15 febrero 2010

DESCUBRIENDO EL VAASDTU SHASTRA Arq. Jose Antonio Neira Reymer

“Dios ha creado el cuerpo humano como un templo con dieciséis articulaciones, setenta y dos habitaciones, nueve puertas, diez ventanas y luego instaló el alma como imagen de Sí Mismo, i.e., el cuerpo humano es un templo.” Vaastushastra

Fig. 01. Vaastu Purusha Mandala
A mediados de 1998, durante el primer viaje a India, tuve un personal descubrimiento del Vaastu Shastra, (del sánscrito vaastu: morada, y shastra: ciencia, tecnología) antigua ciencia india para el diseño y la construcción de medioambientes favorables, en armonía con la naturaleza, las fuerzas cósmicas y el universo.

Si bien estaba familiarizado con las disciplinas arquitectónicas tradicionales de oriente, pues a inicios de los años noventa ya había consumido algunos de los primeros libros de Feng Shui editados para occidente, el contexto en el que aparecía este “nuevo conocimiento” era extraordinariamente atractivo, pues no sólo devenía de una tradición que con más de 10,000 años de antigüedad ya apuntaba conocimientos sistematizados de filosofía, medicina, artes y tecnología para carromatos, embarcaciones, armas de guerra e incluso aparatos voladores, sino que además, producto de la naturalidad sobre la propia tradición, muchos de sus postulados habían sido corroborados por la universidad india a partir de diversas teorías de la ciencia contemporánea: la física subatómica, la mecánica cuántica, otras teorías del campo unificado y los efectos de las llamada radiación cósmica de partículas elementales.

Actualmente el Vaastushastra viene resurgiendo en la propia India, y en Inglaterra, pero lo paradójico es que en el resto de Europa y América el fenómeno viene etiquetado como el “Feng Shui hindú”; cuando de acuerdo a la propia tradición oriental, su conocimiento surge en los Himalayas y el Tibet, y en su desarrollo y expansión se fusiona con las culturas locales de menor desarrollo, primero con las del valle del Indostán y luego con las de las zonas asiáticas de China y Japón.

A gusto personal, esta condición de anterioridad, entre otras, le otorga al Vaastushastra significativas cualidades de pureza en relación a su conocimiento primigenio, pues por ejemplo podemos ver que la tradición se basa en el manejo de cinco elementos (Panchamahabuutas: tierra, agua, aire fuego y éter) mientras que el Feng shui se traduce literalmente como “vientos y aguas”, visiblemente orientados a las condiciones de localización geográfica, y climáticas de culturas chinas y japonesas. Asimismo, el Vaastushastra maneja una alta sistematización de su técnica y se desenvuelve como actividad proyectual y constructiva de las edificaciones, e incluso formativa de los profesionales a cargo.

Adicionalmente a que el Feng Shui difundido para occidente es el San He Feng Shui (el vulgar) y no el San Yuan Feng Shui (de eruditos), gracias a su posmoderno manejo comercial, este ha sido reducido a un limitado conjunto de “técnicas de parche” para deficiencias energéticas de origen , que además terminan espantando al sentido común con recetas folclóricas de espejuelos, velas, pañitos rojos y palitos de bambú; dejando de lado, sus inconmensurables principios conceptuales sobre el orden del universo a partir de la visión de Fu Xi sobre los exagramas en la caparazón de tortuga mitológica y su abstracción sobre el “I Ching”, directa y visiblemente relacionados con la composición fractal de modelamiento de la naturaleza ya estudiados desde el siglo pasado.
Volviendo al Vaastushastra, este se origina en los Vedas (voz sánscrita que significa saber de Dios) que de acuerdo a la tradición oriental se trata de un conocimiento atemporal de todo lo cognoscible sobre la creación y el creador, que se encuentra como energía o conciencia misma en una dimensión arquetípica de la existencia, y que fuera, de manera conciente, captado, decodificado y transmitido (como poemas, versos, mitos, leyendas, etc.) por los antiguos “rishis” o visionarios de civilizaciones de hace 10 mil años sobre el valle del Indostán.

Así, dentro de su propia tradición, una singular leyenda resume el principio del vaastushastra:

“…En los tiempos antiguos, durante el Kritayuga, mientras el Señor Shiva luchaba con el feroz demonio Andhaka, algunas gotas de su transpiración cayeron sobre la tierra surgiendo de ellas un gigantesco demonio que no cesaba de crecer en toda dirección. Así, al ver en peligro su existencia, los guardianes de las ocho direcciones llamados Asthadigpalakas, oraron por ayuda al Señor Brahma (el Creador). Y a sugerencia de este, los ocho guardianes asaltaron por detrás al demonio haciéndolo caer hacia tierra sobre las rodillas con la cabeza hacia el noreste, atrapándolo con sus manos bajo su peso y sentándose sobre sus lados (Fig. 01). Quedando reducido, el demonio imploró perdón al Señor Brahma, quien compasivamente lo bendijo dándole por nombre "Vaastupurusha" (de vaastu=morada, y purusha=alma) y otorgándole inmortalidad hasta que su Creación exista. Luego acotó que este demonio derramaría felicidad sobre todo aquel que le ofreciera plegarias antes de iniciar cualquier construcción...”


Fig. 02. Diagrama de Fuerzas sobre la tierra
Así, surgió el vaastu purusha mandala, como un mapa mágico que resume el juego de fuerzas actuando sobre la tierra. Así, en el diagrama, el término “energía orgánica” se refiere al flujo geomagnético Norte–Sur; mientras que el término “energía cósmica” se refiere al altamente energético flujo de energía solar (o la llamada radiación cósmica de partículas elementales), cuya intensidad (en naranja) varía con la posición relativa del flujo solar recibido por la tierra (sin interesar la latitud), donde la dirección Sur de la tierra recibe la carga máxima de energía solar, la Norte la menor, etc.
Bajo estos términos el Vastu Purush Mandala puede ser interpretado en términos de 2 conceptos científicos:
(1) análisis vectorial del cambio de dirección en el flujo de energía solar sobrepuesta sobre el flujo geomagnético norte-sur y sus campos de energía resultantes; donde el campo de fuerza solar puede ser representado como un vector dinámico siempre cambiante de acuerdo a la posición solar, moviéndose 360 grados en relación con la posición de la tierra; y por otro lado el campo de fuerza orgánico es unidireccional con vectores direccionados de Polo Norte a Polo Sur.
(2) interacción del flujo de partículas elementales con las líneas Norte–Sur del campo electromagnético de la tierra.
Así, la inclinación de la tierra, el fuerte viento Este- Oeste y el eje terrestre crean una alta concentración de stress geomagnético en la dirección SurOeste. Esta dirección también está sujeta como onda de frente de choque cuando el viento solar es detenido por magnetósfera de la tierra a manera de escudo magnético, resultando así el Sudoeste como la zona más inestable, mientras que el Noreste permanece relativamente más estable en cuanto a fluctuaciones electromagnéticas y viento solar.

Análogamente en el Vaastushastra, el vector que conecta el Nordeste al Sudoeste es asumido como la Diagonal de vida o la Diagonal de Energía definiendo la frontera entre las zonas de efectos buenos o malos, pues la sintonía, la convergencia o la unión de estas fuerzas representan la condición celestial ideal. La unión de ambas es llamada como la propia “Vida”; y cualquier asociación hostil o contradictoria de estas fuerzas se traducen en dolor, dificultad y sufrimiento; al punto que la fuerza magnética desprovista de la fuerza solar es llamada como “Muerte”.

Asimismo, (como el demonio en perenne crecimiento) debido al movimiento de precesión de la tierra, las condiciones del denominado “estrés geomagnético” del planeta van en permanente incremento a medida que el campo magnético se debilita en el recorrido del sistema solar por la galaxia. Así, para la reducción de sus nocivos efectos, el Vaastu Purusha Mandala se establece como mapa directriz para los emplazamientos, orientaciones y disposiciones constructivas de volúmenes y aberturas que se corresponden con la posición adoptada por el demonio de la leyenda, entendiendo estás como un manejo de energías o fuerzas sutiles y no como técnicas de asoleamiento, ventilación y demás aspectos de las teorías ambientales para el diseño arquitectónico.

Así por ejemplo, tenemos que, como el volumen final de la postura del demonio, las edificaciones deben tener mayor volumen o encontrarse más elevadas hacia el suroeste y con materiales de mayor densidad, mientras el noreste debe ser más bajo y descubierto de preferencia; ambos postulados coinciden con la reducción del impacto de la radiación cósmica sobre el campo geomagnético de la tierra y su afectación sobre los campos magnéticos de los volúmenes y la penetración de la radicación cósmica nociva para la vida.


Fig. 03. Atenuación de la radiación a través de diferentes tipos de material
Otro ejemplo se encuentra en las denominadas por el Ayurveda “nueve aberturas” del cuerpo humano, las cuales deben tener igual función y tratamiento en un Vaastu; vale decir las aberturas mayores (ojos, oídos, nariz y boca para la percepción o incorporación) deben orientarse entre el norte y el este y permitir el ingreso de elementos sutiles y groseros (aire, luz, sonido, materia, etc.) mientras las aberturas menores (en cantidad y dimensiones) son orientadas hacia las zona entre el oeste y el sur y con efectos de depuración, por ejemplo el sentido a seguir para una ruta de desagües, puertas traseras, escapes, etc.

En resumen, esta concepción védica sostiene que los edificios son seres vivos y su existencia y funcionamiento ideal se corresponden con condiciones estables de los sutiles campos magnéticos que lo conforman, lo cual se logra con los emplazamientos, la disposición volumétrica y las funciones en correspondencia al cuerpo humano en la posición del demonio de la leyenda.

Arq. JOSE ANTONIO NEIRA REYMER
Arquitecto, Universidad Ricardo Palma; especializaciones en Ordenamiento Territorial y Urbanismo, y en Gerencia Pública por la Escuela Superior de Gobiernos Locales de la UIM. Jefe de División de Inspecciones de la Gerencia de Fiscalización del SAT de Lima. Docente de Escuela SAT sobre impuesto predial y catastro urbano municipal. 35 años de práctica de diversas escuelas de yoga

Referencias Bibliográficas:
SECRETS OF VAASTUSHASTRA. 1998.
N.H. SAHASRABUDHE & R.D. MAHATME.
Sterling Publishers. New Delhi, India.
AN INTRODUCTION TO VAASTUSHASTRA. 1998.
N.H. P.N. RAMACHANDRA.
Bhagya Lakshmi Sotres. Bangalore, India.
HIDDEN TRASURES OF VASTU SHILPA SHAATRA AND INDIAN TRADITIONS. 1995.
DEREBAIL MURALIDHAR RAO. SBS Publishers, India.

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