El agua siempre ha sido un elemento fundamental de la vida y base para la organización del espacio; es más, desde sus orígenes el hombre se estableció cerca de las fuentes de agua, son éstas las aguas de los ríos, manantiales o sitios termales.
Las primeras manifestaciones y uso de aire caliente se remontan a 3500 años antes de la era cristiana en Persia, Egipto y otros países árabes; con los Asirios, el médico fue llamado "A-su" o "persona que sabe del agua". La idea de crear espacios para sumergirse en el agua caliente se puso a prueba por los Griegos en el segundo milenio antes de Cristo pero fue con los Romanos que se experimentan los primeros baños de inmersión, fríos o calientes, dando importancia a la práctica de la inmersión integral y de la actividades de natación se contribuye a la aparición de estructuras complejas con spa especializados para el cuidado del cuerpo con la presencia de jardines, bibliotecas, teatros, museos y salas con diferentes funciones, organizadas en torno a un patio rectangular y compuesto en módulos.
Todos los equipos utilizados por los romanos son un gran ejemplo de la aplicación de sistemas tecnológicos para la calefacción, ventilación y sistemas de aire acondicionado que se desarrollan a partir de simples fila de braseros de carbón en número suficiente para calentar las áreas pequeñas y, a continuación, por el movimiento de los vapores en el aire, las cámaras de las paredes (al comienzo del primer siglo a.C. con la introducción de la tecnología del ipocausto de Pompeya). El resultado de la “balneum romana” es de entenderse como una sucesión de espacios: apodyterium, frigidarium, tepidarium, calidarium, con posterior regreso hasta el punto de salida y luego volver a empezar. Las Termas son la fusión de balneum griego y del gimnasio, donde el cuerpo es el centro de atención.
Con la caída del Imperio Romano hay un declive de los balnearios hasta el 1800 cuando vuelve darse un uso popular a los sitios termales con la construcción de establecimientos en armonía con el paisaje. En las últimas décadas de los años 1900 se construyen edificios con el fin exclusivo de balneario, adecuando su estructura de modo que el usuario pueda contemplar la naturaleza.
La historia de
En el Perú, por ejemplo, la ciencia de los balnearios es antigua y tradicional. Se remonta a tiempos pre-incas e Incas; es más, hay pequeños edificios termales diseminados por el país y pocos han tenido una inversión con miras a crear establecimientos complejos con varias salas de curación.
Ladislao J.Prazak, médico crenólogo que estudió las aguas termales del país, afirma que la fortuna del Perú es tener fuentes termales de origen geológico diferente que se distinguen por las propiedades curativas que poseen; eficaces para el tratamiento de enfermedades de diferente causa.
Desde 1998 el área de
Durante el viaje para conocer la realidad termal peruana he visitado treinta y un sitios entre los cuales he podido encontrar uno, Yura en la provincia de Arequipa, departamento de Arequipa en el sur de Perú, donde es posible intervenir en el corto plazo, a raíz de una lógica diferente de acción, para un proyecto de Rehabilitación del Paisaje. El objetivo primordial de cualquier intervención debe ser, en mi opinión, la creación de una reurbanización de la zona mediante intervenciones respetuosas, contextualizadas y en armonía con el paisaje.
Ljuba Molinari Vigliotta, Arquitecto paisajista, Tesis de Bachillerato
Facoltà di Architettura di Genova, cell: 01 980988481, lej@hotmail.it ;
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