09 octubre 2023

PROYECTO DE AMPLIACION DE COLEGIO EN BOGOTA - GIANCARLO MAZZANTI ARQUITECTO (COLOMBIA)

 


DATOS TECNICOS

Mazzanti: Ampliación del Colegio Helvetia en Bogotá
Protagonista:Giancarlo Mazzanti, Equipo Mazzanti,

Fotógrafo:Alejandro Arango,

Ciudad:Bogotá, Colombia,

Sección:Colegios y Universidades, Colegio,








SOBRE EL PROYECTO

Giancarlo Mazzanti proyecta la ampliación de la sede histórica del Colegio Helvetia, la escuela suiza multilingüe de Bogotá. Con este proyecto Mazzanti se relaciona con el original de Víctor Schmid, realizando una obra de arquitectura educativa y transformativa.

La escuela es una vez más el tipo de edificio en el que Giancarlo Mazzanti y su equipo logran que converjan de la forma más eficaz, sus convicciones sobre el desarrollo de la sociedad, y las respuestas a una demanda de progreso. Hablamos en este caso de la ampliación del Colegio Helvetia de Bogotá, como la pieza reciente de una trayectoria de experimentación sobre la arquitectura que en los últimos 10 años ha logrado grandes resultados en el tema de la escuela: El Flor del Campo en Cartagena, El Porvenir en Bogotá o Timayui en Santa Marta.

La idea del edificio en cuanto vehículo que transforma el ambiente urbano y sus gentes es una teoría que Mazzanti lleva tiempo cultivando y practicando, y en el Colegio Helvetia logra un ejemplo más concreto y diferente respecto a los casos pasado. 


Uno de los temas en los que más se profundiza en las construcciones escolares citadas era el diálogo que se establecía entre el edificio y la ciudad, aplicado a planta de calle gracias a unas demarcaciones variables, transparentes o que invitan a la colaboración, al intercambio, a la interacción (baste pensar en el diseño de la tapia abierta del colegio Flor del Campo de Cartagena). 

Al no poder en este caso desarrollar el concepto de arquitectura proactiva del mismo modo, por los límites físicos del lugar en cuestión, Mazzanti dirige su atención a las partes internas del complejo escolar. El proyecto pone en práctica, por así decirlo, un diálogo interior, dirigido a estudiantes y profesores, mientras la relación con la ciudad tiene lugar simbólicamente en el concepto de edificio-referencia visual.

El Colegio Helvetia, fundado en 1949 en Bogotá, establece su sede en la Calle 128 desde 1954. El instituto ocupa una amplia superficie, con un total de 34.000 m2, que linda por tres de sus lados con parcelas residenciales cerradas y por el lado oeste con la Avenida Boyacà, la gran arteria de varios carriles que cruza la ciudad de norte a sur, creando una fractura urbana neta. 










El diálogo, limitado y difícil hacia el exterior, encuentra una vía en su interior y Mazzanti concibe la ampliación del Colegio como un parque educativo abierto, que está conectado mediante escaleras, rampas y jardines con la sede histórica.

Proyectada por el arquitecto modernista suizo Víctor Schmid, que en la época se había adjudicado un concurso, la sede principal acogía un instituto bilingüe, con una sección de francés y una de alemán, para unos 50 alumnos de familias de origen suizo que deseaban mantener viva la cultura de su país. 

Con el aumento de las inscripciones, a la construcción de Schmid, declarada lugar de interés cultural en 1992 y como tal conservada, se fueron añadiendo con el tiempo varias estructuras que en el ámbito del proyecto de ampliación de Giancarlo Mazzanti se demolieron porque no cumplían las normativas antisísmicas.

La relación con la obra de Schmid es el punto de partida para Mazzanti, quien decide crear una planta de semisótano, añadiendo un nivel inferior para conseguir realizar una dimensión que fuera suficiente para las expectativas, pero que también mantuviera una escala respetuosa del conjunto histórico, que se despliega en una sola planta. 

La planta se articula en dos alas distintas, una dedicada a la enseñanza primaria y otra para la superior: en ésta se nota el lenguaje de Mazzanti, que da prioridad una planimetría modular, donde cada ramo en combinación con los demás, traza espacios de conexión, patios, jardines, que se aprovechan como ambientes lúdico-educativos al aire libre.

Cada nivel tiene implantados espacios cubiertos conectados por espacios de circulación que se caracterizan por amplias zonas verdes, sobre las que se puede caminar, por lo que no se consideran solo desde una función estética, sino que también contribuyen a relacionarse.











El cuerpo principal en la planta inferior se desarrolla con una marcada dirección horizontal, por lo que su impacto visual es muy limitado, en parte también por las cubiertas verdes y por el alternarse de vacíos y llenos que se genera en la estructura. Los módulos geométricos donde se encuentran las aulas didácticas se despliegan como una serie de torres, aunque no descuellan sobre la escala de las construcciones del entorno. 

De hecho, no solo el colegio, sino las viviendas de los alrededores son en su mayoría de una sola planta, con tejado plano o de dos aguas. El revestimiento de las torres es un material translúcido que durante las horas nocturnas se convierte en difusor de luz, transmitiéndole así a la ciudad la idea de una presencia y una actividad constante.

Las torres están dispuestas en ejes distintos unas de otras, y sirven como elemento para orientar y circunscribir la nueva obra, contribuyendo al dinamismo general que esta institución educativa multicultural desea expresamente manifestar. 

El acceso a los tejados verdes, auténticas extensiones de los jardines históricos del complejo de Schmid, les da a los alumnos la posibilidad de disfrutar de estos espacios como si fueran parques para jugar, equipados con toboganes, estructuras blandas, paredes por las que trepar y sistemas que estimulan la conexión entre las áreas del colegio. Una idea de educación intensamente moderna, donde el colegio es lugar de encuentro y construcción de la vida social.

Durante la inauguración de la nueva ala del Colegio, que tuvo lugar en octubre de 2019, la dirección hizo especial hincapié en la calidad educativa y la felicidad de los alumnos. Un programa que nos resulta en gran sintonía con lo que expresan las palabras del propio Mazzanti: “ El valor del espacio educativo debe encontrarse en todo aquello que promueve en términos de relaciones y comportamientos. 

En este sentido, el proyecto en sí mismo es un medio lúdico-educativo. El objetivo pedagógico fundamental del proyecto consiste en generar todas las experiencias y descubrimientos posibles para que los niños aprendan y jueguen”.

Mara Corradi












SOBRE EL AUTOR

Arquitecto Nacido en Barranquilla, Colombia. Graduado de la Universidad Javeriana de Bogotá, Colombia de 1983 
a 1987, con postgrado en historia y teoría de la arquitectura y diseño industrial de la Universidad de Florencia, Italia de 1991 a 1992.



En el 2006, recibió Primer premio en la categoría de Diseño urbano y paisaje en la 10º Bienal de Venecia.

Premio mejor obra de Arquitectura y Urbanismo en la VI Bienal Iberoamericana 2008, VI BIAU Premio a la mejor Arquitectura Lisboa 2006.

Su últimos trabajos incluyen dos Kindegardens sociales para el Departamento administración social, Bogota 2006, Centro educacional de distrito en Lituania 2006, Los Gavilanes en Bogota 2005, Biblioteca España en Medellín 2005, Biblioteca Ladera Leon Greiff, La Ladera, Medellín
2007, restaurante Nazca, Bogotá
2004





FUENTES DE INFORMACION





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