Ajenos a la realidad, pocos saben que cada día desaparecen edificios históricos, construcciones tradicionales… sufren vandalismo, desde pintadas hasta la propia destrucción… sin ir más lejos tenemos en mente los recientes incidentes ocurridos en el Reino Unido, con edificios del siglo XVIII, del XIX ardiendo… También ajenos a que la mayoría de estos actos son llevados a cabo por la juventud (ejemplo de esto decir que muchos de los arrestados en el Reino Unido son menores de edad, incitados incluso por sus propios padres).
Las construcciones tradicionales son las que
mayor abandono y olvido sufren
mayor abandono y olvido sufren
Esto me llevó, hace un par de meses, al planteamiento de la pregunta sobre el papel que tenemos la juventud en materia patrimonial, de la restauración y de la conservación de nuestro patrimonio, en todos los sentidos, tanto el tangible (arquitectura, construcciones…) como el intangible (costumbres, tradiciones…).
Para ello lancé online esta pregunta a más de 150 personas, de todas las edades, tanto particulares como empresas, relacionados y no relacionados con el mundo arquitectónico… de las cuales SOLO respondieron 11 de ellos (y a los cuales les doy desde aquí mi más sincero agradecimiento por su aportación), incluso una de las respuestas es la del propio IAPH (Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico)… con lo que en una primera instancia corroboraría la opinión de la primera persona que me respondió y cuya opinión fue que:
“… poco a poco la juventud se va interesando menos por estos temas…”
Para empezar, de las diferentes opiniones obtenidas, podemos sacar las siguientes conclusiones:
OPINIÓN nº 1:
La juventud se va interesando cada vez menos por el patrimonio.
OPINIÓN nº 2:
Existen principalmente dos grupos contrapuestos: los que disfrutan y se encargan de difundir el patrimonio (y no dudan en colaborar en su conservación) y los que ignoran el patrimonio (y algunos, en última instancia, no dudan en dañarlo o no se involucran en su conservación). Además entre ambos existe un amplio abanico de posturas, pero siempre destacan estas dos vertientes.
OPINIÓN nº 3:
Lo que falla es la desconexión, no porque a la juventud no le interese estos temas sino que desde los poderes públicos no solo no se favorece el acercamiento, además se obstaculiza.
No se realizan actividades para el público joven en los edificios patrimoniales, sino que se dedican a eventos culturales “específicos”.
La gente no aprende por sí misma, hay que enseñarla y acercarla al conocimiento.
OPINIÓN nº 4:
El patrimonio y la restauración deberían tener mejores estrategias de comunicación para llegar al público más joven.
Empleo de las nuevas tecnologías (Internet, redes sociales, buscadores…) para crear “puentes” que acerquen estos temas a la juventud.
Desde el mundo de la investigación no se favorece en absoluto que jóvenes investigadores puedan acceder a becas o entrar en grupos de investigación en condiciones dignas.
OPINIÓN nº 5:
Cuando un joven reconozca un lugar como propio, conociendo su historia, es cuando se llegará a interesar por dicho lugar y por su conservación.
La difusión de la historia de cada lugar único como tal hará que el joven se reconozca como parte de esa historia.
La difusión de la historia en tanto que cada persona pueda reconocerse como “parte de” y es ahí cuando empiezan a identificarse.
OPINIÓN nº 6:
La educación a niños y jóvenes es fundamental para conseguir la concienciación de la sociedad.
OPINIÓN nº 7:
Hay que conseguir que la gente joven (y la sociedad en general) sienta el patrimonio como algo suyo.
Que sientan que el patrimonio es algo que les representa, que les proporciona una identidad… que es el “marco” de sus vidas.
Conciencia cívica de su protección, no solo como un bien con un gran valor.
Participar de él, trabajar para que nuestro patrimonio se pueda ver, visitar, tocar, pintar, fotografiar, utilizar… a ser posible desde la infancia.
OPINIÓN nº 8:
La rama de la restauración está un poco olvidada dentro del conjunto de la arquitectura.
Solo se encuentran artículos con aspectos parciales de restauración y de obras de gran calibre.
Se echa en falta estudios respecto a estos temas, en cuanto al mantenimiento y la conservación de las construcciones tradicionales.
En la actualidad se le da excesiva importancia a la imagen.
Los concursos de arquitectura primero seleccionan por la mirada y después se fijan en el proyecto.
OPINIÓN nº 9:
Hay pocas personas preocupadas realmente por el patrimonio histórico.
La juventud, en general, está demasiado cegada por las nuevas tecnologías y avances, y no se preocupan de la historia (por desconocimiento, desinterés…).
En España no se ha hecho un uso inteligente del patrimonio, a la hora de restaurar se hacen “mezclas extrañas” y poco acertadas.
Todos los espacios se adaptan a “museo de”, “sala de exposiciones de”… Se mantiene la estructura y se llena el espacio de plataformas, cuando realmente lo interesante de los lugares históricos es el propio espacio que hay y que da la sensación de estar en un lugar por el que han pasado los siglos.
La mayoría de las veces solo se consigue que el lugar pierda de alguna forma su identidad.
OPINIÓN nº 10:
Se debe estimular la participación de jóvenes en el conocimiento y cuidado de los bienes patrimoniales.
No se cuida lo que no se quiere y no se quiere lo que no se conoce.
OPINIÓN nº 11:
Recuperar las enseñanzas y asignaturas obligatorias de historia y de arte en la enseñanza secundaria. De otro modo es imposible que la gente se interese.
A groso modo y, de momento, sin profundizar podemos observar que, a opinión de estas personas, el problema radica en distintos aspectos, desde problemas en la educación y en la enseñanza hasta en aspectos políticos, como subvenciones, concesión de becas y ayudas… pasando por una mala difusión, la mentalidad individual y la mentalidad colectiva… pero analizando más detenidamente las opiniones expuestas podríamos resumirlas para englobarlas en los siguientes fallos:
Fallo en el interés.
Fallo en las ayudas.
Fallo en la formación.
Fallo de comunicación y de difusión.
Fallo de identidad.
¿Mi opinión? Realmente no existe un único problema, no podemos decir que “el problema es…” ya que en realidad es una suma de pequeños errores y de problemas, de los cuales unos derivan en otros, como sucede en todos los aspectos de la vida, un problema sucede a otro, solventar un problema conlleva la aparición de otros…
No podemos achacar la culpa a una única cuestión pues, por ejemplo, los errores en la concesión de ayudas y subvenciones conllevan a problemas en la formación y en la comunicación / difusión, los errores en la formación y en la enseñanza, y también en la identidad conllevan a problemas de interés…
El problema no solo es que a la juventud no le interese, el problema además es que no nos preguntamos primero por qué no le interesan esos temas y después preguntarse de qué manera podría interesarse.
Nos sorprendemos de que las generaciones futuras no hereden nuestro interés por nuestro patrimonio cuando la solución la tenemos en nuestras propias manos.
En el artículo del próximo mes de octubre se expondrán las posibles soluciones que se podrían plantear para solventar la situación actual, tanto desde el punto de vista educativo, económico…
Ángel Enrique Cuadrado González.
el_angel_cuadrado@hotmail.com
Profesor de Educación Primaria, Delineante y Decorador Profesional.
FORMACIÓN: Técnico Superior en Desarrollo y Aplicación de Proyectos de Construcción.Matrícula de Honor en Postgrado de Conservador Patrimonial por la Universidad de Alcalá de Henares.Actualmente cursando 5º de Arquitectura (especialidad en Patrimonio Urbano y Rehabilitación de Monumentos y Conjuntos) en la Escuela de Arquitectura de Alcalá de Henares (España).
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