Resumen
El presente ensayo comparte las evidencias culturales existentes en el sitio arqueológico de Laure, asentamiento prehispánico ubicado en el valle de Chancay, en Lima, Perú. Se revisan algunas investigaciones de arqueólogos e historiadores que han demostrado en el lugar, resaltando su trascendencia cultural
andina y el entendimiento de la sociedad Chancay. Asimismo, se exponen algunos hallazgos y bienes asociados a Laure en virtud de certificar su importancia como patrimonio arqueológico peruano y que nos invita a reflexionar sobre su estado actual y conservación.
También se incluyen previamente algunos lugares de interés patrimonial, como otros sitios arqueológicos o conjuntos históricos cercanos al sitio en mención y que estuvieron vinculados al mismo.
1. Introducción
Laure (también llamado actualmente Lauri o Pampa Libre) es un asentamiento arqueológico de extensas dimensiones que se emplaza en la margen derecha del valle bajo del rio Chancay, desde las cotas sur mas bajas de los cerros La Calera y La Mina hasta el comienzo de las parcelas de cultivo de Laure Norte, escasamente a 3 kilómetros al este de la línea litoral . Políticamente pertenece al distrito de Chancay y se ubica a 4 kilómetros al norte de la ciudad del mismo nombre y se accede desde el poblado de Pampa Libre y Los Laureles Norte, ubicados en el kilómetro 71.5 de la actual carretera Panamericana Norte.
Arqueológicamente es reconocido como un asentamiento de la sociedad Chancay (aunque esta asociación es más compleja) de tal manera que el arqueólogo alemán Hans Horkheimer la pensó como una de las “tres superpoblaciones” de esta cultura. Sin embargo, a pesar de esta distinción y su evidente importancia, Laure ha sufrido gran destrucción, principalmente en los dos últimos siglos.
Para el presente ensayo utilizamos la nomenclatura Laure por ser una de las más antiguas al referirse al sitio; por ejemplo, respecto a su nombre original según el renombrado historiador Elías Ipinze menciona:
“…en los documentos más antiguos no figura el nombre de “Lauri”, que jamás se ha usado, sino la voz “Raure” (comezón) y después “Laure”” zona de los llamados cañaverales de la villa de Arnedo (Chancay) , en la que se operaron los repartos de tierra de labranza a partir de 1562, según los documentos que poseo sobre las primeras posesiones en la villa y valle”. (Ipinze 2005 [1957]: 29).
El investigador Robert Keith lo denomina también Laure para referirse a la hacienda (1976: 96) como una hacienda que surgió por tierras concedidas a los fundadores de la Villa de Arnedo (luego de 1562). Por otro lado, el Capitán Germán Stiglish si lo denomina Lauri al referirse a la hacienda: “ LAURI. Hda. A
2. Algunas descripciones sobre Laure
Una de las primeras referencias de un interés científico en Laure se debe a los estudios del geólogo alemán Max Uhle quien estuvo en el valle de Chancay hacia 1903 y realizó algunas excavaciones en unos sitios cercanos al litoral, estos sitios fueron Puerto Chancay, Calera de Jecuán , Laure y Huaral Viejo; Uhle perfeccionar hallar en los enterramientos diferentes estilos de cerámica. En 1924, el norteamericano Alfred Kroeber analizará los materiales recuperados por Uhle y organizará un primer ordenamiento cronológico y estilístico. Laure es denominado sitio C y se describe como “…ruinas de tapia y un cementerio de entierros de fosas cuadradas, de 1,5 a 3 m. de profundidad…” (Kroeber 1926: 266)
Por otro lado, se debe mencionar al gran arqueólogo peruano Julio C. Tello, quien en su camino a Casma pasó por el valle de Chancay, cruzando el abra de Huachoc y bajando hacia el litoral se detuvo a estudiar varios sitios auxiliares a Laure. Al respecto de este acontecimiento los señores Colán, Díaz y Montalvo, mencionan que Tello visitó el valle de Huaral en la década de los treinta; de igual forma lo acepta el historiador Ipinze, quien incluso menciona: “ Allí ha encontrado el doctor Tello las “ruinas de una población y fábricas de alfarería del tipo Último Chancay, sepultadas por una gruesa capa de basuras” (Ipinze 2005 [1957]: 29). Finalmente, el arqueólogo alemán Horkheimer menciona que cuando Tello lo visitó “…cuando fue casi intacto. Poco después comenzaron las excavaciones. Clandestinas que sacaron millas de entierros, decenas de millas de objetos arqueológicos”
(Horkheimer, 1965: 43).
Durante mucho tiempo los sitios arqueológicos de Chancay no captaron la atención de los pocos investigadores peruanos y además fueron objetos de profanadores de cementerios, los llamados “huaqueros”. Fue durante este tiempo que un ingeniero japonés, Yoshitaro Amano, comenzó a frecuentar el valle ya conformar un importante museo con piezas provenientes de sitios como Laure.
Sin duda, Hans Horkheimer fue quien por primera vez vio realizar investigaciones profundas sobre la cultura Chancay y entender de cerca la complejidad social de la misma. Durante la Misión Arqueológica Chancay , de 1961 a 1962, trabajó entre otros sitios en Laure en donde excavó 33 tumbas recuperando material cerámico de estilos diversos: “Teatino, Tiahuanacoide, Chancay Propio, Lauri Impreso e Inca local…” (Horkheimer 1965: 44) Horkheimer pensó que Laure fue un “cementerio de enorme extensión, subdividido por los “huaqueros” en las zonas Rincón de las ánimas, El Acho, Socavón, Media Banqueta, El Polvo y El Encanto”. (Horkheimer, 1965: 43).Esta prevalencia de la funcionalidad funeraria se comprende al verificar en otros asentamientos chancay la importancia de la muerte y la consideración del espacio de los muertos frente al espacio de los vivos.
Posteriormente, en el Inventario que realizaron Santiago Agurto y Abelardo Sandoval de 1974 Laure es referenciada en la ficha 24 I/1H01, ubicándola en el Pueblo Joven Pampa Libre. Su descripción es la siguiente:
“Se trata de un gran cementerio, totalmente excavado; se encuentra mucha cerámica de superficie y restos humanos. No aparece ningún ordenamiento en la ubicación de las tumbas, y la mayor parte de simplemente ellas son hoyos en el suelo, algunas paredes han sido reforzadas formando muros de guijarras, puestos unos encima de otros. En algunos casos el brocal de estos pozos, ha sido ensamblado por piedras más grandes, una especie de lajas. De este tipo de pozos, hay rectangulares y cuadrangulares, así como redondos; algunos de una gran perfección de forma y bastante buen aspecto en las paredes. Hay otros, en los que las paredes parecen casi ser una forma natural.
El tipo de cerámica encontrada es la llamada cerámica Chancay, siendo la mayoría de ella negro sobre blanco. Es de notar que además de la enorme cantidad de cerámica regada, hay profusión de maderas, telas, carrizos, cañas, etc.”
La cronología asociada es del Período Intermedio Tardío al Horizonte Tardío y se considera principalmente como cementerio.
Las últimas precisiones son las del investigador cubano Núñez Jiménez, cuando indica que Laure fue:
“…gran centro ceremonial y de poblamiento” con “dos sectores: uno central que está conformado por restos de estructuras realizadas con tapial y adobes, donde se ubican tumbas, y otro sector periférico definido como cementerio” , además está conformado por “22 o unidades arquitectónicas principales, más varias estructuras menores separadas. De esas 22 edificaciones, 18 poseen pirámides y 3 plataformas sencillas. De esas edificaciones 4 poseen 3 pirámides cada una de ellas” (1976: 3).
Aquí es donde podemos distinguir la existencia de conjuntos de (“pirámides”) edificios con rampa (al menos cuatro con tres 3 pirámides cada uno) lo que hace quedar seis con “pirámides” y da al menos 10 conjuntos independientes.
3. El asentamiento y los edificios
Laure sin duda es uno de los asentamientos más grandes aún existentes en el valle de Chancay, es probable que no podamos saber la magnitud espacial de este sitio, pues la huaquería ha dejado una destrucción tal que hace parecer que superficialmente todo el asentamiento funda como cementerio , pero lo cierto es que existen extensos sectores de edificios con otras funciones. Esto lo podemos sustentar por la similitud que tiene este sitio con Pisquillo Chico, semejanza que el investigador polaco Andrzej Krzanowski también observo “…no cabe duda de que la parte central es de carácter parecido a la de Pisquillo Chico.” Ubica hasta seis “montículos piramidales con plazas y despachos contiguos” (Krzanowski, 1991).
A partir de un reconocimiento superficial y sustentada en algunos documentos fotográficos y de antigüedad, hemos propuesto una sectorización preliminar basada en sus exponentes superstites; advertimos que esta sectorización es simplemente relativa para fines explicativos en un plano bidimensional.
Sector A. corresponde a un cementerio que se emplaza en la parte baja del espolón suroeste del cerro La Mina, en las cercanías del poblado actual de Pampa Libre. El espacio es rodeado por las dunas y el camino que lo atraviesa por el norte y las chacras por el sur. Es interesante la apertura natural entre las rocas que lo conecta hacia los sectores altos del sitio arqueológico y por la parte posterior de las granjas actuales. Su longitud original superaba los 500 m. y en su parte más ancha 200 m.
Sector B. Es el sector más alto del sitio, emplazado en las partes que comienza un ascendente de las laderas del cerro La Calera. Se accede por una trocha actual con dirección norte. Cuenta con al menos dos grandes edificios y un probable tercero muy enterrado (todos de planta rectangular), todos con una orientación ligeramente sureste. El edificio 1 (E-1) posee una plataforma central.
Sector C. Ocupa la parte central del asentamiento y con la mayor densidad de edificios. E-4, E-5, E-6, E-7 y E-8, muy próximos y delimitados por muros perimétricos y presentando una plataforma en su parte central. predominantemente en la actualidad se encuentran muy destruidos a causa de un canal de regadío que los ha erosionado hasta convertirlos prácticamente en montículos que afloran sobre las chacras (fig. 8, 9 y 10) a excepción del E-5 (Fig. 11). Entre los restos superficiales aparecen adobes enlucidos de blanco y restos de alfarera estampados.
Sector D . se encuentra ligeramente más elevado que el sector anterior por lo que se ha salvado de la destrucción del riego agrícola. Entre sus edificios destacan dos: el E-9 y el E-10, ambos con rampa, especialmente evidente en el E-10.
El edificio E-9 se delimita rectangular dentro de un muro perimetral de 140 x 70 m. aproximadamente; este edificio presenta una gran rampa lateral (Fig. 4 y 13) que asciende desde su flanco izquierdo hacia una plataforma que posee en su parte superior; en la parte posterior posee plataformas adosadas.
El edificio E-10, algo más pequeño, de 85 x 67 m., lo constituye dos plataformas sucesivas con una rampa central (Fig. 5 y 14) que asciende hacia una plataforma despejada en cuya parte superior se detecta una excavación tipo “trinchera ” muy bien delimitada.
Sector E. Se distribuye entre dos largas y profundas quebradas cubiertas de arena y que llegan hasta las faldas del Cerro La Mina (Fig. 15 y 16). La primera posee evidencias de muchas tumbas (Fig. 17) y alfarería del Horizonte Medio conocida como Teatino (Fig. 28); la segunda se encuentra casi cubierta con arena y posee un sendero que la conecta con el siguiente sector bordeando el cerro.
Sector F. Era un sector no detectado en la fotografía aérea de 1945, pero que en la actualidad ha sido destruido por las chacras.
Sector G. Ubicado en el espolón sureste del cerro La Mina, aquí se encontraron evidencias de ocupación colonial (Fig. 69).
Sector H. Presentemente a chacras de cultivos correspondientes y que probablemente fue área de expansión del sitio de Laure.
4. Temporalidad y cronología
Aunque Max Uhle y julio Tello esbozaron una cronología tentativa del sitio correspondiente al análisis detenido de las evidencias excavadas el planteamiento de un cuadro esquemático temporal; este esquema es propuesto en 1986 cuando Miguel Cornejo Guerrero analizó 18 de las tumbas excavadas por Horkheimer y planteó fases de cerámica, aunque no incluyen ocupaciones posteriores como la del Tawantinsuyu e incluso épocas coloniales tempranas que existieron en el sitio (Tarazona, 2000: 188) . Este esquema plantea la siguiente cronología:
FASE 1: Horizonte Medio: Estilo Teatino.
FASE 2: Intermedio Tardío: Estilo Tricolor Geométrico.
FASE 3: 3A Intermedio Tardío: Estilo Lauri Impreso.
3B: Intermedio Tardío: Estilo Chancay Negro Sobre Blanco
Esta secuencia incorpora el llamado estilo Lauri impreso anteriormente mencionado.
Para establecer la antigüedad de algunos sitios chancay por medio del método de datación del Carbono 14 (C14) fueron importantes las muestras de superficie que recolectó Krzanowski y que pueden proporcionar fechados (Krzanowski 1991). Las edades calibradas para el sitio de Laure fueron cinco (Krzanowski 1991: 119):
1) Gd-2819, edad calibrada:
2) Gd-5307, edad calibrada:
3) Gd 6189, edad calibrada
4) Gd 6196, edad calibrada: 1202, procedente de madera asociada a vasijas sin decoración y vasijas Chancay Negro sobre Blanco.
5) Gd-6197, edad calibrada
Debido a esta data limitada el arqueólogo polaco Krzanowski menciona prudentemente:
“…las fechas radiocarbónicas indican que el cementerio sobra en la primera mitad del Periodo Intermedio Tardío (siglos X-XIII). Sin embargo en Lauri nos encontramos con uno de los más grandes cementerios de la costa central del Perú. No se puede eliminar entonces la posibilidad de que, al tomar muestras apenas de unas tumbas de entre millas que se encuentran aquí, se llegó a un resultado accidental que no refleja por completo la cronología del sitio. Lo confirma también el hecho de que se conocen de este cementerio objetos provenientes tanto del periodo más temprano (Teatino), como del más tardío (Inca) con respecto a los fechados radiocarbónicos obtenidos” (Krzanowski 1991: 130).
Todas estas sugerencias nos llevan a considerar que Laure alcanzó una vigencia social principalmente, aunque no exclusivamente, durante el período arqueológico del Intermedio Tardío (900 dC – 1470 dC), esto lo ubica como parte de los sitios de la llamada cultura Chancay.
5. Expresiones culturales halladas
Otros detalles observados por Horkheimer fueron las “marcas”
pintadas con pinceles sobre las piezas cerámicas sin que sean parte reconocible de decoración, existen: “ … 33 variedades, sean líneas simples, paralelas, quebradas o curvas.” (Horkheimer, 1970:374). Su interpretación ha sido entendida como signos de propiedad, “emblemas de personas que ofrecieron estos platos y tazas, a veces llenos de alimentos al muerto para su uso en la otra vida.” (Horkheimer, 1970:374), o “identifiquen el objeto de la persona, no ya con multas de defensa de la propiedad sino como testimonio inconfundible de adhesión ante un hecho de resonancia en la vida de la comunidad. Estos platos con marcas en las tumbas podrían tenerse, así, como mensajes de condolencia, ya de una persona, ya de un grupo o ayllu” . (Busé, 1962: 209).
Laure es además el lugar de la identificación arqueológica de un tipo de cerámica particular conocido como Lauri impreso (Fig. 43), al respecto se refiere Horkheimer: “Entre la cerámica del Intermedio Tardío figura el “Lauri impreso” hasta entonces sin clasificación” ( Horkheimer 1964: 14)
Finalmente, existen evidencias de ocupaciones coloniales tempranas tal como lo emergen Tarazona (2000) quien encontró restos de cerámica con morfología de tinajas, probablemente utilizados para depósito de agua, vino o aguardiente.
Por otro lado, es indudable el prestigio que en el arte textil alcanzaron los chancay; Varios investigadores han ponderado sus logros en técnicas y calidad, en particular de Lauri se han publicado algunos estudios sobre estas identificando que usaron el telar y lograron estructurar desde telas llanas hasta otros que incluyen tramas suplementarias o urdimbres decorativas así como Telas llanas dobles o caladas ( Versteyleen 1969a: 4-9), aunque sin duda muy destacadas son las técnicas de Reps en trama y Reps de urdimbre (Versteylen 1969b: 57-61).
6. Contextos funerarios y la evidencia ósea
Según Horkheimer, en Laure pueden distinguirse dos grandes zonas en los cuales existen entierros; el cementerio oeste (quizá delimitado por una muralla) y el cementerio este, con límites poco visibles y que se distribuye entre los edificios. probablemente el escritor y periodista Hermann Buse de la Guerra precisó visitar Las excavaciones de Horkheimer en Laure, por lo cual tomó varias fotos y presenció las excavaciones. Según el escritor y periodista Hermann Buse “Horkheimer escogió un espacio de quince metros de lado y allí…, desarrolló un trabajo estratigráfico y de extracción de fardos funerarios que puede requerir modelo en su género” . (Busé, 1962: 208).
Buse es quien menciona la forma de enterramiento de algunos fardos. Las tumbas en un caso fueron construidas sobre el suelo de un corral de cuyes: “…algunos de hasta cuatro o cinco metros de profundidad” (Buse, 1962).
El arqueólogo alemán especifica el contenido de las tumbas que contienen los cuerpos rodeados por diversos materiales probablemente asociados a la actividad laboral del individuo (Horkheimer, 1970). Fardos funerarios rodeados de numerosas ollas denotaban a un ceramista (con 58 cántaros), y cuando estaba rodeado de quenas podría interpretarse como fabricante de quenas. Otras tumbas evidencian variaciones en su disposición
“La tumba 10 proporcionó un fardo alargado, únicos por la forma y la dirección del cuerpo. En efecto, en tanto que todos los cadáveres miran siempre hacia el Este, por donde levanta el sol, este exhibe la singularidad de estar dirigido al Norte. Reposaba sobre hilera doble de adobes y tenia alrededor de varios cantaros, tapados con vasos chicos vueltos hacia abajo o con platos” . (Autobús: 1962: ).
Aunque esta descripción menciona una Tumba 10 pensamos que era muy similar o la misma que aparece en la fotografía de Buse en cuyo pizarrón aparece La9, o sea tumba 9 (Fig. 30).
Las pocas evidencias óseas estudiadas o publicadas implican una identidad extendida, de esta forma lo explican Rojas al evocar unos cráneos provenientes de la Hda. Lauri (1967-1968: 304): “… un cráneo peruano, deformado por cuna, con mancha verde en la cara y la marca en el occipital, de la trepanación iniana, constituye un rasgo seguro del horizonte Chimú, Chancay”
El renombrado antropólogo Pedro Weiss considera que la deformación por cuna (técnica que usa instrumentos aplicados a infantes asociados a la estructura de una cuna de descanso) es una práctica muy antigua y presenta varios tipos, entre ellos el fronto occipital costeño que se caracteriza por dejar el cráneo con una asimetría y en la época Post Tiahuanaco aparecen en varios sitios tardíos de tal manera que “…predomina la deformación Fronto occipital por cuna, irregular y asimétrica… la trepanación estereotipada Supra-iniana, así como los cráneos con manchas verdes, debido a la costumbre de poner prendedas de cobre en la cara o en la boca…” (Weiss 1961: 55). Varios de estos cráneos examinados por Weiss provenían de Lauri (Weiss 1961: 54, Lámina XI).
7. Algunos sitios arqueológicos cercanos
Otros tiempos arqueológicos (Fig. 2) cercanos a Laure y de filiación cultural chancay llegaron a alcanzar gran importancia, pero hoy sitios prácticamente han desaparecido (dramáticamente la mayoría en recientes), entre estos sitios merecen especial atención los siguientes:
Chancayllo (Cementerio).
El cementerio de Chancayllo, a escasos dos kilómetros al este de la orilla del océano, se emplazaba sobre las arenas inferiores del cerro Grita Lobos, en el camino hacia Playa La Encantada. El cementerio cubría en su parte central al menos una extensión de 300 mx 500 m. y ascendía, desde los 80 msnm hasta los 130 msnm. En la superficie se destacaba la uniformidad de la inclinación natural, sin montículos artificiales ni evidencias de grandes edificaciones; lo más destacable era la notable presencia de grandes piezas líticas con formas prismáticas o de paralelepípedos, todos de material de granito, algunas de hasta 2 o 3 metros de longitud. Estas piezas parecían ubicarse sobre las tumbas subterráneas, aunque esto no ha sido certificado con estudios más prolijos. Evidencias alfareras eran piezas de alfarera de estilo Negro sobre Blanco, Lauri impreso,
Chancayllo (Huaca). Un montículo, ahora destruido, ubicado en las cercanías de la Hacienda Chancayllo. Ficha 14G02.
Chancayllo .
(Montículo). Considerado como una “Huaca” en la ficha 14G03 de Agurto con presencia de diferentes estilos desde el Intermedio Temprano hasta el Inca.
Cuadro de Chancayllo . Considerado como “…una especie de podio, de un gran cuadrilátero, de 1,50 m. a 2,50 m. de altura. El cuadrilátero tiene 44 y 66 m. aproximadamente” (Agurto 1974). Según la descripción “Parece ser la plataforma inferior de una huaca importante” (Agurto 1974). Según las advertencias habían sido reducidas para parcelas de cultivo, de tal manera que en las fotos aéreas de 1945 no se logra apreciar ni su trazado. La cerámica incluye Lima, Chancay e Inca.
Cerro Hatillo.
Identificado en la ficha 14G01 de Agurto; ubicado en las partes mas bajas del Cerro La Mina, al noreste, son montículos muy destruidos.
Jecuán . Sitio actualmente desapreciado; aquí que fue donde Max Uhle excavó a inicios del siglo XX. Jecuán se ubicaba en las partes bajas del noreste cerro La Mina, con vista hacia las lomas de Iguanil. De aquí
Pampa Jecuán
(Cementerio). Pequeño de 50 x 20 m. Agurto señala entre otros restos de superficie “Por primera vez en todo el valle hemos encontrado un pedazo de tela pintada con dibujos característicos del lugar”. (Agurto 1974. Ficha 14G04).
Pampa Jecuán . (Montículo) Agurto considera probablemente un “Templo” (Agurto 1974. Ficha 14H03).
Se debe mencionar también que al sur de Laure, se encontraba Sango Frío , que fue un sitio propuesto como un lugar en donde se fabricaban las piezas cerámicas Chancay. Los fragmentos informados presentan color verdoso no sólo en la superficie, sino en la masa de sus paredes (Colán y otros, 1935), esto da origen a la creencia de que ha sido elaborado con material procedente de la cantera de la “Mina de la Calera ” en el que hay también tierra de ese color, predominando el rojo.
8. El Virreinato y la hacienda de Laure
El patrimonio arquitectónico en esta zona presenta muestras en períodos políticos coloniales y republicanos, estos son impulsados en las casas conocidas haciendas y en los edificios que conformaban este sistema de gran poder económico; la hacienda de Laure fue una de las principales del valle de Chancay y hasta ahora sobreviven algunos edificios conformes de la misma, ahora transformada en sus actividades y funciones .
Otras informaciones históricas indican que los primeros pobladores españoles debieron de haber habitado en las haciendas de esta parte del valle, de hecho, algunas haciendas debieron de haber tenido su origen por mercedes virreinales
como la de Torre Blanca, la que fue concedida a Ruy Barba Cabeza de Vaca (Libros de cabildos de Lima; III: 2, 155 y 287).
También se tiene noticia de que algunos de los fundadores de Arnedo (pueblo de Chancay, posteriormente elevado a Villa de Arnedo y hoy, ciudad de Chancay) vivían en haciendas cercanas, entre estas la de Chancayllo. Sobre esta hacienda se sabe de que:
La mayor parte del área de la hacienda posterior probablemente fue dividida entre varios de los fundadores de la villa en 1562… uno de estos llamado Juan de Arona. Durante la década de 1570, la totalidad o una gran parte de las tierras fueron reunidas para formar una gran chacra, probablemente por un vecino de Arnedo llamado Gaspar Jiménez. Jiménez se retiro a un monasterio con posterioridad a 1585, pasando la chacra a un tal Rodrigo Alvarez de Ortega, quien la vendió al encomendero de Huacho, Juan Bayo de Campomanes. Bayo posteriormente la dividió, usando la mayor parte a un tal Pedro de Olea y la parte restante a Melchor de Cadalso Salazar, hermano del encomendero de Supe y Chancayllo y cuñado de Rengifo. Aparentemente las dos partes fueron nuevamente reunidas más tarde, pero no existen detalles sobre estas transacciones. (Archivo Nacional:
La Hacienda de Laure probablemente surgió de tierras concedidas a los fundadores de Arnedo, debido a la proximidad de las mismas a la villa (aproximadamente a 3 kilómetros al norte de Chancay). Sea cual fuere el caso Lure conoció una época de surgimiento económico a partir de las haciendas que sobrevivieron hasta la década de los sesenta del siglo pasado. Los edificios administrativos de la Hacienda Laure (Fig.70, 71, 72 y 73) aun existen y se encuentran vigentes con usos distintos, sin embargo representan una arquitectura antigua e inserta armónicamente en el contexto campestre, una tipología muy representativa de los valles de la costa que en la actualidad se esta perdiendo.
9. Algunas consideraciones
¿Quiénes eran los que vivían en Laure? Eran sin duda gente del lugar, arraigada desde siglos atrás y que eran parte de una sociedad compleja y distribuida de manera equilibrada en el valle que actualmente llamamos Chancay. En Laure existía sin duda un centro ceremonial muy vinculado al mar ya su articulación con el camino costero, de tal manera que podía relacionarse perfectamente con otros sitios del litoral; las dimensiones de sus edificios y su estilo y técnicas constructivas lo relacionan a otros sitios como Pisquillo Chico, Pancha la Huaca o Tronconal, todos los asentamientos de ocupación de gente chancay entre el siglo IX y XVI de nuestra era.
Aproximarse al entendimiento de un asentamiento arqueológico de gran complejidad es difícil si no conocemos al menos parte de su identidad; las evidencias se muestran fragmentarias y dispersas (como lo describe cualquier arqueólogo), no hay información que guía u ordene lo poco que se sabe ni pareciera haber interés por parte del resto de personas; Laure simboliza en algo esa perspectiva, un sitio enorme pero frágil, una fuente de cultura e identidad, pero desconocida a profundidad. Durante mucho tiempo fue lugar y origen de muchas piezas que adornan colecciones privadas o salieron al extranjero, todo esto debido a la acción de profanadores de tumbas o “huaqueros” (Fig. 74) ya la displicencia de la autoridad, más allá de eso es poco lo que se conoce. A pesar de su extensión el sitio no prácticamente no ha sido tomado en cuenta en investigaciones sostenidas y casi no se disponen de estudios publicados que nos ayudan a avanzar en su conocimiento. Lo que si es detectable desde las primeras décadas del siglo pasado es la cantidad de objetos arqueológicos utilizados como objetos de colección y que parecen provenir de este sitio; de esta manera, la mayor parte del material proveniente de Laure ha sido difundido por medio de colecciones privadas provenientes de los huaqueos y excavaciones clandestinas a partir de los años treinta (después de la visita de Tello el cual lo encontró “casi intacto” (Horkheimer , 1965: 43).
10. Reconocimientos
Debemos reconocer el apoyo de Antonio Bazán del Museo Arqueológico de Retes por el acceso al material procedente de Laure y que el museo expone permanentemente.
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[1] Graduado de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la URP, graduado de la Escuela Académico Profesional de Arqueología de la UNMSM; Graduado de la Facultad de Educación de la UNMSM en la especialidad de Historia y Geografía. Egresado de la Maestría de Arte Peruano y Latinoamericano de la UNMSM; Maestría en Conservación del Patrimonio Edificado de la UNI.
[2] Licenciado en Arqueología por la UNMSM, Diplomado en Gestión de Proyectos (Universidad del Pacífico) y con Maestría en Administración de Negocios (UTP). Investigaciones arqueológicas en Huaral y Cajamarca.
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