13 julio 2022

REVALORANDO LA CULTURA CHANCAY - SEGUNDA PARTE - JESÚS ANGEL BÉJAR APAZA

 

                                                             

La iconografía de los tejidos Chancay

La iconografía de los tejidos Chancay han sido poco estudiada y difundida por los arqueólogos nacionales, salvo contadas excepciones. 

Los tejidos Chancay no provienen en su mayoría de un sitio – tipo. Las técnicas de tejido empleadas son muy variadas; pero en cuanto a su decoración predominan las telas pintadas. Las de variados colores van asociadas, en cuanto a sus figuras, a la fase “tricolor” de Chancay; las bicolores parecen, en cambio, ser más tardías y por lo tanto estar asociadas a la cerámica blanco/marrón oscuro. 

Las telas de la primera fase que se observan muestran una fuerte dosis del “primitivismo” que hoy en día se valoriza tanto en el arte. Y son, como la cerámica y mucho más que ella. Las telas constituyen un testimonio, una forma del pensar “mágico – religioso” de ese entonces: visiones del cosmos con figuraciones del Sol, la Luna y el arco iris o el cielo representado en forma de “serpientes bicéfalas dentadas” (¿acaso estas son serpientes emplumadas sagradas como en el caso de la cultura Maya?), y otros símbolos.

La divinidad principal fue el “Señor de los Báculos”, personaje que también aparece en la Portada del Sol en Tiahuanaco. La deidad mantiene los brazos extendidos mostrando la palma de sus manos, las piernas flexionadas y los pies hacia afuera. Conserva una expresión pacífica y serena y su atuendo consiste en un penacho de plumas y orejeras. 

La iconografía de los textiles Chancay es más rígida y simétrica que la de los tapices pintados. Usaron imágenes de pájaros, peces, felinos, monos, perros peruanos, figuras en zigzag y diseños de dameros. Evocan un ambiente de inocencia y paz. La iconografía de la tela pintada Chancay contiene semejanzas con la trilogía de las divinidades solares pan-andinas. Destaca el dios antropomorfo custodiado por dos felinos o pumas, asociados al Sol y la Luna.  



Este afloramiento de ideas religiosas rurales, se muestra liberado del sofisticado y complejo pensamiento de Tiahuanaco – Huari. Sobre las telas de Chancay se ha ocupado, desde un punto de vista estético, L. Miro Quesada Garland, en una valiosa nota. 

Asimismo, Yoshitaro Amano, a quien se debe que las telas pintadas de Chancay se hayan conservado para la posteridad. Los buscadores de tesoros sólo perseguían objetos de metal y cerámica y dejaban los tejidos abandonados a la intemperie, hasta los años 50 supieron que Amano se interesaba por ellos y los compraba. 

Sólo entonces fueron valorados; los coleccionistas nacionales mostraban poco interés por los tejidos Chancay, por el “primitivismo” un estilo pictórico atribuido a Pablo Picasso, hoy sabemos que no fue Picasso el primer ni el único que uso este estilo pictórico, es muy posible que Picasso viera los tejidos Chancay en alguna exhibición de España o Francia y los usara para desarrollar su nuevo estilo pictórico. 
 


Las gasas Chancay

Son tejidos con tramas y urdimbres, pero las urdimbres no se quedan paralelas, en el transcurso del tejido se cruzan una urdimbre y otra. Son tejidos muy livianos en hilo de algodón y de color blanco. Hay una diferencia de torsión de los hilos de urdimbre y trama. Esto provoca cierta elasticidad en el tejido.

Si bien fue conocida y usada de forma básica en culturas anteriores como la cultura Paracas (Período Paracas Cavernas) y Nazca, no aparecieron en culturas posteriores y no alcanzaron una maestría como las gasas Chancay. Los tejedores de la cultura Chancay hicieron sus gasas como redes muy finas adornados con diseños marinos y figuras humanas. 

Los tejidos Chancay fueron un lenguaje simbólico y cada imagen significa algo, por ejemplo: un pelícano con un pez en el pico significa “lugar donde abundan los peces”, o un hombre cercado por peces, significa “zona de acequias buena para pescar”, y otras imágenes y símbolos más. 



Arquitectura de la cultura Chancay 

La cultura Chancay también levantó muchos templos, y edificios poco conocidos y estudiados que han sido poco estudiados y conservados que han sucumbido al paso de los siglos y de los cuales quedan muy poco, sólo fragmentos que representan un rompecabezas para los diversos estudiosos de la cultura Chancay. Los pocos lugares que se han conservado hasta nuestros días son: Lauri, Lumbra, Tambo Blanco, Pasamayo, Pisquillo Chico y Tronconal, en estos lugares se concentraban los artesanos y producían ceramios y textiles a gran escala, un caso único que no se dio en ninguna otra cultura prehispánica.

Lamentablemente muchos de estos sitios han sido destruidos por la mano del hombre, el abandono y la falta de voluntad política para su recuperación, restauración y puesta en valor que constituye parte de nuestra arquitectura peruana. En ese sentido el trabajo de campo e investigación de Guzmán (1991) es un valioso aporte porque describe la detallada disposición espacial de dos edificios, y nos brinda conceptos aplicados a la arquitectura tales como la dualidad andina, simetría, oposición, unión de contrarios materializados en estas construcciones. 

"La arquitectura es otro soporte más de memoria que evidencia y acentúa el pensamiento de los pobladores Chancay. Los ejes de construcción hacia donde sale y se oculta el Sol, los esquemas de cuatri-partición por medio de rampas, los edificios en pareja idénticos pero invertidos, las rampas, graderías, varas de acceso, pasajes en zigzag todo un universo constructivo diferente, enfocado hacia como ordenaban el mundo, un mundo en movimiento y regeneración. Los edificios urbanos prehispánicos no son estáticos, sino cambiantes y dinámicos:

En la arquitectura de la cultura Chancay se levantaron varios edificios desde construcciones por etapas, refacciones, demoliciones, reconstrucciones y, en otros casos fueron enterrados con rituales. En este caso, ambos, centro urbano y edificio, son dinámicos y no estáticos. La arquitectura refleja a las familias o instituciones, así como una estructura social con vínculos de participación, reciprocidades, alianzas o conflictos internos e interétnicos"  (Guzmán 1991: 47).  



Estas modificaciones tanto como la propia edificación mostraron una capacidad constructiva, las especializaciones, la organización efectiva que se daba en diferentes expresiones culturales de Chancay.  

La orfebrería 

La cultura Chancay también desarrolló la orfebrería fina. Se han hallado piezas invalorables de orfebrería, pues los artesanos Chancay trabajaron de manera llamativa el cobre, el bronce, plata y el oro siendo el repujado y calado de láminas el procedimiento más usado. 

Elaboraron exquisitas figurillas y diversos adornos con decoraciones geométricas, aunque los motivos antropomorfos y zoomorfos son bastante frecuentes. Desarrollaron un arte figurativo muy rico a base de tupus o prendedores de prendas de vestir rematados por figuras humanas o zoomorfas. Colgantes, pectorales, collares, aretes, anillos, brazaletes y pulseras son otros objetos fabricados según estas técnicas. También confeccionaron objetivos rituales, como vasos, copas, ídolos, etc. Utilizaron como amuletos u ofrendas, que representan animales y figuras humanas, entre los que destacan estilizadas figuras antropomorfas, así como llamas y vicuñas. 


Restos arqueológicos 

En el aspecto arquitectónico, la cultura Chancay desarrolló núcleos urbanos de grandes dimensiones. Como material de construcción emplearon el adobe fabricado en serie en base a moldes y mezclado con piedra. La agricultura precisó obras de ingeniería hidráulica tales como terrazas, reservorios de agua y canales de regadío. Las ofrendas y ajuar funerario de pequeños poblados, donde los habitantes estaban asentados por oficio. 

Los principales centros de la cultura Chancay fueron: Pisquillo Grande, Pisquillo Chico, Lumbra, Zapallal, Puerto Chancay, Jecuán, Pancha la Huaca, Tronconal, Tambo Blanco, Pasamano y Laura que concentraron una población de artesanos. Comprendían sectores residenciales, ceremoniales y administrativos con pirámides, complejos de edificios, grandes plazas, cementerios, reservorios, terrazas de cultivo, etc. El acceso a las pirámides fue a través de rampas. Pisquillo Chico habría sido una compleja urbe de adobe. 

El sitio arqueológico de las Shicras consta de estructuras de piedra y tierra de hasta 9 m de altura y fue usado como centro ceremonial. Presenta ocho niveles y tendría unos 4 800 años de antigüedad. Añay es otro conjunto arquitectónico que se encuentra en Huayopampa, al este de Huaral.      
  

Conclusiones 

Podemos llegar a las siguientes conclusiones:

- La cultura Chancay desarrolló una cultura sofisticada que no era la réplica ni copia de ninguna otra cultura, aunque recibió la influencia de las culturas del norte de nuestro país.

- La cultura Chancay alcanzó una gran maestría en el manejo de los tejidos y las gasas, usando técnicas superiores a los desarrollado por los hombres de la cultura Paracas. 

- La cultura Chancay logró avances sorprendentes en el campo de la navegación al construir caballitos de totora y embarcaciones más grandes.

- La cultura Chancay pudo desarrollar una orfebrería fina en objetos de oro y plata, lo cual sugiere que sus orfebres alcanzaron una maestría admirable en el trabajo con metales finos. 

- La cultura Chancay también desarrolló una cerámica escultórica y fue la primera cultura en desarrollar la producción de sus ceramios en masa, algo admirable, ya que otras culturas no consiguieron la producción en masa. 

- La cultura Chancay desarrolló un arte abstracto que fue usado y expandido por el pintor Pablo Picasso, quien no reveló que su fuente de su estilo pictórico estaba en la cultura Chancay. 


Bibliografía

Cultura Chancay (2004) – Edgar Wiesse – Editorial Atenea pp. 25 – 68.
Culturas pre incaicas del Perú (2007) – Editorial El Comercio pp. 54 – 64. 
Del Busto José Antonio (1994) – Perú Pre – Incaico pp. 83 – 89.
Revista de arqueología “Arqueología y Sociedad” Nro. 12 - (2004) “Un acercamiento a la cultura Chancay y sus logros más destacados” pp.163-178.
Perú Prehispánico Kauffman Doig Federico (1989) “Cultura Chancay” pp. 180- 194

Sobre el autor:


Jesús Angel Béjar Apaza
es profesor de Ciencias e Historia del Perú en Nivel Primaria y Secundaria, Cursos de arqueología en la Facultad de Ciencias Sociales (UNMSM -2002- 2005), Astronomía en la Facultad de Ciencias Físicas (UNMSM .2002 – 05), Guía de Turismo en el Cepea (2005- 2008). Educación en el Pedagógico América (2018 -2021), Experto en temas de Paleontología (2019 - 2022).  Especializado en temas de Ecoturismo, escritor de Temas prehispánicos, divulgador científico y cultural.



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