DESARROLLO DE LA POLÉMICA
En la primera parte del artículo, pudimos rememorar la difícil empresa que se llevó a cabo para edificar la Capilla de Ronchamp, un episodio que marcó profundamente a los habitantes de esta pequeña ciudad, los cuales aún hoy se oponen a la ejecución del nuevo proyecto en la colina de Bourlémont, a cargo del arquitecto Renzo Piano y el paisajista Michel Corajoud. La polémica se suscitó exactamente el 11 de abril del 2008, cuando se aprobaron los permisos para construir una fraternidad para las Hermanas Clarisas de Besançon y un Centro de Recibimiento en las proximidades del templo religioso. La asociación “Œuvre Notre-Dame du Haut” consideró positivo, la incorporación de las Clarisas, lo cual no agradó a la FLC, al pensar que el nuevo proyecto arruinaría la armonía del lugar atrayendo más turistas, además de desfigurar formal y espacialmente el paisajismo original, concebido por Le Corbusier en 1.959.
En un momento en el que Francia brillaba por el regreso de los rascacielos con la victoria de Jean Nouvel en el concurso de la nueva torre para la Défense, se opacaba por la incertidumbre en el destino de uno de sus íconos más importantes. Para Renzo Piano, lo que ocurría era tan solo “una agitación del gremio” o aún peor, “la expresión de un inútil radicalismo”. Sin embargo, afirmó que era la primera vez que se sentía atacado por la gran academia y eso lo hizo reflexionar sobre la actitud que debía asumir ante la coyuntura. Decidió escuchar calmado y es que para él, la arquitectura es también “el arte de escuchar opiniones diversas para después mejorar”. Ya en el pasado, replanteó y mejoró el proyecto de la London Bridge Tower, prestando atención a las observaciones y críticas académicas. En virtud de la polémica declaró lo siguiente: “Yo escucho calmado, pienso que escuchar las críticas hace al proyecto mejor de lo que es”. Por otro lado, manifestó que al estar seguro de algo, no dimitía bajo ninguna circunstancia, como ya ocurrió con el Centro Georges Pompidou (recordemos que fueron siete, las causas legales intentadas en contra del Beaubourg).
La FLC en respuesta, pidió al prestigioso historiador Gilles Ragot elaborar un dossier dirigido a la ministra de Cultura y Comunicación para ese momento, Christine Albanel, el cual expondría la postura reticente de L-C en construir un proyecto de esta naturaleza, en las cercanías de la capilla. Paralelamente se gestó y difundió por la red una petición anónima, la cual recaudó en un mes 1300 firmas a favor de no construir el nuevo proyecto tal como estaba planteado. Estas acciones y unas protestas en Ronchamp rindieron su fruto, ya que la funcionaria postergó el inició de la obra hasta nuevo aviso. Como consecuencia directa de estos hechos, se produjo una polarización de opiniones en los gremios artísticos, por un lado estaban aquellos que se oponían al nuevo proyecto y por otro, aquellos cuyo interés radicaba en que se respetase la voluntad ya expresada en vida por el arquitecto franco-suizo.
Tal división de criterios afectó inclusive a la fundación, ya que eminentes como Pernette Perriand, Dominique Claudius-Petit y Jean-François Mathey (hijos de los grandes amigos de L-C) sorprendieron a todos, al encabezar una contra-petición a favor de Piano, que reunió unas 2000 rúbricas en pocos días. Con esta demostración, estaba claro que comenzaba una lucha de poderes en Ronchamp, ambas partes se prepararon para una confrontación legal inminente. Las Hermanas Clarisas, que hasta ese entonces se habían mantenido al margen, decidieron romper el silencio y por medio de la combativa Sor-Brigitte (abadesa del monasterio Santa Clara de Besançon), declararon su indignación ante los medios televisivos al ver como ellas eran objeto de una batalla que ignoraba sus necesidades. En un reportaje especial, la religiosa expresó lo siguiente: “la creatividad debe estar al servicio de nuestra forma de vida, no nuestra forma de vida al servicio de la creatividad”. La hermana también declaró que la fraternidad tendría un doble uso, por una parte serviría como albergue para congresos internacionales que buscarían un reencuentro cultural y religioso, al mismo tiempo que les daría refugio. Estas afirmaciones acrecentaron la duda de que el proyecto tuviese fines turísticos ocultos.
Posteriormente y viendo que la controversia iba en aumento, se realizó una conferencia con los protagonistas en la Ciudad de la Arquitectura y de el Patrimonio de Paris (Cité de l’Architecture et du Patrimoine), para encontrar posibles soluciones al conflicto. Coetáneamente se ofreció una muestra con los avances del proyecto, la cual no satisfizo a los miembros de la FLC, pero no obstante, destacaron que el proyecto era de una gran discreción. Los eruditos expresaron que hubiese habido más espacio disponible, si la asociación “Œuvre Notre-Dame du Haut” no hubiese esperado tanto tiempo en manifestar su interés por comprar las parcelas que se encuentran colina abajo, antes que los precios se alzaran como consecuencia de la polémica. En medio de una acalorada discusión, los asistentes al debate instaron a las partes para formalizar una alianza que permitiese llegar a una serie de acuerdos en común. La mediación fue un éxito y marcó una nueva etapa para el nuevo proyecto. Renzo Piano decidió incluir en su equipo de trabajo a algunos peritos de la fundación para realizar una serie de ajustes.
Jean-Pierre Duport y Michele Richard (directivos de la FLC), confiaron a RPBW la tarea de lograr un balance armónico entre la realización original y el plan actual, una empresa difícil y delicada que el mismo Piano describió como “fascinante y compleja”. La serie de ajustes que se produjeron posteriormente, giraron en torno a la inclusión (casi total) de los grupos de edificios en el talud, por lo tanto, el oratorio quedó enterrado y con una iluminación producida por tres linternas (conos oblicuos) similares a las que el arquitecto genovés utilizó para el museo en Berna. El conjunto disminuyó en altura y alcanzó la cifra record de 4 metros, por esa razón será casi invisible bajo el follaje de los árboles futuros e indetectable desde la cúspide. Corajoud revisó la arborización y determinó que se realizaría a partir de un radio de 60 metros, tomando como centro la capilla, para así respetar en lo posible el paisajismo original, de la misma manera decidió plantar árboles de talla más baja en la portería, para no obstaculizar la vista de la capilla desde el acceso. Otra modificación, consistió en crear un pasaje subterráneo entre el oratorio y la fraternidad para aislar aún más a las religiosas del bullicio exterior.
El 8 de septiembre del año pasado, se realizó el peregrinaje mariano hacia la capilla de Notre-Dame du Haut, para celebrar la natividad de la Virgen María. Durante la congregación se presentó el proyecto definitivo que nació de la alianza FLC-RPBW, además se colocó la piedra fundacional de la Fraternidad de las Clarisas. Sin embargo, a un año de la polémica, se comprobó que los miedos de tantos académicos no eran infundados. La paralización parcial de las excavaciones y movimientos de tierra, causado por la insuficiencia de fondos, han hecho que el entorno de la Capilla de Ronchamp se vea afectado, primeramente por el bloqueo del Parking con la maquinaria pesada y posteriormente con el bazar religioso que se encuentra apostado a un lado del acceso. En recientes declaraciones, Renzo Piano ha manifestado su desaliento por la campaña que ha realizado la asociación religiosa para recaudar fondos, porque no fue lo que se había acordado desde un principio.
El pasado 27 de junio, durante la reunión del ICOMOS (International Council On Monuments and Sites) en la ciudad de Sevilla, se ventiló el caso Ronchamp como un contrasentido a la petición realizada por el gobierno francés, de nominar parte de la obra de Le Corbusier como Patrimonio de la Humanidad. El organismo decidió diferir el dossier para una futura sesión (dentro de tres años). Al día siguiente de la sentencia dictada por el comité, el presidente francés, Nikolas Sarkozy, no renovó el cargo a la ministra Christine Albanel, esta fue remplazada por el erudito Frédéric Mitterrand. La prensa especuló que este cambio obedecía en parte, al escándalo suscitado por el caso Ronchamp, ya que evidenció la negligencia y falta de comunicación entre los organismos que se encargan de salvaguardar este tipo de obras.
Agradecimientos:
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Paula de Sa Couto (asistente de dirección de la F.L.C.)
Arnaud Dercelles (bibliotecario y documentalista de la F.L.C.)
Josep Quetglas (catedrático del UPC y autor de varios libros de L-C)
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Fulvia Pesavento (departamento de prensa RPBW)
Francesca Bianchi (secretaria personal de Renzo Piano)
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