Arabia Saudita quiere cambiar la forma en que las ciudades se relacionan con el medio ambiente, construyendo la moderna ciudad llamada en inglés "The Line " . Una gran ciudad lineal en medio del desierto.
Por todo Arabia Saudita se observan grandes extensiones de terrenos baldíos, sin muchos caminos, ni ciudades. Más allá de Riad, Yeda o Medina, sus principales urbes, queda una inmensidad prácticamente deshabitada. Justo ahí, donde parecería más improbable, el Gobierno saudí quiere construir The Line, que según los promotores, cambirá las tendencias mundiales del urbanismo.
Este ambicioso proyecto recorrerá la costa del mar rojo, atravesará el desolado desierto y llegará a la ozna de altas cordilleras, pero tendrá la particularidad de ser, como su nombre indica, una urbe completamente lineal.
De acuerdo con los planes iniciales, la ciudad medirá 170 kilómetros de largo y sólo 200 metros de ancho, un diseño fuera de lo común que busca reducir el impacto en el ecosistema en hasta un 95%. Además, se abastecerá por completo de fuentes de energía renovables y, a través de servicios de transporte que no tengan emisiones de CO2, planea hacer posible una vida sin calles.
En pocas palabras, The Line es una apuesta fuerte por opciones de ciudades que puedan convivir con el ambiente. Donde se desarrolará una vida completamente sustentable, donde se mezclarpan de manera armoniosa edificaicoines con espacios verdes.
La vida dentro de la ciudad se desarrollará entre dos enormes edificios paralelos que quedarán viéndose de frente. Las largas placas de concreto recorrerán todo el terreno entre la costa del Golfo de Aqaba y la ciudad de Tabuk, al noroeste de Arabia Saudita. Además de la impresionante longitud, cada una de las estructuras alcanzará un altura de 500 metros, significativamente más que otros grandes edificios en el mundo, como el Empire State, que mide 381 metros.
Entre ellos quedarán aproximadamente 200 metros de espacio, donde se crearán áreas verdes y ecosistemas artificiales con clima controlado. El interior de los edificios será ocupado por residencias, oficinas, negocios y servicios, poniendo todas las amenidades a una distancia de menos de cinco minutos a pie para cualquier residente.
The Line logrará esto dividiéndose en varios módulos interconectados que reunirán todo lo necesario para la vida diaria, de forma que nadie tenga que moverse muy lejos de casa. Aun así, el plan es que recorrer los 170 kilómetros que medirá la ciudad de punta a punta no tome más de 20 minutos, en un trayecto a bordo de su avanzado sistema de transporte público.
Este eficiente transporte estará impulsado, desde luego, por la reserva de energía renovable y correrá en un nivel subterráneo de la ciudad, eliminando así la necesidad de cualquier calle para la circulación de automóviles.
Además de la superficie habitable y el nivel dedicado al transporte, The Line tendrá otra planta subterránea dedicada al mantenimiento de todos los servicios y la tecnología que hará posible la vida en medio del desierto o las montañas árabes.
La sola idea de construir una ciudad en medio del desierto sonaba utópica y descabellada desde el principio, pero las primeras imágenes y planos confirmaron que The Line sería un proyecto urbano como nunca antes se había visto. Además de su peculiar diseño y su inesperada ubicación, la ciudad promete incorporar varias y novedosas herramientas tecnológicas que ayuden a mejorar la vida de sus residentes.
Sumado al eficiente transporte público y al sistema de energía renovable, que impulsará la industria y las actividades diarias en la ciudad, The Line tendrá un clima controlado para proporcionar condiciones óptimas durante todo el día, sin importar la época del año.
Pero, la parte más avanzada del proyecto está en un sistema de inteligencia artificial que monitoreará la actividad y creará modelos predictivos que sirvan para aumentar la calidad de vida. Desde luego, esta propuesta ha levantado varios cuestionamientos y críticas sobre The Line.
Algunos detractores del proyecto han señalado que el intenso monitoreo podría tener un doble propósito de vigilancia. Mientras que, en teoría, el sistema está creado para beneficiar la vida en The Line, la realidad es que todos los habitantes y visitantes que pasen por la ciudad tendrán que compartir información sobre sus actividades privadas. El uso de estos datos aún no ha quedado claro y varios especialistas temen que caiga en un mal uso.
Otras controversias, como el desplazamiento forzado de tribus nativas del área y la condena a muerte de quienes se han negado a irse, envuelven el proyecto en fuertes críticas.
Además, desde el principio se ha cuestionado la viabilidad tecnológica de una ciudad con semejantes dimensiones, su verdadero aporte ecológico y si sus habitantes en realidad podrán vivir en condiciones humanas.
Resalta especialmente que la ciudad lineal tiene planes para admitir hasta 9 millones de residentes en el futuro. Esto la convertiría en la ciudad más habitada en Arabia Saudita y en la más densamente poblada de todo el mundo.
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