La selección del sitio adecuado para la ubicación de un edificio es uno de los aspectos críticos que surge en el inicio de un proyecto de infraestructura, y tiene implicancias durante todo el ciclo de vida del proyecto.
Esta selección tiene dos aproximaciones sucesivas y complementarias: por un lado, un enfoque “macro”, donde se define la localización general, o sea la zona en la que se debe construir el edificio para ofrecer un determinado servicio social y, por otro lado, un enfoque “micro”, que se refiere al terreno concreto seleccionado dentro de esa zona.
La selección de la localización adecuada es una actividad básica de planificación sectorial, particularmente en los sectores sociales (educación, salud y desarrollo humano), y está relacionada, en principio, con el análisis de las necesidades o demanda de la infraestructura en un área o barrio determinado, la accesibilidad a nivel general y los riesgos para la infraestructura y las personas ante amenazas naturales.
El análisis de demanda de servicios (educación, salud, etc.) y planeamiento urbano juegan un rol preponderante en esta etapa. El terreno en cambio, siempre que esté dentro de la localización seleccionada, puede ser uno u otro, y la selección de éste derivará en la necesidad de acciones concretas que deberán ser tomadas antes o durante la elaboración del diseño.
Si esas acciones no son viables desde el punto de vista técnico, legal o económico, el terreno deberá ser descartado. En ese caso se deberá elegir otro terreno en mejores condiciones, pero siempre dentro de la localización definida previamente.
Generalmente la oferta de terrenos en una determinada localización no es muy amplia, lo que dificulta la elección y en muchos casos condiciona la solución final del proyecto. Por eso, es necesario analizar y evaluar las diferentes alternativas antes de hacer la selección.
Las acciones necesarias para viabilizar técnica o legalmente un terreno en algunos casos pueden implicar costos elevados o tiempos que exceden las posibilidades del proyecto, factores que pueden determinar la conveniencia de buscar otro terreno.
Muchos de los imprevistos en la etapa de diseño y construcción, que derivan en mayores costos y plazos, así como en reclamaciones por parte de las empresas, provienen de aspectos relacionados con el terreno elegido: mayores rellenos de los previstos, carencia de servicios públicos, carencia de vías de acceso en condiciones seguras, problemas legales del terreno que obligan a suspender obras, etc. Estos tal que provocan el reemplazo del terreno con la construcción ya iniciada, por no haber previsto situaciones que debieron ser analizadas con anterioridad.
Esta Guía proporciona elementos de análisis de aspectos relevantes para seleccionar los mejores terrenos para la construcción de infraestructura social, y de esta manera evitar inconvenientes que generen mayores costos y plazos, y
que además condicionen las soluciones espaciales en desmedro de la calidad de la infraestructura y de los resultados que se espera obtener con la misma.
Las características del terreno seleccionado determinarán de manera directa o indirecta las características de la nueva infraestructura y, por lo tanto, su funcionamiento durante todo el ciclo de vida del proyecto. La selección de un terreno en condiciones adecuadas es el primer paso para garantizar una
infraestructura sostenible en el tiempo.
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