JORGE CARLOS ALVINO LOLI [1] ENRIQUE CORTES NAVARRETE [2]
1.
Introducción
Esta breve nota refiere la existencia de
un conjunto arquitectónico, hoy abandonado y en ruinas, llamado Taca antiguo, el cual se ubica en el
Distrito de Canaria, Provincia de Víctor Fajardo, Departamento de Ayacucho. El
registro de campo que presentamos es limitado pero sugerente en virtud a las
cualidades humanas que se reflejan en sus edificaciones y el paisaje
circundante; también es importante mencionar que en el momento de su visita, en
diciembre del 2007, prácticamente no existía investigaciones o referencias
detalladas sobre el sitio; consideramos también que en el territorio nacional
son muchos los sitios, como el presente, en los que existen edificios
abandonados pero que son parte del patrimonio que debemos conocer.
2.
Contexto histórico-cultural
El área posee vestigios de diferentes
períodos, desde cazadores y recolectores hasta evidencias del Tahuantinsuyo
pasando sin duda por la influencia Wari. Algunos de los sitios arqueológicos
conocidos en la zona son: Apunorqo, que cuenta con edificaciones rectangulares
de roca asentado encima de cerros; los andenes de Muyu Muyu; un abrigo rocoso llamado
Culcuncha probablemente usado como machay;
Undurpa wachana qaqa en donde también existen edificios emplazados en
farallones rocosos y, Escalerayoq. Hay que considerar también de que en las
márgenes del río Tenería existen gran cantidad de andenes de probable origen
prehispánico.
Durante el Virreinato del Perú este
territorio perteneció al Corregimiento de Huamanga y, dentro de ella, a la
Provincia de Vilcashuamán. El actual Centro Poblado de Taca (ubicado en la
margen contraria del Taca Antiguo) pertenece
también al distrito de Canaria[3] y
se ha desarrollado mucho en el aspecto organizativo, económico y educativo,
posee locales institucionales y asume sus costos. En la década de los cincuenta
apareció la minería a gran escala y hoy, gran parte de la población se dedica a
este rubro directa o indirectamente manteniendo su territorio en concesiones
mineras. Según el INEI, Taca tenía en 2009 una población de 1,567 habitantes y
continua en crecimiento.
3.
Taca Antiguo
Una de las primeras menciones de Taca antiguo es en el libro Los pueblos del Perú, de Primitivo
Sanmartí, publicado en 1905. La breve referencia menciona: “Taca. P. Cangallo.-
Tacay. Golpe.”[4]
(Sanmartí 1905: 303); también es mencionado como aldea en el Diccionario Geográfico del Perú de
Germán Stiglish: “Taca.- Ald., Prov. De Fajardo, Dist. De Canaria.” (Stiglish
1922: 1020). Finalmente Taca fue reconocida como Comunidad Campesina el 3 de
febrero de 1928. Estas referencias indican que Taca ya era muy conocido al
inicio del siglo XX y probablemente durante todo el siglo XIX. A pesar de la
lejanía con ciudades como Huamanga es probable (como hipótesis) que su origen
se deba al proceso de reducción y evangelización en la región durante el siglo
XVI-XVII; hay que recordar que Taca se ubica a 33 kilómetros directamente al
sur del gran sitio inca de Vilcashuamán.
Las edificaciones de Taca antiguo se distribuyen en la margen izquierda del río Tenería
y la margen este de la quebrada Tejay Huasi, de más de 3 kilómetros de
profundidad y, sobre las falda sur del cerro Pabluyo. Taca ocupa un área cultural
de más de 20 hectáreas en donde predominan los andenes y cercos los cuales se
distribuyen desde los 2,966 msnm hasta los 2,906 msnm, desde el borde de la
carretera Taca-Canario, hasta la orilla del río mismo en una pendiente ligera
de norte a sureste. La plaza principal de Taca
Antiguo se ubica exactamente a 2,941 msnm y alrededor de ella se
distribuyen al menos una veintena de edificaciones abandonadas. Las siguientes
son las más importantes.
-La
plaza
La plaza es sin duda el centro neurálgico
de la trama a partir la cual se ordenan los distintos sectores adyacentes.
Aunque en algunos pueblos se adapten a un camino preexistente en nuestro caso
la plaza parece algo alejada de la carretera actual (y probablemente antiguo
camino) y emplazada en el terreno más horizontal posible dentro de la falda del
cerro que baja hacia el río. La forma de la plaza es ligeramente trapezoidal
teniendo su base mayor hacia el oeste y la menor hacia el este respectivamente,
cubre un área aproximada de 2,000 metros cuadrados. Aunque evidencia un
estrecho y largo pasaje por el cual se accede desde su esquina noreste, lo
cierto es que su ingreso principal se realiza desde el norte (desde la actual
carretera) directamente orientado hacia el centro de la plaza, de tal manera
que llega a ella desde la mitad de su frente norte. Finalmente, desde la
esquina suroeste se abre un camino directamente hacia el antiguo puente que
cruza el río.
-La
iglesia
Hacia el frente oeste de la plaza existen
algunos edificios muy destruidos uno de los cuales es la iglesia de Taca
antiguo. Es un edificio de casi 40 metros de largo y un ancho de 10 metros (lo
cual mantiene la proporción, ligeramente menor, de la gran iglesia de San juan
Bautista en Vilcashuamán); adjunto a su acceso principal presenta aún dos
torres laterales exentas y algo adelantadas. Sus gruesos muros construidos con
champas de tierra con gruesos guijarros alcanzan una altura de 4 metros y más
de 6 en la cúspide de su hastial. Actualmente su único espacio se encuentra sin
mobiliario e invadido de arbustos. Es pues, un edificio de regulares
proporciones y que probablemente haya alcanzado gran influencia en la región.
-El
cedro
En la plaza se ubica un cedro que alcanza
una altura de quince metros y un alcance de sus ramas de casi la misma
distancia. El árbol tiene un tronco de casi 1.5 metros de diámetro y en su base
se encuentra rodeado de grandes piedras de granito. El árbol es un ejemplar
maduro de probablemente más de cien años. Los pobladores de Taca actual lo
tienen en gran estima y los más ancianos lo recuerdan como lugar en donde
jugaban.
-Las
casas
Algunos edificios menores se distribuyen
alrededor de la plaza y a lo largo de un par de calles que se desprenden de
esta. Son edificios de planta rectangular con un acceso central y muros de
adobe.
-Las
chacras cercadas
En los alrededores del conjunto
arquitectónico se distribuyen muchas chacras cercadas con pircas, la mayoría es
de área similar que promedian y van descendiendo suavemente la pendiente hasta
el río. La forma mantiene cierta regularidad aunque con esquinas curvas.
4.
Algunas consideraciones
Aunque nuestras apreciaciones son
limitadas debido a la falta de un registro detallado podemos presentar algunas
propuestas de estudio que debieran realizarse para entender el patrimonio
existente aún, no sólo en taca antiguo sino en diversos lugares del país en
donde existen evidencias edificatorias tal como la encontramos en este caso.
-El
ordenamiento urbano
Para Burga (1992) lo popular es “lo auténtico, lo vernáculo. Aquello que ha surgido del
lugar y se adecúa a él, entendiendo el lugar no sólo como el clima y los
materiales, sino también la gente que lo habita, su historia y su cultura”
(1992: 15-16); de esta manera es un término abierto pero ajustable a cada
contexto. En la Provincia de Víctor Fajardo encontramos diversos poblados que
expresan este concepto, con ciertas diferencias pero también con similitudes
evidentes, esto es parte de un proceso histórico muy largo y permanente. Creemos
sin embargo que los cambios físicos en los poblados se han dado lentamente
entre los siglos XVII-XIX, en parte debido a una despoblación general en los
andes, la desarticulación y aislamiento de los poblados, pero también al
fortalecimiento de las tradiciones sincréticas y de autorregulación.
Debido a su ubicación en la región quechua
y a la abundancia de andenes en el valle es muy probable que Taca antiguo
debiera su desarrollo a la agricultura y ganadería teniendo para esto de
disponer de amplias áreas en donde vivirían muchos de sus pobladores o runas;
más aún el área de concentración de edificios con su iglesia habla de una
manera distinta de agrupar a sus habitantes. Siguiendo a Burga (1992: 22),
quien propone para Cajamarca 4 contextos arquitectónicos: Grupo, Conjunto,
Caserío y, Pueblo (con su desarrollo que es la ciudad), podemos
comparativamente señalar para Taca Antiguo
la categoría de Conjunto, pues es un nivel organizado con un crecimiento
orgánico adyacente a las áreas agrícolas y, principalmente, presenta edificios
y espacios importantes; de esta manera identificamos iglesias, edificios
comunales, corrales, pero también espacios de desplazamiento como calles y, la
plaza o cancha.
-Arquitectura
y sacralidad de La Iglesia de Taca
En Ayacucho la extirpación de idolatrías a
fines del siglo XVI fue muy fuerte teniendo entre otros a personajes como Cristóbal
de Albornoz[5].
Luego de extirpación de idolatrías se procedía a la construcción de iglesias
doctrinales, la decoración cristiana en este escenario era necesario para
complementar este proceso, muchas iglesias fueron construidas sobre
construcciones prehispánicas evidenciando esto, por ejemplo en Vilcashuamán;
sabemos poco de muchas iglesias de la región.
Hoy, a pesar del grado de destrucción
podemos identificar algunas características de la iglesia de Taca Antiguo.
Podemos considerar la iglesia dentro de un tradición mestiza en el sur andino; probablemente
no había lienzos y la decoración debía darse en los muros mismos, lamentablemente
los enlucidos de estos ya no se conservan salvo en algunos lugares.
Hemos identificado dos contextos murales escultóricos
aún existentes, cada uno al lado inferior del acceso principal de la iglesia.
Sabemos que para plasmar el volumen se tuvo que utilizar una arcilla fina
proveniente de otra cantera distinta de los muros comunes de los edificios, de
tal manera que sea plástica y resista a la erosión de las lluvias. Estos
contextos son similares pero no iguales; combina los relieves con cierta
habilidad, el principal elemento distinguible es una cabeza de frente
representada en relieve, el de la derecha es casi de forma circular con rasgos
insinuados y cabello recortado, el de la izquierda posee el maxilar ligeramente
agudo, en ambos casos presenta una nariz larga y que empalma con la frente. La
ubicación de efigies en la parte baja lateral del ingreso a un edificio no es
muy frecuente[6]
pero es muy significativo dentro del proceso de cristianización si identifican
santos o autoridades eclesiásticas, lo que aún no se ha identificado con
certeza. También podemos anotar que existe cierta similitud en los rasgos
faciales con los angelillos existentes en la torre de la Iglesia de Santa María
Magdalena en Ayacucho, el cual también presenta “…motivos florales en los
cornisamientos y tambores” (Gonzáles, E., Urrutia, J., y J., Lévano, 1997: 202).
Aunque no contamos con documentos y
referencias inmediatas sobre la antigüedad del templo consideramos que los
artistas responsables debieron ser gente local que ya habían desarrollado una
forma de expresión muy posterior al proceso de extirpación de idolatrías del
siglo XVI-XVII, tal como lo afirma Millones los artistas locales: “…
interpolaban su perspectiva nativa a través del colorido y de detalles que
alteraban las imágenes centrales y las intenciones de quienes las habían
encargado y financiado” (Millones 1989: 32)[7]. La
dualidad que representan estos dos relieves escultóricos (nos limita en nuestra
interpretación que el resto de la fachada haya desaparecido) debió ser
expresión del sincretismo de la zona.
Los otros elementos que aún existen, al
menos en la parte lateral derecha, son dos relieves cilíndricos con incisión en
aspa (que aparentemente son parte de una serie alineada de abajo hacia arriba)
que sigue la intención tridimensional de las cabezas antes mencionadas. Los
otros elementos son incisiones realizadas a manera de surcos de igual sección,
son dos, llamémosle “motivos”, que representa la primera una línea horizontal
zigzagueante y, la segunda, una flor de la cual solo se conserva el tallo y dos
hojas. Sobre el primer motivo, al ser geométrico podría simplemente ser una
síntesis decorativa que representa el río o mayu; sobre el segundo motivo hay
que indicar que es muy común en el arte mural pintado o esculpido, pero
conocemos pocos casos de incisos. Aun así creemos que es necesario una
confirmación sobre estos dos motivos para verificar su autenticidad.
-El
árbol como mallqui o antepasado
En Taca antiguo es importante la presencia
del árbol como hito urbano, ubicado casi al centro de su plaza el gran cedro es
visible desde todos los rincones del pueblo, pero es importante señalar que esto
no se desprende de un interés decorativo o paisajístico (como en la actual Occidente);
hay que recordar también que en distintas civilizaciones la “imagen del árbol
no se ha escogido únicamente para simbolizar el cosmos, sino también para
expresar la vida, la juventud, la inmortalidad, la sabiduría” (Eliade 1973:
128).
La presencia de un árbol que domina el
espacio no es raro en los poblados andinos, de hecho el lugar en donde un elemento
se introduce en la tierra puede referirse a un probable lugar fundacional u
original y, por tanto sagrado[8].
También se ha señalado algún tipo de árbol específico de árbol vinculado a
determinada cultura andina, por ejemplo en Ayacucho “… podemos afirmar, aunque
de manera preliminar, que los árboles Pati
siempre se encuentran asociados a yacimientos arqueológicos Wari, en relación
con muros y recintos de esta cultura y casi nunca aislados totalmente de algún
resto de la cultura material” (González, E., Rivera, E.1983: 45).
La importancia sagrada del árbol en la
cosmovisión andina ya la había mencionado Garcilaso de la Vega: “… Y así
adoraban yerbas, plantas, flores, árboles de todas las suertes” (1959: 28), y
lo confirma la versión del cronista Pachacuti Yamqui Salcamayhua quien, en su
obra Relación de las antigüedades del
Reyno del Perú (1613?), al graficar el “altar del Ccoricancha” ubica,
dentro del ordenamiento cosmológico del mismo, la figura de un gran árbol al
cual también llama mallqui, palabra
que muchos traducen como momia. Creemos de esta manera que las referencias al
árbol son muy importantes en la cultura andina ancestral, de esta manera, por
ejemplo, existe un vínculo entre los ancestros y la semilla: “Así como la
semilla debe ponerse bajo la tierra para que surja la planta, del mismo modo
hay que enterrar a los muertos para que vuelvan a nacer hombres. Entre el
cadáver y el germen hay una relación estrecha que se hace más patente cuando se
examina la palabra mallqui, que significa por igual en quechua: almácigo y
momia. Muertos y gérmenes quedan en una ecuación en el que el término común es
mallqui” (Valcárcel, 1982: 80)
La importancia de los ancestros es
constante en el espacio andino vivido (a diferencia de muchas sociedades
actuales en donde los restos de los ancestros se entierran en espacios alejados
o cementerios), los ancestros en las familias andinas siempre están presentes,
más aún si son fundadores de un clan o pueblo. Alvarado (2019: 136) considera
un concepto muy importante en las personas el cual es la “sombra” o sonqo, “el cual tiene por principio
características originales o naturales que le permiten a la persona una razón
de ser en el cosmos…”; las características de esta “sombra” está condicionada,
entre otras cosas, por “… aquello que transmiten los ancestros, padres,
abuelos, tatarabuelos. Todos son parte de un árbol sagrado o Willka y en tal
condición cada quien es nieto de este árbol genealógico” (Alvarado 2019: 138)
En esta parte de Ayacucho se ha
identificado la importancia del árbol en la imagen urbanística de los poblados
y patrimonio de su gente incluso durante el siglo XX. En una antigua foto
publicada por Fowler se aprecia un gran cedro en la plaza de Huancapi (también
de la provincia de Víctor Fajardo). Fowler menciona que fue “Árbol tradicional
que se asegura fue plantado por un Inca” (1924: 216-217); precisamente en este
poblado ocurrió un acontecimiento en el que se evidenció la gran consideración
que se le tenía[9].
Este árbol ha sido ubicado en otros
contextos como en las plazas de Paruro o Lucre en el Cusco, también dentro del
Hotel Monasterio, siendo una especie muy conocida en la región; consideraciones
aparte, el cedro andino (Cedrela herrerae) llamado popularmente atok mallqui es una planta aromática aunque
también se ha mencionado a su leño como abortivo (Valdizán, H. y A. Maldonado
1922: 225).
5.
Reflexión final
Como apuntamos al inicio el territorio
nacional posee gran cantidad de bienes culturales de diversa antigüedad, todos
son importantes pues permiten entendernos y, aprender a investigar sobre
nuestros orígenes o los vínculos que tenemos con el pasado, es algo que logra
precisamente afirmarnos ante el futuro; por ejemplo los actuales pobladores de
Taca regresan a Taca Antiguo a
efectuar algunas festividades, como el Baile de Tijeras o la apertura de
acequias bajo la sombra del cedro de la plaza. Hechos como este acontecen en
distintas partes del Perú y, aunque las nuevas tecnologías nos permiten
comunicarlas, es cierto también que ha aumentado el desinterés y el compromiso
para dedicarles el tiempo de conocerlas.
6.
Agradecimiento
Al nuestro amigo, el arquitecto Fernando
Reyes Acosta, por la confianza y oportunidad, que finalmente nos permitió
conocer Taca Antiguo.
7.
Referencias[10]
Alvarado, D.
(2019). Una comprensión andina del cuerpo.
Multigrafik Ediciones S.A.C. 375 p. Lima-Perú.
Burga, J.
(1992). La vivienda popular en Cajamarca.
EDAC-CIUDAD. 117 p. Lima-Perú.
Eliade, M.
(1973). Lo Sagrado y lo Profano. Ediciones
Guadarrama. Madrid-España.
Fowler, L.
(1924). Monografía histórico-geográfica
del departamento de Ayacucho. Imprenta Torres Aguirre. 303 p. Lima-Perú.
Garcilaso de la
Vega, I. ([1609]1959). Comentarios Reales
de los Incas. Tomo I. 596 p. Buenos Aires-Argentina.
González, E. y
F. Rivera (1983). “Pati- El Árbol Sagrado de los Wari.” En: Boletín de Lima (27). 43-49 pp.
Lima-Perú.
Gonzáles, E.,
Urrutia, J. y Lévano J. (1997). Ayacucho.
San Juan de la Frontera de Huamanga. Colección Arte y Tesoros del Perú.
Banco de Crédito del Perú. 365 p. Lima-Perú.
Guamán Poma de
Ayala (2010 [1613]). El Primer Nueva
Corónica y Buen Gobierno. Empresa Editora El Comercio. Lima-Perú
Millones, L. y
Pratt, Mary. (1989). Amor brujo. Imagen y
cultura del amor en los Andes. Instituto de Estudios Andinos. 74 p.
Lima-Perú.
Sanmartí, P.
(1905). Los pueblos del Perú.
Imprenta y librería de San Pedro. 340 p. Lima-Perú.
Stiglish, G.
(1922). Diccionario Geográfico del Perú.
Imprenta Torres Aguirre. 1193 p. Lima-Perú.
Pachacuti Yamqui
Salcamaygua ([1613] 1879). Relación de las antigüedades del Reyno del Perú. En:
Tres relaciones Peruanas. 207-286 pp. Jiménez de la Espada. Editorial Guarania.
Madrid-España.
Valdizán, H. y
A. Maldonado (1922). La Medicina Popular
Peruana. Imprenta Torres Aguirre. 2 tomos. Lima-Perú.
https://www.youtube.com/watch?v=DKU_yJAvUxw
Figura 1. Mapa de ubicación del poblado de Taca antiguo en el distrito de Canaria; es de notar la sucesión de distritos como Sarhua, Huancapi o Hualla, siguiendo la conformación hidrográfica.
Figura 3. Vista satelital del emplazamiento y contexto geográfico de Taca antiguo. Google Earth. Mayo 2016
Figura 22. Vista antigua del cedro de la plaza de Huancapi durante una festividad. La descripción de la foto menciona: “Árbol tradicional que se asegura fue plantado por un Inca” (Fowler, 1924).
[1]
Graduado de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad Ricardo
Palma; Graduado de la Escuela Académico Profesional de Arqueología y, de la
Facultad de Educación con mención en Historia y Geografía, de la Universidad
Nacional Mayor de San Marcos; egresado de la Maestría de arte Peruano y
Latinoamericano de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos.
[2]
Arquitecto por la Universidad Ricardo Palma, Master en Planeamiento Urbano por
la Universidad Politécnica de Madrid, Profesor de la Facultad de Ingeniería y
Arquitectura de la Universidad San Martín de Porres. Se desempeña como
diseñador de forma independiente.
[3] El
distrito de Canaria fue creado el 2 de enero de 1857 (Fowler 1924: 216); hacia
1924 Canaria comprendía: Aspongo, Taca, Asquipata, Morcolla, Racaya y el
caserío de Pairi, con un total de 2,248 habitantes. Taca fue Comunidad
Campesina en 1928 y actualmente es Centro Poblado.
[4] Existe
una referencia local que el término Taca
proviene del sonido que se produce al golpear las rocas para seleccionar el oro
y plata.
[5]
Albornoz fue un cura dominico de gran actividad en la sierra sur (Ayacucho,
Cusco, etc.) durante las últimas décadas del siglo XVI destruyendo huacas y se
le atribuye ser el que descubrió el movimiento del Taki Onqoy, también se le
atribuye la obra Instrucción acerca de
los ritos y mitos de los incas (1581-1584), la cual fue una referencia de
cómo realizar extirpaciones de idolatrías.
[6] Un caso
de decoración, similar por la ubicación de cabezas en ambos lados inferiores de
un acceso, lo hemos identificado en la casa n° 906 del Jirón San Martín en la
ciudad de Caraz, Ancash. En este caso se usaron dos cabezas líticas y se
insertaron a ambos lados del portón de una casa colonial.
[7] Esto se
reafirma en un dibujo de Guaman Poma en su obra Nueva corónica y buen gobierno en el cual se presenta artistas
indígenas trabajando una figura de Cristo en el pueblo de Huarochirí en 1613.
Dibujo 267. Los artesanos andinos
fabrican imágenes religiosas para servir a Dios y la iglesia.
[8]
Haciendo una analogía aventurada, los actos fundacionales se deben a hechos
mitológicos en el cual se elige un espacio por medio de un elemento vertical,
basta recordar a Manco Capac y la barreta que se hundió en Huanacure.
[9]
Huancapi, es un distrito y poblado que también tenía un gran árbol al centro de
su plaza el cual, el 21 de julio de 1995 iba a ser cortado por la alcaldía ante
lo cual los pobladores protestaron impidiéndolo por la fuerza; para los
pobladores el árbol simbolizaba el bastón de San Luís, el patrono del pueblo el
cual quedó plantado allí antes de la fundación del pueblo mismo.
[10] Todas las fotografías fueron tomadas por los autores en diciembre
del 2007, a excepción de aquellas cuya fuente se anota en la descripción de las
mismas.
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