Ver sin ser visto
Todos queremos dos cosas cuando pensamos en nuestra vivienda ideal: intimidad y luz, es decir, poder ver sin ser visto. Las celosías nos permitirán conseguirlo utilizando recursos contrapuestos.
Evitar aberturas al exterior permite no ser vistos. Sin embargo, esos huecos son necesarios para introducir luz y ventilación en la vivienda. Por tanto, ¿cómo podemos ver sin ser vistos? Las celosías son la respuesta.
La RAE las define como: «Enrejado de listoncillos de madera o de hierro, que se pone en las ventanas de los edificios y otros huecos análogos, para que las personas que están en el interior vean sin ser vistas».
En definitiva, las celosías permiten la convivencia de estas dos características.
Tenemos la posibilidad de obtener una fachada contínua que permita un control lumínico y de ventilación mejorando la climatización de la vivienda.
Se consiguen visuales controladas desde el interior, es decir, podemos ver sin ser vistos, generando una barrera sutil que separa el exterior del interior de la vivienda.
No se trata de una innovación o un nuevo material. Las celosías son una tipología de cerramiento utilizado durante décadas en zonas de climas cálidos o en la zona mediterránea, como es nuestro caso.
Esto permite dotar a la arquitectura de un carácter local, de identidad y de arraigo en su entorno.
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