Incahuasi, el “Nuevo Cuzco”
Ubicación
El sitio arqueológico de Incahuasi se encuentra ubicado en el valle medio de Cañete, en una quebrada seca conocida como San Andrés o Incahuasi. Este sector del valle forma parte de la jurisdicción del anexo de Paullo, distrito de Lunahuaná, provincia de Cañete, región Lima (figura 1); su ubicación a 350 m.s.n.m., lo sitúa al inicio del valle medio o chaupiyunga, caracterizada por estar encajonada entre cerros desérticos de pendiente pronunciada. La zona irrigada del valle, correspondiente a sus márgenes y fondo, presenta un ancho de entre medio a un kilómetro. Trece kilómetros río abajo, en dirección suroeste, se llega a la planicie costera constituida por un delta de casi 20 kilómetros de ancho donde el río Cañete desemboca en el Océano Pacífico.
Antecedentes históricos
La primera mención sobre Incahuasi y su importante papel en la campaña inca contra los guarcos fue registrada por Pedro Cieza de León en 1553; encontramos referencias sobre este episodio tanto en la primera como en la segunda parte de su Crónica del Perú (capítulos 73 y 60 respectivamente). Se considera que dicha obra estaría basada en información confiable obtenida de primera mano (Hyslop 1985: 8).
Otras fuentes históricas únicamente dan pequeñas referencias sobre Guarco e Incahuasi. Para Cabello de Valboa (1951 [1586]), el nombre guarco, que significa “peso” o “pesa”, se impuso en el valle después de la conquista inca, cuando los rebeldes vencidos fueron colgados de las murallas de su fortaleza. Las crónicas de Acosta y Cobo (citadas en Rostworowski 1978-80: 156) narran que la conquista del valle de Cañete se logró con un ataque sorpresa durante una celebración religiosa relacionada con la pesca. Garcilaso de la Vega, por su parte, dedica un par de páginas en su crónica a la conquista de Guarco, pero al parecer mucha de su información fue tomada de la crónica de Cieza. Este último menciona en la primera parte de su Crónica del Perú:.
Y que como los Ingas viniessen conquistando y haziéndose señores de todo lo que vían: no queriendo estos naturales quedar por sus vassallos...sostuvieron la guerra, y la mantuuieron con no menos ánimo que virtud más tiempo de quatro años... ...Y como la porfía durasse, no embargante que el Inga se retiraua los veranos al Cuzco por causa del calor, sus gentes tractaron la guerra: que por ser larga, y el rey Inga auer tomado voluntad de la llegar al cabo: abaxando con la nobleza del Cuzco edificó otra nueva ciudad, a la cual nombró Cuzco, como a su principal assiento. Y quentan assimismo, que mandó que los barrios y collados tuuiessen los nombre propios que tenían los del Cuzco (Cieza 1995 [1553]: 215).
Y complementa esta información en la segunda parte de su crónica:
Topa Inga revolvió sobre el Cuzco y como los hombres de acá sean de tan poca constancia, como vieron que los Guarco se quedaron con lo que intentaron, comenzó a ver novedades entre algunos de ellos y se revelaron alguno y se apartaron del servicio del Inga… Y como llegase al principio del valle de Guarco, en las haldas de una sierra de aquellos çecedades, mandó a sus jentes a fundar una ciudad a la cual puso por nombre Cuzco como a su principal asiente y las calles y collados y plaças tuvieron nombre de las verdaderas. Dixo que hasta Guarco sea ganado y los naturales sujetos suyos, avia de permanecer en la nueva población y que en ella siempre avia de aver jente de guarniçion (Cieza 1996 [1553]: 174).
Finalmente, en la misma crónica, Cieza narra cual fue el fin de aquel “Nuevo Cuzco”:
Asentado el Valle [el Inca] y puesto mitimaes y gobernador, aviendo oydo las embazadas que le vinieron de los yungas y de muchos serranos mandó ruynar el nuevo Cuzco que se avia hecho y con toda su jente dio la vuelta para la ciudad del Cuzco donde fue recibido con gran alegría y se hicieron grandes sacreficios con alabança suya en el tenplo y oráculos… (Cieza 1996 [1553]: 175).
Como ha sido señalado por John Hyslop (1985: 12), Cieza visitó el valle bajo de Cañete, aunque no es claro si llegó a visitar Incahuasi. Los datos que presenta son sin embargo tan útiles, que permitieron a Hyslop llegar a ciertas conclusiones consideradas actualmente la base para el desarrollo de futuras investigaciones arqueológicas en Incahuasi:
1. El Inca Tupac Yupanqui (Topa Inca) construyó una ciudad identificada como un “Nuevo Cuzco” o “Cuzco” en el valle medio de Cañete, actualmente denominada Incahuasi, que fue la base de operaciones en su campaña militar contra los guarco, campaña que duró de 3 a 4 años.
2. La ciudad fue construida replicando a la ciudad del Cusco, capital del Imperio, con sus calles y plazas, y renombrando los cerros vecinos con los nombres de las elevaciones que rodean la capital cusqueña.
3. Cuando los incas ganaron la guerra contra los guarco, el “Nuevo Cuzco” dejó de ser utilizado y fue abandonado, Cieza ([1553]1995: 217) lo menciona claramente: “perdiéndose el nombre de la nueva población que habían hecho”. Incluso en la segunda parte de la crónica Cieza dice que Tupac Yupanqui: “mando ruinar el nuevo Cuzco que se habían hecho” (Hyslop 1985: 12; la traducción es nuestra).
Investigaciones previas
Escuetas descripciones de Incahuasi aparecieron en algunas publicaciones de los siglos XIX y XX, producto de expediciones de viajeros y visitas cortas por parte de algunos arqueólogos. De estas breves referencias podemos destacar las siguientes contribuciones que permitieron aumentar significativamente lo que se conoce del sitio arqueológico.
En 1904, Eugenio Larrabure y Unanue publicó una breve descripción sobre Incahuasi, siendo posteriormente ampliada en su recopilación de obras (Larrabure 1935 [1893]: 419-439). Escrito como una crónica de viaje a la zona, el trabajo de Larrabure se concentra en describir el Sector E (denominado Incahuasi), considerado por él como un sitio diferente del resto; se publica, asimismo, el primer plano del sector y fotografías en donde se observa el asentamiento sin ninguna ocupación moderna y en buen estado de conservación. Este texto corresponde a la primera descripción conocida del sector y del sitio arqueológico.
En 1933, el arquitecto Emilio Harth-Terré publicó el artículo “Incahuasi - Ruinas Incaicas del Valle de Lunahuana” en la Revista del Museo Nacional, con algunos de los primeros planos de varios sectores del sitio, incluyendo un plano del sector Incahuasi, el cual es muy similar al publicado en 1904 por Larrabure y Unanue.
Esta publicación describe aspectos de la arquitectura de varios sectores del sitio y presenta por primera vez reconstrucciones hipotéticas de algunas de las estructuras visibles en superficie.
Monseñor Pedro Villar Córdova publicó en 1935 Las Culturas prehispánicas del Departamento de Lima en donde se menciona a Incahuasi. Villar Córdova (1935: 269) realiza otra sectorización del sitio, dividiéndolo en el Palacio del Inca, Cuarteles y graneros especiales, Ciudad conventual y Fortaleza o Pucara. Publica asimismo algunas fotografías del sitio en las que se destaca el buen estado de conservación de las estructuras.
En 1941, los arqueólogos Junius Bird, Julio C. Tello, Duncan Strong y Gordon Willey visitaron brevemente Incahuasi (Strong y Willey 1943: 20), registrando el sector correspondiente a Cerro Hueco (sectores G y H) como un sitio independiente. Aunque no realizaron investigaciones en el sitio, publicaron algunas fotografías en las que se destaca su buen estado de conservación, a pesar que ya tenía evidencias de una ocupación moderna: una parte de la plaza mayor era usada como cancha de futbol (Strong y Willey 1943: plate 5b).
Sectorización de Incahuasi efectuada por John Hyslop y empleada por el Proyecto Arqueológico Incahuasi (redibujado de Hyslop 1985: 15)
Carlos Williams y Francisco Merino publicaron en 1974 el Inventario, catastro y delimitación del Patrimonio Arqueológico del Valle de Cañete en dos tomos. Aunque el sitio recibe el código 27-K 1J06, Williams y Merino otorgan dos nombres al sitio: Incahuasi, que designa a los sectores ubicados en la quebrada principal, y El Arca, referido a las estructuras ubicadas en la pequeña quebrada oeste, conocidas comúnmente como el Acllahuasi. En la quebrada principal identificaron 5 sectores. Es interesante que estos investigadores asignen al sector El Arca una ocupación desde el período Intermedio Tardío, lo que se reflejaría en un desarrollo no armónico como en los otros sectores del sitio (Williams y Merino 2008 [1974]:
75). En relación a la ocupación moderna del sitio, Williams y Merino ya advertían a inicio de la década de 1970: “[…] el conjunto de Incahuasi está en un franco proceso de destrucción, principalmente por el hecho de servir como estación de los pastores trashumantes del área” (Williams y Merino 2008 [1974]: 74).
En 1985, el arqueólogo John Hyslop publicó un estudio a nivel superficial sobre Incahuasi, este se encontraba basado en el trabajo de campo que inició en 1979 y continúo con visitas periódicas al sitio durante los años 1980, 1982 y 1983 (Hyslop 1985: IX). A partir de su estudio, Hyslop pudo definir 8 sectores en el sitio y, basado en recolecciones sistemáticas de superficie, logró establecer las posibles funciones de los complejos arquitectónicos
En el marco de esta investigación se tomaron las primeras fotos aéreas del sitio empleando un globo aerostático; para esta fecha, el sitio se encontraba ocupado permanente por chivateros que invadieron todo el asentamiento con sus viviendas y corrales, siendo los principales responsables de su destrucción.
La arqueóloga Cora Rivas ha publicado recientemente un estudio sobre Incahuasi (Rivas 2011). Al igual que los anteriores trabajos, esta investigación presenta un carácter superficial e incluye un levantamiento topográfico y una nueva propuesta de sectorización del sitio, ligada a una secuencia ocupacional identificada mediante trabajos de prospección.
Por último, a fines del año 2012 se iniciaron las investigaciones arqueológicas del Proyecto Arqueológico Incahuasi, estas conllevaron la ejecución de las primeras excavaciones arqueológicas en el sitio, concentrándose los en los sectores A, C y E definidos por Hyslop. Se consideró conveniente emplear la sectorización de Hyslop por ser la más precisa, ya que se basa en las características morfo-funcionales de los sectores. El proyecto arqueológico estuvo dirigido a la puesta en valor del sitio, lo que permitió realizar excavaciones en área en ambos sectores, exponiendo casi la totalidad de la arquitectura existente.
Se pudo así identificar la extensión de los recintos y sus fases constructivas.
El Sector E
El ushnu y plaza mayor de Incahuasi se ubican en el Sector E, el que ha sido denominado Incahuasi (Larrabure 1904, 1935 [1893]) o Palacio del Inca (Harth-Terré 1933: 106; Villar Córdova 1982[1935]: 269]). El Sector E se localiza en la parte central del sitio arqueológico, limitando al norte con la Zona 2 del asentamiento (el cual fue dividido del sitio por la construcción de la carretera Cañete - Lunahuaná), hacia el este con el Sector C, al sur y al oeste con un promontorio rocoso, en donde, en su otro extremo, se encuentra el Sector F o Acllahuasi. El sector E está compuesto por una estructura principal que corresponde a un gran complejo de planta trapezoidal el cual tiene un muro perimétrico de 1 metro de ancho y 4 metros de alto, denominado Sub-sector 1 y que corresponde al palacio propiamente dicho. Inmediatamente al norte de esta estructura y compartiendo los ejes de su trazado, se ubica la plaza y ushnu mayor correspondientes al Sub-sector 2. En el presente artículo sólo nos concentraremos en las excavaciones realizadas en el ushnu y la porción de plaza alrededor del mismo.
La plaza de forma trapezoidal, definida por Hyslop (1985: 118) como un trapezoide (ya que no hay dos lados paralelos) se extendía por toda la explanada norte de la estructura principal. La posición elevada del sector E, al estar emplazado sobre una planicie ligeramente más alta que los demás sectores, le asegura un amplio dominio visual sobre el valle. La plaza en su extremo norte ha sido muy afectada por el camino Cañete – Lunahuaná y en la década de 1990 una gran porción de ese extremo fue cortada para la construcción de la carretera asfaltada. Por las referencias de Larrabure y Unanue (1904: 3), es muy probable que los lados oeste y este de la plaza estuvieran delimitadas por muros de 240 y 230 metros de largo y 87 centímetros de ancho (figura 3). En la actualidad solo se observan restos de las bases de estos muros. Con los recortes modernos, la plaza cuenta en la actualidad con un área de 14 700 metros cuadrados y un perímetro de 489 metros, originalmente estas dimensiones debieron ser mayores. En el eje central de la plaza se tiene una calzada de baja altura (media de 3 centímetros) que culmina en el ushnu.
Plano del sector E, Incahuasi publicado por Eugenio Larrabure y Unanue en 1904 (redibujado de Larrabure 1904: 2)
Una de las más detalladas descripciones, y la más antigua, data de 1904 y se encuentra consignada en la obra de Larrabure y Unanue, quien visitó Incahuasi cuando aún no había experimentado ninguna alteración o destrucción, describiendo al ushnu como Un monumento original: es un cuadrilongo de 1.80 de alto, 3.85 de ancho y 13.30 de largo con sus escaleras de piedra al frente y detrás, coronado por otro más pequeño compuesto de muritos que dejan un hueco el centro, afectando la forma de cajón ó canal cerrado a sus extremos. De suerte que subiendo cómodamente por una escalera, se podía circular en rededor de este curioso monumento y descender por la escalera opuesta, sobre la misma avenida. Estas dos escaleras, idénticas, compuestas de 5 pasos 0.55 ancho y 0.23 alto cada una lado formando pasaje (Larrabure 1904: 4).
De igual forma, de manera más breve, Harth-Terré describe el ushnu (al que denomina “altar”) en su publicación de 1933:
Tiene en su centro un túmulo de piedra y barro sobre el que se halla en el altar de los sacrificios, también del mismo material y semejante al del primer patio de Colcahuasi y al de las casa de las acllas. Se accedia a él por la parte anterior y posterior con dos escaleras de lajas de piedra asentadas sobre tierra (Harth-Terre 1933: 107)
Alejandro José Chu Barrera
(Lima, 25 de mayo de 1973) es un arqueólogo peruano que viene investigando los orígenes de la civilización en los Andes.
Estudió su pregado en Arqueología en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, graduándose como Bachiller en Ciencias Sociales, Especialidad Arqueología en 1999. Obtuvo el título profesional de Licenciado en Arqueología en 2002. Ha realizado estudios de postgrado en la Universidad de Pittsburgh, de Pittsburgh, Pennsylvania, Estados Unidos, obteniendo el Certificado de Postgrado en Estudios Latinoamericanos del Centro de Estudios Latinoamericanos, de la Universidad de Pittsburgh en enero de 2005.
Posteriormente se graduó como Master of Arts en Antropología en 2005 con la tesis: Between the Sea and the Andes: Prehispanic Settlement Patterns in the Arid Environment of the Huarmey Region, Perú. En abril de 2011 obtuvo el grado de Ph.D. en la misma universidad con la tesis: Household Organization and Social Inequality at Bandurria, a Late Preceramic Village in Huaura, Peru en la Universidad de Pittsburgh, siendo su asesor de Tesis el Dr. James B. Richardson, III.
Su interés profesional se centra en los periodos Precerámico Tardío (3500 - 1800 a. C.) y Periodo Inicial (1800 - 300 a. C.) de los Andes Centrales. A nivel teórico sus intereses de investigación son los orígenes y desarrollo de sociedades complejas, las primeras ciudades y los primeros Estados. A lo largo de su carrera se ha desempeñado en varios proyectos de investigación de la costa central y norcentral del Perú, como Armatambo (1997), Caral (1998), Huarmey (2002). A partir del 2005 es director del Proyecto Arqueológico Bandurria - Huacho que investiga la zona arqueológica monumental de Bandurria, en donde se viene desarrollando un exitoso modelo de Gestión del Patrimonio Arqueológico.
Fuentes de Información:
https://alejandrochu.blogspot.com/
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