16 febrero 2023

LA ARQUITECTURA COMO PAISAJE EN LA OBRA DE VÍCTOR HUMAREDA (PRIMERA PARTE) - JORGE CARLOS ALVINO LOLI (1)

 




1. Introducción

La pintura y la arquitectura son artes que cuando son interpretadas de manera sincera y veraz se convierten en evidencia del carácter de una sociedad, pero más allá de la esta representatividad poseen la cualidad de ser la voz personal, única e insustituible de un ser humano. 

Si bien cada persona se comunica con otros, pero siempre mantiene un lenguaje propio, inherente a su cuerpo y espíritu, esta singularidad le permite ser diferenciada y valorada en su dimensión humana. La obra pictórica es también es vehículo de lo estético, de la interacción entre lo bello y lo feo o aquello que nos hace sensibles a esas categorías muchas veces parcializadas. 

En Humareda encontramos nuevas formas de apreciar la vida y encontrar lo estético en una realidad muchas veces agresiva o cruda, entre estas imágenes vemos asomarse la arquitectura, que es el tema de este breve ensayo. La arquitectura y la ciudad son pues parte integrante de su obra que les invitamos a apreciar.


2. Víctor Jesús Humareda Gallegos (1920-1986)

Nació el 6 de marzo de 1920 en Lampa[2], Puno; hijo de Emilio Humareda Caballero y Eudocia  Gallegos Andia, quedó huérfano de padre desde los cuatro años; hizo sus primeros estudios en la Escuela Fiscal de Varones n° 871. 

En 1939 llegó a Lima para inscribirse en la Escuela Nacional de Bellas Artes, cuando esta era dirigida por José Sabogal, pero tuvo que interrumpir este proceso educativo y solo pudo continuarlo hasta 1941, egresando respectivamente en 1947, durante la dirección de Ricardo Grau; durante este tiempo sucedieron cambios profundos en la educación del arte peruano, en la identidad social y fisonomía de la ciudad de Lima.

En 1950 viaja a Argentina “…aprovechando una bolsa de viaje que había ganado con sus propios méritos” (Paredes 1967) y estudia en la Escuela Superior de Bellas Artes De la Cárcova, bajo las orientaciones de Larrañaga, Alfredo Guido y Jorge Soto, “…allí es donde se familiariza con los arlequines, escenas bohemias y circenses, figuras tan características en su arte pictórico” (Borda 2021: 29).

Su regreso a Lima se realiza en 1952, presentando su exposición individual en el Instituto Cultural Peruano Argentino; su arraigo en distrito de La Victoria se consolida cuando se muda al Hotel Lima en la avenida 28 de Julio, en el cuarto n° 283 del Hotel Lima. La ciudad de Lima, como adelantamos, había cambiado bastante, entonces se comenzaban a consolidar las primeras barriadas populares por medio de la toma de propiedad privada y se construyen grandes edificios estatales como parte de la política de Manuel A. Odría y su gobierno conocido como el Ochenio.


“La pintura no te da tiempo para vivir esa vida de hogar, soy así y ese hotel me da las facilidades para poder pintar, con toda la tranquilidad posible, no puedo vivir de otra forma, los colores son muy caros, las telas, estoy contento con vivir así. Además, si viviera de otra forma ya no sería Don Víctor Humareda” (Schwartz 1989 p. 8).

Una de sus frases convertidas ahora en leyenda, precisa lo siguiente: “Tacora es mejor que París”.

Humareda siempre cultivó un conocimiento y una admiración hacia los artistas europeos, de hecho, el 28 de setiembre de 1966 viajó a Europa en un vapor[3], sin embargo, su estadía fue muy difícil y decepcionante:


 “Muy caro era Paris para mí, pero muy hermosa. No pude ir al teatro ni a los conciertos, ni donde las chicas. Yo dibujaba para entenderme con la gente, para decirles que me traigan una manzana (…) es muy angustioso estar en un país extranjero y no saber el idioma y no tener plata” (Schwartz, 1989 p. 9).


Humareda habita en su cuarto del Hotel Lima y, aunque tiene muchos amigos, es una persona solitaria en gran medida. Durante este tiempo logra sintetizar una obra que mezcla gran parte de esa herencia provinciana, cosmopolita y limeña.

En 1983 se le diagnostica cáncer a la faringe y es operado a raíz de lo cual pierde la voz. Humareda dio pruebas de su profesionalismo hasta el fin de sus días; su último encargo sería La Quinta Heeren de noche, comenzada un 16 de noviembre y concluida el 18; el 19 sufre una hemorragia y fallece en la madrugada del 21 de noviembre de 1986. Humareda dio su último respiro a las dos de la mañana en el Instituto Nacional de Enfermedades Neoplásicas. cáncer a la laringe.

 3. Cosmovisión altiplánica

Habiendo nacido en Lampa en 1920 la infancia de Humareda no es muy conocida, pero resulta evidente su identificación con las clases populares urbanas quizás como una extensión de esa niñez lejana marcada por una ciudad colonial de edificios de roca de tonalidades rosadas y gran devoción religiosa. 

Lampa había sido muy importante en la región altiplánica durante el Virreinato[4], principalmente por la explotación agropecuaria. A inicios del siglo XX la conexión directa de ciudades como Arequipa con el Cusco propició el gran desarrollo de Juliaca y dejó, de alguna forma, aislada a Lampa. 

Ubicada a 3,892 msnm, Lampa se emplaza en un extenso paisaje, sin grandes referentes geográficos destacables a excepción de la conocida Laguna Colorada, y el río Lampa (el aumento de caudal de este río provocó en 2020 la destrucción del antiguo puente colonial de Lampa); este contexto permitió, entre otras cosas, una observación de los colores vívidos y la observación lejana del espacio territorial; también permite la observación astronómica a diferencia del paisaje costero). 

El fuerte asoleamiento hace marcadas las sombras y la altitud misma los contrastes de temperatura entre el día y la noche. Retomamos este punto a modo de hipótesis respecto a la cosmovisión de un niño del altiplano, en un tiempo en el que no existían distracciones tecnológicas (la televisión o el internet y, muchas veces, la luz eléctrica o una simple radio), las formas permanentes es la geografía y las estrellas. 

El altiplano es un lugar excelente para la observación de las constelaciones en donde podían apreciarse entre otras, la constelación de la Llama (cuyos ´ojos´ son muy marcadas por el resplandor de dos estrellas) y la Cruz del Sur; al respecto Carlos Milla menciona:

“Si observamos el mapa estelar del hemisferio Austral, en el que aparece la constelación de la Cruz, vemos como ésta se encuentra debajo de la constelación de mítico Centauro, cuyas “dos patas delanteras” vienen a ser las estrellas Alfa y Beta de Centauro, que son llamadas las Guardas o las guías y parecen señalar hacia la Cruz. Alfa y Beta Centauro, las guías, son dos de las estrellas más brillantes del firmamento y por esto, dentro de la cosmogonía y la tradición andina, tiene gran importancia.” (Milla 1983: 31).

Estas y otras constelaciones son muy visibles en el mes de mayo y, poco antes, en febrero, se realizaban los carnavales de la Fiesta de la Virgen de la Candelaria. La región de Puno mantiene desde mucho un arraigo religioso importante expresada en sus iglesias virreinales entre las que destaca la iglesia de Lampa en donde: “se conservó la costumbre… de colocar la torre solitaria en una esquina del gran atrio, aislada de la iglesia” (San Cristóbal 2004: 85).

4. San Cosme y Tacora. El corazón urbano andino y artístico del siglo XX

La ciudad de Lima había experimentado un crecimiento desde la segunda década del siglo XX, aun así, podía transitarse peatonalmente de un extremo al otro en una tarde y los nuevos barrios periféricos como La Victoria tenía aun como límites chacras y pistas recién asfaltadas. 

La Victoria había sido creada en 1920 como distrito y su urbanización se había desarrollado hacia el oeste en torno a la Plaza Manco Capac. En décadas posteriores aparecieron las urbanizaciones de Rondón y Manzanilla, en dirección al este y colindante al boulevard de la avenida Grau. Edificios como la Escuela de Artes y Oficios y obras nuevas como el Barrio Obrero n°1 de 1936 y el Hospital del Seguro Social (hoy Hospital Guillermo Almenara) de 1941 fueron puntos de desarrollo de sectores cercanos a la av. 28 de Julio.

San Cosme. 

Por otro lado, el Mercado Mayorista (al igual que el Mercado Minorista) fue también un centro de urbanización de La Victoria, siendo consolidada hacia 1940; su funcionamiento originó un aumento poblacional y una dinámica social innovadora; los camiones venían  desde la Carretera Central hasta el mercado para abastecerlo, llegaban desde la madrugada y hacían interminables colas que rodeaban el flanco norte del cerro San Cosme; los terrenos pertenecían aún a la Hacienda Cánepa y fueron ocupados por la primera invasión en 1946: San Cosme. La Victoria como distrito que afincaba generalmente a la clase obrera amplió su población en estas barriadas a la gente migrante y una nueva identidad a esta parte de la ciudad.

Tacora. 

El contexto era importante, pues le da identidad, incluso nominal, al medio en el que día a día se desenvuelve el ser humano. En los planos de inicios de siglo aparece la nueva urbanización de La Victoria diseñado por Sida, frente al Hospital Dos de Mayo aparece la lotización, y el nombre de las nuevas calles entre las cuales destaca la calle Tacora, es decir es un nombre impuesto oficialmente como parte de la formalidad urbanística.

En esta zona aparecieron tiendas informales como las que se dedicaban a la venta de autopartes de automóviles robados, por ejemplo, la Tacora Motors; una típica descripción en replana criolla es la siguiente:

“Tacora Motors es el terminal Terrestre de los choros. Porque allí terminan todos los pulidos que se hacen en Lima…. Tacora es la playa de estacionamiento de los televisores, bicicletas, motos, frigidaires, licuadoras, lanchas, máquinas de escribir, casas y dentaduras postizas desaparecidas en Lima”. (Villasiz 1976: 73)

Posteriormente algunos negocios se trasladaron a la zona cercana de San Jacinto, en la avenida Nicolás Ayllón en la década de los 60, o hacia las calles laterales, Agustín Gamarra, Antonio Raimondi o García Naranjo.

Tacora también es el nombre de un volcán en el actual territorio de Chile muy cerca de la frontera con el Perú; etimológicamente puede corresponder al aimara taqura, que significa “instrumento de telar” o, en quechua tacuri “inquietud, alboroto”. En ambos casos es una denominación oriunda referente a un nevado muy conocido por la dificultad de su paso.

La Cachina 

Es una denominación general del término kachinaq, significa “desabrido”, y se refiere a una bebida artesanal muy popular en la costa central. Con este nombre también se identifica a un tipo de mercado popular informal y así se le comenzó a llamar a la zona comercial en crecimiento, de sur a norte, del jirón Tacora. 

Paulatinamente antes de los sesenta en las tres primeras cuadras de la Av. Aviación se comenzaron a emplazar vendedores ambulantes y posteriormente en su berma central se construyeron incluso tiendas de madera con instalaciones subterráneas a modo de sanitarias. Los días de venta más intensas fueron los días domingo en las mañanas.

La Parada. 

se denominaba así al lugar que era “parada” obligada de los carros interprovinciales que venían por la Carretera Central y traían productos desde la sierra hacia el Mercado Mayorista.

Este contexto es bien descrito también en la expresión artística; en el campo de la literatura en la década del cincuenta aparece un tipo de expresión urbana que encarna muy bien Enrique Congrains por su acercamiento a la estética de las barriadas con el cuento El niño de junto al cielo (1954); en la música, antes de la aparición de la chicha, género que acaparará los bares del lugar y se proyectará en la vestimenta, eran las canciones de valses o polkas de los Embajadores Criollos o Los Morochucos los que se escuchaban constantemente; la realidad de las barriadas era descrita en la letra de canciones como “Romance en La Parada” de Augusto Polo Campos y estrenada por los Troveros Criollos (1958). Todas estas influencias debieron sentirse en la nueva cosmovisión de Humareda.


El Hotel Lima

En el frente sur de la cuadra 25 de la avenida 28 de Julio se ubica el conocido Hotel Lima; en verdad se encuentra en el límite norte del distrito de La Victoria, cruzando la avenida en los terrenos pertenecen al distrito de El Cercado de Lima. 

El edificio de cuatro pisos, más un quinto nivel ampliado, ocupa todo el frente norte de la cuadra y posee un tratamiento uniforme y de composición simétrica y equilibrada; el primer piso posee tiendas abiertas con portales con arcos de medio punto. 

Las pilastras, las cornisas y los pequeños vanos logran una sólida construcción siendo ochavos esquineros los encuentros con las calles laterales. Como ya se explicó este hotel fue parte del novísimo crecimiento del distrito de La Victoria; contemporáneo a El Porvenir y a los edificios vecinos Kahan & Cía. en la cuadra 27, el cine “Sucre”, cruzando el jr. Huánuco, finalmente un lugar de avanzada en construcción habitacional fue el Porvenir en la calle Bolívar (hoy Bauzate y Meza).

La población de la Victoria fue concentrándose en el extremo noroeste y noreste del distrito, luego fueron articulándose a lo largo de la avenida 28 de Julio (en donde surgiría el Barrio Obrero n°1) y Bolívar y, desde la década de los cuarenta al cincuenta, alrededor de barriadas como San Cosme, El Pino y Mendocita, o unidades vecinales como El Porvenir y Matute. El Mercado Mayorista y el Minorista fueron también puntos de activa concentración económica.

Las actividades económicas de producción y consumo que a diario se realizaban y la falta de eficacia de la municipalidad ante la informalidad propia de esas actividades hizo que se generalizara la falta de higiene y en gran medida enfermedades (como la tuberculosis o meningitis); otro gran problema era la inseguridad.

Algunos mencionan que Humareda llegó al hotel en el verano de 1954 y desde entonces ocuparía la habitación n° 283. En este espacio, de algo más de 12 m2, encajaba su mobiliario, una cama, su caballete, varios lienzos apilados, afiche, gran cantidad de tubos de óleo en el suelo, etc.

Humareda cultivó una gran admiración por individualidades de otros siglos como Van Gogh, Velásquez, Renoir, Goya, Doumier, Delacroix, Gauguin, Toulouse Lautrec y el Greco; todo esto revela un conocimiento de la historia del arte, pero una empatía (a veces ingenua) muy amplia con el mundo. Su admiración por Marilyn Monroe era muy conocida.

Humareda era muy conocido por la populosa comunidad ambulante de la avenida 28 de Julio, su relación con la gente callejera era muy fluida y terminaban siendo a veces representados en sus pinturas. Algunos de los lugares que frecuentaba se distribuían desde el cerro San Cosme, La Parada (es decir av. Aviación, av. 28 de Julio, “Tacora”), el jr. Huatica (donde existían prostíbulos de la época), la Quinta Heeren, el jr. Capón, el Mercado Central, los bares El Palermo, el Cordano (en jr. Carabaya con jr. Ancash) y el Cinco y Medio (antiguo prostíbulo en la cuadra 2 del jr. Santa Cecilia).

La vida en La Parada es expresión pura, es un conglomerado de vidas a veces muy conservadoras, otras delincuenciales, transmite vida en su lenguaje, gestos, miradas. Son seres anónimos que poseen la misma piel, pero cada uno con la capacidad de expresar vida. 

Los borrachos, los locos, las prostitutas se exponen en la calle, quizás exponentes extremos de esa vida, en ellos Humareda encuentra la vitalidad. Humareda explicaría: “Yo vivo más o menos por La Parada, miro personajes de mucha fuerza con miradas muy expresivas; los pinto tal como son, vendedores ambulantes, mendigos, locos…” (Moscoso 1982)

Más allá de esos temas, otros eventos, las peleas de gallo, las corridas de toros, las procesiones, todas las costumbres tradicionales le llamaban la atención por su persistencia, quizás por la fe que estas despertaban. Continua Humareda en su explicación: “Para pintar yo escojo un tema que me emocione, que me guste, después hago los bocetos, tengo que hacer muchos bocetos, si estos cuadros están inspirados en la realidad, después pinto en mi taller que es un Hotel” (Moscoso 1982).



























[1] Graduado de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad Ricardo Palma; graduado de la Escuela Académico Profesional de Arqueología de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Egresado de la Facultad de Educación de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos y de la Maestría en Arte Peruano y Latinoamericano de la Facultad de Letras y Ciencias Humanas de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos.

[2] Nació en la colonial Casona Gallegos, en la absorbida calle Bolognesi n° 228, hoy denominada calle Antonio Barrionuevo; en cuyos laterales del zaguán interior, había azulejos pintados por el mismísimo artista” (Borda 2021: 32). Actualmente este inmueble se encuentra destruido.

[3] El Donizzettim; llegó el 20 de octubre a Barcelona y el 22 de octubre a Paris, donde se queda un mes.

[4] Fundada el 25 de julio de 1678 por el R.P. Francisco Goyzueta con el nombre de “Santiago de Lampa”.


No hay comentarios:

TRADUCE APUNTES A CUALQUIER IDIOMA

BUSCA TUS TEMAS FAVORITOS

TE INVITARNOS A SEGUIRNOS