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14 agosto 2021

LAS CONSTRUCCIONES DE CHAVIN DE HUANTAR EN ANCASH - JAVIER ROLDAN MAIDANA

 



Hace aproximadamente 3000 años, en el área andina septentrional  del  Perú, existió  una  civilización que  alcanzó  un  amplio conocimiento         de las             técnicas para la construcción y la arquitectura,  un  cierto  nivel  de  complejidad  en  la elaboración de piezas de cerámica; además de un desarrollo político y religioso capaz de influir en otras civilizaciones.

A este grupo organizado de habitantes se le llamó cultura Chavín. La  cultura  Chavín  fue  descubierta  por  el  antropólogo  y arqueólogo peruano Julio César Tello, en 1919.  Por medio de investigaciones se determinó que la cultura se originó en el pueblo  denominado  Chavín  de  Huántar,  ubicado  en el departamento de Áncash, 300 Km al norte de la ciudad de Lima. Su influencia se extendió desde Lambayeque hasta Palpa(Ica), por la costa, y desde Cajamarca hasta Ayacucho, por la sierra.

Durante mucho tiempo se creyó que Chavín fue la civilización más antigua del Perú preincaico. Hoy se conoce que existieron civilizaciones aún más antiguas, entre las cuales se encuentra Caral – Supe. El mayor vestigio de existencia de la cultura Chavín, fue la  construcción  de  un  conjunto  arquitectónico  con fines  ceremoniales,  conocido  como  complejo  Chavín  de Huántar. 

Este recinto se ubica en el valle alto del río Mosna, a 3150 m.s.n.m. y para acceder a él se debe llegar primero a Huaraz, capital del departamento de Áncash y recorrer 4 horas en dirección sur este. 









Su desarrollo 
La cumbre de desarrollo del Horizonte Temprano ( entre los años 1100 y 700 A.C),estuvo determinada por la construcción  del  centro ceremonial  de  Chavín  de Huántar,  en  el  actual departamento de Áncash. 

Los restos hallados en Chavín constituían   un   complejo  templo   formado   por diversas estructuras rectangulares de piedra, con habitaciones interiores y pasadizos subterráneos de estructura laberíntica. 

El templo está decorado con esculturas que representan figuras antropomorfas con rasgos de felino y serpiente. Como resultado de las excavaciones y el análisis de los restos encontrados en el complejo de Chavín de Huántar (más de 600,000 fragmentos de cerámica, huesos, moluscos, etc) se cree que la ciudadela constituyó un centro de culto religioso muy importante,  que  unificó  comunidades  previamente  aisladas. Luego de los trabajos de reconstrucción, se lograron rescatar aproximadamente 600   ceramios.

Los arqueólogos lograron determinar que éstos pertenecían a una variedad de estilos de la época. Por ejemplo, se encontraron vasijas del norte (Cajamarca); de la sierra central (Junín, Huánuco, La Libertad); de la costa (Lambayeque, Trujillo, Lima) y de la Selva.

Chavín era, en ese entonces, un área civilizada de desarrollo complejo,  rodeada  por  sociedades  más  bien  tribales.  El hallazgo de los objetos que fueron llevados a Chavín, permitió determinar lo que acontecía en esa época. Para el arqueólogo peruano Luis Lumbreras, Chavín no fue un imperio que sojuzgó a las sociedades vecinas.

“Más bien parece que era un centro religioso, un oráculo que convocaba a los pueblos vecinos y lejanos, que iban allí para ocasiones rituales”. El argumento de Lumbreras es que no se nota una imposición del estilo Chavín sobre otras culturas contemporáneas, como sucedió, por ejemplo, con la cultura Inca. “Por el contrario, la relación parece  de  libre  intercambio,  y  la  hegemonía  pudo haberse debido a una situación de prestigio religioso y cultural”. (D ́Achille, 1996: 211).


















Distribución de edificaciones

El  conjunto  arquitectónico de  Chavín  de  Huántar  estuvo  conformado  por  diversas construcciones piramidales (algunas sobrepasan los 10 metros de altura), pero básicamente se ha podido determinar que el complejo tiene dos templos adyacentes bien definidos; uno de ellos era el Templo Antiguo, con su plaza circular hundida.

Existen evidencias de que el Templo Antiguo atrajo a un gran número de fieles, incluso de pueblos lejanos, cuya huella ha quedado registrada a través de sus ofrendas. 

Posteriormente se construyó en Chavín el Templo Nuevo, como una  necesidad  ante  la  afluencia  de  visitantes.  Esta 
edificación  se  encuentra  ubicada  en  el  ala  derecha  del complejo arquitectónico y posee una portada monumental con dos columnas líticas, ambas talladas con motivos de aves.

Frente a él, se encuentra una gran plaza cuadrada con edificaciones secundarias en sus alas. 








Las paredes del Templo Nuevo  estuvieron  en  aquél  tiempo  adornadas  por  cabezas clavas, esculturas en piedra incrustadas en la parte alta. Existen  varias  conjeturas  acerca  del  significado  de  las cabezas clavas (mezcla de figuras humanas y felinas), algunos investigadores creen que representaron a los enemigos de los pobladores de Chavín, otros sostienen que se trata de retratos de los sacerdotes sagrados. 

Hoy en día sólo queda una cabeza clava en su ubicación original. Durante el siglo XIX, el naturalista Antonio Raimondi encontró una estructura lítica cuyos grabados muestran a un personaje antropomorfo  con  rasgos  felinos  (colmillos  y  garras)  que sostiene en cada mano un báculo o cetro. 

A esta figura, se le llamó Estela Raimondi, y en la actualidad se cree que fue la divinidad principal del Templo Nuevo. Este templo tuvo un largo período de esplendor, antes de que Chavín de Huántar fuese abandonada. En 1985, el sitio arqueológico Chavín de Huántar fue declarado Patrimonio Cultural de la Humanidad. 












Fuentes de información:  
Textos de Javier Roldán Maidana



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