El sector de la construcción forma parte de una de las principales actividades socio económicas del país, dado que es de fundamental importancia en cuanto a la gran cantidad de mano de obra que ocupa, tanto en obras públicas como privadas.
La rápida expansión de los últimos años, principalmente del sector privado, ha generado una multiplicidad de afectaciones al medio ambiente, principalmente a los vecinos y al funcionamiento general de la ciudad, apoyado en varios factores.
En líneas generales, las consecuencias derivadas de la ejecución de obras son comunes tanto en obras privadas como en obras públicas. Sin embargo, se presentan características distintivas entre ellas, por lo que las recomendaciones presentadas en el presente Manual apuntan al primer grupo, ajustándose a las características y escalas de los emprendimientos.
Este Manual constituye una propuesta de buenas prácticas relacionada con la normativa ya existente. Por eso, no es limitativo ni taxativo, y queda abierto a nuevos aportes. Las consideraciones presentadas se limitan a la fase de ejecución de obras, pero no se incluyen las etapas de proyecto que dan origen a la misma, ni la de su uso final.
QUE SON LAS BUENAS PRACTICAS AMBIENTALES
Las Buenas Prácticas Ambientales para el sector de la construcción son herramientas de simple aplicación, de concreta utilidad y de bajo costo específico. Colaboran en la disminución de los costos directos, aumentando la eficiencia del consumo de materiales e insumos y el rendimiento de la mano de obra. Con estas prácticas, se obtienen resultados rápidos y concretos, contribuyendo siempre a alcanzar el objetivo fundamental del desarrollo sostenible.
Las buenas prácticas desarrolladas en este Manual son aplicables desde el momento en que se define la organización de la obra y a lo largo de todo el desarrollo de la misma. Abarcan tanto algunas que son comunes a todas las etapas (limpieza, volquetes, obradores, baños químicos, instalaciones sanitarias transitorias, etc), y otras específicas de cada rubro involucrado.
Se hace referencia a los impactos producidos en cada momento de la obra, sus consecuencias y mitigaciones. No se incluyen las tareas desarrolladas por proveedores fuera del ámbito de la obra (fabricación de aberturas, elaboración de hormigón, fabricación de artefactos sanitarios, etc.). No obstante el objetivo superador es lograr que todos estén involucrados. Estas indicaciones se suman a las responsabilidades del constructor y, a partir de él, a todo el personal que actúe bajo su dirección.
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