16 noviembre 2024

REVALORANDO EL PATRIMONIO ARQUEOLÓGICO E HISTÓRICO DEL CALLAO (PARTE IX) - LIC. MARILYN FANNY VALDEZ RÍOS

 


Los Muros de la Huaca Respiro y su semejanza con los Muros de Oquendo                                                                                               

    Continuando con el estudio del sitio arqueológico de Huaca Respiro en esta última parte tocaremos los muros de Huaca Respiro, sus formas, estructura y posibles usos o roles que cumplieron en su tiempo. 

    Las murallas externas de Huaca Respiro median entre 3 y 4m de altura. Estas murallas tenían una base ancha y una cúspide estrecha.  Las murallas se hicieron con tapiales y tenían un promedio de un metro, no hay evidencia de que se usaran como “caminos epimurales”, pero muestra una semejanza con las murallas de Oquendo. Esto se debe a que posiblemente los arquitectos se influenciaron mutuamente. 

    El valle Chillón estuvo conformado por diferentes grupos culturales, pero estos grupos interactuaron y se influenciaron entre si y desarrollaron un trueque entre la gente del valle y de otros valles. 

    Los muros de Oquendo tuvieron una función diferente a la de solo protección de la Huaca Respiro. Los muros de Oquendo tenían entre 3 y 4m de altura y eran más anchas que la Huaca Respiro, eran usados como “caminos epimurales”, es decir servían para comunicar diferentes zonas del valle Chillón.

    Estos muros eran como usados como caminos para los viajeros o peregrinos que pasaban por el valle Chillón, semejante al “Cápac Ñan”, pero protegido por altos muros, y de tramo en tramo había árboles frutales y fuentes de agua, para que el visitante, viajero o peregrino pudiera beber agua y comer frutas hasta que llegaban a su destino, no se ha encontrado estructuras para el descanso de los viajeros, pero es probable que si existieran estas estructuras, pero se han perdido en el tiempo.

    Los muros de Oquendo se extendían varios kilómetros y atravesaban los actuales distritos de Ventanilla, Puente Piedra, Comas y Carabayllo y servían también como torres de vigilancia de parte de los guardias que cuidaban los edificios interiores dentro de los grandes muros. 

    Estos muros guardan cierta semejanza con las murallas que reguardaban el cerro Fortaleza de Comas, aunque la base de los muros del cerro Fortaleza era más estrecho y menos alto que los muros de Oquendo, que cumplía más un rol “defensivo” que como “vías de comunicación”. 

    No se han encontrado restos de puertas que debieron existir cada cierto tramo. Los incas usaron los muros para controlar las vías de entrada de los visitantes o viajeros en los diferentes lugares dentro del valle Chillón. 

    Los muros de Oquendo representan un símbolo del grado de desarrollo que alcanzaron los grupos culturales que vivieron en el valle Chillón que se mantuvo intacto o con muy pocos cambios hasta la llegada de los incas, quienes conquistaron todo el valle y le dieron un uso diferente y usados como “puntos de control” de quienes entran y salen dentro de las murallas. Los muros de Oquendo también se usaron como “atalayas” o “fortificaciones” para los guardianes. 


El Palacio Oquendo 

    El sitio arqueológico conocido como Palacio Oquendo se ubicaba en la margen izquierda del río Chillón, en el valle bajo, lado sur y falda del Cerro Oquendo. Está conformado por un conjunto de recintos de planta trapezoidal distribuidos en un área de casi 3 Ha y está asociado al camino inca.

    Según Ayala (2008), el sitio presenta dos componentes arquitectónicos diferenciados en la distribución de los recintos interiores. El componente 1 corresponde a residencia de élite. Está conformado por estructura de planta ortogonal organizadas alrededor de una plaza e interconectadas por dos pasajes. 

    Uno de ellos tiene forma de zigzag, se ubica en el extremo noreste de la plaza y permite el ingreso directo a dos recintos privados. El otro acceso se localiza en el lado suroeste del sector; se trata de un vano de ingreso ciego que presenta como característica un muro de cortina, espacio por el cual se accede a una audiencia, y tres recintos rectangulares que se encuentran relacionados con el vano de ingreso.

    La audiencia fue construida con muros de tapial de gran altura; además, presentan restos enlucidos y restos de pintura amarilla. Por su forma, corresponde a una sala de recepción a la cual se accede por un pasaje angosto de 60 cm de ancho con muros escalonados y de 2 m de altura, que se prolongan hasta un pequeño patio y tres recintos reservados. 

    La distribución de los recintos asociados a la plaza, los pasajes y la audiencia evidencian un espacio reservado para vivienda residencial de élite, similar al registrado en el Cerro Respiro (Ayala 2008). 


    Según las tradiciones orales el Palacio Oquendo fue usado como “casa de verano” por el inca Pachacútec y como lugar de “residencia de la nobleza local” que cuidaba este lugar en ausencia del inca Pachacútec. 


La muralla 55 E

    La muralla 55 E se ubicó dentro de la ciudad de Maranga, donde se levantaron 54 monumentos que tienen una historia de 2 000 años. El complejo de Maranga tuvo 2 sectores: El sector extramuros y un sector amurallado. Esta última zona abarca un área de 44 hectáreas rodeado por un perímetro amurallado conocido como el “Gran Recinto Amurallado”. 

    La Muralla 55 E es aquella que conforma al lado Este del Gran “Recinto” encerrado a algunos de los principales edificios Maranga para el Horizonte Tardío. Esta muralla tuvo una plataforma y un muro Eje. El primer nivel de cuerpo fue el tapiado, en el segundo nivel de cuerpo tapiado, y el tercer y cuarto nivel tuvieron un cuerpo tapiado. Esta muralla tenía forma “trapezoidal”.  

    Los tapiales son 2 caras que forman la pared pusieron armazones de cañas atadas entre sí por cuerdas, dejando libre el espacio interior; una caja vacía. En el espacio libre de la caja o encofrado echaron barro batido, compactándolo fuertemente mediante golpes sucesivos. Posteriormente dejaron que el barro se seque al sol y finalmente sacaron los armazones de cañas. 

    Finalmente enlucieron las superficies de las paredes para que tengan un acabado liso para esto usaron barro fino mezclado con una combinación de tierra muy cernida con restos vegetales. La tapia o tapial en una técnica constructiva rápida y eficaz que se ha conservado a través del tiempo. La Muralla 55 E tuvo un cimiento (mezcla de tierra fina compacta y limpia). 

    Tenía un sello de barro hecho por una especie de mortero. El paramento está compuesto por barro, el cual se aplica directamente sobre los bloques del relleno, sin la mampostería de contención. El relleno está compuesto solo por bloques de tapía esto es para disminuir su peso y su volumen. 

    Esta muralla fue muy semejante tanto a las “Murallas de Oquendo” y las “Murallas externas de Huaca Respiro”, lo cual nos revela que hubo una influencia por lo tanto los detalles que presenta la Muralla 55 E también pudieron haberse presentado en los muros mencionados líneas arriba, el mundo prehispánico de las murallas de Oquendo y Huaca Respiro aún tiene muchos secretos que revelarnos y debemos tener la suficiente humildad para reconocer que son los “tesoros del pasado” que debemos conocer y proteger para las presentes y futuras generaciones.



Bibliografía  

Revista Cultural Yachay Llacta   (2011) – pp. 15 - 18

Tosso Robert   Arqueología y Sociedad Tomo I (2006)  “Callao prehispánico” pp. 25-27. 

Huertas C. Juan Historia del Callao prehispánico (2004) – “El Callao milenario” pp. 28-32. 

Cuaderno de arqueología de campo (Parque de las Leyendas- Área de Arqueología – 2009).

 


      









    La Doctora Marilyn Fanny   Valdez Ríos abogada de profesión   con estudios concluidos en Post  – Grado en la UNSAAC. Maestría en Derecho Civil y Procesal y Doctorado en Derecho y Ciencias Políticas (2018). Talleres de Investigación Aplicada (2015) – Facultad de Ciencias Sociales UNMSM (2014). Taller de Quipus y Tocapus UNMSM (2015). Escritora de la Revista Rumbos (2020) y Chasquis (2020). 


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