Este documento recopila importante y valiosa información acerca de los sistemas constructivos tradicionales que usan tierra cruda, rescatando técnicas que se estimaban olvidadas y obsoletas.
Este Manual ha sido desarrollado en el marco del “Concurso Bienes Públicos para la Innovación y Fortalecimiento de Capacidades para la Reconstrucción 2010” impulsado por Innova Chile de CORFO y es el resultado del trabajo riguroso de un grupo de profesionales expertos que posibilitó establecer criterios para la correcta identificación de los distintos sistemas constructivos tradicionales, y la evaluación de los daños más comunes sufridos por las edificaciones de tierra cruda. El trabajo posibilitó también, entregar una serie de soluciones generales que permiten abordar prácticamente cualquier proyecto de restauración o reconstrucción con tierra cruda.
Como investigación responde a un llamado a la innovación para la reconstrucción. Innovación es cambiar algo introduciendo novedades, y es en ese sentido que este proyecto rescata la experiencia de la construcción tradicional, agregando nuevas prácticas, nuevos materiales e incluso nuevas tecnologías. Es un intento por volver a comprender la tradición constructiva y arquitectónica de gran parte del territorio chileno y otorgarle renovado valor.
Como Manual de Terreno —de difusión gratuita a través de la Web—, es una herramienta práctica que permite, tanto a profesionales de la construcción, como a cualquier interesado en preservar el patrimonio arquitectónico, abordar un proyecto de reparación, restauración o preservación.
Como documento, pretende recoger y transmitir en el tiempo, las formas arquitectónicas y metodologías constructivas tradicionales, y ponerlas al servicio del hombre moderno y su contexto, siendo un aporte a la reconstrucción y preservación patrimonial de edificaciones de tierra cruda. Su presentación en fichas permite proyectarlo en el tiempo, ya que permite que se pueda completar, mejorar, corregir y aumentar.
Así, contemplando el pasado y los sistemas tradicionales, como base de estudio y aprendizaje —ya que es fundamental reconstruir comprendiendo el lenguaje de la cultura y sus productos—, y con una clara conciencia del presente y de las ventajas de la experiencia y la tecnología, se logró un documento con vocación de futuro al servicio de la preservación del legado cultural arquitectónico para las próximas generaciones.
Juan Enrique González Gain
Se estima que entre un 40% y un 80% de la construcción en el mundo está hecha a base de tierra cruda. La mayoría de los autores que escriben, investigan o desarrollan proyectos de construcción con este material, están de acuerdo en que se trata de un rango bastante amplio.
Esto es probablemente porque gran parte de las obras que usan tierra cruda, se ubican en zonas remotas y en países en vías de desarrollo, donde existe poco registro de las construcciones, lo que hace muy difícil llegar a una cifra más certera. Se trata de todos modos de un porcentaje muy importante que nos recuerda que es uno de los elementos constructivos más abundante y más antiguos.
La construcción en tierra cruda ha estado presente en el diseño arquitectónico y en el desarrollo de civilizaciones
y ciudades desde hace más de 9.000 años.
Todas las civilizaciones antiguas utilizaron tierra cruda, no sólo para la construcción de viviendas sino también para albergar edifi cios públicos. Ya en la antigua Turquestán fueron descubiertas viviendas del 8.000 A.C según lo describe Raphael Pumpelly en 1905.
En China se estima que aún unas 20 millones de personas viven en casas excavadas en la tierra. En Francia, durante la Edad Media se utilizó el tapial en edificios que se habitan hasta nuestros días. Y la quincha no es exclusiva de Latinoamérica: en Alemania hay hallazgos de la Edad del Bronce que demuestran la utilización de esta técnica en empalizadas y fortificaciones.
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