06 febrero 2024

ESTUDIOS Y PROPUESTAS DE CIUDAD Y VIVIENDA -TALLER VERTICAL III UNIVERSIDAD DEL AZUAYL - CUENCA

 







Vivienda y ciudad - Estudios y Propuestas
Taller Vertical III Vivienda y Ciudad 
Universidad del Azuay
Laboratorio de Arquitectura y Urbanismo - Cuenca 


       El verdadero problema de la habitación no es el de la construcción de una casa, dicho problema presenta fundamentalmente dos aspectos en nuestra ciudad: el  primero lo percibimos si nos asomamos al panorama actual  de ella, al ver que más del 60% de su superficie está ocupada  por casas inadecuadas. […].

El segundo aspecto del problema de la habitación es el de  la habitación nueva que cada año se requiere en vista del crecimiento de México, el cual es de casi un 7% anual, o  sea que representa alrededor de doscientos ochenta mil o 
trescientos mil habitantes más al año […]. 

Al atacar este problema, lo primero que salta a la vista es la bajísima densidad de población que tenemos en nuestra ciudad, y que  fluctúa entre ciento cincuenta y doscientos habitantes por  hectárea. Esto quiere decir que México tiene servicios que están pagados por muy pocas personas; servicios viales,  de agua, de drenaje, situación que permite afirmar, si  por un momento consideráramos a la ciudad como un negocio administrativo cualquiera, que es el nuestro un negocio quebrado.[…]

En conclusión, puede afirmarse que el problema de la habitación es fundamentalmente un problema urbanístico, en donde tienen que intervenir todos los elementos de una planificación completa, para abarcar cumplidamente los aspectos social, económico y político que aquella presenta.

Conversación con el arquitecto y urbanista Mario Pani Darqui (1911-1993). México, 1960 . Guardando la distancia con la Ciudad de México,  pero apoyándonos en lo que esta mega ciudad sufre  actualmente debido, entre otros aspectos, al tema de la vivienda, podríamos decir que en nuestro medio, el  verdadero problema de la vivienda hoy en día (económica  o no), ya no reside solamente en la formulación del espacio doméstico (cuando existe), su construcción y economía, sino también y especialmente en lo urbano y territorial. 


















La vivienda, como elemento urbano estructurante, constituye  una variable determinante en la forma de una ciudad, pues  donde haya vivienda debe existir infraestructura, espacio  público, transporte público, así como equipamientos  servicios. De esta manera, si la vivienda expande la ciudad, los costos sociales y económicos, sin mencionar los costos naturales y paisajísticos, crecerán de manera exponencial, incluso hasta alcanzar escalas insostenibles.

En el caso de Cuenca, el Banco Interamericano de Desarrollo ya lo ha señalado: la ciudad, de seguir con el  ritmo de expansión actual, deberá estar en capacidad de ejecutar un presupuesto de 3 400 millones de dólares para cubrir la necesidad de infraestructura y servicios correspondientes al crecimiento urbano para el horizonte 2030, es decir, un presupuesto equivalente a más de doce veces el costo del proyecto Tranvía 4 Ríos. 

Dentro de esta perspectiva, la ciudad contemporánea se ha hecho tan enemiga de la casa como esta de la ciudad actual,  y es que la aspiración cultural por una casa, al igual que por  un automóvil, también se multiplica con el aumento de la población. Ya lo decía Le Corbusier : un sueño multiplicado por dos millones se convierte en una pesadilla.

Pero lo más interesante resulta al darse cuenta que dicho sueño de algunos, no solo afecta el modo de vida de otros, sino que también lo financiamos todos. Con algunas excepciones, la vivienda –en especial la vivienda social– se concibe como un espacio pasivo, más o menos funcional y relativamente económico, tras una fachada más o menos atractiva, en última instancia, encerrada dentro de las fronteras de un terreno. 

Sin embargo, si hacer vivienda es hacer ciudad, entonces  el asunto del hogar como espacio de vida debería ser  abordado no solamente puertas adentro, con todo el  cuestionamiento y la dificultad que esto significa, sino  también como un elemento vinculante de la ciudad, del  paisaje y del territorio, y como un asunto que debería promover la cohabitación de distintos sectores sociales, generar complejidad, movimiento, vida de barrio, sentido de pertenencia, en fin, que contribuya a elevar el nivel de vida tanto del habitante y del pasante, como del ciudadano  en general. 

Aunado a esto, es necesario entender que  la población de nuestro medio prefiere generalmente la casa ya sea por cuestiones culturales, por estatus social, por razones funcionales o de confort o simplemente por gusto. Por eso, es vital reflexionar sobre si estas y otras bondades que se prestan a la casa pueden ser incorporadas en la vivienda colectiva, y de esta manera ofrecer una alternativa que sea capaz de competir con la vivienda unifamiliar, al tiempo que responda a los fines del interés general en la ciudad. 

Por otro lado, si bien el concepto de densidad se ha presentado como la bandera inmaculada de la ciudad  contemporánea para luchar contra el malvado sprawl, 
los resultados no siempre han sido favorables, pues en muchas ocasiones la densificación se ha aplicado de manera ciega y descontextualizada, o simplemente como una receta, hasta terminar confundida con el hacinamiento. 


















Mientras la densificación concibe el lleno con el vacío, lo construido con lo no construido, lo privado con lo público y ayuda así a generar un equilibrio necesario para una vida urbana deseable, el hacinamiento persigue ferozmente cada centímetro vacío de la ciudad para convertirlo en habitable o, mejor dicho, en negociable, lo que resulta en un efecto contrario. 

Los desafíos a los que se enfrentan las ciudades, actualmente, se enfocan en la lucha por el espacio público y la posición de peatones y ciclistas frente al automóvil privado. Sin embargo, no se debe olvidar que en muchas ocasiones, el problema de la vivienda, es el origen de dichos males; y por lo tanto puede ser, si se aborda correctamente, el origen de muchas soluciones. 

En una época en donde la sociedad mundial es mayoritariamente urbana y donde la ciudad es, por el momento, el mejor lugar para vivir, la vivienda debería identificarse como el vínculo entre el individuo y su territorio, entre la sociedad y su cultura, y convertirse nuevamente en la punta de lanza del desarrollo de la ciudad contemporánea. 

Es tal vez momento de cuestionarnos seriamente sobre el lugar de la casa en la construcción de ciudad. Preguntarnos si el nocivo aporte al resto de la sociedad no justifica un cambio en las políticas públicas que avorecen estas prácticas, como la normativa o la política de dotación de servicios básicos. Preguntarnos también como ciudadanos, pero también como arquitectos, si existen otras formas de habitar, de concebir la vivienda, en relación a la ciudad, porque lo que es seguro, como sostiene Félix Sánchez, es que una buena ciudad siempre será mejor que una buena casa.

A partir de estas y otras reflexiones, el Taller Vertical dio inicio a su tercera edición con el tema ‘Vivienda y Ciudad’. Su objetivo fue explorar las posibilidades de construir ciudad a través de la vivienda y brindar una alternativa a distintas situaciones urbanas que necesitaban una reflexión urgente, debido a su repercusión inminente en la ciudad, el paisaje y el territorio. Con estos objetivos, se invitó a tres oficinas de arquitectura expertas en el tema para dirigir este taller. Estas oficinas han aportado, a través de sus proyectos en México, Francia y España, diferentes respuestas y reflexiones a esta problemática de ciudad, lo que, sin duda, constituye un punto de referencia para pensar nuestra urbe.

Es importante mencionar la participación activa de las entidades públicas como el Departamento de Planificación Municipal, la Empresa Municipal de Vivienda EMUVI, el Departamento de Áreas Históricas y Patrimoniales, la Fundación el Barranco y la Empresa de Telecomunicaciones, Agua Potable, Alcantarillado y Saneamiento ETAPA. Todas ellas se involucraron de diferentes maneras en el taller, siempre con la intención de buscar alternativas y sentar bases para el desarrollo urbano responsable de Cuenca.

Los proyectos desarrollados en este taller constituyen el resultado de un intenso trabajo y compromiso por parte de estudiantes y profesionales, quienes durante cinco días lograron entender la problemática y el contexto y concebir propuestas importantes en torno al tema de la vivienda y la ciudad. 

Asimismo, posterior a este taller y a partir de algunas observaciones concretas por parte de las entidades públicas implicadas en cada uno de los talleres, el Laboratorio de Arquitectura y Urbanismo ha realizado un breve trabajo de afinamiento en los proyectos con el objetivo de potenciar las ideas planteadas en cada propuesta.

Alexis Schulman

















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