Las investigaciones en la huaca San Miguel, complejo Maranga
Como escribimos en el artículo anterior el Parque de las Leyendas tiene la más extensa y mejor conservada zona arqueológica de la ciudad de Lima. En el Parque de las Leyendas se ubica el complejo arqueológico Maranga.
La huaca San Miguel es un extenso edificio de tapia que forma parte del componente tardío del Complejo Arqueológico Maranga. Está ubicada en la zona central del Parque de las Leyendas, en el distrito de San Miguel, provincia de Lima; encontrándose delimitada al Norte por el Hospital Zoológico y el auditorio Chabuca Granda, al Este por la zona Selva, y al Sur y Oeste por vías asfaltadas del circuito de visitas de dicho centro recreativo.
El entorno geográfico del valle bajo del Rímac, entre el litoral y la quebrada de Jicamarca – Huachipa. El Complejo Arqueológico Maranga se ubica a 1,5 km de distancia del litoral ya una altitud de 50 msnm, en pleno abanico deyectivo de la cuenca. En tal sentido, el valle y el mar ofrecen desde tiempos muy antiguos una gran variedad de recursos alimentarios.
El río Rímac en esta sección presentaba tierras agrícolas fértiles por el limo acumulado por las escorrentías. A este factor, se sumaron los recursos de la flora y fauna silvestres descritos por cronistas como Miguel Estete (1535) y la abundancia de los recursos hídricos que describe Bernabé Cobo (HISTORIA DE LA FUNDACION DE LIMA, (1639) 1956, citado por Agurto Calvo, 1984: 30). El mar y la tierra fueron elementos importantes para las actividades económicas de las sociedades que allí se asentaron (Rostworowski 2003; Shady 1982; etc.).
A lo largo del siglo XX se han realizado varias excavaciones, pero no todos los arqueólogos que han hecho excavaciones pertenecían al museo de sitio, algunos fueron de otras universidades y proyectos ajenos al museo de sitio. Por ejemplo, Guillermo Lumbreras en 1982 en la Huaca 47 y los trabajos realizados en 1992 por Víctor Ponte, en las lagunas del Parque de las Leyendas, donde se registró una ocupación doméstica con sus fragmentos de cerámica Lima. Lamentablemente los resultados de estos trabajos no han sido publicados y sólo se tienen simples informes de excavación carentes de muchos detalles.
En la zona de Maranga, cerca del Gran Proyecto del Museo Nacional de Arqueología y Antropología del Perú (en el Patpal), en 1982 la futura descubridora de Caral Ruth Shady encontró el tramo de un canal empedrado que va de Este a Oeste y era parte de la “red hidráulica” de la zona y corresponde al final del Período Intermedio Temprano e inicios del Horizonte Medio. Sobre la cerámica Lima ha sido descrita en el artículo anterior, así que esté presente artículo se enfocará en el Intermedio Tardío (1100 dC- 1450 dC,) surge Pachacámac como un importante centro político y económico en el valle bajo del Lurín, sede del Señorío Ichma, el que difunde el estilo alfarero del mismo nombre (definido por Bazán, 1992) y el patrón arquitectónico de “pirámides con rampa”.
Alrededor de este señorío se articularon los curacazgos de “Malanga” (o Maranga), Sulco, etc., mostrándose el valle dividido sociopolíticamente en territorios asociados a un canal principal y ramales secundarios bajo el control de un curaca y el usufructo de la correspondiente población campesina (Rostworowski, 2003). Cada territorio fue parcialmente autosuficiente, se practicó el intercambio regional y se gozó de un auge económico que originó un incremento de la población como lo evidencia la gran cantidad de construcciones administrativas de los centros o complejos públicos, adoratorios y lugares administrativos. En el valle bajo del Rímac, destacó el centro urbano de Maranga.
Canziani (1987) analiza la disposición urbana – arquitectónica del Complejo Maranga, y propone que las construcciones públicas Lima se alinean en un eje noreste en torno a los cuales y en los márgenes de los terrenos agrícolas se ubicaron las viviendas de los pobladores. Durante períodos tardíos se erigieron nuevas edificaciones sobre parte de las construcciones Lima.
Entre recinto, situado al extremo suroeste de la Ciudad Tardío de Maranga, concentró numerosas estructuras de posible función administrativa – religiosa y estuvo rodeado por un amurallamiento, que conformó en algunos tramos caminos epimurales. Middendorf (1973), quien recorre el sitio en 1894, ubica tres accesos al recinto, dos al lado norte y uno al lado oeste, que se dirigía directamente a la huaca La Palma. Bazán (1992) sugiere que probablemente la reutilización de huaca La Palma se produjo durante el prestigio y difusión del centro religioso de Pachacámac, en la que se añadieron murales en alto relieve, algunas plataformas y la rampa central, formaban una “pirámide con rampa”.
Forma parte del Complejo Maranga, un conjunto de estructuras en tapia que se remontarían a finos del Horizonte Medio e inicios del Intermedio Tardío, los cuales se ubican al Este del Recinto Amurallado. Estos edificios presentan características arquitectónicas de tipo administrativo como huaca Tres Palos, La Cruz, Cruz Blanca, etc. La huaca Tres Palos ha sido objeto de trabajos realizados por el Seminario Riva Agüero de la PUCP (Ramos de Cox 1969; M. Cárdenas 1970, etc.) quienes señalan 2 fases constructivas prehispánicas: una a fines del Horizonte Medio (Intermedio Tardío), y una remodelación de la Época Inca.
Durante el Horizonte Tardío (1476 dC – 1532 dC) los incas mantienen algunos edificios como centros administrativos, tambos, etc., luego de hacerles remodelaciones (huaca Tres Palos, huaca Cruz Blanca, huaca La Cruz, etc.).
Otros habrían sido abandonados e incluso atravesados por acequias para acondicionar mayores campos de cultivo e incrementar la producción. Igualmente, la administración de esta época se facilitó mediante una serie de caminos que recorrieron el valle interconectando los centros políticos.
En este sentido podemos destacar el Camino Real de la Costa, que unía varios valles y que conducía hasta el Oráculo de Pachacámac, y del que aún se puede apreciar un tramo en el campus de la Pontificia Universidad Católica.
PROBLEMÁTICA DE LA INVESTIGACIÓN
Desde fines del año 2000, la División de Arqueología del Parque de Las Leyendas viene llevando a cabo un programa de puesta en valor de los monumentos arqueológicos cercanos al circuito de visita.
Así, las investigaciones en la muralla 55E (2002) mostraron una compleja secuencia constructiva y ocupacional que posiblemente se remonta al Intermedio Tardío, superponiéndose a estructuras Lima, y siendo sujeta a sustanciales remodelaciones en el Período Inca.
En este panorama era necesario complementar nuestra visión del proceso prehispánico tardío en Maranga aclarando como se daba este en los edificios externos al recinto amurallado.
La huaca San Miguel se muestra como el sitio más idóneo para aclarar esta problemática, tanto por ser uno de los edificios más importantes (en atención a su monumentalidad) del núcleo principal tardío en los extramuros, como por su ubicación frente al acceso principal del Parque de Las Leyendas, ideal para que la comunidad visitante pueda contemplarlo.
DESCRIPCIÓN
La huaca San Miguel comprende cuatro montículos denominados 37A, 37B, 37C, y 37E; los que han sido recortados y mutilados en todos sus extremos.
Sobre la base de esta separación se demuestra adecuado trabajar en el montículo 37E debido a que es el más alto de aquellos situados inmediatamente al frontis de acceso del Parque de Las Leyendas. Este montículo ha sido sectorizado en cuatro zonas designadas con números romanos (Figura 2).
SECTOR I: Comprende la parte baja sureste del montículo, donde se aprecian algunos muros de tapial, sin discernirse un plan arquitectónico visible. Cubre un área aproximada de 2250 m2.
SECTOR II: Comprende la parte baja suroeste del montículo, donde José Casafranca, en la década de 1960, realiza excavaciones y descombramientos exponiendo una serie de recintos pequeños y pasadizos. Tiene un área de 1100 metros cuadrados.
SECTOR III: Comprende la zona más elevada y central (incluyendo los flancos respectivos) del montículo E. Fue el sector sujeto a excavaciones durante los años 2003 y 2004. Tiene un área aproximada de 2000 m2. Está compuesto por una superposición de terrazas escalonadas en cuya cima se distribuyen amplios recintos con banquetes o plataformas, aledaños o corredores largos y estrechos.
Antes de estas excavaciones, la superficie de la parte alta del sector III se mostró como una planicie cubierta por una fina capa de tierra eólica con muy escasos restos arqueológicos visibles. Sólo se encontraron expuestas las cabeceras de algunos muros aislados, como los muros eje 1,4,5 y 6.
El flanco este del sector presentaba un acentuado declive cubierto por tierra y gramíneas. En el flanco oeste crecían grandes matas de buganvillas y otros arbustos locales. Por último, la parte baja de este flanco estaba circundada por un muro de material noble.
Sobre los detalles de estas excavaciones lo describiremos en las próximas publicaciones de este espacio cultural que nos revelan poco a poco los misterios de nuestro pasado prehispánico.
Continuará…
Bibliografía
Cuaderno de Investigaciones “Museo de Sitio Ernest W. Middendorf (2007) – Lic. Lucénida Carrión “Proceso de desarrollo de las huacas del Parque de las Leyendas” pp. 70 – 74.
Arqueología y Sociedad Tomo I (2014) – Tosso F. Ricardo “Huacas de San Miguel” págs. 29 - 32.
Guía de Turismo en el Perú (2018) “Huacas del Parque de las Leyendas” págs. 20
Revista Sian (2014) – “Los complejos arqueológicos de San Miguel” págs. 29-31.
Parque de las Leyendas “55 años siendo leyenda una historia por descubrir (marzo 2019) págs.11 – 14.
Biografía de la autora
La Doctora Marilyn Fanny Valdez Ríos abogada de profesión con estudios concluidos en Post – Grado en la UNSAAC. Maestría en Derecho Civil y Procesal y Doctorado en Derecho y Ciencias Políticas (2018). Talleres de Investigación Aplicada (2015) – Facultad de Ciencias Sociales UNMSM (2014). Taller de Quipus y Tocapus UNMSM (2015). Escritora de la Revista Rumbos (2020) y Chasquis (2020).

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