Accesibilidad en el espacio público
La accesibilidad no es otra cosa que el grado en el que todas las personas pueden hacer uso de un espacio, de un objeto o de un servicio.
Muchas veces, cuando hablamos de accesibilidad, automáticamente se piensa en rampas: “Pongo una rampa y ya soy accesible”.
Accesibilidad es algo más que poner rampas. Accesibilidad es diseñar pensando en todos, en niños, en adultos mayores, en personas con discapacidad visual, embarazadas, personas empujando coches de bebé o coches de la compra, lesionados y también, en personas en sillas de ruedas.
Nuestra premisa es clara: la accesibilidad universal es muy importante porque nos afecta a TODOS.
El espacio público lo usamos todos.
¿Cómo se aplica este prisma en Lima? Lo primero que nos encontramos es que hay zonas donde no se actúa, no se plantea la necesidad de mejorar un espacio. Esos distritos tienen un espacio público que no cumple con la función fundamental de ser integrador de sus ciudadanos.
Muchas otras veces por desconocimiento, se aplica una solución que no es la mejor, ni la más económica, ni la que mejor mantenimiento tiene. Se aplica por costumbre, porque siempre se hizo así.
Por ejemplo, entre hacer un cruce de peatones con un espacio amplio rebajado en todo su ancho, donde más de una persona pueda cruzar de manera cómoda y segura, y hacer una rampa de 90 cm de ancho (muchas veces ni eso) a cada lado del paso, hay una diferencia abismal. Sin embargo, el coste es el mismo, o incluso menor si se hace bien.
Con la solución a la que estamos acostumbrados, únicamente una persona puede cruzar de manera cómoda. Sin embargo, con la primera solución todos los que deseen cruzar podrán hacerlo de manera cómoda. Al fin y al cabo, a todos nos gusta cruzar por la rampa, aunque no tengamos discapacidad.
El espacio público necesita atención constante porque es fundamental para la vida en sociedad. Todas las personas deberíamos tener asegurado un espacio público cómodo y seguro para todos, y para ello la accesibilidad es un pilar fundamental.
Muchas veces, un árbol, un poste, o cualquier otro obstáculo invade el espacio de paso de las personas. Nadie se para a pensar que puede significar un peligro.
Un árbol con las ramas demasiado bajas puede causar un accidente a alguna persona con baja visión o a alguien distraído con el celular.
Un poste en medio del espacio de paso significa que un coche de bebé o una silla de ruedas deben invadir la pista para poder pasar. Una vereda con huecos, mal conservada, significa que una persona en silla de ruedas no podrá desplazarse por esa vereda sin ayuda.
Afortunadamente no todo es malo en Lima. Poco a poco existen instituciones públicas y privadas que se implican en conseguir un espacio público accesible.
Las Municipalidades de Miraflores y San Isidro han entendido la importancia de tener un espacio público accesible e invierten en mejorar sus distritos. Todavía queda trabajo por hacer, pero lo importante es empezar y tener clara la importancia que tiene.
Muchos centros comerciales comienzan a aplicar los principios de accesibilidad en sus diseños, convirtiéndose así en lugares de ocio seguros y cómodos. Ellos se verán beneficiados porque su público se sentirá más cómodo cuando visite estos malls, y el que está cómodo vuelve.
En resumen, debemos tener claro que tener un Espacio Público accesible es un derecho de TODOS los ciudadanos, ya que nos afecta a TODOS.
Gálata Llano Vázquez
Ingeniera de Caminos, Canales y Puertos
Master en Accesibilidad para la Smart City
Gerente General de la empresa Safe City, especialista en accesibilidad.
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