31 marzo 2016

Ecologia sin Contaminaciòn : Las casas colmena de harrán en Turquía - Raquel Risco


Estas son las casas colmena en Harran, Turquía cerca de la frontera con Siria. Las viviendas son espacios frescos que soportan el calor del desierto. Sus gruesas paredes de bloques de barro (adobe) impiden la entrada del sol y las mantienen confortables. Cuentan con muy pocas ventanas, las que son de dimensiones reducidas.            
                            
Las altas cúpulas desplazán el aire caliente lejos de la gente, que se encuentra en la parte inferior de la casa, manteniendo el interior a unos 24 ° C (75 ° F), mientras que la temperatura exterior puede oscilar entre los 35 ° C (95 ° F) y los 0 ° C( 32 ° F ). Vale decir  la arquitectura en barro logra bajar en 11 grados la temperatira exterior, lo cual hace posible  habitar la casa con toda comodidad.

El viajero y escritor Julian Huxley describe las casas colmena como construidas de "barro o arcilla sin cocer, con el suelo ligeramente elevado sobre el terreno exterior, impecablemente limpias, con un recoveco para cocinar y atractivas decoraciones en papel oropel brillante en las paredes. Aunque sólo cuente con una pocas yardas de diámetro, su alto techo cónico les proporciona una sensación espaciosa ". Estas casas construidas de una forma natural desde hace miles de años,han logrado ser muy aporpiadas para contrarestar las altas temperaturas del desierto.

Estas casas tienen que resistir  la presión de vientos fuertes y sacudidas menores debidas a frecuentes terremotos. Las aberturas de puertas y ventanas son escasas y pequeñas para minimizar el resplandor del sol y el movimiento de aire caliente y frío durante el día y la noche. Los techos tienen una alta capacidad térmica para absorber los rayos del sol durante el día y poco a poco liberar el calor en el interior durante la fría noche. Además están inclinados de una manera pronunciada para repeler las lluvias ocasionales pero fuertes.

RAQUEL G. RISCO










Al sudeste de Turquía, por la carretera de Akçakale se sitúa Harrán, sobre una árida llanura en la que se diferencia un pequeño pueblo de casas cónicas de adobe construidas a modo de colmenas. Hoy son un atractivo turístico.

Harran, también deletreado CARRHAE romano, aparece con frecuencia en la Biblia como enclave estratégico entre Siria y Antioquía, pero su importancia fue incluso mayor en épocas anteriores. Durante el reinado de Assurbanipal, la ciudad fue una de las más destacadas del imperio asirio.

Hoy, la localidad no es más que un hito turístico en el camino de diversas rutas turísticas por Antioquía y la península de Anatolia que conserva una cincuentena de casas de barro cuyos tejados cónicos parecen termiteras.

El templo dedicado a Sim, el más grande de toda Mesopotamia, estaba aquí pero no ha llegado hasta la actualidad. Cuenta la historia que Caracalla, emperador romano, quiso someter el templo al palacio de Roma y acabó muerto en manos de Macrino, que sería emperador en el año 217.

Pero las casas de adobe sí, y habitadas. Miden entre cuatro y cinco metros de altura, y fueron construidas con barro y paja por falta de madera en la región hace 2.000 años.

El adobe es una mezcla de arcilla, arena y paja, materiales abundantes y baratos que reúnen una serie de ventajas estéticas y ecológicas. Además de darle a las casas un aspecto suave y agradable, el adobe supone un bajo consumo de energía, pues las viviendas son más frescas en verano y más cálidas en invierno en comparación con las de ladrillo.












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