Bueno, ya ha pasado un tiempo prudencial desde que terminó uno de los más nefastos concursos de los que se tiene memoria, y es muy lamentable que como en otras tantas ocasiones no se haya levantado ninguna voz en contra denotando el terrible “conformismo” con el que la vida en este país discurre. Por supuesto no cometeré la ingenua indiscreción de titular el susodicho concurso pero seguramente mis queridos lectores, rápidamente lo identificarán.
Convocado en su edición anual, difunde unas bases que en principio son bastante claras para todos... menos para el jurado calificador. Y paso a explicarme...
Para la primera parte, cuando se habla de “técnica a mano alzada monocroma o polícroma, a lápiz o tintas...” se debe considerar la posibilidad de calificar los diferentes medios de expresión artística, tal como se apreció en la exposición final de los trabajos presentados. Lápiz, tinta, acuarela, témpera sí, pero también, lápiz de color, pastel, mixtos, etc., más aún cuando se extiende la convocatoria a artistas plásticos y diseñadores en general. Bien es cierto que un apunte es un dibujo tomado del natural rápidamente, ello no pareció ser conditio sine qua non para el jurado, porque cupo una elaboración posterior de gabinete, especialmente en la aplicación de la mezcla de técnicas (pasando de dibujo a pintura) traicionando el espíritu original del apunte y que en la calificación final de esta categoría se empleó de manera arbitraria, es decir solo para la mezcla tinta-acuarela.
Pero lo peor estaba por venir, ya que vulnerando todo principio de equidad y ecuanimidad, el jurado no se detuvo siquiera en revisar las bases del concurso de la segunda parte y declaró desiertos los primeros lugares y encima otorgaron la única mención honrosa a un 'apunte' hecho en acuarela de un ya 'antiguo' edificio miraflorino -tal y cual este se muestra en la actualidad- ahora, las bases señalaban el empleo de técnicas digitales cuya temática gire en torno a formas pre-existentes de Lima creativamente 'intervenidas' quizás como propuesta de renovación de los espacios urbanos criollos, es decir el boceto no solo sería producto de la aplicación de cualquier programa informático como herramienta de expresión -Photoshop, 3DSMax, etc.- sino que además conllevaba un ejercicio de diseño implícito, vamos, aunque sea la más simple de las ideas volcada al croquis digital de marras.
Bien, bien, bien ¿Cuáles pueden ser las implicancias de estos hechos? ¿Cuál es la lectura parroquial y comidilla esquinera que se ventila? ¿Qué se puede esperar a futuro?
a. De seguir así es obvio que la organización tendrá que competir junto al jurado, porque lo que es el interés por participar de los colectivos involucrados será nulo, ya que harán vista y oídos sordos a sus convocatorias dada su extrema subjetividad y antojo.
b. Se ha demostrado una vez más que los peruanos no sentimos el más mínimo aprecio por el prójimo y sospechosamente por nosotros mismos inclusive; los unos calificando “al vuelo” y los otros resignándonos “al bueno... ya no podemos hacer nada”.
c. La comidilla gira en torno a la casualidad que todos los ganadores corresponden a una colegiatura que en ningún caso supera el 8000 ni desciende del 6500 -habrá que ver la colegiatura de los jurados- En cualquier caso se demuestra que las nuevas hornadas no saben ni donde tienen la mano derecha, al menos en cuestión de apuntes... Hay algunos que incluso hablan de una cuestión meramente económica porque se ofrecen premios “atractivos” y al final no se otorgan (quizás no cuadran las cuentas), especialmente cuando no hay un tema explícito sino que la temática es libre como diciendo “ninguno es relevante” dentro de la treintena que se presentaron ¿? Lo peor sería la falta de criterios del jurado para calificar el arte digital.
d. A futuro solo se puede esperar el cambio. Si deseamos institucionalizar esta actividad como cualquier otra lo que debemos hacer en principio es valorar el esfuerzo ajeno, organizar con mayor esmero y precisión, juzgar con criterios que se ajusten a las bases y no con el simple criterio subjetivo de 'me gusta o no me gusta' algo, eso ya ha pasado a la historia, recordemos que hoy el conocimiento es globalizado y universal, y no solo en el Perú es donde se realizan estos eventos, debiéndose tomar como referencia lo que se hace en otras latitudes y por supuesto desterrando para siempre la mala praxis de declarar desierto un concurso abierto, así y solo así llegaremos a las bodas de diamante de este y otros eventos.
Es por todo eso que, parafraseando a Emile Zolá digo que yo no acuso... ¡Pero debo acusar!
Será hasta la próxima amigos.
Carlos Alberto Ancón y Bujama
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