18 agosto 2010

FALACIOFIA - Arq. Carlos Alberto Ancón y Bujama


¿En esta imagen, usted que ve?



¿Qué nos resulta más interesante leer, un buen cuento, una novela histórica o simplemente el periódico de todos los días? o por qué no plantearlo en términos más actuales ¿El correo electrónico, el blog del momento o nuestra página de Facebook?

¿En dónde encontraremos más placer, esparcimiento o conocimiento?

Esto que parece tan cotidiano, arroja pistas sobre el significado del enunciado, vale decir, como conformamos nuestra escala de valores, las apreciaciones que tenemos del mundo contemporáneo y como estas apreciaciones a su vez nos reinsertan en la sociedad para colaborar en su transformación.

Veamos, si me intereso por el periódico de todos los días, a lo mejor llegue a ser un enterado de la noticia y de la actualidad en varias de sus facetas, pero no así un ilustrado, menos aún si el periódico en ciernes no pasa de la categoría de pasquín, que a la sazón es lo más usual en estos días.

Si digo que la novela histórica, es posible que aún subiendo el listón, la dichosa ilustración no se componga más que de un conjunto de conocimientos fofos y quiméricos con cierto contenido de verdad que recalarán en el nicho de “el saber no ocupa espacio”. Algo similar ocurre con el cuento, este es entretenido, ingenioso y reflexivo pero no pasa al plano real, no alimenta nuestras ansias de conocimiento verdadero y útil.

La actualidad nos plantea otros retos, quien se preocupa del Facebook o de redes similares, encuentra en el ejercicio de las relaciones sociales quizás la mejor herramienta de su propio desarrollo personal, no está mal, nada mal, pero a su vez ¿Desarrollo personal sin contenidos? Más allá de nuestras propias vivencias o las que nos aportan entornos amigables, mediatos o inmediatos, esto parece no garantizarnos el éxito esperado.

Los blogs que hoy por hoy proliferan merecen calificativo aparte y directamente proporcional a la temática que desarrollan, al orden de la exposición de sus propios contenidos, al nivel de confesión vivencial, al trato analítico o de simple propuesta dentro de ese supra-espacio de foros, links y restos de la blogósfera.
El correo electrónico es solo un medio cada vez más comercial que vinculante, muchas veces rompe nuestras expectativas más sagradas -incluyendo las íntimas- con un aluvión de notificaciones espámicas que confunden nuestros sentidos, de forma que solo deseamos contestar lo poco contestable y a la carrera, es decir, más emitir que recibir y sin perder tiempo.

¿Qué quiero decir con todo esto?

Bueno, en primer lugar, llamar vuestra atención por el hecho de seguir una dinámica inercial que nos lleva siempre a los mismos lugares de manera amena y entretenida seguramente, pero siempre a los mismos lugares y, en segundo lugar, proponer roles protagónicos dentro de esta “sociedad de la información” pero primero encontrándonos a nosotros mismos, con el conocimiento suficiente que nos lleve a asumir una actitud crítica y constructiva, no aceptando las cosas a pies juntillas como si estas provinieran de fuentes divinas -pruebas al canto- alguien recuerda frases como estas:

“Los bancos nunca quiebran”, “es bueno ahorrar”, “invierta en bienes raíces porque nunca pierden valor sino que lo ganan”, “invierta en calidad de vida”, etc., etc…

Hoy a la luz de los hechos recientes, del análisis histórico de situaciones y personajes (un expresidente yanqui del que no quiero acordarme, un Osama ¡que así como nos ama…! , un Papa con un pasado dudoso y un hermano presente…, unos Banqueros en juerga frenética pasando facturas colosales y un Obama muy prometedor, quizás demasiado) que retratan un mundo que se ha vuelto muy inestable, manipulador y en crisis de valores e instituciones, emerge como paradigma salvador LA IMAGEN. Así, si tienes una buena imagen tienes más posibilidades de tener éxito, si no la tienes, el fracaso está asegurado, si este último es tu caso, más vale que te consigas un manejador de imagen pronto; pero no te preocupes, toda la gente VIP lo tiene, el publicista, el hombre de negocios, el arquitecto de éxito, el político actual y un largo etc…

“La imagen al poder, et Vivre la Vie‘n rose” nos parece espetar en el rostro la sociedad actual, o ¿serán los creadores del marketing? no puedo determinarlo con seguridad, pero es así, incluso se ha pluscuamperfeccionado al mezclarse con un valor “superior” LA OPORTUNIDAD.

No sé si estos valores actuales son dignos de crédito ya que provengo del milenio anterior y por lo tanto presumo de “antiguo”, pero sí puedo afirmar que la imagen en general es mejor cuando más auténtica es, es decir cuando son acordes las formas con los contenidos, y es aquí a donde quería llegar. AUTENTICIDAD es la clave para determinar el contenido de realidad, de conocimiento y veracidad de ese acuerdo.

FALAZ, mentiroso, engañoso y fatuo es precisamente lo contrario pero que por IMAGEN y OPORTUNIDAD pueden bajo determinadas circunstancias PARECER verdad.

Lo único que puede impedir que la lectura de unos y otros se confunda y no se distorsione es la ILUSTRACIÓN, es decir la búsqueda del conocimiento auténtico, profundo y fundamentado en la historia, la ciencia y el saber humanos, así como sus personajes y los contextos circunstanciales que les cupo afrontar en su afán de construir un mundo mejor, mas justo y con mayores y mejores oportunidades para todos.

La Filosofía clásica definió al arte de pensar como “El amor a lo esencial, lo verdadero, lo auténtico” hoy podríamos acuñar un nuevo término; la FALACIOFÍA definida como: “El amor a lo conveniente, oportuno y no auténtico pero sí necesariamente efectivo”.

Derivada de dos vocablos: “FALAZ” (falso) y “SOPHOS” (amor por), aquí debo aclarar que no he querido emplear los términos sofisma, sofista o Sofismolofía porque estos me parecieron muy acotados en sus definiciones y reducidos al plano puramente lógico-racional-filosófico. No, la Falaciofía no debe entenderse solo entre esos márgenes, también va invadiendo raudamente los campos de la sociología, el arte, la arquitectura, la política, el deporte, la moda, la economía, la música y un tremendo etc. Esto significa que se está convirtiendo ya en un estilo de vida que se instala en todos los ámbitos y quehaceres de la sociedad globalizada, cuya característica principal es la de cimentarse sobre los escombros de valores antiguos ya olvidados, desatendidos y convenientemente distorsionados (parecidos), es decir, en el mero centro de sus propias crisis.

Si no, de que otra manera podríamos entender cuestiones como estas: “votaré por el candidato que me PAREZCA más honesto…”, “me compraré aquel vestido porque CREO que fulanita se morirá de envidia…”, “me han DICHO que con este tónico se me dejará de caer el cabello….”, “Ese es un inmoral, ¿no has LEÍDO el ….?”, “ …y que importa, ¡Hay que DARLE lo que quiere a la gente ..!”, “Menos es aburrido…(Less is boore)”, etc., etc…

Ahora no pretendo crear un debate sobre lo moral y asumir una actitud poco menos que mojigata, no, en su lugar pondré en práctica ese cinismo que llevamos todos dentro y aceptaré que el mundo ha cambiado, de forma que ESTO es lo que prima, lo concreto y lo útil que puede llegar a ser, vamos, ALGO tan efectivo como una ametralladora (dependiendo del simio que la empuñe) o una bomba inteligente con daños colaterales incluidos. Acepto este marco circunstancial, pero a su vez lo recuso, reto a duelo y rebato en el terreno de lo ideológico y le planteo los problemas del perfeccionamiento, la superación y la trascendencia; por contra no exijo la extinción (que ya quisiéramos antiguos como yo) sino la SUPLANTACIÓN, es decir que venga otro concepto mejor a continuar “su obra”.

Allá vamos; “votaré por el candidato que me PAREZCA más honesto…” ¿Queremos decir que nos convertimos en jueces que elaboramos juicios apriorísticos “de parecer” y no “de ser”, es decir ni siquiera nos tomamos la molestia de comprobar los contenidos de honestidad de unas personas u otras, muchas veces justificamos esta actitud con la “memoria”, con lo que se publica en los “medios” y con el “sentir popular”, lo importante quizás no es tanto juzgar, sino ser juzgados por nuestro entorno inmediato como una persona más que participa del “pensamiento colectivo” aún corriendo el riesgo de ser confundidos por buenos comunistas, lo peor no queda ahí, hecha la apuesta después viene la realidad y resulta que Ssshhh se desinfla el candidato y otro ocupa su lugar (igual que en la canción) ¿Cómo hemos quedado? Ufff un frío espectral recorre nuestras frentes y claro no nos queda otra cosa que… seguir opinando igual que los demás, pero resulta que hay varias versiones; entonces cunde el pánico, el frío se extiende a otras partes de nuestro ser, y lo que es peor: NUESTRA IMAGEN está en peligro, pero… ¡Ya está! “A mí ¿qué me preguntan? si SIEMPRE he dicho que la política no me gusta; además TODOS los políticos son unos SINVERGÜENZAS, etc.”, claro parecemos estar a salvo, pero SIEMPRE hay buenos OBSERVADORES que también tienen “memoria”, además no solo se valen de los “medios” sino que incluso los manipulan y entonces relanzan sus propios juicios -ahora en nuestra contra- los que finalmente se convertirán en parte del nuevo “sentir popular”, es decir ESTO no se ha perfeccionado, ni ha superado su estatus original y lo que es peor, ha trascendido pero de la peor manera.

¿Y cómo se resuelve esta ecuación? Varios son los métodos, veamos dos:

Método oportuno – Desde un principio declaramos “A mí no me pregunten, SIEMPRE he dicho que la política no me gusta, además no tengo una buena opinión de los políticos”, etc., es decir, damos nuestra opinión y ocultamos nuestras preferencias pasando por unos desaprensivos, pero no nos consumimos en la apuesta.

Método informado - “Votaré por ese candidato porque HE LEÍDO su plan de trabajo y me parece de todos el mejor, además es honesto,etc…”, resultado: Ssshhhh igual se desinfla -pero a la inversa de la situación inicial- he dejado sentada mi posición de manera tan clara que incluso si fracasa el ganador de turno puedo agregar “¡¿Qué les dije?!”; además, he argumentado con las ideas del plan de trabajo de ese candidato y si gana y fracasa siempre puedo decir “el plan era bueno pero lamentablemente NOS engañaron”, así mi imagen estará a salvo dado que no están en juego mis ideas ni mis raciocinios, solo los argumentos del candidato y su catadura moral, intelectual, etc.

“Me compraré aquel vestido porque CREO que fulanita se morirá de envidia…” Siii claro, porque crees conocer a fulanita, lo que no sabes es que fulanita ya se compró el mismo vestido y seguramente por FALTA DE INFORMACIÓN las dos se encontrarán con la sorpresa más desagradable de sus perezosas vidas, es decir uniformadas en ESA OCASIÓN MUY ESPECIAL, vamos, no se mantendrán en pié ni siquiera para la foto de familia.

“Me han DICHO que con este tónico se me dejará de caer el cabello….” Por supuesto, al fin de cuentas lo más importante para quien te lo ha dicho es que compres el producto, que -cuando no- no arroja resultados sino hasta después de un laaaargo tiempo y después de haber resonado el típico “Klinggg” de SU caja registradora. ¡Si como no! un producto al que debemos siempre de “complementar” con el shampoo aquel, las ampolletas esas y un listín de productos de Padre y Señor mío, resultado: Has luchado denodadamente contra TU propia naturaleza LA QUE DESCONOCES y se ha ido como el viento un chorrazo de dinero que bien pudiste invertir en una operación de reimplante capilar y lo peor, la frustración e impotencia habidos hacen que te salten las lágrimas por dentro y fuera al desconocer aquel sujeto que se retrata cada mañana en tu puñetero espejo.

“Ese es un inmoral, ¿no has LEÍDO el….?” Esta es una de mis favoritas, sí, sí, sí, cuando Jesús dijo que tire la primera piedra el que esté libre de pecado, claro, contaba con no tener a ningún latino alrededor, es decir jugaba con ventaja, sí, sí, sí, los latinos somos siempre los más decentes, puros, limpios e inmaculados, deberíamos llamarnos virginianos y no latinos; lo mejor es que nos encanta ese sabor exquisito de la carne a la parrilla, el atufado que se produce despierta en nuestro interior el demonio que llevamos dentro, la bestia original (deja salir a la bestia, dicen algunos primitivos primitivistas o debería decir primitivos de enésima generación) esa que nos otorga el poder de atinarle un buen pedrajo al crucificado -por supuesto escondiéndonos en la multitud- y a la distancia. ¡Que habilidad e inteligencia! y que oportunidad más adecuada para dar rienda suelta a nuestro odio entrañable, mejor aún si además lo ha publicado el medio tal… donde para colmo, se encuentra la crema y nata de la lumbre intelectual, indiscutible, barnizada de infalibilidad como el Papa.

Solo nos bastan algunas declaraciones, rumores y la opinión de los siempre omnipresentes “observadores”, además estos tienen el respaldo de las “fuentes” (absolutamente inubicables). Ahora que… pruebas, indicios, investigaciones y sobre todo comprobaciones… ¡De eso nada, monada! que el/los acusados demuestren su inocencia, al fin de cuentas todos nos encontramos sumergidos en esa masa corrupta, hedionda y apestosa a la que se refería Sârtre que es la realidad, nuestra realidad. ¡Ah, pero un momento! ¿Quién dijo que todo es inútil? no, no, no, hemos logrado llamar la atención pública a través del escándalo, eso quiere decir que podemos seguir vendiendo “nuestras ideas” al precio razonable y comercial de todos los días, durante un buen tiempo y si conseguimos derrocar a la figura que lleva impresa nuestra diana en la frente ¡mejor!, ¡mejor!, ¡mejor!

¿Que nos demandan? Bueno Sr. Gerente, ¿Con esta campaña cuantos pasquines más podemos vender?, ¿Cuánta publicidad podemos atraer?, ¿Cuánto beneficio en suma podemos acumular?, tanto Sr. Presidente del Directorio; Hummmmm: Menos tanto de costas procesales, reparaciones, tasas, honorarios profesionales, Hummmmm, pues sí, ganamos un buen pellizco igualmente; está bien Sr. pero nos pedirán información sobre nuestras “fuentes”, ¡Nada, nada! “el secreto profesional nos ampara”, que se ponen insistentes y pesados, “fulanito atenta contra la libertad de expresión” y ¡Zás! ¡Toooma nueva campaña! y a volver a empezar (¡Uy! ¿Dije empezar o “lucrar”? Bueno, para el caso es lo mismo). Sr. nos piden una rectificación en los mismos medios que publicaron la difamación, ¡Pero si no hay problema! Una columnita más parecida a un aviso clasificado, perdida por la sección del obituario y ¡Ya está! resuelto el caso, total para lo que nos queda en el convento…

“…Y que importa, ¡Hay que DARLE lo que quiere a la gente…!” Este es el no va mas, el Non Plus Ultra de la Falaciofía, aquí definitivamente no escatimamos en descaro, cinismo e incluso hipocresía; en primer lugar, quién se ha erigido en el sabedor de “lo que quiere la gente” ¿Los Illuminati?, ¿Los Gurús del Marketing?, ¿Los Amos de la Tierra? Y quién nos ha condenado a un amable comunismo que pretende declarar solo UN deseo común para la sociedad y no diferentes anhelos igualmente válidos, tantos como integrantes tiene aquella.

En cuanto a “Menos es aburrido…(Less is boore)” merece una mención especial, aquí encontramos un predecesor casi antediluviano de la Falaciofía, un reclamo libertario que más parece un reniego de su creador Philip Jhonson en contra de uno de los mayores defensores de la arquitectura moderna como fue Mies Vander Rohe (Less is more), director de la Bauhaus, miembro integrante del CIAM y padre de una de las expresiones arquitectónicas modernas más puras y excelsas, no solo en el planteamiento funcionalista de sus diseños, sino en su particular forma de cultivar el amor por el detalle, mas no por el ornamento al cual despreció de forma tajante e intransigentemente. Pero hay que reconocer que así como Jhonson, más de un modernista de formación y renuente a seguir los mandatos del Estilo Internacional emitidos por el siempre ubicuo CIAM, dejó las banderas del racionalismo modernista para entregarse a la búsqueda de nuevas formas de entender el espacio, abandonado los principios de “la forma sigue siempre a la función”, “la máquina de habitar”, “menos es mas”, etc.

Este contexto permitió que germinara el Postmodernismo que parecía liberar al mundo de una tiranía ideológica que solo había conseguido generar una interminable serie de malas copias, infaustas expresiones antiestéticas y finalmente una deshumanizada arquitectura, esos eran los postulados de los antimodernistas en un principio, la basa de sus críticas y posteriores mofas, además los objetivos primordiales de los grandes maestros de la arquitectura moderna ya se habían cumplido hasta la saciedad. Al llamado de la Segunda Revolución Industrial ellos habían resuelto el problema del empleo de los nuevos materiales que la industria proponía (el acero, el hormigón y el vidrio) racionalizando su uso en la creación de espacios arquitectónicos como urbanísticos totalmente ascéticos y puros, habían roto con la historia para generar nuevos capítulos de la misma, la eliminación de lo simétrico conllevó al dinamismo espacial interior y una nueva morfología exterior, la supresión de las columnatas, pilastras, molduras y dintelerías trajo el desarrollo de nuevas tecnologías más osadas pero igualmente efectivas y propuestas tremendamente expresionistas; no se abandonó el mobiliario, este se renovó, se agilizó, se moduló, se matrizó y finalmente se produjo a gran escala, se dio orden a la ciudad en plena reconstrucción, se le otorgó un nuevo perfil e identidad, se le dotó de previsión, se la mesuró, etc. Y todo para cubrir una necesidad de consumo inmediato por parte de grandes masas que habían atravesado sucesos devastadores como la Gran Recesión y las dos Guerras Mundiales, es decir la propuesta modernista fue la más conveniente para el tiempo en que emergió, por el contrario, los antimodernistas solo querían aprovechar “el prado que se abría pasando el bosque”, descargar la pesada mochila, liberarse de su compromiso primario y beber de nuevas fuentes y ríos, o más bien diríamos: regresar a viejos postulados, que más parecían eclecticismos disfrazados de “regionalismos” pero eso sí, muy “humanos” (hay que darle lo que quiere a la gente), porque para seguir haciendo lo mismo y mal prefiero “variar” parecían decirse. Es más, ya no hay industria que no se pueda conquistar con nuevos retos casi en cualquier plano, inclusive los de la decoración, el maquillaje, la moda, etc. Incluso podrían hacer aparecer lo antiguo como nuevo, es cuestión de contextualizar y descontextualizar, rebatir lo anterior con sus mismos argumentos, recrearlo de forma tal que no se parezca o quizás sí, vamos, deconstruírlo y volverlo a hacer pero bajo una nueva perspectiva un “nuevo concepto” aunque la estética es parecida, con lo que el efecto conseguido tiende a mostrarse “raro”, bizarro, excéntrico pero eficazmente atractivo, ¡Aleluya! hemos creado una nueva tendencia (antes conocida como escuela, pero sin el mismo rigor).

Es curioso esto lo del Postmodernismo, dicen proponer sobre lo ajeno pero ellos en sí y por sí no proponen nada nuevo, además si están tan seguros de su propuesta, porqué no emergen nuevas Werkbund, Der Stijl, o Bauhaus; no parece misión tan difícil para mentes tan privilegiadas, o acaso no es cuestión de fondos sino solo de formas… IMÁGENES, y cuanto más consumibles sean, muuucho mejor; compromisos los menos posibles; tutorías, de ninguna forma y finalmente TODO debe estar referido a “Mi Arte” (a mí no me pregunten, SIEMPRE he dicho que…). Al fin de cuentas las ideologías como tales parecen ya no ser necesarias, solo el producto final, además nuestro manejador de imagen nos preparará el discurso adecuado, intelectual o intelectualoide ¿Quién notará la diferencia si lo LEEN publicado en…?

Ahora, ¿cuál será el estado superior, perfeccionado y trascendente de esta y aquellas otras propuestas que brotan al pié de la cruz de la Arquitectura Moderna? Si los materiales son los mismos, el funcionalismo como solvente del diseño no se ha recusado y está en vigor, aunque la problemática de sociedades y ciudades ha aumentado en número y complejidad.

Es que finalmente todo se reduce a un problema de… ¡¿DECORACIÓN?! O será de formas, de consumo, de modas, de marketing, o simplemente la INCAPACIDAD DE INTERPRETAR CON ACIERTO los postulados primigenios del modernismo, que son válidos incluso para la problemática de hoy. No creo que sea cuestión de caprichos personales, mas bien sí de actitud frente a los retos que nos plantea la sociedad actual, a la sazón una sociedad globalizada, una sociedad en crisis que avanza velozmente hacia una segunda Gran Recesión que asusta. La respuesta la encontraremos dentro de nosotros mismos con una buena dosis de ILUSTRACIÓN, hasta pronto amigos.



Carlos Alberto Ancón y Bujama

RESPUESTAS:

A.Una mujer joven
B.Una mujer vieja
C.Yo veo un dinosaurio que se las come.
D.¡Una mariposiiiiita!
E.No veo ni a tres en un burro…
F.Todas las anteriores y más también

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