Estilo antropomorfo (Período Formativo - 2.000 a 200 aC).
Este estilo es propio del período Formativo descrito y señalado por Cardich, este estilo está vinculado a la iconografía Chavín. Pueden ser pinturas y grabados, siendo los más representativos los de Alto de la Guitarra, Poroporo-Saña, Quebrada del Felino en Jequetepeque y otros sitios. Las representaciones son seres humanos con atributos de felinos, serpientes o aves.
La influencia Chavín es muy fuerte y se expandió a muchos sitios arqueológicos o departamentos del Perú, es por eso que las pinturas rupestres son muestran o exhiben elementos relacionados con el estilo Chavín, las figuras humanas son los diseños que más aparecen o son más recurrentes, sin embargo, aún quedan muchos lugares por explorar y nuestro país posee una gran riqueza de pinturas rupestres desconocidas para las ciencias sociales.
En las quebradas de Canastón, Challipujio y Chulpoco, se han hallado elementos culturales de los grupos sedentarios que corresponden al año 1, 000 aC, las pinturas rupestres corresponden a este año. En el abrigo V-10 se ha verificado, en la pared norte, un camélido parado, en posición de perfil y en la parte baja un hombre con las extremidades abiertas, pintados en rojo, de igual manera en el piso se ha observado fragmentos de cerámica con las características propias de este mismo período temporal (Vilavilani – Tacna).
Otro lugar donde podría haber más pinturas rupestres es en las zonas de Arequipa y Puno, sin embargo, no hay muchos datos o estudios al respecto, los estudios de investigación arqueológicos porque no hay muchos arqueólogos interesados en el tema de las “pinturas rupestres”, al menos del período Formativo son casos, y más abundan en el norte del Perú.
Estilo geométrico estereotipado (Período Intermedio al Tardío).
Este estilo es exclusivo de la costa peruana y sus técnicas son los petroglifos, con representaciones esquemáticas; son comunes los seres humanos y animales, también máscaras y figuras geométricas como rayas, puntos, círculos, etc. Aparecen desde el período Intermedio temprano hasta la época Inca. Los representantes más característicos son: Checta, Pillcorumi, Quilcarumi, Toro Muerto, Lachay, etc.
Checta presenta una riqueza de iconografía e imágenes variadas, en los petroglifos que pasan del millar aparecen figuras humanas, animales, vegetales y seres míticos con rasgos combinados.
Otro lugar destacado son los petroglifos de Toro Muerto que constituyen una biblioteca del mundo paleolítico del cual conocemos muy poco.
Toquepala y el mundo mágico religioso de los cazadores y recolectores del Perú
En base a los estudios emprendidos por Ravines (1986), podemos resumir que en la cueva de Toquepala se excavaron cinco capas con tres niveles culturales diferentes; la capa 5, es la más antigua, pertenece a una tradición de puntos foliáceas, con raspadores y buriles de la tradición serrana. La capa 4 está vinculada a las puntas de proyecto más grandes tipo Viscachani del altiplano. La capa 3, con puntas en forma de rombo de lados desiguales, algunos similares a péndulos y de bordes dentados. La capa 2 y 1 tienen denticulados, machacas, y puntas de lados dispares.
En este arte rupestre, existen 6 paneles en la cueva y dos en el abrigo, con un total de más o menos 50 figuras, de acuerdo al calco del dibujante Rojas Ponce. Existen dos tipos de rojos (oscuro y claro), el blanco y el oscuro marron. Teniendo en cuenta los colores, los diferentes tipos de escenas y estilos se ha planteado cuatro fases para el panel B.
Fase I:
En esta fase predomina mucho el color rojo oscuro, de estilo naturalista y presenta siete figuras: a) dos camélidos en oposición, en actitud moribunda, de cabeza gacha y patas flexionadas y afiladas sin pezuña; b) un camélido en posición vertical muerto con lanza en la frente; c) un hombre con artefacto, al parecer arco; d) figura lineal dividida en tres partes; e) tres pequeños camélidos corriendo y uno patas arriba; f) una ave; g) dos hombres y un camélido detrás de la figura lineal dividida en tres partes.
Fase II:
En esta fase abunda el color rojo claro, con figuras desproporcionadas y gruesas de muy mal gusto o trazos poco experimentados. Se superponen a la primera, lo más importante es que se repite la primera escena casi con los mismos elementos.
Fase III:
En esta fase predomina el color blanco. Se superpone sobre las figuras de rojo claro. En la mancha superior es notorio lo esquemático y los elementos escasos: una mancha grande en la parte superior, un animal delineado con rayas rectas, un tridente pequeño y dos camélidos en la parte inferior.
Fase IV:
Prevalece el color marrón oscuro. Se trata de animales delineados con puntos. Por la división de placas en su cuerpo puede tratarse de armadillos que suben en número de cuatro; vistos tres de espaldas y uno de costado, es muy dificil saber si fue hecho antes o despues de las fases anteriores.
De acuerdo con la teoría del arte, existe una evolución en el manejo del espacio desde el Paleolítico hasta el Modernismo (Hauser 1969); esta evolución se da en la forma como el artista maneja el espacio, copia de la naturaleza o crea; de acuerdo a ello se justifican cuatro etapas:
a) Aspectiva. - Esta etapa está vinculada al Paleolítico, con una economía de caza y recolección dentro de sociedades fragmentarias; su ideología, la visión del tiempo y del espacio es sincrónico, es decir sin precisión del tiempo y el lugar),
b) Prospectiva. -Esta etapa usa la proyección de figuras sobre una superficie plana, como si se presentaran sombras. Se trasmite la realidad en una escena gráfica. La prospectiva está vinculada al Paleolítico superior, Mesolítico y Neolítico.
Tomando en cuenta las imágenes, símbolos, figuras y escenas que se repiten se puede deducir que el arte rupestre es un importante “eje en el mundo ritual” para los cazadores y recolectores del mundo andino. En el caso de Toquepala sería la siguiente: “Se trata de representaciones de ritos mágicos de iniciación y propiciación de la caza, a la vez que expresan la concepción del mundo dentro de los principios de oposición binaria”, la cueva fue un lugar sagrado, donde no se han encontrado restos óseos y otros tipos de vestigios culturales.
Tratar sobre las pinturas rupestres en el Perú es un tema muy amplio ya la vez misterioso, y aunque sólo se ha tocado la superficie esta superficie no deja de ser fascinante y enigmático. El estudio de las pinturas rupestres por parte de la arqueología deja más preguntas que respuestas, pero como dijo un sabio “una vida sin misterios no merece ser vivida”, y en nuestro extenso pasado prehispánico hay mucho, mucho más por descubrir.
Importancia
Las pinturas rupestres son un valioso testimonio, una ventana al pasado, páginas de un libro de nuestra historia, una historia poco conocida por nosotros. Las pinturas rupestres son pues un valioso “testimonio” del Periodo Paleolítico, los animales que cazaban, los frutos o plantas de una desconocida para nosotros, pero fascinante época y misterioso para nuestros antepasados y los animales que compartieron el mundo con ellos.
Conclusiones
- Se concluye que las pinturas rupestres son parte de los estudios arqueológicos del pasado prehistórico.
- Los símbolos, imágenes, figuras y demás constituyen un valioso testimonio cultural de nuestros antepasados.
- Las pinturas rupestres al igual que las culturas prehispánicas posiblemente pasaron por fases estilísticas que variaron de una etapa a otro que duraron millas de años de diferencia.
Bibliografia
Actas y Ponencias del IV Simposio Nacional – “Interpretaciones del arte rupestre en el Perú” – Jorge Matos Leyva - Ayacucho 2010.
Boletín de Lima Volumen XXIII – Editorial El Pino – 2010.
El Arte Rupestre de Vilavilani – Óscar Raúl Ayca Gallegos – 2008.
Historia Arqueológica del Perú – Daniel Morales Chocano – 2002.
Historia del Arte Rupestre en el Perú – Duccio Bonavia – 2002.
Biografía de la autora
La Doctora Marilyn Fanny Valdez Ríos abogada de profesión con estudios concluidos en Post – Grado en la UNSAAC. Maestría en Derecho Civil y Procesal y Doctorado en Derecho y Ciencias Políticas (2018). Talleres de Investigación Aplicada (2015) – Facultad de Ciencias Sociales UNMSM (2014). Taller de Quipus y Tocapus UNMSM (2015). Escritora de la Revista Rumbos (2020) y Chasquis (2020).
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