El día sábado visité las instalaciones de CENTRUM Católica, que es la escuela de Negocios de la Universidad Católica peruana; en esta sede, se forman los profesionales como empresarios. Realmente quede gratamente sorprendida con su infraestructura, porque encontré que en su concepción han logrado fusionar arquitectura y tecnología educativa de un modo muy acertado.
En este campus universitario, el alumno vive una experiencia educativa, estimulante, porque a todos los espacios educativos, les encuentran un sentido. A los edificados y no edificados. Se percibe, que su composición arquitectónica esta en armonía, lo que le genera en el usuario, un estado de ánimo, que motiva su creatividad. Me convencí, que esta concepción arquitectónica, está basado en principios neurocientíficos.
Por lo que me dedique a observarla con mayor detalle. Encontré que el espacio del aula había sido diseñado con criterios ergonométricos físicos y cognitivos, para permitir una perfecta relación entre estudiante, profesor y confort ambiental. Seguramente con el propósito de que el usuario, alcance su mayor nivel de atención y concentración sostenida. Es decir, que la calidad de este espacio físico, realmente potencie el proceso de enseñanza – aprendizaje.
Inclusive esta aula está diseñada para crear un clima especial, que despierta un bienestar térmico, muy acogedor para cualquier actividad mental.
Otra de las bondades que encontré de esta construcción educativa, es que, el proyectista ha aprovechado muy bien la iluminación natural, para evitar cualquier sensación claustrofóbica, que provoque algún tipo de estrés o fatiga mental. Y por el contrario, provoca sensaciones de tranquilidad, armonía y de reflexión.
Actualmente las mejores universidades del mundo están dedicadas al desarrollo de la ciencia y la tecnología. No se concibe una universidad en su real dimensión, que no desarrolle conocimiento superior. Es esta la razón, por las que muchas se han convertido en verdaderos centros de innovación no solo, por sus logros y descubrirnos científicos. Sino porque, también trabajan en la construcción de un modelo de ciudadano muy diferente al que hoy conocemos. El hombre del mañana, tendrá una mayor capacidad intelectual y un enorme potencial creativo.
Imagínense ustedes, hasta hace una década, el requisito para ingresar y estudiar en alguna universidad, era primero terminar la secundaria. Sin embargo, algunas universidades del extranjero, se han dado cuenta que hoy se vive, un mundo sobre estimulado, que ha permitido duplicar los cocientes intelectuales de los niños. Por lo que un niño de seis años de edad, actualmente puede ser tan desarrollado cognitivamente, como lo era un jovencito de 17 años, hace 10 años.
Obviamente, las universidades que se embarcaron en estos experimentos, se basaron en funcionar la tecnología más avanzada del universo (el cerebro humano), con la arquitectura y la tecnología educativa.
Actualmente, encontramos muchos ejemplos de jovencitos graduados de bachilleres con 10 años de edad, como:
- Kim Ung-Yong quien alcanzó el nivel universitario a los 4 años y se doctoró a los 15, es poseedor del mayor IQ del mundo.
- Michael Kevin Kearney quien fue el primero en graduarse de la universidad a los 10 años, y obtuvo su maestría a los 14 años de edad. Batió varios récords académicos mundiales. Fue el catedrático más joven a la edad de 17, en la historia de la universidad.
Estos niños ingresaron a sus escasos seis de edad, debido a su presencia la infraestructura del campus universitario, tuvo que modificarse. Imagínense ustedes, a uno estos niños, pidiéndole al catedrático, que los lleve al baño. Las universidades tuvieron que acondicionar, su infraestructura para estos nuevos estudiantes, hasta en los mínimos detalles, como por ejemplo, tuvieron que disponer de baños especiales con inodoro especial, lavamanos pequeño, como si se tratará de una escuela primaria.
La arquitectura del campus universitario modificó su tecnología educativa, no solo en función de la ergonomía física, sino principalmente en los modelos ergonométricos cognitivos, que se implementaron con el propósito de desarrollar el máximo potencial de estos maravillosos cerebros.
Acoger en las universidades a los niños geniales universitarios, ha permitido desarrollar el campus universitario, con nueva tecnología educativa, basada en criterios neuroarquitectonicos. Es por esto, que la actual infraestructura educativa, tanto en su estilo, forma y composición volumétrica, intentan brindarle al usuario, una sensación de dirección, equilibrio y armonía. Para promover el pensamiento creativo del alumno.
Las investigaciones, en neurociencias, han demostrado que el cerebro siempre busca el sentido a la experiencia que vive, para construir su concepto. El cerebro cada segundo, crea una nueva imagen mental, que la llamamos percepción. Su orientación va depender de la calidad del ambiente, pudiendo ser altamente productiva o terriblemente negativa (fobias).
En el Perú, las universidades se preocupan mucho en brindarles a sus estudiantes de post- grado, la infraestructura y tecnología educativa para desarrollar su creatividad. Y eso, me parece muy bien.
Pero la educación peruana, también deberá basarse en principios neurocientíficos y en los procesos neuroplásticos, para aprovechar las oportunidades neurológicas, que permiten el desarrollo cerebral humano. Que indican, que el 85 % del cerebro se desarrolla durante los primeros tres años de edad; entre los 5 y 6 años se establecen todas las conexiones y redes sinápticas – Este momento, es el de mayor plasticidad cerebral, porque la persona alcanza el pico más alto, en su potencial de aprendizaje – después de esa edad, –el aprendizaje, cuesta mayor esfuerzo. Aunque hasta los 20 años, el cerebro se sigue desarrollando, pero solo para terminar de lograr el 15 % de volumen que le faltaba, para estar completo. Las redes sinápticas, que no se han estimulado, entre los 0 y 5 años de edad, se pierden para siempre.
Y por lo tanto, los especialistas peruanos en tecnología educativa, tiene la obligación de establecer los criterios neurológicos, para que la arquitectura educativa, de las etapas escolar y preescolar estimulen el mayor potencial de neuroplásticidad del alumno. Se tiene que cambiar la visión actual de la educación peruana, que prepara ciudadanos administradores de la tecnología foránea, por una nueva visión que forme ciudadanos que creen y exporten tecnología.
Toda edificación educativa en el Perú, debería ser como la de infraestructura del Centrum de la católica. Porque debe fusionar la arquitectura, tecnología educativa y las neurociencias. Con el propósito de brindar las condiciones ambientales, que permitan formar ciudadanos con pensamiento crítico, y generar una elite empresarial productora de tecnología. Cuesta mucho dinero – obviamente, si – pero más dinero perdemos comprando tecnología foránea.
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