Hacia fines del siglo XIX e inicios del siglo XX, encontramos un problema social poco tocado o casi nada tocado por los gobiernos latinoamericanos recientemente independizados es decir, hace menos de un siglo.
Entre ellos incluidos nuestro país el Perú y el cual abordaremos en el presente ensayo se trata de las pésimas condiciones en las que se hallaban las viviendas sociales la cuales destacan por su hacinamiento, falta de organización y gestión para enfrentar este tema por parte de los gobiernos de aquellos tiempos y que como producto de ambos venia una gran crisis si lo hablamos en términos de salubridad.
Para profundizar en este tema podemos citar al autor (Ramon: 1999) en el cual en su libro La murallas y los callejones como idea principal este nos explica que hay un vínculo existente entre las modalidades de intervención en el tejido urbano (ordenado o desordenado) y los proyectos políticos como el reflejo del orden en ese momento de la historia de la república peruana.
La manipulación oligárquica de “la élite local” en el control de la producción del espacio público y privado de la ciudad, cuya pretensión ideológica para una Lima moderna, democrática e integradora, acentuó el proceso de segregación de clases en el medio urbano, pues la creación de espacios con riqueza cultural se daba en las zonas con mayor poderío económico de la ciudad pero sin embargo si había que hacer obras de infraestructura nueva o la renovación de las mismas en zonas donde la gente de escasos recursos vivía en condiciones infrahumanas estas no se daban o se daban de una manera muy precaria y muchas veces mas que por la iniciativa del gobierno no sino por la iniciativa de los mismos habitantes de la zona en el afán de mejorar su hábitat, esto nos permite extendernos y tener nuevo conocimiento o un nuevo tema para ampliar la investigación hecha por el autor.
En nombre de “progreso y la razón”, las clases acomodadas “barbarizan” el uso de las diferentes áreas de la ciudad, asimismo, se estigmatiza al pobre como la causa de los males en la ciudad es el caso de la tugurización y estigma racial por las clases acomodadas.
Me gustaría hacer un paréntesis para decir que desde la época que el autor hace su análisis para el libro hasta nuestros días: Existe una incertidumbre en la implementación de las reformas públicas que, sin analizar las causas y consecuencias no superan cuestiones que no han sido resueltas.
En la ciudad existe el riesgo de proceder a explicarla como recipiente social y no con el vínculo del orden impuesto del momento también podemos relacionar el desborde popular y la élite urbana manifiestan una realidad de identidad nacional que no ha podido ser superada en el Perú.
La calamitosa situación urbana de la Lima de 1900 fue estudiada por los higienistas y primeros reformadores urbanos como los Doctores Basurco e Eyzaguirre, los que se adentraron en el problema de la vivienda social a pesar de no ser arquitectos o ingenieros o planificadores urbanos, sino doctores en medicina y es por que la situación de la 'vivienda popular' en la Lima del novecientos es carente de servicios como desagüe, baños o hacinamiento lo que derivó en una crisis higiénica.
Los primeros higienistas y aquellos que nominalmente eran los encargados de pensar y transformar la ciudad corno los urbanistas e ingenieros se conectaron entre ambos pues tienen un ideal en común en que los ciudadanos sea cual sea su condición debían tener una vivienda digna es decir sin estar hacinada, con servicios básicos y con buenas condiciones de infraestructura para darle confort a su habitabilidad.
¿Cuáles fueron, desde el Estado y el capital inmobiliario privado, las respuestas planteadas en términos de dotación de vivienda y nuevos servicios a efectos de morar la calidad de ida en la ciudad de Lima?
El examen de Santiago Basurco sobre la situación existente tiene un sesgo inevitablemente ingenieril: o se necesita pensar mucho, que en nuestras habitaciones de obreros llamados callejones, la prescripción que se sigue invariablemente, es la de dar la menor extensión posible a cada habitación, a fin de sacar el mayor provecho del terreno; el aire y la luz son factores que no tienen absolutamente en cuenta; la vida del inquilino poco importa, así vivieron sus antepasados, y así deben continuar viviendo sus sucesores; que la población no aumenta, que la raza degenere día a día, que cada casa de vecindad sea un foco de corrupción y de miseria, poco importa [ ... ].
En muchas de esas casas de vecindad, da vergüenza confesarlo, a pesar de las ordenanzas municipales, a pesar de lo desplegado por los que se ocupan de la cosa pública no existen desagües. [ ... ]. En cuanto al servicio de agua potable, ¿para qué ocuparnos de él?, en pocas ciudades en el mundo tienen igual dotación de Lima, y sin embargo; en pocas ciudades escasea más este elemento de importancia excepcional para la vida (Basurco, 1905, pp. 55-83).
La posición de Eyzaguirre es diáfana: Es cosa bien averiguada y puesta ya fuera del campo de la discusión seria, que la calidad del alojamiento desde el punto de vista de sus condiciones rígidas, es un factor que interviene poderosamente en la conservación de la salud y consecutivamente en la prolongación de la vida, pues que el buen modo de alojarse, significan para el individuo: aire, luz, calor, buena ventilación, buen soleamiento, buen terreno, buena agua, alejamiento de contagio, elementos todos de vida, si se ha admitir que esta no es más que una resultante de condiciones (Eyzaguirre, 1906, p. 23-52)
BIBLIOGRAFIA
Basurco, S. (1905). Construcción de casas higiénicas para obreros. Boletín del Ministerio de Fomento (02).
Ludeña Urquizo, Wiley (2014). Crisis urbana, el discurso higienista y el problema de la vivienda en Lima de 1900. WASI, Vol. 1, N°2, 2014, pp. 7-22
Ramón Joffré, Gabriel (1999). La muralla y los callejones: intervención urbana y proyecto político en Lima durante la segunda mitad del siglo XIX. Lima: Sidea





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