El Arq. Jorge Burga B. relata en su libro El ocaso de la barriada (2006) (1) que la vivienda urbana fue siempre sinónimo de tugurios pobres desde la fundación de Lima, pero luego surgió otra forma de asentamiento popular que se volvería hegemónica. Como resultado de estos procesos, conviven en las ciudades peruanas dos escenarios en los que la vivienda popular se desarrollo: Los tugurios céntricos, callejones, solares, rancherías y otros y las barriadas, que ocuparon a partir de 1950 los alrededores de las urbes, resultado de masivas migraciones del campo a la ciudad
A principios del s. XX, Lima se expandía hacia el Sur, siguiendo el eje de Chorrillos, Barranco y Miraflores, y hacia el Oeste, avanzando hacia el Callao y la
Punta, surgiendo así los primeros tugurios periféricos.
La estructura vial creaba un enorme triángulo que conectaba Lima con Chorrillos y
el Callao. Sobre ella se fueron desarrollando distritos populares como Lince, La Victoria y otros más que iniciaron la desaparición de las tierras agrícolas a manos
de los urbanizadores.
El patrón de retícula cuadra español no fue el más característico en este crecimiento radial que estaba influido por los diseños de Haussman en Paris. Por primera vez se vieron en Lima avenidas largas y amplias, arborizadas así como parques.
La casa patio con habitaciones alrededor de un espacio central dejo de ser el prototipo de vivienda dominante y fue reemplazado por el modelo “chalet” en el que los jardines rodean la casa compacta.
Dos chalets que sobrevivieron al paso del tiempo en Barranco.
En 1955 justo antes del surgimiento de la barriada Lima con 1 227.517 habitantes tuvo la mas alta presencia de tugurios en el casco antiguo, cerca del 45% de la población vivía en tugurios en condiciones de pobreza, el 20% vivía en modernos barrios insalubres una especie de edificios multifamiliares construidos por inversionistas privados.
Uno de los más famosos fue el conjunto “El Porvenir” en el distrito de La Victoria , construido por bloques de 4 pisos de altura, con tiendas en los primeros niveles.
Cada departamento contaba con 2 o 3 habitaciones y un baño. Las áreas de estas casas variaban entre 20 y 30 m2 . Un proyecto de renovación urbana de Miguel Alvariño Guzmán en la década de 1980 reestructuró estos bloques.
En esta imagen podemos apreciar como los usuarios utilizan el espacio central del Conjunto Habitacional el Porvenir como una de las canchas mas famosas en el distrito, siendo el deporte una de las más importantes actividades que se realizan en algunas barriadas.
El perfil del poblador barrial se podría decir que prefiere gastar su dinero en construir su casa, sin pagar la tierra, por lo que toma el riesgo de invadir; y que, tiene une perspectiva de mejoramiento y sueña acerca de cómo será su casa y su barrio.
La barriada es un lugar social y económicamente heterogéneo hasta cierto límite pues si la familia se vuelve muy rica abandonará la barriada. La casa no solo es usada como lugar para criar a la familia sino como “bunker” para el mejoramiento económico y social. Significa que tendrá un destacado papel para producir o vender productos, en este caso nos referimos a la vivienda taller y vivienda comercio.
La única manera de lograr relaciones positivas en una barriada es a través de un proceso participativo de autocontrol, pues la municipalidad es muy débil y tiene un personal muy reducido.
En conclusión, se debe establecer como necesario el fortalecimiento del gobierno local y sus capacidades para mejorar el distrito o provincia. Una suerte de asociación debería establecerse entre la población, el sector privado, el gobierno y las instituciones financieras externas.
(1) BURGA BARTRA, Jorge. Arq. EL OCASO DE LA BARRIADA. Ministerio de Vivienda,
Construcción y Saneamiento. Lima 2006.
Bach. Arq. Brenda Rengifo
Bach. Arq. Claudia Rodríguez
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