31 agosto 2018

Los termiteros, de acuerdo a estudios recientes son construcciones de alta tecnologia - Marta Lorenzoi


Los termiteros respiran como pulmones

Científicos de la Universidad de Harvard describen con detalle cómo se ventilan los hogares subterráneos de las termitas. Los hogares subterráneos de las termitas se ventilan gracias a que su parte exterior actúa como un pulmón, exhalando e inspirando aire del interior y del exterior, a medida que la temperatura ambiente se modifica. Esto es lo que ha descubierto un equipo de investigadores de la Universidad de Harvard, tras realizar estudios muy detallados de diversos termiteros. 

Las termitas son unos insectos fascinantes, y no solo porque generen (según se ha dicho) círculos de hadas. También porque son capaces de levantar termiteros, esas construcciones “de alta tecnología” en los que habitan sus colonias, se cuida a la reina, nacen las larvas, etc. Comúnmente, una parte de los termiteros sobresale de la tierra y la otra constituye una cámara subterránea que es la parte principal de toda la estructura y en la que las termitas hacen su vida. 

¿Cómo se ventila esta zona?, se han preguntado los científicos desde hace tiempo. Sobre todo teniendo en cuenta que, para fabricar sus hogares, estos insectos usan solo sus cuerpos, la tierra y su saliva. A pesar de estas limitaciones, han logrado desarrollar estructuras eficientemente ventiladas (algo que aún sigue siendo todo un reto incluso para los inteligentes constructores de nuestra especie). 




El termitero-pulmón 

Ahora, investigadores de la Universidad de Harvard (EEUU) han logrado describir por vez primera con detalle cómo son ventilados los termiteros.  El sistema resulta asombroso, pues actúa de manera similar a un pulmón, inhalando y exhalando una vez al día,a medida que estas estructuras se calientan y se enfrían en función de la temperatura exterior. 

Para llegar a su conclusión, los científicos de Harvard midieron la velocidad del aire y su dirección dentro de los termiteros. También la temperatura y la concentración de CO2 en el interior de estas construcciones. 

Así fue como descubrieron que las oscilaciones de temperatura exterior -asociadas con el día y la noche- eran aprovechadas para dirigir la ventilación dentro de los termiteros, de una manera no muy diferente a como lo hace un pulmón. “Así que el montículo 'respira' una vez al día, por así decirlo ", afirma L. Mahadevan, el director del estudio, en un comunicado de la Universidad de Harvard.



Aprovechando los cambios en la temperatura exterior 

Los termiteros están construidos alrededor de grandes chimeneas centrales que van desde las galerías subterráneas hasta la parte más alta de los montículos que sobresalen. Mientras que el interior de los termiteros cuenta con grandes muros estructurales, el exterior es mucho más fino, con paredes que, aunque son impermeables, permiten el intercambio de gases. Mahadevan explica que, durante el día, la luz del sol calienta las paredes exteriores del montículo exterior de los termiteros, y en consecuencia también el aire interior de su chimenea. 

Este aire caliente baja entonces hacia las galerías del subsuelo. Durante la noche, en cambio, como el exterior se enfría, el flujo del aire se revierte: el aire caliente del interior del termitero sale hacia el exterior. Y así es como los termiteros están siempre bien ventilados, pues el CO2 entra y sale con el aire que sube y baja, manteniendo concentraciones adecuadas a lo largo de todo el día. 

Para realizar sus mediciones, muy complejas dado que se trataba de analizar pequeños flujos de aire circulante dentro de un espacio confinado, los científicos utilizaron una serie de sondas específicamente diseñadas. Con ellas se realizaron registros de día y de noche, tanto en termiteros habitados como en termiteros abandonados. Su estudio aparece publicado en la revista PNAS. 

Otros aspectos fascinantes de las termitas de los que ya hemos hablado son, por ejemplo, las “tendencias suicidas” de sus trabajadoras más viejas (cuando  estas son atacadas por enemigos, rompen la pared de su cuerpo para lanzar una gota de veneno y acabar con ellos) o la capacidad de estos insectos de autoorganizarse y trabajar en equipo sin recibir órdenes; una capacidad que incluso ha inspirado la fabricación de robots bastante peculiares.


Las grandes ciudades de las termitas

 Los termiteros son grandes ciudades con cámara real, zona de cultivos, sistema de aireación, refrigeración, zona de abastecimiento de materiales, personal especializado (defensa, construcción, agricultura, natalidad y guardería), etc. Existen diferentes tipos de termiteros según la especie de termita de la que se trate, pero aquí trataré tan sólo dos tipos.

En el primero de ellos encontramos termiteros de barro aplanados de hasta tres metros de altura. Las caras anchas se orientan en dirección este-oeste, mientras que las estrechas lo hacen en dirección norte-sur. Esta disposición no es caprichosa y responde a efectos térmicos, no magnéticos. Las termitas son sensibles al calor y un exceso del mismo las mataría, de este modo reciben los primeros rayos de sol al amanecer calentando el termitero por la cara este, mientras la cara oeste permanece fresca. Cuando el sol está en su cenit, el calor es máximo pero éste no afectará a las termitas, ya que los rayos inciden sobre la estrecha zona superior.




El otro tipo de termitero es una estructura en forma de torre que puede llegar a alcanzar los ocho metros de altura. El sistema de refrigeración que emplean sería la envidia de cualquier ingeniero, pues a la vez que consiguen mantener constante la temperatura realizan una ventilación del aire viciado (difunden dióxido de carbono al exterior y oxígeno al interior). 

Debido a la gran cantidad de habitantes que hay en el termitero (hasta varios millones) se genera calor, el aire se podría estancar y recalentar hasta un máximo letal para las termitas. Pero estos fabulosos ingenieros han conseguido la solución: la colonia ocupará la parte central del nido y el aire caliente y cargado de dióxido de carbono ascenderá a través de las galerías; en la parte superior el aire se desplazará hacia los laterales y descenderá por canales próximos a la superficie hasta el sótano; gracias a la porosidad de las paredes se producirá la difusión del dióxido de carbono hacia el exterior y del oxígeno hacia el interior. 

Del sótano parten canales hasta el nivel freático, en donde las obreras recogen el barro para la fabricación del termitero. El techo de dicho sótano está formado por una placa que soporta la colonia y de la cual parten una serie de placas concéntricas que absorben la humedad de la colonia; en las placas se producirá una evaporación de la humedad absorbida lo cuál enfriará el aire que llegó hasta el sótano, ascendiendo hasta la colonia cargado de oxígeno y a la temperatura adecuada.








Referencia bibliográfica: 

Hunter King, Samuel Ocko, L. Mahadevan. Termite mounds harness diurnal temperature oscillations for ventilation. PNAS (2015). DOI: 10.1073/pnas.1423242112. 
Mas información:
https://www.tendencias21.net/Los-termiteros-respiran-como-pulmones_a41027.html



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