado adobito, el cual aparece mucho en las terrazas, rampas o paredes de las estructuras. Los adobitos fueron revocados con barro arcilloso y pintados con ocre amarillo, incluyendo los pisos, según se observó en los edificios del campus de la Universidad Mayor de San Marcos.
Algunos edificios, como “Cerro Culebras” en el valle Chillón bajo, Huaca Pucllana en el valle Rímac (Parque de las Leyendas) y Cerro Trinidad en Chancay, exhiben en sus paredes interiores representaciones de peces entrelazados y motivos marinos pintados de color negro, blanco, rojo indio y ocre.
Estos edificios se ampliaron periódicamente rellenándose los recintos y pasadizos con tierra y piedras surgiendo así nuevas construcciones en un nivel más alto. Estos monumentos estaban estructurados en torno a plazas y una zona habitacional adyacente, sugiriendo este esquema espacial la ocurrencia de un incipiente patrón urbano. Las viviendas fueron hechas con cañas y barro, o con piedras y adobitos. Hoy esa zona habitacional ha desaparecido por la intensa actividad agrícola y el crecimiento urbano, quedando solamente los edificios.
El valle Rímac y Lurín
En el Rímac figuran el gran complejo arquitectónico de Maranga, situado entre el Campus de la Universidad Mayor de San Marcos y el Parque de Las Leyendas; Pucllana y Huallamarca en Miraflores y San Isidro respectivamente; Vista Alegre y Cajamarquilla hacia el valle medio.
En Lurín son notables los edificios identificados en el centro arqueológico de Pachacamac, así como una población significativa a lo largo del valle medio. Como en los casos de Chancay y Chillón, la arquitectura monumental en la parte baja de los valles del Rímac y Lurín.
Lima ¿un estado incipiente?
A pesar de conocer con detalle relativo la cerámica, los patrones funerarios y la arquitectura de esta cultura es todavía problemático asignarlos a una forma política específica.
Los estudiosos defienden la tesis de que las grandes construcciones podrían haber sido residencias palaciegas pertenecientes a personas de alto estatus que organizaron y dirigieron la fuerza de trabajo necesaria para construirlas. Por eso la cultura Lima podría corresponder a una forma de “estado incipiente” que se truncó por razones desconocidas.
Maranga en el bajo Rímac, habría sido la capital de esta vieja cultura. En el Parque de las Leyendas los edificios monumentales de la cultura Lima se levantaron usando adobitos hechos a mano, estos adobitos usaron la “técnica del librero”, con esta técnica sus edificios se convirtieron en “muros antisísmicos” y están asociados a cerámica Lima.
Siglos después se levantó el Curacazgo de Maranga y la sociedad Ichma (1100 – 1450 dC). El Curacazgo de Maranga o “Malanca” perteneció al Señorío Ichma, asentó su sede principal en lo que hoy es el Parque de Las Leyendas, edificando una ciudadela caracterizada por las construcciones en tapia. Este curacazgo se expandió por la parte baja del valle del Rímac (actuales distritos de San Miguel, Magdalena del Mar y parte del Cercado de Lima) logró un gran desarrollo agropecuario y marítimo, también los depósitos para productos agrícolas.
La cerámica Lima y sus 9 fases sucesivas.
Tradicionalmente se ha definido 2 “estilos cerámicos” para la cultura limeña: el “Interlocking” o “Playa Grande” y el “Maranga”. El primero se caracteriza por la presencia de seres serpentiformes entrelazados junto con otros elementos geométricos como líneas y puntos; el segundo las volutas, los triángulos y los círculos. Los colores predominantes son siempre rojo, naranja, blanco y negro.
Durante 1964, Thomas Patterson estudió y organizó cronológicamente la cerámica de esta cultura, definiendo 9 fases sucesivas que se desarrollaron en el Intermedio Temprano. Las siete primeras corresponden al estilo “Interlocking” y las dos últimas al Maranga. El tema de cerámica será abordado en las próximas páginas más delante de este artículo.
Ubicación
El Complejo Arqueológico Maranga se ubica en una amplia llanura aluvial en la margen izquierda del río Rímac y unos 2 km del litoral, cubriendo un área cercana a los 3 km2 en los actuales distritos de Lima, Pueblo Libre y San Miguel.
Está formado por un gran conjunto de monumentos arqueológicos construidos entre fines del Horizonte Temprano y Horizonte Tardío, entre los que destacan por sus dimensiones y complejidad, aquellos correspondientes al Intermedio Temprano (cultura Lima) e Intermedio Tardío (curacazgo de Maranga).
El desordenado crecimiento de la ciudad durante la centuria pasada fue reduciendo y disgregando el original en medio de urbanizaciones modernas. Así, por ejemplo, las huacas Concha y San Marcos – los mayores edificios Lima – quedaron dentro del campus universitario.
La Huaca San Marcos se ubica dentro de la universidad del mismo nombre, huaca que fue recortada a mediados del siglo XX para construir el estadio universitario. A partir de la década de 1960, el más extenso núcleo de edificios prehispánicos tardíos del complejo estaba siendo seriamente amenazado por el avance de las urbanizaciones, lo que llevó a que el entonces Patronato Nacional de Arqueología lo declarase área de reserva y lo cediese en custodia a una institución que debía conformar un parque arqueológico y recreativo.
Esto dio origen al nacimiento, y la creación del Parque de las Leyendas, el 20 de marzo de 1964.
Esta es la razón principal por la que la mayor parte del componente tardío del Complejo Arqueológico Maranga se encuentra dentro del Parque de Las Leyendas. Allí, la traza urbana tardía del complejo se desarrolla en dos sectores bien diferenciados: un sector extramuros y un sector amurallado.
Este último sector, también conocido como “El Gran Recinto Amurallado” (Canziani, 1987) es un espacio de alrededor de 44 hectáreas rodeado por un perímetro amurallado, el cual encierra a algunos de los principales edificios Maranga para el Horizonte Tardío, como lo es el “Palacio Inca” y probablemente la “Huaca La Palma”.
Antecedentes
Desde la segunda mitad del siglo XX, el Complejo Arqueológico Maranga ha recibido la atención de viajeros e investigadores como Thomas J. Hutchinson, Georges Ephraim Squier y especialmente Ernst Wilhem Middendorf.
A este último debemos las primeras descripciones detalladas y un invalorable registro gráfico y fotográfico de Maranga antes de su drástico recorte por el incontenible avance de la Lima moderna. Middendorf (1972:56 y siguientes) distingue sectores urbanísticos distintos dentro del conjunto monumental, prestándole especial atención a un espacio amurallado, considerado como el centro de la urbe de Maranga (a la que él llamara la “Antigua ciudad de Huadca”).
Dicho espacio encierra a un conjunto de edificios tales como “Huaca La Palma” y un grupo de recintos considerado como una prisión (pág.59).
En el amurallamiento, Middendorf identifica tres accesos y la relación de estos con el sistema de circulación por la urbe. Así anota que el primer acceso en la muralla oeste, se interconectaba a un camino entre muros que, dirigiéndose de Norte a Sur, atravesaba transversalmente la urbe, mientras que los dos accesos ubicados en la muralla Norte, donde también pudo existir un camino epimural (un muro usado como un camino peatonal) resguardado por un parapeto.
Foto de Huaca “La Palma”; Foto de Huaca “Tres Palos” (Fotos de la autora al libro Huacas de Lima – 2015)
Años más tarde, y retomando las observaciones de Middendorf, Julio C. Tello (1999: 81 y siguientes) describe y registra “barrios”, murallas asociadas a parapetos, caminos amurallados y el grupo de “las prisiones”; Todo ello dentro de lo que a su turno se denominó “Watika Marka”.
Además de los reseñados, en el siglo XX se dieron varios trabajos en el complejo arqueológico Maranga, centrados en las descripciones o inventarios (Villar Córdova, 1935; Louis Stumer, 1954; Bonavia y Caycho, 1962-63) y excavaciones de investigación en los monículos y edificios prehispánicos del Intermedio Temprano e inicios del Horizonte Medio (Max Uhle, 1998, 1910, Kroeber, 1954; Alarcón, 1971; Narváez 1999 y 2000 y otros investigadores).
Muchos de estos trabajos se conocen solo por modestas publicaciones, mientras que otros, están relacionados con el proyecto de evaluación para el Nuevo Museo de Arqueología y Antropología (realizado entre los años 1983 y 1985 en el área noreste del Parque de Las Leyendas), y el proyecto de rescate de las lagunas del Parque de las Leyendas (Víctor Ponte, 1992), permanecen como informes de excavación.
Para el componente tardío del Complejo de Maranga en el Parque de Las Leyendas, destacando las excavaciones en huaca Tres Palos realizadas por el Seminario de Arqueología de la Pontificia Universidad Católica (PUCP) durante la década de 1960. Dichas excavaciones determinaron que la construcción y uso de huaca “Tres Palos” fue usado como un “templo astronómico” se remonta a finos del Horizonte Medio, y sufrió varias remodelaciones que lo hicieron en la época inca como “tambo” o “depósito” de distintos productos y finalmente “vivienda” de los españoles durante la Colonia (Ramos de Cox, 1969).
Se tienen más referencias de excavaciones realizadas a cabo por José Casafranca en la década de 1960 en las huacas “Cruz Blanca”, “San Miguel” y “La Palma”; De las que, desafortunadamente, no conservamos informe técnico alguno.
Existen más trabajos de excavación que datan de la segunda mitad del siglo XX, así como proyectos de conservación por el Patronato del Parque de Las Leyendas y puestas en valor de los cuales estaremos describiendo en las próximas ediciones de este pequeño, pero valioso espacio cultural.
Continuará…
Bibliografía
Cuaderno de Investigaciones “Museo de Sitio Ernest W. Middendorf (2007) – Lic. Lucénida Carrión “Proceso de desarrollo de las huacas del Parque de las Leyendas” pp. 69 – 72.
Arqueología y Sociedad Tomo I (2014) – Tosso F. Ricardo “Huacas de San Miguel” págs. 26 - 28.
Guía de Turismo en el Perú (2018) “Huacas del Parque de las Leyendas” págs. 20
Revista Sian (2014) – “Los complejos arqueológicos de San Miguel” págs. 29-31.
La Doctora Marilyn Fanny Valdez Ríos abogada de profesión con estudios concluidos en Post – Grado en la UNSAAC. Maestría en Derecho Civil y Procesal y Doctorado en Derecho y Ciencias Políticas (2018). Talleres de Investigación Aplicada (2015) – Facultad de Ciencias Sociales UNMSM (2014). Taller de Quipus y Tocapus UNMSM (2015). Escritora de la Revista Rumbos (2020) y Chasquis (2020).
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