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16 marzo 2021

TACA ANTIGUO. ARQUITECTURA, MEMORIA Y SACRALIDAD EN EL PAISAJE AYACUCHANO - JORGE CARLOS ALVINO LOLI (1)- ENRIQUE CORTES NAVARRETE (2)

 


 JORGE CARLOS ALVINO LOLI [1]         ENRIQUE CORTES NAVARRETE                  [2]

 

1. Introducción

Esta breve nota refiere la existencia de un conjunto arquitectónico, hoy abandonado y en ruinas, llamado Taca antiguo, el cual se ubica en el Distrito de Canaria, Provincia de Víctor Fajardo, Departamento de Ayacucho. El registro de campo que presentamos es limitado pero sugerente en virtud a las cualidades humanas que se reflejan en sus edificaciones y el paisaje circundante; también es importante mencionar que en el momento de su visita, en diciembre del 2007, prácticamente no existía investigaciones o referencias detalladas sobre el sitio; consideramos también que en el territorio nacional son muchos los sitios, como el presente, en los que existen edificios abandonados pero que son parte del patrimonio que debemos conocer.

 

2. Contexto histórico-cultural

El área posee vestigios de diferentes períodos, desde cazadores y recolectores hasta evidencias del Tahuantinsuyo pasando sin duda por la influencia Wari. Algunos de los sitios arqueológicos conocidos en la zona son: Apunorqo, que cuenta con edificaciones rectangulares de roca asentado encima de cerros; los andenes de Muyu Muyu; un abrigo rocoso llamado Culcuncha probablemente usado como machay; Undurpa wachana qaqa en donde también existen edificios emplazados en farallones rocosos y, Escalerayoq. Hay que considerar también de que en las márgenes del río Tenería existen gran cantidad de andenes de probable origen prehispánico.

Durante el Virreinato del Perú este territorio perteneció al Corregimiento de Huamanga y, dentro de ella, a la Provincia de Vilcashuamán. El actual Centro Poblado de Taca (ubicado en la margen contraria del Taca Antiguo) pertenece también al distrito de Canaria[3] y se ha desarrollado mucho en el aspecto organizativo, económico y educativo, posee locales institucionales y asume sus costos. En la década de los cincuenta apareció la minería a gran escala y hoy, gran parte de la población se dedica a este rubro directa o indirectamente manteniendo su territorio en concesiones mineras. Según el INEI, Taca tenía en 2009 una población de 1,567 habitantes y continua en crecimiento.

 

3. Taca Antiguo

Una de las primeras menciones de Taca antiguo es en el libro Los pueblos del Perú, de Primitivo Sanmartí, publicado en 1905. La breve referencia menciona: “Taca. P. Cangallo.- Tacay. Golpe.”[4] (Sanmartí 1905: 303); también es mencionado como aldea en el Diccionario Geográfico del Perú de Germán Stiglish: “Taca.- Ald., Prov. De Fajardo, Dist. De Canaria.” (Stiglish 1922: 1020). Finalmente Taca fue reconocida como Comunidad Campesina el 3 de febrero de 1928. Estas referencias indican que Taca ya era muy conocido al inicio del siglo XX y probablemente durante todo el siglo XIX. A pesar de la lejanía con ciudades como Huamanga es probable (como hipótesis) que su origen se deba al proceso de reducción y evangelización en la región durante el siglo XVI-XVII; hay que recordar que Taca se ubica a 33 kilómetros directamente al sur del gran sitio inca de Vilcashuamán.

Las edificaciones de Taca antiguo se distribuyen en la margen izquierda del río Tenería y la margen este de la quebrada Tejay Huasi, de más de 3 kilómetros de profundidad y, sobre las falda sur del cerro Pabluyo. Taca ocupa un área cultural de más de 20 hectáreas en donde predominan los andenes y cercos los cuales se distribuyen desde los 2,966 msnm hasta los 2,906 msnm, desde el borde de la carretera Taca-Canario, hasta la orilla del río mismo en una pendiente ligera de norte a sureste. La plaza principal de Taca Antiguo se ubica exactamente a 2,941 msnm y alrededor de ella se distribuyen al menos una veintena de edificaciones abandonadas. Las siguientes son las más importantes.

-La plaza

La plaza es sin duda el centro neurálgico de la trama a partir la cual se ordenan los distintos sectores adyacentes. Aunque en algunos pueblos se adapten a un camino preexistente en nuestro caso la plaza parece algo alejada de la carretera actual (y probablemente antiguo camino) y emplazada en el terreno más horizontal posible dentro de la falda del cerro que baja hacia el río. La forma de la plaza es ligeramente trapezoidal teniendo su base mayor hacia el oeste y la menor hacia el este respectivamente, cubre un área aproximada de 2,000 metros cuadrados. Aunque evidencia un estrecho y largo pasaje por el cual se accede desde su esquina noreste, lo cierto es que su ingreso principal se realiza desde el norte (desde la actual carretera) directamente orientado hacia el centro de la plaza, de tal manera que llega a ella desde la mitad de su frente norte. Finalmente, desde la esquina suroeste se abre un camino directamente hacia el antiguo puente que cruza el río.

-La iglesia

Hacia el frente oeste de la plaza existen algunos edificios muy destruidos uno de los cuales es la iglesia de Taca antiguo. Es un edificio de casi 40 metros de largo y un ancho de 10 metros (lo cual mantiene la proporción, ligeramente menor, de la gran iglesia de San juan Bautista en Vilcashuamán); adjunto a su acceso principal presenta aún dos torres laterales exentas y algo adelantadas. Sus gruesos muros construidos con champas de tierra con gruesos guijarros alcanzan una altura de 4 metros y más de 6 en la cúspide de su hastial. Actualmente su único espacio se encuentra sin mobiliario e invadido de arbustos. Es pues, un edificio de regulares proporciones y que probablemente haya alcanzado gran influencia en la región.

-El cedro

En la plaza se ubica un cedro que alcanza una altura de quince metros y un alcance de sus ramas de casi la misma distancia. El árbol tiene un tronco de casi 1.5 metros de diámetro y en su base se encuentra rodeado de grandes piedras de granito. El árbol es un ejemplar maduro de probablemente más de cien años. Los pobladores de Taca actual lo tienen en gran estima y los más ancianos lo recuerdan como lugar en donde jugaban.

-Las casas

Algunos edificios menores se distribuyen alrededor de la plaza y a lo largo de un par de calles que se desprenden de esta. Son edificios de planta rectangular con un acceso central y muros de adobe.

-Las chacras cercadas

En los alrededores del conjunto arquitectónico se distribuyen muchas chacras cercadas con pircas, la mayoría es de área similar que promedian y van descendiendo suavemente la pendiente hasta el río. La forma mantiene cierta regularidad aunque con esquinas curvas.

 

4. Algunas consideraciones

Aunque nuestras apreciaciones son limitadas debido a la falta de un registro detallado podemos presentar algunas propuestas de estudio que debieran realizarse para entender el patrimonio existente aún, no sólo en taca antiguo sino en diversos lugares del país en donde existen evidencias edificatorias tal como la encontramos en este caso.

-El ordenamiento urbano

Para Burga (1992) lo popular es “lo auténtico, lo vernáculo. Aquello que ha surgido del lugar y se adecúa a él, entendiendo el lugar no sólo como el clima y los materiales, sino también la gente que lo habita, su historia y su cultura” (1992: 15-16); de esta manera es un término abierto pero ajustable a cada contexto. En la Provincia de Víctor Fajardo encontramos diversos poblados que expresan este concepto, con ciertas diferencias pero también con similitudes evidentes, esto es parte de un proceso histórico muy largo y permanente. Creemos sin embargo que los cambios físicos en los poblados se han dado lentamente entre los siglos XVII-XIX, en parte debido a una despoblación general en los andes, la desarticulación y aislamiento de los poblados, pero también al fortalecimiento de las tradiciones sincréticas y de autorregulación.

Debido a su ubicación en la región quechua y a la abundancia de andenes en el valle es muy probable que Taca antiguo debiera su desarrollo a la agricultura y ganadería teniendo para esto de disponer de amplias áreas en donde vivirían muchos de sus pobladores o runas; más aún el área de concentración de edificios con su iglesia habla de una manera distinta de agrupar a sus habitantes. Siguiendo a Burga (1992: 22), quien propone para Cajamarca 4 contextos arquitectónicos: Grupo, Conjunto, Caserío y, Pueblo (con su desarrollo que es la ciudad), podemos comparativamente señalar para Taca Antiguo la categoría de Conjunto, pues es un nivel organizado con un crecimiento orgánico adyacente a las áreas agrícolas y, principalmente, presenta edificios y espacios importantes; de esta manera identificamos iglesias, edificios comunales, corrales, pero también espacios de desplazamiento como calles y, la plaza o cancha.

-Arquitectura y sacralidad de La Iglesia de Taca

En Ayacucho la extirpación de idolatrías a fines del siglo XVI fue muy fuerte teniendo entre otros a personajes como Cristóbal de Albornoz[5]. Luego de extirpación de idolatrías se procedía a la construcción de iglesias doctrinales, la decoración cristiana en este escenario era necesario para complementar este proceso, muchas iglesias fueron construidas sobre construcciones prehispánicas evidenciando esto, por ejemplo en Vilcashuamán; sabemos poco de muchas iglesias de la región.

Hoy, a pesar del grado de destrucción podemos identificar algunas características de la iglesia de Taca Antiguo. Podemos considerar la iglesia dentro de un tradición mestiza en el sur andino; probablemente no había lienzos y la decoración debía darse en los muros mismos, lamentablemente los enlucidos de estos ya no se conservan salvo en algunos lugares.

Hemos identificado dos contextos murales escultóricos aún existentes, cada uno al lado inferior del acceso principal de la iglesia. Sabemos que para plasmar el volumen se tuvo que utilizar una arcilla fina proveniente de otra cantera distinta de los muros comunes de los edificios, de tal manera que sea plástica y resista a la erosión de las lluvias. Estos contextos son similares pero no iguales; combina los relieves con cierta habilidad, el principal elemento distinguible es una cabeza de frente representada en relieve, el de la derecha es casi de forma circular con rasgos insinuados y cabello recortado, el de la izquierda posee el maxilar ligeramente agudo, en ambos casos presenta una nariz larga y que empalma con la frente. La ubicación de efigies en la parte baja lateral del ingreso a un edificio no es muy frecuente[6] pero es muy significativo dentro del proceso de cristianización si identifican santos o autoridades eclesiásticas, lo que aún no se ha identificado con certeza. También podemos anotar que existe cierta similitud en los rasgos faciales con los angelillos existentes en la torre de la Iglesia de Santa María Magdalena en Ayacucho, el cual también presenta “…motivos florales en los cornisamientos y tambores” (Gonzáles, E., Urrutia, J., y J., Lévano, 1997: 202).

Aunque no contamos con documentos y referencias inmediatas sobre la antigüedad del templo consideramos que los artistas responsables debieron ser gente local que ya habían desarrollado una forma de expresión muy posterior al proceso de extirpación de idolatrías del siglo XVI-XVII, tal como lo afirma Millones los artistas locales: “… interpolaban su perspectiva nativa a través del colorido y de detalles que alteraban las imágenes centrales y las intenciones de quienes las habían encargado y financiado” (Millones 1989: 32)[7]. La dualidad que representan estos dos relieves escultóricos (nos limita en nuestra interpretación que el resto de la fachada haya desaparecido) debió ser expresión del sincretismo de la zona.

Los otros elementos que aún existen, al menos en la parte lateral derecha, son dos relieves cilíndricos con incisión en aspa (que aparentemente son parte de una serie alineada de abajo hacia arriba) que sigue la intención tridimensional de las cabezas antes mencionadas. Los otros elementos son incisiones realizadas a manera de surcos de igual sección, son dos, llamémosle “motivos”, que representa la primera una línea horizontal zigzagueante y, la segunda, una flor de la cual solo se conserva el tallo y dos hojas. Sobre el primer motivo, al ser geométrico podría simplemente ser una síntesis decorativa que representa el río o mayu; sobre el segundo motivo hay que indicar que es muy común en el arte mural pintado o esculpido, pero conocemos pocos casos de incisos. Aun así creemos que es necesario una confirmación sobre estos dos motivos para verificar su autenticidad.

-El árbol como mallqui o antepasado

En Taca antiguo es importante la presencia del árbol como hito urbano, ubicado casi al centro de su plaza el gran cedro es visible desde todos los rincones del pueblo, pero es importante señalar que esto no se desprende de un interés decorativo o paisajístico (como en la actual Occidente); hay que recordar también que en distintas civilizaciones la “imagen del árbol no se ha escogido únicamente para simbolizar el cosmos, sino también para expresar la vida, la juventud, la inmortalidad, la sabiduría” (Eliade 1973: 128).

La presencia de un árbol que domina el espacio no es raro en los poblados andinos, de hecho el lugar en donde un elemento se introduce en la tierra puede referirse a un probable lugar fundacional u original y, por tanto sagrado[8]. También se ha señalado algún tipo de árbol específico de árbol vinculado a determinada cultura andina, por ejemplo en Ayacucho “… podemos afirmar, aunque de manera preliminar, que los árboles Pati siempre se encuentran asociados a yacimientos arqueológicos Wari, en relación con muros y recintos de esta cultura y casi nunca aislados totalmente de algún resto de la cultura material” (González, E., Rivera, E.1983: 45).

La importancia sagrada del árbol en la cosmovisión andina ya la había mencionado Garcilaso de la Vega: “… Y así adoraban yerbas, plantas, flores, árboles de todas las suertes” (1959: 28), y lo confirma la versión del cronista Pachacuti Yamqui Salcamayhua quien, en su obra Relación de las antigüedades del Reyno del Perú (1613?), al graficar el “altar del Ccoricancha” ubica, dentro del ordenamiento cosmológico del mismo, la figura de un gran árbol al cual también llama mallqui, palabra que muchos traducen como momia. Creemos de esta manera que las referencias al árbol son muy importantes en la cultura andina ancestral, de esta manera, por ejemplo, existe un vínculo entre los ancestros y la semilla: “Así como la semilla debe ponerse bajo la tierra para que surja la planta, del mismo modo hay que enterrar a los muertos para que vuelvan a nacer hombres. Entre el cadáver y el germen hay una relación estrecha que se hace más patente cuando se examina la palabra mallqui, que significa por igual en quechua: almácigo y momia. Muertos y gérmenes quedan en una ecuación en el que el término común es mallqui” (Valcárcel, 1982: 80)

La importancia de los ancestros es constante en el espacio andino vivido (a diferencia de muchas sociedades actuales en donde los restos de los ancestros se entierran en espacios alejados o cementerios), los ancestros en las familias andinas siempre están presentes, más aún si son fundadores de un clan o pueblo. Alvarado (2019: 136) considera un concepto muy importante en las personas el cual es la “sombra” o sonqo, “el cual tiene por principio características originales o naturales que le permiten a la persona una razón de ser en el cosmos…”; las características de esta “sombra” está condicionada, entre otras cosas, por “… aquello que transmiten los ancestros, padres, abuelos, tatarabuelos. Todos son parte de un árbol sagrado o Willka y en tal condición cada quien es nieto de este árbol genealógico” (Alvarado 2019: 138)

En esta parte de Ayacucho se ha identificado la importancia del árbol en la imagen urbanística de los poblados y patrimonio de su gente incluso durante el siglo XX. En una antigua foto publicada por Fowler se aprecia un gran cedro en la plaza de Huancapi (también de la provincia de Víctor Fajardo). Fowler menciona que fue “Árbol tradicional que se asegura fue plantado por un Inca” (1924: 216-217); precisamente en este poblado ocurrió un acontecimiento en el que se evidenció la gran consideración que se le tenía[9].

Este árbol ha sido ubicado en otros contextos como en las plazas de Paruro o Lucre en el Cusco, también dentro del Hotel Monasterio, siendo una especie muy conocida en la región; consideraciones aparte, el cedro andino (Cedrela herrerae) llamado popularmente atok mallqui es una planta aromática aunque también se ha mencionado a su leño como abortivo (Valdizán, H. y A. Maldonado 1922: 225).

5. Reflexión final

Como apuntamos al inicio el territorio nacional posee gran cantidad de bienes culturales de diversa antigüedad, todos son importantes pues permiten entendernos y, aprender a investigar sobre nuestros orígenes o los vínculos que tenemos con el pasado, es algo que logra precisamente afirmarnos ante el futuro; por ejemplo los actuales pobladores de Taca regresan a Taca Antiguo a efectuar algunas festividades, como el Baile de Tijeras o la apertura de acequias bajo la sombra del cedro de la plaza. Hechos como este acontecen en distintas partes del Perú y, aunque las nuevas tecnologías nos permiten comunicarlas, es cierto también que ha aumentado el desinterés y el compromiso para dedicarles el tiempo de conocerlas.

6. Agradecimiento

Al nuestro amigo, el arquitecto Fernando Reyes Acosta, por la confianza y oportunidad, que finalmente nos permitió conocer Taca Antiguo.

 

7. Referencias[10]

Alvarado, D. (2019). Una comprensión andina del cuerpo. Multigrafik Ediciones S.A.C. 375 p. Lima-Perú.

Burga, J. (1992). La vivienda popular en Cajamarca. EDAC-CIUDAD. 117 p. Lima-Perú.

Eliade, M. (1973). Lo Sagrado y lo Profano. Ediciones Guadarrama. Madrid-España.

Fowler, L. (1924). Monografía histórico-geográfica del departamento de Ayacucho. Imprenta Torres Aguirre. 303 p. Lima-Perú.

Garcilaso de la Vega, I. ([1609]1959). Comentarios Reales de los Incas. Tomo I. 596 p. Buenos Aires-Argentina.

González, E. y F. Rivera (1983). “Pati- El Árbol Sagrado de los Wari.” En: Boletín de Lima (27). 43-49 pp. Lima-Perú.

Gonzáles, E., Urrutia, J. y Lévano J. (1997). Ayacucho. San Juan de la Frontera de Huamanga. Colección Arte y Tesoros del Perú. Banco de Crédito del Perú. 365 p. Lima-Perú.

Guamán Poma de Ayala (2010 [1613]). El Primer Nueva Corónica y Buen Gobierno. Empresa Editora El Comercio. Lima-Perú

Millones, L. y Pratt, Mary. (1989). Amor brujo. Imagen y cultura del amor en los Andes. Instituto de Estudios Andinos. 74 p. Lima-Perú.

Sanmartí, P. (1905). Los pueblos del Perú. Imprenta y librería de San Pedro. 340 p. Lima-Perú.

Stiglish, G. (1922). Diccionario Geográfico del Perú. Imprenta Torres Aguirre. 1193 p. Lima-Perú.

Pachacuti Yamqui Salcamaygua ([1613] 1879). Relación de las antigüedades del Reyno del Perú. En: Tres relaciones Peruanas. 207-286 pp. Jiménez de la Espada. Editorial Guarania. Madrid-España.

Valdizán, H. y A. Maldonado (1922). La Medicina Popular Peruana. Imprenta Torres Aguirre. 2 tomos. Lima-Perú.

https://www.youtube.com/watch?v=DKU_yJAvUxw

 

Figura 1. Mapa de ubicación del poblado de Taca antiguo en el distrito de Canaria; es de notar la sucesión de distritos como Sarhua, Huancapi o Hualla, siguiendo la conformación hidrográfica.


Figura 2. Plano esquemático de la parte central de Taca antiguo, hacia el norte la carretera y al sur se distribuyen varias chacras hacia el río. En la plaza, la iglesia se ubica en una esquina (hacia la quebrada o huayco) mientras el árbol se ubica en el cruce de visuales.


Figura 3. Vista satelital del emplazamiento y contexto geográfico de Taca antiguo. Google Earth. Mayo 2016


Figura 4. Vista hacia el noroeste de Taca Antiguo, se aprecia la plaza con césped y el árbol central, en primer término las chacras delimitadas con cercos de piedra.


Figura 5. Vista hacia el sur de la calle que accede hacia la plaza. Algunos muros antiguos llegaron a reconstruirse (con pircados sencillos) pero finalmente fueron abandonados. Es de notar además la invasión de molles y tunas al interior de las edificaciones.


Figura 6. Vista hacia el sur, desde el acceso a la plaza central con el cedro al medio. La calle de 5 metros de ancho conserva su nivelación con una ligera inclinación desde su inicio en la actual carretera Taca-Canario.  Al fondo parte de la carretera de ascensión hacia la actual Taca


Figura 7. Vista hacia el oeste de la plaza con el famoso cedro y al fondo a la derecha la iglesia. Es de notar la gran dimensión del cedro y las rocas que lo rodean. 


Figura 8. Vista hacia el este y desde la entrada de la iglesia. Se aprecia la plaza alargada y el cedro al centro. A la izquierda un edificio importante con vanos secuenciales; en primer término parte de un muro bajo que define un atrio.


Figura 9. Vista de un edificio aislado frente a la plaza. Es de notar el sistema constructivo con base de roca canteada y con grandes unidades de adobes dispuestos de cabeza.


Figura 10. Vista hacia el noroeste; el distintivo edificio de la iglesia en donde se aprecia la torre con la fuerte basa, alero y restos de cuatro machones que sostendrían la campana. Es importante la quebrada que aparece atrás, que desemboca en el río Tenería, la iglesia de esta manera presenta de fondo natural las elevaciones montañosas del oeste.


Figura 11. Vista hacia el oeste de la fachada principal de la iglesia. La iglesia mantiene aún su torre derecha (la izquierda está destruida) y su hastial que evidencia el tipo de techado que tenía. En primer término un muro bajo de piedras (probable muro pretil del atrio).


Figura 12. Vista hacia el oeste de la torre sur, la más conservada de la iglesia. Se encuentra adelantada sobre el acceso y su sólido cuerpo remata en una cornisa de lajas sobre las cuales existen los restos del campanario compuesto de cuatro pilares. Se aprecia aún parte del enlucido de arcilla clara y cierta tonalidad blanca.


Figura 13. Vista de un detalle en la base izquierda del acceso a la iglesia. El zócalo decorado incluye relieves circulares uno de los cuales parece una cabeza humana. El remate del zócalo presenta un inciso en zigzag horizontal y triple listel a modo de repisa. Es interesante una decoración superior fitomorfa, probablemente una flor. 


Figura 14. Detalle del volumen formado por bloques de rocas canteadas a modo de paralelepípedos recubiertos por una argamasa arcillosa en donde se han trazado incisos y relieves, el más representativo es una cabeza redondeada que deja apreciar un cabello corto y rasgos apenas sugeridos (se destaca la larga nariz y pequeña boca). 


Figura 15. Detalle de relieves en la parte inferior derecha del acceso a la iglesia. De abajo hacia arriba una línea horizontal zigzagueante de incisión profunda que remata en apariencia con un círculo en altorrelieve con aspa que se repite hacia arriba. Sobre la línea un ligero volado decorado a modo de tres listeles paralelos. Más arriba, sobre la pared, un motivo fitomorfo (una flor probablemente) de suave incisión y trazo curvilíneo.


Figura 16. Detalle de la parte inferior izquierda del acceso a la iglesia. Sobre el zócalo semienterrado aparece un remate en volado logrado estructuralmente por una piedra, debajo de esta un relieve que configura una cabeza humana de frente, con frente plana y larga nariz; su forma es distinta a la anterior.


Figura 17. Vista hacia el oeste. Se aprecia el espacio interior de la iglesia con el muro testero al fondo. 


Figura 18. Vista hacia el oeste en donde se aprecia el hastial del muro testero de la iglesia. Aún se conservan algunos detalles que permiten distinguir una probable hornacina e improntas de un retablo.


Figura 19. Vista hacia el este desde el interior de la iglesia; se parecían los altos muros de tierra cuyas cabezas de muro han sido erosionadas pro la lluvia. No se aprecian restos de las techumbres, probablemente de madera, que pudieron ser retirados.


Figura 20. Esquema cosmogónico del altar del Ccoricancha según Pachacuti Salcamaygua. Abajo a la derecha se aprecia la figura vertical del árbol o mallqui como componente importante asociado a la pata, la mamacocha y el puquio. Pachacuti Yamqui Salcamaygua ([1613] 1879). Relación de las antigüedades del Reyno del Perú. En: Tres relaciones Peruanas. 207-286 pp. Jiménez de la Espada. Editorial Guarania. Madrid-España.


Figura 21. Dibujo de Guamán Poma de Ayala en donde se aprecia el vínculo entre un difunto, los familiares y un gran árbol. El Primer Nueva Crónica y Buen Gobierno (2010 [1613]). Empresa Editora El Comercio. Lima-Perú. Dibujo 114. Entierro de los Andesuyos / 291 (293) /uitaca (un árbol), árbol/ yquima (viuda) / aya (difunto) / entierro / /witaka/ikma/aya/

Figura 22. Vista antigua del cedro de la plaza de Huancapi durante una festividad. La descripción de la foto menciona: “Árbol tradicional que se asegura fue plantado por un Inca” (Fowler, 1924).


Figura 23.  Foto tomada de la cuenta Taca Querido Fajardo Ayacucho. “Cedro. El pueblo de nuestros abuelos”. 24 de febrero del 2018. https://www.facebook.com/search/top?q=taca%20querido%20fajardo%20ayacucho


 


  

 



[1] Graduado de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad Ricardo Palma; Graduado de la Escuela Académico Profesional de Arqueología y, de la Facultad de Educación con mención en Historia y Geografía, de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos; egresado de la Maestría de arte Peruano y Latinoamericano de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos.

[2] Arquitecto por la Universidad Ricardo Palma, Master en Planeamiento Urbano por la Universidad Politécnica de Madrid, Profesor de la Facultad de Ingeniería y Arquitectura de la Universidad San Martín de Porres. Se desempeña como diseñador de forma independiente.

[3] El distrito de Canaria fue creado el 2 de enero de 1857 (Fowler 1924: 216); hacia 1924 Canaria comprendía: Aspongo, Taca, Asquipata, Morcolla, Racaya y el caserío de Pairi, con un total de 2,248 habitantes. Taca fue Comunidad Campesina en 1928 y actualmente es Centro Poblado.

[4] Existe una referencia local que el término Taca proviene del sonido que se produce al golpear las rocas para seleccionar el oro y plata.

[5] Albornoz fue un cura dominico de gran actividad en la sierra sur (Ayacucho, Cusco, etc.) durante las últimas décadas del siglo XVI destruyendo huacas y se le atribuye ser el que descubrió el movimiento del Taki Onqoy, también se le atribuye la obra Instrucción acerca de los ritos y mitos de los incas (1581-1584), la cual fue una referencia de cómo realizar extirpaciones de idolatrías.

[6] Un caso de decoración, similar por la ubicación de cabezas en ambos lados inferiores de un acceso, lo hemos identificado en la casa n° 906 del Jirón San Martín en la ciudad de Caraz, Ancash. En este caso se usaron dos cabezas líticas y se insertaron a ambos lados del portón de una casa colonial.

[7] Esto se reafirma en un dibujo de Guaman Poma en su obra Nueva corónica y buen gobierno en el cual se presenta artistas indígenas trabajando una figura de Cristo en el pueblo de Huarochirí en 1613. Dibujo 267. Los artesanos andinos fabrican imágenes religiosas para servir a Dios y la iglesia.

[8] Haciendo una analogía aventurada, los actos fundacionales se deben a hechos mitológicos en el cual se elige un espacio por medio de un elemento vertical, basta recordar a Manco Capac y la barreta que se hundió en Huanacure.

[9] Huancapi, es un distrito y poblado que también tenía un gran árbol al centro de su plaza el cual, el 21 de julio de 1995 iba a ser cortado por la alcaldía ante lo cual los pobladores protestaron impidiéndolo por la fuerza; para los pobladores el árbol simbolizaba el bastón de San Luís, el patrono del pueblo el cual quedó plantado allí antes de la fundación del pueblo mismo.

[10] Todas las fotografías fueron tomadas por los autores en diciembre del 2007, a excepción de aquellas cuya fuente se anota en la descripción de las mismas.


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