El paisaje en el territorio andino del sur del Perú es armonioso y variado, quien lo ha recorrido ha podido disfrutar de sus formas, colores y texturas que van componiendo escenas motivadoras y estimulantes. La mejor forma de recorrer los andes es caminando, así podemos tener la experiencia del paisaje andino con toda calma, donde no solo apreciamos imágenes, si no también percibimos los sonidos del agua, de las aves, y el aroma de las plantas y flores.
Para volver a tener esta grata experiencia, sugerimos recorrer la quebrada del Pumahuanca, la cual fue formada por las aguas del Nevado del mismo nombre que bajan espumeantes hacie el Valle Sagrado de los Incas para encontrarse con las aguas del río sagrado de los incas, el Wilcamayo, conocido hoy como Río Vilcanota. La caminata se realizó el jueves 20 de febrero de este año 2025.
Para realizar el viaje salimos del Cusco a las 4.30 de la madrugada, en los colectivos que van a Urubamba por la ruta de Chinchero, el auto llegó a Urubamba a eso de las 5.30 cuando ya el día empezaba a clarear. Recorrido el pueblo de Urubamba por sus estrechas calles de origen colonial, pasado por la Plaza de Armas hasta llegar a la plazuela e Iglesia de Torrechayoc, donde simbólicamente iniciamos la caminata hacia la quebrada del puma para visitar el sitio arqueológico de Chupani.
Desde la plazuela de Torrechayoc, por lo que antes fue un camino de herradura, y que ahora es una vía pavimentada, enrumbamos hacia Laresmpa, un lugar donde antes llegaban los viajeros de los valles de Lares, hacián su último descanso antes de llegar a Urubamba, en esta pampa se aseaban en un riachuelo que existe hasta hoy antes de hacer su último tramo, hoy este lugar es una cancha de fútbol cercada con malla. El camino sigue bordeando la cancha rumbo al poblado de Palkaraqui.
El camino está pavimentado hasta la Plazuela de Palkaraqui, en el camino se puede apreciar el paisaje del Valle Sagrado, también las construcciones, la mayoría de las cuales todavia se mantienen en adobe. Llegamos a la Plazuela de Palkaraqui, la antigua capilla ha sido ampliada, recordamos que antes había un frondoso árbol que ya no está en la plazuela.
Seguimos avanzando por le camino y llegamos al lugar donde nuestro camino se une a la antigua carretera que bordeando el cerro viene de Urubamba hacia la quebrada, seguimos por la carretera, y estamos entrando a la quebrada del Pumahuanca al frente se puede ver el cerro donde hay se observan los restos de ocho colcas incas (Querocancha) que aprovechaban los vientos para secar y preservar los alimentos. La carretera sigue hay una garúa persistente, pero seguimos en ruta, apreciando los árboles y arbustos de variados tonos de verde que cubren los cerros, nos llamó la atención un arbusto lleno de florecillas amarillas.
Seguimos en camino, acompañados de la vegetación y al fondo de la quebrada el riachuelo Pumahucna, la niebla nos tapa parte del paisaje, llegamos al Fundo Pumahuanca de la familia Zambrano, lugar que en tiempos de niñez visitábamos para bañarnos en el riachuelo, de paso los dueños nos permitian comer capulí de los árboles. Continuando se observa una saliente rocosa que siempre nos llamó la atención, luego hay otros fundos que tienen portones de acceso hacia la carretera.
Sigiendo se observa una bifurcación de la carretera hacia la izquierda, un tramo que continuaba como una cuesta que quedaba inconclusa, la idea era llegar a los valles de ceja de selva. Seguimos por la derecha observando la variada vegetación que incluso crece sobre las rocas, en todo este tramo nos acompañan los trinos de las aves ya lo lejos el rumor del riachuelo Pumahuanca.
Avanzando por la vía aún ancha, siempre disfrutanado de la variada vegetación cercana a la vía y alejada en los cerros, con diversas tonalidades de verde, desde verdes amarillentos a verdes claros y oscuros, y estando ya más cerca el riachuelo Pumahuanca, podemos disfrutar mejor de la sonoridad de sus aguas, de verlo más cerca, contemplar sus aguas espumosas que parecen bajar presurosas al encuentro con el río sagrado de los Incas al terminar su recorrido y unirse al Wilcamayo.
Llegamos al punto donde concluye el tramo carretero donde nos encontramos con viajeros de la zona que tienen caballos, llamas y ovejas, así como perros que están preparando su viaje, hijo de la comunidad de Suttoc Pacchac, los comuneros han cercado y delimitado su propiedad. En el lugar hay también otro aviso, este es del Ministerio de Cultura que anuncia haber llegado a los bordes del sitio arqueológico de Chupani, que cuenta con más de 14 hectáreas de extensión.
Cuando era niño pude visitar con mi padre y hermanos gran parte de este lugar que aún estaba enmontado, pero se podía ver muchos muros que en la parte alta de la quebrada, hacian pensar de que se trataba de un antiguo asentamiento inca extenso. Recién en el año 2011 fue reconocido como patrimonio. Continuamos el recorrido esta vez por un camino peatonal estrecho hacia una parte de Chupani al borde del riachuelo.
Siguiendo el camino estrecho, rodeados de árbustos y árboles que incluso nos protegen de la persistente llovizna, observamos árboles típicos de los andes, los ancestrales queuñuas, que se caracterizan por los fragmentado de sus troncos y el color rojizo de la cobertura de sus ramas y troncos, estos bosques contraatan con el paisaje del río que en tramos al tener pendiente pronunciada, bajan con más ruido y más espuma, y en tramos que la pendiente Es casi plana, las auguas se calman y forman espacios donde los viajeros pueden asearse o bañarse.
En el camino se observan también puentes, algunos hechos únicamente de troncos de manera rudimentaria, y otros son puentes mejor elaborados con barandas y piso. Nos encontramos con varios grupos de lugareños que bajaban a Urubamba y con turistas que regresaban de una caminata más prolongada desde las alturas de Cuncani y del valle de Lares, visitantes de toda edad, todos con gran animo saludaban en sus lenguas maternas. En los caminos de la sierra es constumbre saludar a toda persona con la que uno se cruza.
Los viajeros nos dijeron que ya estaba muy cerca nuestro objetivo, en efecto, se vio que el terreno ya no tenía tanta pendiente y que la quebrada como que se hacia más amplia, en el camino vimos una roca al borde del camino que servía de refugio en las tormentas para viajeros. En elpiso se vepian cada vez zonas con una especia de pasto o grama.
Avanzando y descansando, por fin pudimos ver un espacio abierto donde se observaba un muro antiguo de piedra, era señal de haber llegado a Chupani, un asentamiento al borde del camino, que según me contaba mi padre hace muchos años, podría ser un lugar de control para los viajeros que venían o se dirigieron a la zona del antisuyo (ceja de selva) en los valles de Lares que se encuentran cruzando las punas.
Recorriendo el conjunto arqueológico de Chupani, viniendo desde Urubamba se tienen primero dos grandes recintos enfrentados uno al otro en medio un espacio libre a modo de cancha, las dimensiones aproximadas de cada uno de ellos es de 9 x 15 metros, en sus muros interiores se observan nichos rectangulares.
Siguiendo el recorrido, se tienen dos recintos mas pequeños uno al lado del otro ambos de iguales medidas, son de 9 x 7 metros aproximadamente, y están frente a otro espacio a modo de cancha, aquí también se observan nichos al interior, los muros están parcialmente derruidos.
Finalmente un recinto que está alineado al río que tiene también 15 metros de largo por 7 metros de ancho, pero los muros interiores delimitan dos zonas a los extremos y un espacio al medio, dada la pendiente del lugar donde se emplaza, se ve que han desarrollado dos filas de nichos, siendo también posible que este recinto tenga dos pisos o niveles.
Hacia el fondo se observan dos caidas de agua, el paisaje nos dice que ya estamos en un piso altitudinal cercano a la puna. Fue una grata experiencia de gran esfuerzo físico y de emociones que nunca olvidaremos.
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