17 marzo 2012

LA“PROMENADE” DE LE CORBUSIER 1887-1965 (III Parte) - Luis Gualtieri


     Es una tarde soleada del viernes 27 de Agosto de 1965, Le Corbusier se encuentra nadando cerca de la costa, al pie de su Cabanon en Cap-Martin. Repentinamente, se desata un intenso dolor en su pecho aunado a una sensación de asfixia; una crisis cardiaca ha comenzado. El septuagenario desconcertado, se aferra a unas rocas adyacentes, pero tal embestida acaba con la vida de quien en años sub-siguientes será reconocido como el arquitecto más importante del siglo XX. Para Charles Eduard Jeanneret, la “promenade” de la vida ha terminado, pero para Le Corbusier, el camino hacia la inmortalidad apenas ha comenzado.


Momentos más tarde, el cuerpo sin vida yace sobre la orilla pedregosa, atrayendo a un grupo de bañistas y marinos que alertan a las autoridades. Ese mismo día, sus allegados lamentan incrédulos el funesto acontecimiento en “L'Etoile de Mer” (La Estrella de mar), uno de sus lugares predilectos de reunión. Sus vecinos lo recuerdan sentado junto a su esposa Ivonne, con niños alrededor. La noticia recorre el mundo y lo llena de luto.
 


El 31 de agosto, el féretro es trasladado al convento “Sainte Marie de la Tourette”.  Los dominicos lo colocan frente al altar de la iglesia y le rinden un humilde tributo (algo inusual para un agnóstico).    Los restos llegan a Paris  el 1 de septiembre y reposan unas horas cerca de su atelier, ubicado en “35 rue de Sèvres”.  Un  grupo de colegas se reúne para ver por última vez al gran maestro, el cual  se encuentra delante de un catafalco realizado con su célebre tapiz “Les dés sont jetés” (Los dados están echados).  Las  puertas del lugar donde se habían concebido, los proyectos arquitectónicos más representativos del siglo, cerrarán sus puertas para siempre en los meses siguientes.





Al  anochecer,  veinte soldados escoltan con antorchas el ataúd al ritmo de la marcha fúnebre de Beethoven,  mientras avanza por “Le Cour  Carré du Louvre” (Patio Central del Louvre) en presencia de centenares de personas.  Una comitiva, procedente de la India, vierte agua del río Ganges sobre los restos físicos.    Acto seguido, otra comitiva procedente de Grecia esparce tierra proveniente de la Acrópolis.  André Malraux (Ministro de Cultura para ese momento y amigo de    L-C),  rendirá unas últimas palabras:


«Es Hermoso que el pueblo de Grecia, este presente en esta corte de ilustre despedida, esta misma noche, la diosa que reina sobre la Acrópolis inclinará su lanza en favor de este gran amigo.


Es Hermoso que aquí estén presentes el Oriente y el Occidente,  representados por sus líderes.    Esta es una unión fraternal  entre el mundo físico y el mundo espiritual,  es la unión del agua y la tierra».

 


 El 3 de septiembre, se realizan las exequias en el pequeño cementerio marino de Roquebrune (ubicado en la cúspide de la aldea medieval).  En los meses siguientes, sus amigos del mundo político y artístico unirán esfuerzos para crear  La Fundación Le Corbusier o FLC.   Finalmente lo conseguirán el 24 de Julio de 1968 por un decreto del estado.


CAP-MARTIN. LA ÚLTIMA MORADA DEL CÁTARO.

Le Corbusier fue enterrado según sus propios deseos, en un lugar sin importancia aparente, pero que guardaba un profundo sentido histórico para este y su mujer.   Por un lado, Ivonne nació en Mónaco y era muy apegada a las costumbres y tradiciones de su región.  Por el otro, L-C desarrolló un vínculo profundo por la Costa Azul, desde que indagó en sus orígenes cátaros, gracias a una investigación que realizó en 1923 y 1953 a fin de estructurar su árbol genealógico para optar por la ciudadanía gala (objetivo que alcanzó en 1930).

En aquel entonces, el arquitecto hizo hallazgos personales interesantes en lo que se constituiría como su futura biografía.   Encontró que sus antepasados habitaron el Pays d’Oc u Occitania de la edad media (sur de Francia), profesando y viviendo bajo la doctrina cátara.   Podemos entender la razón por la cual esta precisión le llamó poderosamente la atención, no todos los días uno se entera que sus ancestros fueron los sobrevivientes de una masacre llevada a cabo en nombre de Dios.  Hoy sabemos que el catarismo fue considerado un movimiento herético por parte de la iglesia católica y por ende, erradicado brutalmente en lo que se conoció como la “Cruzada Albigense”.  

Tal doctrina, fue sin duda muy avanzada para su época.  Esta giraba en torno a conceptos e ideas, que aún hoy son incomprendidos en algunos países del mundo, como por ejemplo: la igualdad entre el hombre y la mujer o la libertad de género.   Para los albigenses, la existencia se versaba en la eterna lucha entre el bien y el mal,  el primero,  representaba un mundo espiritual al que solo podían acceder los puros de esencia y el segundo, personificaba el mundo material; el cual encarnaba al propio infierno.  
Los cátaros más evolucionados cultivaban el conocimiento, al mismo tiempo que practicaban la abstinencia y el ascetismo, por lo tanto, no dejaban fortunas o descendencia ya que lo consideraban vínculos con lo terrenal.   La gran austeridad y libertad que predicaron, resultó chocante para la opulenta iglesia católica, la cual empleaba gran parte de sus recursos en la construcción de templos, al mismo tiempo que acumulaba riquezas.  Los paralelismos existentes entre la vida del arquitecto y tales creencias son incuestionables y hasta sorprendentes.

El genocidio de los cátaros, podría ser comparado al “Holocausto Judío” llevado a cabo por los Nazis durante la II guerra mundial, ya que sistemáticamente se despojó, torturó y asesinó gran cantidad de seres humanos por tener otros cultos y creencias.  No obstante, algunas familias sobrevivieron al exterminio cruzando el inclemente clima de las montañas del Jura hasta encontrar asilo en lo que conocemos como la Suiza actual.   Entre ellas, la familia de Le Corbusier

Los Jeanneret, se asentaron en la incipiente comuna de “Le Locle” (Neuchâtel) y siendo un pueblo que pululó en las costas mediterráneas, se vieron en la imperiosa necesidad de modificar sus métodos constructivos para habitar a más de mil metros de altura, en una región donde la luz solar era escaza.   Hacía 1350, habían adquirido gran destreza edificando una triada de viviendas que fueron conocidas como la “Colombe Jeanneret”.  Tales hazañas de sobrevivencia, marcaron a un L-C deseoso de conocer sus orígenes  y por lo tanto se creó un lazo que duraría el resto de su vida.

Ante tal preámbulo histórico, podemos entender con mayor facilidad el porqué nuestro personaje escogió Cap-Martin entre otras locaciones más obvias, como Paris o la Chaux-de-Fonds.   No solo encontró allí su última morada, sino que demostró su aprecio por esas tierras, edificando allí algunos de sus proyectos más austeros, como son: la unidad de camping, la pequeña oficina, el Cabanon y su tumba.  

EL CABANON. 

Luego de que L-C pintase desnudo una serie de murales alrededor de la casa de Eileen Gray, esta se negó rotundamente a reincidir en el préstamo de la vivienda.   Entonces y en un gesto de apego un tanto irracional por el lugar, el arquitecto negoció con su amigo, Thomas Rebutato, el plan para una unidad de camping a cambio de un terreno pequeño al borde del mar.   La modesta parcela, sería el asiento de una  humilde oficina y una cabaña veraniega para él y su esposa.   Diseñado en apenas cuarenta y cinco minutos (un 30 de diciembre de 1951) y construido en unos meses, el Cabanon representó para su creador, la máxima optimización de una célula habitacional. 

Concebido con las proporciones del Modulor y con una base cuadrada de 3,66mts (elevada sobre una estructura de concreto) por 2,66mts de altura, el cahute contiene todos  los espacios que necesita una pareja para vivir: dormitorio, baño, sala, comedor y alacenas.   Fue diseñado sin cocina, lo que hace pensar en la relación indivisible entre el restaurante de los Rebutato y la cabaña.  Uno de los rasgos característicos del proyecto, es la contraposición de texturas entre el exterior y el interior.  A simple vista, el asentamiento se integra con su entorno, ya que está revestido con cortezas tajadas de los árboles del lugar.   Por el contrario, el interior está recubierto con madera contra-enchapada de un acabado industrial, que hace juego con algunos motivos cromáticos corbusianos.   

 

Para compensar las escasas dimensiones, el mobiliario (construido por los veteranos, Jean Prouvé y Charles Barberis) se articula entre sí funcionalmente, para crear situaciones espaciales interesantes.   Los cerramientos (dos ventanas cuadradas de 70cmts y otra rectangular de 70x30cmts) abren hacia dentro y hacia fuera, permitiendo la adaptación del recinto al cambiante clima de la Costa Azul.  Así mismo, están estratégicamente dispuestos para apreciar las mejores vistas del paisaje. 


TUMBA DE L-C
A lo largo de su “promenade”, Le Corbusier incursionó tímidamente en la arquitectura de carácter mortuorio.   Ya para 1951, había esbozado un mausoleo para la viuda del militar venezolano, Carlos Delgado Chalbaud.  Pero no es sino hasta 1955 (dos años antes de la muerte de Ivonne), que concreta el diseño de su propio sepulcro.

Este se encuentra ubicado en el camposanto del pueblo medieval de Roquebrune.   Está construido con piezas pre-vaciadas de concreto, sobre dos parcelas rectangulares que forman un perímetro de base cuadrada.   Del centro hacia un costado, destaca una forma prismática que aloja dos placas metálicas policromadas con los epitafios (ambas pintadas por L-C antes de morir).   Hacia el otro costado, se encuentra un cilindro con una oquedad, que funge de maseta para una planta.   La oposición de un elemento muerto (el prisma) contra un elemento vivo (la planta), marca una “tensión de elementos”, inconfundible de la obra corbusiana.  Igualmente hay un antagonismo formal entre el prisma y el cilindro que evoca la complementariedad de lo femenino y lo masculino.  Como el resto de las realizaciones en Cap-Martin, la sobriedad y austeridad, son el “Leitmotiv” del conjunto.   Por el carácter agnóstico del arquitecto, llama la atención una pequeña cruz empotrada en la cripta, al igual que las huellas en negativo de unas conchas marinas.





Hasta el momento de su fallecimiento,  a Le Corbusier solo se le atribuyó el diseño de su recinto mortuorio, siendo el caso Venezolano una excepción poco conocida que permaneció en el olvido de los archivos su fundación (FLC) hasta épocas recientes.    Gracias al trabajo de arquitectos como Alejandro Lapunzina y Ann Koll, podemos rescatar y situar dicho plan dentro del singular mundo corbusiano.

La idea para un mausoleo en la ciudad de Caracas, nació de la iniciativa de Lucia D. Chalbaud, quien escribió a L-C un 10 de marzo de 1951, para solicitarle el diseño de una capilla para las tumbas de su esposo, el Coronel Carlos Delgado Chalbaud (presidente de la junta militar de Venezuela, asesinado en un golpe acaecido el 13/11/1950) y su suegro, el General Román Delgado Chalbaud.   La viuda consideraba las propuestas vernáculas de mal gusto y carentes de profundidad, por ello pensó en el genio del maestro franco-helvético. 


Desde su atelier, este realizó unos bocetos que no se desarrollaron cabalmente, gracias a la negativa (ya anticipada) del gobierno Venezolano, el cual se vio en la incómoda postura de edificar un recinto para alguien contra el cual se le acusaba de conspirar.   Ello provocó seguramente que se optara por la solución más sencilla, así que el encargo recayó sobre el prestigioso arquitecto académico, Luis Malaussena.


Hipotéticamente hablando, el proyecto de L-C estaría planteado en un terreno cuadrado de 20mts, el cual solo se encontraría delimitado por un muro en uno de sus costados.    En el interior de su perímetro podríamos ver una capilla piramidal de planta triangular irregular (elemento muerto), que se opondría a un árbol (elemento vivo), siguiendo la misma línea de “tensión de elementos” ya mencionada.   Solo dos bancos rectangulares y una plataforma de concreto curvilínea formarían parte del juego compositivo exterior.    En el interior de la pirámide residiría un modesto altar, con dos criptas hacía su lado derecho (al ras del suelo).   Las paredes internas de esta, serían recubiertas por mosaicos blancos y negros, mientras que las externas tendrían paneles de cobre que adquirirían una pátina de color verde grisáceo claro con la oxidación.   Desde el acceso a la capilla (delimitado por un tenue marco rectangular), se apreciaría un vitral en Beaubois de la Virgen de Coromoto (patrona de Venezuela), que Lucia D. Chalbaud quería incorporar al diseño.   Al igual que otros proyectos de L-C, unas horadaciones estratégicamente situadas, permitirían el flujo de la luz hacia el interior.  



 Las semejanzas entre ambas tumbas hacen pensar que parten del mismo concepto, sin embargo, cada una tiene cualidades y expresiones inherentes del propósito para el cual fueron creadas. 

A lo largo de las tres partes que conforman esta biografía, rememoramos brevemente las interacciones de un autodidacta en constante evolución apodado Le Corbusier, con su época.   Apreciamos la notable influencia que tuvo y aún tiene en el contexto mundial; su genio no solo erigió una de las aristas de la modernidad, sino que se afianzó como parte de nuestra cultura popular.

Es sorprendente la cantidad de textos que se han escrito en torno a su obra a lo largo del tiempo.   Inclusive se han agrupado y digitalizado sus planos para ofrecerlos al público en general.  Cabe destacar que la empresa LEGO, actualmente realiza el prototipo de un set armable basado en su casa más célebre, la Villa Savoye. 






Irónicamente, su legado aún sigue sin ser reconocido por la UNESCO, debido a la complejidad logística y cultural que supone una obra que se extiende por tres continentes.   Pero ello no parece afectar a los “amigos” (les Amis de L-C) que tiene diseminados por todo el globo, en las más diversas formas y colores; ellos hablan un lenguaje común, la arquitectura.   En la víspera de la decisión del ICOMOS para aprobar la nominación de la serie de casas que forman parte de su dossier, muchos de estos amigos se reunieron en Cap-Martin vestidos como su Alter Ego.   Resulta paradójico que L-C no fuese arquitecto,  tal vez su “promenade” es el más claro ejemplo de la “tensión de elementos opuestos”, que tanto buscó inmortalizar en su obra.   

 
 Agradecimientos:

Fondation Le Corbusier

8/10, square du Docteur Blanche  75016 Paris- France
Phone: +33 01 42 88 41 53 / Fax: +33 01 42 88 33 17
E-mail: info@fondationlecorbusier.fr


Paula de Sa Couto (asistente de dirección de la F.L.C.)


Bibliografía:


El proyecto de Le Corbusier para la Capilla Mortuoria de Delgado Chalbaud en Caracas.    Ann Koll, revista PUNTO, Caracas, 1997.


Luis Gualtieri
Urbanista (USB). Desde 1999, realiza viajes a paí­ses como Italia, Francia, España, Grecia, Londres y Egipto, para estudiar su arquitectura más importante. Posteriormente se radica en Roma y hace un estudio ambiental para la Universidad de La Sapienza. Trabaja para el bufete de arquitectos BISCIARDI, durante su estadí­a en Italia.  Posteriormente se traslada a Parí­s para comenzar una investigación sobre Le Corbusier, la cual le hará visitar paí­ses como: Suiza, Alemania, Bélgica, URSS, India, entre otros. En el 2004, participa en el "National Symposium of Architects of  India" y obtiene el primer lugar en el concurso "Monument to the city of Chandigarh",  en ese mismo viaje de estudio, el departamento de turismo, le otorga una mención honorí­fica por su especial interés en la ciudad y sus habitantes. En el 2005, realiza negociaciones con una editorial en Francia y la Fundación Le Corbusier, para publicar una edición  actualizada y moderna sobre Le Corbusier en Español y Francés (en curso).  En mayo del 2004, participa en la segunda edición de "Le Festival Artistique" que se hace en la "Cité Universitaire" de Parí­s y obtiene el premio "Meilleur Participation Créative".  En Octubre de 2006 gana el concurso lingüístico “America Latinissima” y participa junto a otros jóvenes latinoamericanos de un Séjour por Roma y la región del Abruzzo.  Desde el 2005 colabora con diversos medios de comunicación impresos como son el diario “El Nacional” (Venezolano), “La Voce” (Italiano), “La Hora” (Ecuatoriano), “El Clarín” (Argentino), entre otros.  También aparece en algunos programas de T.V. pertenecientes a las cadenas Canal-I y Canal de Noticias Globovisión (Venezolanos), proporcionando información sobre Le Corbusier.   En 2011 colabora en la producción de un documental dedicado al Arq. Augusto Tobito para el programa “Biografias” del canal de noticias antes citado.

  VIDEO DE SU ENTIERRO



3 comentarios:

Carlos dijo...

Excelente esta tercera parte de la biografía.


Hay muchos elementos que vale la pena destacar: 1-la foto de la agencia Magnun al inicio, acorde con el título es formidable. 2- el relato de cómo murió corbu me dejó sin aliento. 3- no sabía que los cátaros eran sus antepasados. 4- un proyecto en venezuela inédito o casi inédito. 5- la Villa Savoye en Lego.

Broche de oro para tanta espera. Saludos desde la ex-sucursal del cielo venezolana.

SULEIMAN dijo...

No soy un literato, pero me pareció guay como leyendo lo que suponíamos el final, regresamos en el tiempo a mucho antes del nacimiento de corbu y luego terminamos en el presente. La Villa Savoye en lego fue demasiado, quiero una!!!

Unknown dijo...

este mundillo es una gran contradicción. corbusié fue un artista rechazado en sus días, que ahora es adulado y vanagloriado por el mismo tipo de personas que colocaron baches a lo largo de su vida. Lo que me gusta de lo que escribe Luis Gualtieri en este número, es el enfoque mortal y humano del europeo, muy alejado de lo que estamos acostumbrados a leer tan adornado y falso.

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