Han pasado más de cien años desde la creación de los Juegos Olímpicos de Verano Modernos, realizados por primera vez en Atenas por allá en el año de 1896. La evolución de los Juegos ha ido creciendo notablemente en todos sus aspectos.
Las primeras olimpiadas contaron con la presencia de 14 delegaciones internacionales con unos 200 atletas que compitieron por el honor en 9 disciplinas distintas de las cuales siempre se destacó el atletismo, la natación y la gimnasia. Se repartió un total de 120 medallas de oro, plata y bronce.
En la jornada de inauguración, llevada a cabo en el Estadio Panathinaikos (el cual recibió una gran remodelación para poder albergar las competiciones deportivas), estuvieron presentes cerca de 80 mil espectadores incluyendo al Rey Jorge I de Grecia y otras importantes personalidades de Europa. El costo total de los Juegos fue aproximadamente 448.000 dólares de la época.
Es obvio que el interés primordial era una fiesta deportiva, pero ahora la sociedad capitalista se ha encargado de convertirla en una excusa para lograr desarrollo económico, social y cultural. De estas antiguas pero valiosas cifras pasamos a romper records de asistencia, participación, inversión y ganancias para los organizadores. En Sídney 2000 estuvieron presentes 199 delegaciones con más de 10 mil atletas luchando al máximo en 29 disciplinas distintas que otorgaban cerca de mil unidades de medallería.
Las competencias pasan de realizarse en cinco días a un total de tres semanas, tiempo en el cual la ciudad anfitriona tiene la oportunidad de mostrarse a todo el mundo. Cada cuatro años, el anfitrión busca ser mejor que el anterior y esto conlleva a gigantescas inversiones económicas… quieren tener mejores escenarios deportivos, mejores aeropuertos, mejores hoteles, mejor infraestructura vial y de servicios, entre otros.
En los Juegos de Pekín del año 2008 se presentó la mayor inversión nunca antes vista, alcanzando los 40 mil millones de dólares según cifras no oficiales, de los cuales cerca del 60 % fueron dedicados a obras de infraestructura y escenarios deportivos nuevos, de los cuales vale la pena destacar El Aeropuerto de Beijing, el Estadio Nacional o Nido de pájaros y el Centro Nacional de Natación mejor conocido como Cubo de Agua.
Pese a las altas cifras nombradas, el prestigio internacional no solo se gana con inversiones económicas, sino más bien con innovaciones técnicas, artísticas y simbólicas. Es aquí donde entra a formar parte del desarrollo de los Juegos Olímpicos las Tenso Estructuras, sistemas de superficie activa que dan innumerables oportunidades de diseño, espacialidad, volumetría y ante todo, el vencimiento de las grandes luces que necesitan los complejos deportivos que deben albergar hasta cien mil espectadores en un solo espectáculo, o como en el caso de Sídney, los siete millones de entradas que se vendieron para apreciar todos los espectáculos deportivos.
Como se sabe, a finales de la década de los años cincuenta y comienzos de los sesentas se empiezan a mostrar los primeros pasos de dichas estructuras, comenzando por la publicación de algunas obras especializadas en estructuras a tracción elaboradas por el mayor conocedor del tema Frei Otto, ofreciendo los conceptos fundamentales de las “hanging roofs”, las neumáticas y los cables.
“LAS TENSO ESTRUCTURAS SE TOMAN LOS OLÍMPICOS”
Estudiante de Arquitectura Diego Mauricio Jiménez Bermúdez
Universidad Nacional de Colombia Sede Bogotá
Escuela de Arquitectura y Urbanismo
Clase de Estructuras Colgantes
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