Antecedentes
Desde 2009 la población urbana de América Latina y el Caribe ha aumentado en 175 millones aproximadamente, alcanzando casi los 625 millones de personas al 2016 (CEPAL, 2016). Actualmente la región es la más urbanizada del mundo en desarrollo, ya que aproximadamente el 80% de su población vive en ciudades.
Casi 70 millones de habitantes se concentran en cuatro megalópolis: Buenos Aires, Ciudad de México, Río de Janeiro y São Paulo (FAO, 2014). Consciente de esta realidad urbana, CAF creó el Programa de Ciudades con Futuro, iniciativa que promueve un abordaje integral de las intervenciones para incrementar la productividad, calidad de vida, innovación y las oportunidades económicas que ofrecen las ciudades de la región.
El Programa de Bosques lanzado en 2014 por CAF también guarda una estrecha relación con las ciudades, ya que a través del Componente de Recuperación de Bosques Urbanos y el Establecimiento, Mejoramiento y Rehabilitación de Espacios Verdes procura incidir en el aumento de la superficie y calidad de los Bosques Urbanos y Espacios Verdes de la región.
El modelo de ciudades sostenibles propuesto por el programa
comprende la integración de ciudades resilientes , ciudades verdes , ciudades inteligentes , buena gobernabilidad de las ciudades y ciudades inclusivas (Cohen, 2016).
En este sentido CAF está implementando en sus operaciones de crédito, cooperaciones y asistencia técnica una serie de acciones, tales como: huella de ciudades, análisis y evaluación de la vulnerabilidad de ciudades ante el cambio climático, así como variadas e innovadoras medidas de mitigación y adaptación al cambio climático.
Los espacios verdes y los bosques urbanos son considerados como un importante parámetro de sostenibilidad en las distintas relaciones de indicadores que se están realizando, a escala mundial, por ejemplo la primera generación de Indicadores Comunes Europeos, elaborado por el Grupo de Expertos sobre Medio Ambiente Urbano, de la Dirección General de Medio Ambiente de la UE.
Según este informe técnico, la existencia de zonas verdes públicas figura entre los cinco indicadores principales obligatorios para la sostenibilidad de las ciudades (Expert Group on The Urban Environment, 2001).
El manejo adecuado de los bosques urbanos y los espacios verdes en ciudades es una estrategia fundamental para hacer las ciudades más habitables, placenteras y sostenibles porque favorecen la conexión con la naturaleza y contribuyen a la estabilidad del ecosistema urbano.
En virtud de esto, para tener ciudades sostenibles, comprendiendo a las ciudades como un ecosistema, no se requirieren grandes inversiones de nuevos recursos para mejorar la proporción de los bosques urbanos y espacios verdes.
Sin embargo, es importante planificar la ejecución de los recursos considerando la necesidad e importancia que estos tienen para el equilibrio y sostenibilidad de las ciudades, ello permitiría “la mejora del ambiente, como la purificación de algunos ríos que han estado contaminados durante muchas décadas, o la recuperación de bosques autóctonos, o el embellecimiento de paisajes con obras de saneamiento ambiental” (Francisco, 2015).
De esta manera el enfoque integral de paisaje hace énfasis en la colaboración de largo plazo entre diferentes grupos de gestores del ecosistema urbano para alcanzar los múltiples objetivos requeridos desde el paisaje.
CAF se ha dedicado a la tarea de atender esta necesidad, a través de la aplicación de abordajes encontrados en la silvicultura urbana y periurbana, la arboricultura y el paisajismo dentro de sus operaciones en ciudades latinoamericanas y caribeñas considerando diversas prácticas, tales como la arborización urbana; la recuperación de las márgenes de ríos en la sección alta, media y baja de la cuenca en ciudades para la regulación del régimen hídrico y la disminución de inundaciones.
La recuperación paisajística de espacios verdes públicos; el monitoreo físico de las emisiones y captura de CO2 en un parque urbano de manglar; el desarrollo e implementación planes maestros para el establecimiento y manejo de bosques urbanos, y el uso de prácticas innovadoras como el riego de áreas verdes con el uso de aguas servidas tratadas.
Todas ellas, orientadas a solventar la imperiosa necesidad de mejorar la cantidad y calidad de los espacios verdes y bosques urbanos de la región.
La mayoría de las ciudades de la región no cumplen con los requerimientos mínimos identificados en el ámbito internacional, en cuanto a la cantidad y la calidad de espacios verdes y/o bosques urbanos para lograr el mejoramiento de la calidad de vida de sus habitantes, y que son expresados en cantidad de metros cuadrados de espacio verde por habitante. La Organización Mundial de Salud (OMS) indica que se requiere de al menos 9 m2 de espacio verde por habitante siempre y cuando todos los residentes vivan al menos 15 minutos a pie de dicho espacio verde .
El caso de la Unión Europea apunta que son 50 m2 de espacio verde por habitante, requeridos para satisfacer las necesidades mínimas por persona. Por lo tanto, este requerimiento impone un serio desafío para la mayor parte de las ciudades de la región como lo muestra el gráfico N°1.
FUENTES DE INFORMACION
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