Lumbra. Un asentamiento de la cultura Chancay con arte
rupestre
Jorge Alvino Loli (URP-UNMSM)[1]
Kevin Guillermo Maguiño (UNMSM)[2]
1. RESUMEN
Los Chancay[3] fueron gente que habitaron
la costa central andina cuyo desarrollo cultural pudo darse entre los períodos
arqueológicos conocidos como Horizonte Medio (700 d.C) hasta el Horizonte
Tardío (1533 d.C.) de la cronología arqueológica peruana; durante este tiempo
se extendieron por distintos valles (incluyendo el que dio origen a su nombre
inicial: Chancay) al norte de la actual ciudad de Lima, y alcanzaron a
establecerse desde el litoral hasta pisos geográficos más allá de 1000 msnm.
Consideramos que en este tiempo y espacio lograron desarrollar diversas formas
de expresiones culturales y lograr edificar grandes asentamientos poblados aún
no suficientemente investigados. La presente nota trata sobre el asentamiento
chancay conocido como Lumbra en donde se ha registrado evidencias de
expresiones rupestres, específicamente las llamadas “cúpulas” o concavidades
trabajadas sobre rocas.
2. INTRODUCCIÓN
Los principales
asentamientos de las sociedades Chancay en el valle fueron los siguientes:
Laure, Pancha La Huaca, Miraflores, Pisquillo Chico, Portillo, Saume, Lumbra,
Quilca y Santo Domingo, entre otros. En estos asentamientos por lo general
existen sectores diferenciados espacialmente destacando sus cementerios y
conjuntos de edificios de aparente función residencial (por su escala humana y
organización de sus habitaciones). Otra característica casi general reside en
la aparente necesidad de que, al menos los asentamientos más importantes, tenga
sus propios edificios con rampa central
en donde al parecer ocurrirían actividades necesarias para la correcta gestión
y funcionamiento del sitio; sin embargo una particularidad presente en muchos
de estos asentamientos es la presencia de arte rupestre, en este caso asociado
a edificaciones o espacios socialmente importantes.
Para la disciplina arqueológica la investigación sobre la evidencia
rupestre plantea muchas problemáticas, es sin duda una de las áreas con mayores
carencias en cuanto a información y métodos de análisis. Una de las mayores
dificultades radica en la reconstrucción cultural y funcional de la roca debido
a la casi imposibilidad de encontrar un contexto intacto. Para nuestro estudio
nosotros hemos
considerado cinco niveles de análisis: a) el emplazamiento geográfico
ambiental, b) la asociación arqueológica cercana a la roca, c) la configuración
formal de la roca, d) la consistencia material y, e) la expresión cultural
representada. También es necesario aclarar, para evitar confusiones, algunos términos que usaremos:
Forma. Apariencia externa de algo. La forma visual considera ancho, alto y
profundidad, además de línea, proporción, etc. (Hesselgren 6).
Figura. Forma
visual que se experimenta simultáneamente como un todo. (Hesselgren 30).
Perfil. Es la
arista perimetral de un plano o un volumen; sirve para identificar la forma de
un objeto. (Ching 36).
Imagen.
Representación visual de algo real o imaginario. El diseño es una imagen
ideada, es decir una representación que expresa ideas en su forma.
Faceta. Cara o
superficie de un poliedro o volumen, generalmente delimitado por una arista o
perfil.
Planteadas
estas consideraciones se puede abordar (en general) el estudio preliminar de
las rocas existentes en Lumbra.
3.
LUMBRA
A) Medio geográfico ambiental
Lumbra se ubica en la margen derecha del valle medio del río Chancay,
en la desembocadura de la gran quebrada que lleva su nombre y que forma un
amplio cono de deyección en su encuentro con el río. Su acceso (18L0275597, 8740192) se ubica a la altura del km 22.5 de la carretera que
une Huaral con Acos, la cual corta el asentamiento en su extremo sur. Una
característica importante es su emplazamiento inmediato con este tipo de
componente de la geografía (una profunda quebrada que a veces se activa) el
cual existe en otras partes de la costa central, el investigador Herman Buse comparaba este entorno geográfico con otros similares en otros
valles como el de “Jicamarca en el Rímac,
o la de Soccos en el Chillón” (Buse, 1962: 213)[4].
El terreno original está
conformado por granodiorita en descomposición fuertemente asentada con barro y
mezclada con grandes rocas arrastradas desde los cerros Lumbra, Gorgona y La
Mina; la quebrada, la cual alcanza varios kilómetros de profundidad, ha sufrido
otras modificaciones naturales como la erosión de la original capa superficial
geológica por parte de aluviones y fuertes venidas de agua desde interior de la
quebrada, de esta manera se forman hondos canales naturales que se reactivan en
épocas de lluvia y producen inundaciones, estos canales poseen capas arcillosas
y en la parte central y más baja de la quebrada forma un profundo canal.
Sobre
este contexto comenzó a edificarse el asentamiento sobre una superficie horizontal
de casi cuatro kilómetros cuadrados, adaptándose y adaptando el terreno en
respuesta a sus particulares características (asolamiento intenso, confluencia
de vientos, descensos aluviónicos y cambios de dirección en el río)[5]. El planteamiento de adaptación no sólo
incluyó la consolidación de terreno seguro sino la implementación de sólidas
defensas compuestas por murallas con áreas de mantenimiento y producción
agrícola, además de un manejo de las aguas correspondiente en virtud a su
importancia a esta altura del valle.
Es importante considerar este
contexto geográfico pues las quebradas son terrenos en donde confluyen
afloramientos rocosos o cerros y configuran un área cóncava, alargada y debido
a la erosión por la humedad o el agua, inestable[6]. Las quebradas
más grandes en la cuenca del Chancay a pesar de estar secas durante la mayor
parte del año, debido a las lluvias en la sierra atraen en invierno desde
ligeras escorrentías hasta grandes aluviones en verano durante el llamado
Fenómeno del Niño. Las más grandes son las de Lumbra, Platanal, Portillo,
Quinquin, La Mina, Montura, Orcón y La Esperanza.
El asentamiento chancay de
Lumbra, a pesar de su destrucción actual, es uno de los más grandes y complejos
de la cuenca. Algunos investigadores ya lo habían estudiado en virtud a su
ubicación e importancia el alemán Hans Horkhemier la describe como:
“Extensa población con templete,
gran recinto de piedra, alto muro divisorio y camino epimural. En otros sitios
hay grandes grupos de viviendas, depósitos, cementerios, y una atalaya. En la
pampa, la hoyada principal (Quebrada Garganta) y otra vecina se encuentran
restos relativamente bien conservados de un sistema hidro-agricola: andenes,
campos aterrazados, un canal matriz con muchos ramales, reservorios y dos
fuertes diques (uno de terrones de yapana), que servían de protección contra
huaycos” (Horkheimer, 1965).
De esta manera es importante comprender la importancia
del entorno geográfico y las particularidades del área de emplazamiento; en los
valles costeños, principalmente en la llamada chaupiyunga, son constantes, en época de lluvias de la sierra, la
irrupción de aluviones por profundas quebradas laterales y su consiguiente
perjuicio a los terrenos cultivables cuando no a los poblados. Lumbra se
encuentra inmerso en este contexto y sin embargo logró consolidar un
asentamiento, al parecer, durante varios siglos. El cálculo de los tiempos de
lluvias, cosechas y otros eventos asociados a la producción agrícola debió ser
de vital importancia.
También hay que considerar que en el pasado los grandes campos del saber y la acción humana se encontraban profundamente vinculados y no separados como lo entendemos hoy; por ejemplo la política y la religión tenían motivaciones generalmente dependientes; lo mismo sucedía con la ciencia y el arte y todos aquellas lógicas que hoy nos parecen contrarias formaban parte de sistemas íntimamente vinculados.
También hay que considerar que en el pasado los grandes campos del saber y la acción humana se encontraban profundamente vinculados y no separados como lo entendemos hoy; por ejemplo la política y la religión tenían motivaciones generalmente dependientes; lo mismo sucedía con la ciencia y el arte y todos aquellas lógicas que hoy nos parecen contrarias formaban parte de sistemas íntimamente vinculados.
B) Asociación arqueológica
El
asentamiento
Sobre este contexto
comenzó a edificarse el asentamiento sobre una superficie de casi cuatro
kilómetros cuadrados, adaptándose y adaptando el terreno en respuesta a sus
particulares características (asolamiento intenso, confluencia de vientos,
descensos aluviónicos y cambios de dirección en el río). El planteamiento de adaptación no sólo incluyó la
consolidación de terreno seguro sino la implementación de sólidas defensas y
áreas de mantenimiento y producción agrícola, además de un manejo de las aguas
correspondiente en virtud a su importancia a esta altura del valle. La gran
mayoría de estas edificaciones fue lograda con roca canteada de cerro y
argamasa arenosa aunque existen algunos recintos construidos puntualmente con
tapias.
Existen pocas
descripciones generales sobre el sitio, entre ellas Frederick Engel, escribe que “Lumbra es el mejor
ejemplo que tenemos en cuanto a aun gran complejo de huertas alimentadas por un
canal que todavía existe y en donde han sobrevivido algunos edificios de
control, además de los sectores de la vivienda (…) Las viviendas se subdividen
en cinco unidades y cubren unas 12 Has; las rodean sectores agrícolas de 65
Has. Son casas con muros de piedra
(Engel, 1987: 152).
Algunos han planteado algunas
sectorizaciones que podríamos considerar urbanas; de esta forma Buse plantea
las siguientes:
El primer sector lo
postula como “Casa del curaca, o jefe
político de la comarca” (Buse, 1962) Este edificio es probable que
Horkheimer lo mencionara como “Templete”
(Horkheimer, 1965:45)
El segundo sector tendría
funciones religiosas debido a la existencia de un edificio categorizado como “gran templo”, además de “varios templetes” (Buse: 1962; Marussi,
1984; Colán y otros, 1935):
Un tercer sector se avocaría
a la producción con todos los edificios dedicados a su proceso: depósitos,
terrazas, andenes, etc. todo lo que un “centro
agrícola” necesita.
Los edificios
En un análisis urbano
preliminar nosotros hemos identificado varias zonas, cada una con distintos sectores;
en uno de estos sectores, perteneciente a la zona sur, cabe destacar algunas
edificaciones que nos permiten asociarla con funciones político religiosas de las
sociedades Chancay y el Tawantinsuyu:
“El sector 17 corresponde
a un conjunto de edificios delimitados por un cerco cuadrangular de altas
tapias que delimitan un área de aparente función administrativa ceremonial, con
grandes edificios, uno de los cuales orientado hacia el este presenta plataforma
con rampa central, siendo inmediato a un gran volumen en el que probablemente
se encuentre enterrado otro edificio similar…” (Alvino 2013: 161).
Marusi
encuentra una interpretación ideológica al diseño urbano de este sector de
Lumbra:
“Así
pues como primera hipótesis se puede señalar que este complejo de edificaciones
y espacios, más que cumplir con específicas funciones utilitarias, servía para
incrementar las connotaciones de lo laberíntico y de lo misterioso que se
asociaban con las prácticas mágico-religiosas… En cuanto al cerco del tapial
que rodea la huaca, además de cumplir con una función utilitaria fe protección,
nos señala también la existencia de un
símbolo de carácter selectivo en el acceso a los lugares más impregnados de sacralidad… la máxima concentración de formas y espacios relacionados a las
funciones rituales mágico-religiosas se encuentra –a su vez- en la parte más
elevada de la ciudad, que en este caso resulta ser la parte superior de una
pirámide artificial y por tanto, resulta este lugar el más marcadamente
simbólico en poder y sacralidad.” (Marussi 1984).
Esta
descripción de Marusi se asocia a un área delimitada por altos muros de tapial
en cuyo espacio interior existen algunos edificios, uno de los cuales es un
edificio con rampa central, el cual lo asocia a muchos similares que existen
hemos registrado en otras partes del valle; dentro de una tipología formal
tentativa existe en Lumbra un edificio con rampa de tipo C1 que corresponde a
rampas únicas (Alvino, 2013).
El
sector residencial urbano central del asentamiento, se articula en una
planimetría ortogonal, con elementos urbanos como una plaza rectangular, entre
estos edificios existen grandes rocas a modo de mesas o lugares de trabajo de
molienda.
Buse también plantea la
existencia de “puestos de observación
para vigilancia militar”, incluso existe un
cerco circular, de piedra pircada, con nichos. Existen áreas de
depósitos de basura urbana sobre las laderas periféricas de los cerros, entre
la fragmentería cerámica allí encontrada destaca los tinajones de boca ancha
con paredes gruesas, con un reborde finamente trabajado hacia fuera, como labio
que remata en arista. De color rojo, es cerámica doméstica. Sin embargo en el
área residencial destaca el Negro sobre Blanco. Buse señala que existe una Fase
de Lumbra, contemporánea a las del valle bajo, pero no cabe duda, como
Finalmente, según Casaverde G. y López S. (2010: 89 Fig. 2d-2e) existen
en Lumbra dos kanchas Inka sugiriendo
implícitamente una ocupación final del Tawantinsuyu; la importancia de Lumbra
en la ideología local se habría mantenido incluso hasta 1939 cuando el Convento de Santo
Domingo recibió de Francisco Pizarro las tierras de Palpa hasta Lumbra (Ipinze
1991: 244) y se aceptó la Vicaría de Santo Domingo en el Pueblo de Lumbra,
instituyendo a Fray Melchor de los Reyes en 1559, con dos frailes dominicos” (Ipinze
1991: 244).
Infraestructura agrícola
Además en Lumbra existen canales de roca que descienden desde la parte
oeste de la quebrada hasta la parte baja de la misma asociada a un camino
amurallado en muchos tramos, así como una fina andenería de largos tramos. Hacia el oeste,
en las laderas, se encuentran una serie de andenes irrigados por un canal que
venía de las quebradas del este. En los cerros oeste también existe la parte
mejor conservada de una muralla de piedra que en algunos casos alcanza tres metros
de ancho y alto.
El control del agua ha
sido muy importante en las sociedades yungas agrícolas, la distribución y
canalización de la misma podría asegurar una segura producción de alimentos y
la salud permanente de la población. En Lumbra existen canales de piedra que aprovechan
el emplazamiento de Lumbra (en una especie de terraza aluviónica) para
subdividirse y proveer de agua al asentamiento y además aprovecharse para el
cultivo de los terreno valle abajo. De esta manera el canal desciende desde la
parte oeste de la quebrada hasta la parte baja de la misma asociada a un camino
amurallado en muchos tramos, así como una fina andenería de largos tramos.
Hacia el oeste, en las laderas, se encuentran una
serie de andenes irrigados por un canal que venía de las quebradas del este. En
los cerros oeste también existe la parte mejor conservada de una muralla de
piedra que en algunos casos alcanza dos metros de ancho.
Como evidencia de las
edificaciones para el control de las aguas y su mantenimiento se pueden citar
los siguientes vestigios:
1) Terrazas escalonadas en
el declive la pendiente de la quebrada.
2) Andenes construidas de
piedra campestre, de largos tramos y angosta ancho
3) Presas de agua,
construidas con bloques de llapana (deposición endurecida de las aguas) “una recta que, parece, cedió a la presión
del volumen retenido, y otra curva, con canal de desagüe bajo control. Ambas
fueron de hasta cinco metros de alto y anchas como el doble de su altura. Solo
en parte se conservan, hacia el lado de los cerros del Noroeste” (Buse,
1962: 215).
4) Canales de agua.
Principalmente un canal que viene de valle arriba de varios kilómetros de largo
el cual “entra a la quebrada dando una
curva cerrada, donde parece perderse, pero los testimonios de antigua
vegetación lo revelan bajo gruesa capa de material rodado” (Buse, 1962).
5) Reservorios alimentados
por los canales destinados al riego de las terrazas.
Dibujo
1. Mapa de ubicación de algunos de los muchos sitios Chancay en el valle del mismo nombre. Lumbra aparece en el extremo superior
derecho ya en un área geográfica de valle medio.
Foto 1. Fotografía aérea de
Lumbra (servicio Aerofotográfico Nacional 1945). Sólo se distinguen los
sectores al sur del complejo asentamiento, principalmente aquellos que están
encerrados dentro de una gran muralla delimitante y los andenes al oeste y la
quebrada al este. Se distinguen edificios de función probablemente doméstica y
grandes conjuntos encerrados en cuadriláteros de altos tapiales.
Foto 3. Fotografía de un
depósito cilíndrico bajo el nivel del suelo. Muchos de estos depósitos
evidencian funciones domésticas en varios lugares del asentamiento.
Foto 4. Fotografía hacia el
este. En primer plano una hoyada delimitada por muros, después las chacras que
invaden actualmente el área arqueológica y, finalmente el cerro Gorgona y a la
derecha la apertura del avalle de Chancay
Foto 5. Fotografía hacia el
suroeste. Notable muralla de roca que divide sectores y niveles en Lumbra.
Foto 6. Fotografía del estado
actual del gran muro de yapana al norte del asentamiento.
Foto 8. Fotografía hacia el
noroeste del sector inmediato al cercado cuadrangular. Las bases de edificios
en planimetría ortogonal siguen un orden planificado en igualdad del espacio.
Como hipótesis planteamos como sector de tratamiento de productos el área de
recintos sin techo aparentemente. Atrás se aprecia el gran muro divisorio de
todos estos sectores.
Foto 9. Fotografía hacia el
noroeste del sector inmediato al cercado cuadrangular. Las bases de edificios
en planimetría ortogonal siguen un orden planificado en igualdad del espacio.
Como hipótesis planteamos como sector de tratamiento de productos el área de
recintos sin techo aparentemente. Atrás se aprecia el gran muro divisorio de
todos estos sectores.
Foto 10. Plataforma superior con
rampa. En la parte posterior patios con muros bajos.
Foto 11. Plataforma superior con
rampa a punto de colapsar y piso destruido por excavaciones.
Foto 12. Fotografía de un gran
espacio abierto de planta cuadrangular en uno de los sectores norte de Lumbre.
Los muros perimetrales son de roca anteada y adobes; el ingreso se ubica hacia
la esquina suroeste.
Foto 13. Fotografía panorámica de
la quebrada.
Foto 15. Fotografía de un batán
cortado con una mano de moler
4. EVIDENCIAS RUPESTRES
En Lumbra hemos
encontrado evidencias de trabajo rupestre en distintos sectores del sitio.
Hemos podido reconocer concavidades o “cúpulas” dentro de la literatura
arqueológica. En esta ocasión expondremos cinco rocas de distintas
características pero bajo esta tipología. Similar a Lumbra existen otras
manifestaciones rupestres en la cuenca, por ejemplo en la misma margen derecha
a 12 kilómetros valle arriba en el sitio de Chala y Totoral, así como en la
quebrada de Orcón, que desemboca en la margen izquierda del valle, en el sitio
de Pisquillo Chico, Quilca, Huanchuy y Pacaybamba.
ROCA 1
Contexto formal.
La ubicación de esta roca es dentro de un sector edificado e identificado
por nosotros como Sector D, al interior de la Zona Sur de Lumbra, la cual se
caracteriza por edificios diferenciados en forma y función. En particular este
sector incluye un cerco de planta rectangular construido en tapia que encierra
edificios importantes, especialmente un Edificio con rampa Central que ha sido
asociado a funciones políticas y religiosas. La roca si bien se encuentra fuera
de este límite se encuentra muy cerca de un posible acceso al mismo y su
visibilidad no se interrumpe por ningún muro, sino que se asocia a
alineamientos de rocas y muros bajos. Complementariamente la roca se emplaza en
un lugar desde donde se puede controlar visualmente la apertura de la quebrada,
hacia el norte. Anteriormente esta roca había sido identificada por Herman Buse
(1962) y Teodoro Casana, este último incluso publica una foto oblicua de la
misma y la describe como “horario solar y lunar…” (Casana, 1976:152).
En el extremo este
del gran sector rodeado por la muralla (ver croquis) se emplazaba una gran roca
a modo de mesa. Buse ya infería su funcionalidad al diferenciarla de otras
rocas del lugar al caracterizarla como: “perfectamente lisa con algunos hoyos de imprecisable finalidad, se ofrecía
a quienes en torno a ellos trabajaban a un altura cómoda y apropiada como de
una mesa”. (Buse, 1962: 217). La gran pieza lítica es posible que haya
funcionado como una mesa o altar, pues posee una gran área plana trabajada en
alisamiento y con gran cantidad de incisiones y líneas que cubren la totalidad
de los más de dos metros que tiene, este tipo de trabajo corresponde a las
piedras conocidas con “pocitos” los que en este caso se interconectan con
líneas incisas y en un solo sentido. Es un trabajo diferente al resto de
petroglifos, y es posible que, a pesar por lo menos dos toneladas, haya sido
trasladada de la quebrada.
Estructura material.
La roca es granodiorita típica roca plutónica de las quebradas del valle.
Mide aproximadamente 2.30 m de largo, 1.6 de ancho y 1.20 m de alto. La faceta
trabajada fue probablemente resultado de la partición de la roca la cual ha
sido girada y emplazada sobre sus cantos convexos para exponer la faceta hacia
arriba en orientación hacia el cielo. Algunas huellas de percusión y rajaduras
en los bordes revelan el proceso de partición. Las “cúpulas” fueron producidas por percusión suave y son de poca
profundidad, salvo una ubicada en el centro de la faceta quizá modificada
posteriormente. Debido a la densidad de la roca debe estar pesando más de 7 u 8
toneladas.
Expresión cultural.
Son setenta y tres concavidades de hasta 3 tamaños:
Mayor (aproximadamente de 8 cm de diámetro), ubicada en el centro de la
faceta.
Medianas (aproximadamente de 5 cm de diámetro).
Pequeñas (aproximadamente de 2 cm de diámetros).
Estas concavidades parecen estar agrupadas en “alineamiento” estructurados
a partir de puntos de inicio desde una concavidad media.
Una característica importante de esta roca y que la hace única en su tipo
en esta parte del valle es que presenta, no solamente una superficie casi
completamente plana y lisa, sino que existen estrías o pequeñas acanaladuras
que podrían hacer más complejas las agrupaciones que hemos mencionado, pues
mientras las agrupaciones forman curvas abiertas o sinusoides, estas estrías
parecen agruparlas en línea recta.
Es de notar otra roca menor esferoide que se encuentra al noroeste y casi
tocando esta roca nº1, y que la asociamos por su inmediatez y porque presenta
una concavidad mayor (ver Foto nº 16); es de notar también que justo en este
ángulo, la roca mayor ha sido cortada en ángulo recto, lo que permite un
encajonamiento de la roca secundaria. A modo de hipótesis podemos considerar
que ambas rocas interactuaban en su función y que la concavidad de la roca
menor pudo servir de receptáculo o espacio de almacenamiento de objetos,
sustancias o materiales necesarios para el uso de la roca mayor.
Dibujo
3. Esquema de la faceta horizontal de la roca 1 de
Lumbra. Destaca la concavidad central de gran tamaño. Si bien algunas cúpulas siguen las estrías de la roca al
parecer se asocian entre sí por sinusoides y agrupaciones en líneas.
Foto
17. Roca 1 de Lumbra. Fotografía vertical
que demuestra el alineamiento de la roca hacia el norte, hacia la abertura de
la quebrada de Lumbra; se distingue abajo a la derecha la roca con una gran
concavidad, probablemente un repositorio.
ROCA 2
La Roca Nº 2 la ubicamos en el sector B, al sur de
los edificios principales que se encuentran cercados por el muro de tapial;
actualmente la roca forma parte de uno de los muros de un corral moderno y
sufre daños producidos por esa actividad.
Contexto formal.
En el mismo sector
D hemos hallado fuera de su ubicación original una roca con concavidades. A
diferencia de la anterior Roca Nº 1, esta roca no presenta facetas trabajadas
por alisamiento, sino que las mismas son prácticamente las superficies convexas
propias de la roca misma.
Estructura material.
La roca es granodiorita con parte de superficie enrojecida por oxidación. Este caso presenta una roca de aproximadamente 1.6m x
1.70m x 1.2m, en donde la medida menor correspondería a la altura original,
considerando que la roca evidentemente ha sido volteada lateralmente por
maquinaria pesada para lograr un gran corral de ganado que actualmente
funciona. Las “cúpulas” fueron producidas
por percusión suave y son de poca profundidad.
Expresión cultural.
Son cuarenta y nueve concavidades sobre una faceta irregular que
actualmente se encuentra en posición vertical por intervención humana. En
general las concavidades parecen seguir alineamientos curvos pero confluentes
en el centro de la faceta.
Foto
18. Roca 2 de Lumbra. La roca se encuentra
en contexto disturbado y forma parte de un cerco para ganado. Se destaca la
rugosidad natural de la superficie de la roca de granito.
Dibujo
4. Roca 2 de concavidades trabajada sobre
una gran roca de granodiorita de más de dos toneladas. La faceta principal
cubre gran parte de la extensión y aunque presenta algunas irregularidades ha
sido trabajada ampliamente. Las agrupaciones de concavidades se ordenan
formando dos alineamientos principales.
ROCA 3
Contexto formal.
Se encuentra en la
Zona Norte, muy cera a un montículo artificial inmediato a la quebrada. Lo constituye una
roca de mediano tamaño ubicada hacia el sureste de la plataforma baja de un
gran edificio de planta rectangular y que actualmente parce un montículo y que
fue construido con rocas canteadas de mediano tamaño.
Estructura material.
La roca es granodiorita típica de las quebradas del valle. Mide
aproximadamente 1.20 m de largo, .85 de ancho y .80 m de alto. La faceta
trabajada es convexa y se extiende entre la parte superior y lateral de la
roca. Las concavidades se alinean agrupándose hacia un lado de la misma, no
existiendo en las otras facetas.
Expresión cultural.
Son casi cien concavidades siendo algunas poco perceptibles o en proceso de
elaboración.
Foto 19. Roca 3 de
Lumbra. Sobre una roca cercana a un montículo se han efectuado estas
concavidades que inciden en un solo lado densificando el mismo.
Dibujo
5. Roca 3 en donde se aprecian los
alineamientos conjuntos y su secuencia lateral y sinuoso.
Foto 20. Fotografía con el
detalle técnico de cómo probablemente se efectuaban las concavidades:
inicialmente se delimitaba el área circular con percusión suave y
posteriormente se iba erosionando hacia el interior con otras rocas más duras
como la andesita. Es probable que durante el proceso se utilizaran rocas
silíceas y agua.
ROCA 4
Contexto formal. Se encuentra aislada,
al lado de una trocha cercana al dique de yapana al norte del asentamiento y
muy cercana a la quebrada.
Estructura material. Es una roca de
granodiorita muy erosionada sobre cuya superficie se distribuyen concavidades
de distinto diámetro, en algunos casos superpuestas.
Expresión cultural. Las concavidades se
encuentran aglutinadas en el centro de la misma sin distinguirse un alineamiento
u orden.
Foto
21. Roca 19 de concavidades. Solo trabajada
en una faceta y con grandes irregularidades. Las concavidades son profundas y
presentan un patrón concentrado en muchos casos contiguos formando aristas. Fotografía
de un detalle.
Dibujo
6. Roca 4 de concavidades. Se aprecia el
caso de concentración, distinto a los otros casos.
ROCA 5
La quinta
roca con concavidades es mencionada por Echevarría “… en claro contexto secundario.” (Echevarría 2013: Fig. 113). Por lo tanto es una roca probablemente movida o
descontextualizada de su lugar de origen. Se trata de una roca con una de sus
facetas cubierta treintaicuatro concavidades de poca profundidad pero de
diámetro promedio de 4 centímetros.
Foto
22. Roca. (Echevarría, G. 2013)
Dibujo
7. Roca de concavidades de mayor diámetro
sobre faceta plana.
5. DISCUSIÓN
Lumbra es un extenso complejo
arqueológico que posee varios sectores relativamente distanciados por áreas
agrícolas reutilizadas y modificadas. Existen canales, caminos, diques y
distintos elementos que lo distinguen como un antiguo asentamiento agrícola
pero con áreas habitacionales con plazas, calles y habitaciones; el material
cultural presente es diverso pero aparecen estilos alfareros Chancay y en menor
cantidad Inca.
En el área cercana a las rocas
con concavidades se establecieron edificios de función pública, uno de los
cuales es conocido dentro de la tradición de Edificios con Rampa Central
Chancay y que al parecer ha sido intervenido por sistemas de control Inca. El
contexto de rocas con concavidades se encuentra cercano pero exento a los
edificios por lo que preliminarmente creemos que pertenecen a funciones
distintas y probablemente anteriores, esto se contrasta en otros asentamientos
del valle en el cual se han registrado exponentes similares.
La roca más grande con
concavidades ha sido conocida hace mucho tiempo (Casana 1976: 152) y su función
debe haber sido útil incluso pasado el proceso de extirpaciones de idolatrías
acaecido en la zona a fines del siglo XVI.
También es importante recalcar el
potencial ecológico y agrícola del lugar, considerado punto de
control de las aguas y de las vías de comunicación cuyo interés se encuentra
vigente en la actualidad; Éngel menciona que en 1983 existió un enfrentamiento
entre pobladores Ihuarí (ubicada en las alturas a 60 km de Lumbra) frente a
algunos invasores de Lumbra a quienes mataron. “Para explicar su actitud,
explicaron que Ihuarí tenía derechos ancestrales sobre Lumbra” (Éngel 1987:
152). Hay que recordar que esta dependencia territorial de un grupo respecto a
otro se considera como una evidencia de lo que John Murra denomina
“archipiélagos económicos”. En todo caso demuestra un interés y una valoración
del lugar que se mantiene vigente.
Si bien los estudios sobre las rocas con “cúpulas”
en los Andes no abundan, hay algunos autores que han hecho trabajos en
distintos sitios arqueológicos, si bien se centran en lo descriptivo, los
resultados de los análisis que realizan nos pueden ayudar a vislumbrar mejor
este problema de investigación. Según el glosario de la Asociación Peruana de
Arte Rupestre (APAR), la “cúpula” es ‘’un petroglifo hemisférico hecho por
percusión, que puede presentarse en superficies horizontales y verticales’’.
Methfessel (1998) denomina “cúpulas auténticas” a
aquellas que tienen el borde circular bien definido, como una “taza” o un “plato”,
las que no se deben confundir con las “cúpulas utilitarias” o sea las que son
el resultado de algún trabajo como moler granos, alimentos y pigmentos
colorantes. Son conocidos con el nombre de batanes o moledores.
El gran estudioso de arte rupestre, Jean Guffroy
(1999) menciona por ejemplo que estas horadaciones circulares aparecen bajo
diferentes formas sobre el soporte de la roca, ya sea como depresiones
aisladas, en agrupación, alineadas o motivos, hasta cubrir en algunos casos
toda una cara o piedra grabada. Así también
vienen a representar una de las manifestaciones culturales más antiguas
del arte rupestre, extendida a casi todos los continentes y épocas de la
humanidad, y que tendrían una serie de simbolismos y funciones que hoy se
desconocen, pero la función ritual es la más cercana. Finalmente, el mismo Guffroy
(2011) las clasifica en tres tipos de acuerdo a sus diámetros y profundidades:
1. Las copas de mayor circunferencia pero con reducida profundidad, asociadas a
arquitectura del fin del Formativo o junto con otras manifestaciones rupestres.
Señala que representan una fase temprana; 2. Los pocitos con una profundidad
superior a su diámetro, aparecen asociadas o junto a otros petroglifos. Son
comunes en Loja Ecuador, Piura y en Jaén; 3. Finalmente las cúpulas, cuyo
diámetro es inferior a 5 cm, han sido reportadas en sitios de la costa norte y
central.
Consideramos que de todos los trabajos rupestres del
pasado andino son las concavidades las más complejas de entender cabalmente en
su función y significado social. A diferencia de petroglifos con imágenes
culturalmente reconocibles o con referentes naturalistas, por ejemplo, las
concavidades expresan una abstracción que involucra otros componentes más allá
de la propia imagen en sí; y aquí hay algo sorprendente, estas concavidades son
casi más numerosas que otras imágenes sobre rocas (petroglifos o pinturas)
aunque muchas veces no han sido identificados o pasados por alto por los propios
arqueólogos. Las concavidades o “cúpulas” son muy abundantes y se encuentran
presentes en muchos sitios arqueológicos. En nuestro caso las estamos
encontrando cerca a las quebradas por lo que pensamos eran soportes para
interpretar los eventos climáticos por medio de otros instrumentos (hoy
perdidos). Bednarik (2008) menciona algunas de las más comunes interpretaciones
arqueológicas, basadas en usos supuestos.
1. La preparación de pinturas
2. Rituales de culto o magia no especificados o
específicos.
3. Trituración de medicinas (vegetales o minerales),
pigmentos o especias
4. La colocación de ofrendas, incluida sangra humana
y semen
5. La representación de las constelaciones de
estrellas
6. La representación en forma de mapa de elementos
topográficos de paisajes cercanos
7. Geofacia – ingestión de polvo mineral
8. Juegos de mesa
9. Un simbolismo que ya no es recuperable
Estas propias posibilidades pueden ser compartidas,
pero siempre son necesarias en toda sociedad que amplía sus propios
conocimientos en una actitud inteligente y eficaz.
Reconocimiento.
Queremos extender nuestro reconocimiento al
arqueólogo sanmarquino Manuel Paredes Montero quien nos ayudó en los trabajos
de campo.
Referencias
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Edificios con rampa central”. Investigaciones
Sociales. Revista del Instituto de Investigaciones Sociales (30).
Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Pp. 155-178. Lima.
Bednarik, R. (1998) Cúpulas el
arte rupestre más antiguo que se ha preservado. . En SIARB. Boletín (12).
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Canta y la Provincia de Huaral. 238 p. Lima.
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en el Perú Antiguo. Centro de Investigaciones de Zonas Áridas. Universidad
Nacional Agraria, La Molina. 252 p. Lima.
Guzmán, M. (2016) Arquitectura Chancay. Espacios rituales del
tiempo sagrado. Universidad Ricardo Palma. 351 p. Lima.
Guffroy, J. (1999) El arte rupestre del Antiguo Perú.
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(2001) “Las tradiciones centro-andinas de
rocas grabadas (Perú) evoluciones y continuidades’’ Chungará, Revista de Antropología Chilena. Vol. 43 (1). Tarapacá,
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simbólicos de las ciudades prehispánicas”. Plaza
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‘’Tradiciones de cúpulas en el departamento de Cochabamba’’. En SIARB. Boletín (12)
Glosario de arte rupestre:
https://sites.google.com/site/apartperu/home/glosario-glossary
[1] Arquitecto graduado de Facultad
de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad Ricardo Palma, arqueólogo
graduado de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Egresado de la
Maestría en Arte Peruano y Latinoamericano de la Universidad Nacional Mayor de San
Marcos. Correo: jc_alvino@hotmail.com
[2] Licenciado en Arqueología por la
Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Especialista en documentación,
registro y catalogación de Bienes. Correo: kevguillermo9@gmail.com
[3] Chancay
en quechua significa “patear o dar de patadas” (Villar Córdova 1935) y es el
nombre con el que se reconocía al río y al valle en donde se encontró por
primera vez las evidencias de esta sociedad costera, aunque al parecer es una
palabra introducida muy posteriormente. No sabemos cómo se llamaban o se
reconocían a sí mismas estas personas, pues muchos nombres y topónimos se han
perdido a la actualidad; una de las palabras más antiguas que se conservan de
la parte baja del valle es el término Pasamayo que significa “río de la luna”.
En arqueología el término Chancay se ha utilizado para referirse de manera
inicial y general a un estilo alfarero prehispánico disperso en la costa
norcentral del Perú, y por extensión a la gente andina que la realizó y que
según los estudios preliminares se ubicaba dentro del período conocido como
Intermedio Tardío (900 d.C. a 1470 d.C. aproximadamente
[4] Es
interesante la comparación geográfica que establece Buse, pues tanto Jicamarca
como Socos comparten algunas características climático geográficas con Lumbra,
por un lado su ubicación se asocia a profundas quebradas que pueden vincular
los asentamientos con se encuentran en zonas altitudinales mayores, y
específicamente Socos es la zona de emplazamiento del asentamiento de Macas,
muy asociado a las sociedades chancay que habitaron la margen derecha del
Chillón.
[5]
Fréderick Éngel describe y publica un plano general (aunque a escala reducida)
de Lumbra. Indica que el asentamiento “…es
el mejor ejemplo que tenemos en cuanto a un gran complejo de huertas
alimentadas por un canal que todavía existe y en donde han sobrevivido algunos
edificios de control, además de los sectores de la vivienda. El canal está
alimentado por el río Chancay, y abastece a otros complejos agrícolas que
llegan a cubrir en total unos 5 Km”. (1987:152)
[6]
Las quebradas pudieron ser rutas de comunicación lejana con otros territorios.
De esta manera la quebrada de Orcón conecta con la quebrada de Quilca, y esta
con Trapiche en el valle medio del Chillón. La quebrada de San Juan en
Huerequeque alcanza la quebrada de Santa Rosa en Lachay y Huaura;
así
como la de Lumbra alcanza Sayán.
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