1. Introducción
A fines de enero de 1533 la expedición española que desde Cajamarca comandaba Hernando Pizarro, hermano de Francisco, llegó a la costa central; el itinerario de todo el viaje fue registrado por el cronista Miguel de Estete (2) quien, con muchas inexactitudes, recopila las características del territorio y los pueblos visitados hasta la llegada al gran santuario de Pachacamac, objetivo final de este viaje.
Para nuestro interés este soldado escribe sobre los principales asentamientos vigentes en ese tiempo, sin embargo no identifica todas las jornadas y ríos que tuvieron que cruzar pues obvia la larga travesía por Pasamayo, Ancón y finalmente la llegada a la margen derecha del valle de Carabayllo, lugar en donde debió pernoctar, tal como lo ha hecho notar Antonio del Busto (del Busto, 1969: 73-74). Esta necesaria estadía debió haberse realizado antes de cruzar el río que actualmente se llama Chillón por el Puente Inca.
En aquél tiempo este puente era muy necesario debido al considerable caudal del río que a veces lo destruía, en tales ocasiones lo reconstruían diversos grupos que se servían de él para comerciar(3) , entre estos grupos debieron estar los Maca, gente que vivía en un gran asentamiento treinta kilómetros valle adentro; este tipo de respuesta nos hace pensar en la complejidad existente en las relaciones sociales en los grupos existentes en el valle y su interdependencia histórica (más allá de advenimiento e impacto del Tawantinsuyu) y entre los cuales consideramos precisamente a los Maca como uno de los más trascendentes.
2. Geografía y territorio
Los Maca fueron un grupo social que ha sido muy poco mencionado en la historia regional actual y en las discusiones arqueológicas, pero sin duda se encontraba incluido en los grupos que los etnohistoriadores identifican por referencias de las crónicas como yungas, es decir gente que se encontraba muy arraigada al contexto geográfico en el cual vivían que era el valle medio de los ríos de la costa central andina, y que en este caso era la zona geográfica comprendida entre Carabayllo y Canta, en el valle del río actualmente conocido como Chillón.
Podemos indicar que la realidad en la que los maca vivieron estuvo circunscrito en primer término a un estrecho espacio en donde a simple vista se delimitaban los límites espaciales marcados por la cresta de los cerros y las abruptas quebradas, con una estrecha franja de área cultivable y un delgado río, de esta manera los edificios que conforman su asentamiento no ocupan áreas cultivables e inundables cercanas al río sino se emplazan sobre los cerros adaptándose a su relieve, sinuosidad y su fuerte pendiente, de la misma manera que los caminos que construyeron muchas veces van paralelos a media altura de las faldas de los mismos cerros.
Sin embargo esto es sólo una observación muy superficial pues comprobamos que su alcance cultural se adaptó a espacios distintos a los percibidos en la actualidad, de este modo la gente se comunicaba caminando sobre los cerros (de hecho sobre los cerros de Maca se encuentran muchos geoglifos y asentamientos amurallados) atravesando quebradas profundas (las de Huachoc o Socos hacia el valle de Chancay) y finalmente atravesando desiertos (Pasamayo).
De la misma manera el uso del suelo era utilizado al máximo utilizando canales derivados del río, estos canales muchas veces fueron los límites espaciales y de demarcación territorial por su uso económico en el cultivo. Actualmente se encuentra en uso un canal que discurre justo por debajo del camino inferior principal que articula todos los sectores de Maca, este debió derivarse de un antiguo canal original que separaba además el espacio arquitectónico del agrícola (este canal se levanta hasta por lo menos 10 metros del área agrícola).
El antiguo sitio de Maca se encuentra en la actual jurisdicción de la provincia de Canta, distrito de Quives, departamento de Lima, a 720 m.s.n.m. y a 30 kilómetros del océano en línea recta hacia el suroeste. Los agrupamientos construidos se encuentran distribuidos en las faldas del cerro Panteón (Figuras 1, 2 y 3), incluso un sector de las ruinas se encuentra invadido por el cementerio del cercano y actual Centro Poblado de Macas.
3. Antecedentes de investigación
3.1 Antecedentes
La referencia más antigua data de 1571 y es la ofrecida por Juan Martínez Rengifo(4) , Visitador de Guancayo, Maca y Guaravní; esta Visita fue publicada por Espinoza (1963) y a partir de esta documentación es que podemos obtener cierta información de la organización socio económico en el valle medio y específicamente del sitio de Maca.
Martínez Rengifo fue un notable funcionario de la segunda parte del siglo XVI en Lima y Visitador de varios pueblos en la costa del Virreinato del Perú, posterior a él es muy poco lo que se recoge del valle mismo, incluso de los viajeros que pasaron por el valle sólo George Squier aporta algunos datos y profundiza en la parte baja, específicamente en Collique. Una de las primeras referencias publicadas sobre el sitio es la de Germán Stiglish que ya empieza a denominar el sitio (5) como Macas (Stiglish 1922: 632) y propone como significado etimológico: Lugar de cántaros de mediano tamaño; Espinoza lo relaciona con maqay, castigar golpeando; pegar, golpear (Espinoza 1973: 279).
Las primeras observaciones arqueológicas corresponden a Pedro Villar Córdova (quien ya denomina al río como Chillón y al sitio como Macas):
- “…cinco poblaciones pre-hispánicas que formarían el conjunto de la comunidad de “Macas”… terminan las ruinas del tipo costeño de Lima, consistentes en habitaciones con paramento de barro pisonado o de tapiales, pórticos trapezoidales y cementerios donde se encuentra cerámica fina, de pasta anaranjada, con decoraciones polícromas del estilo Nievería, y aún, cerámica negra incidida” (Villar Córdova 1982 [1935]: 175).
Hermann Buse, lo describe como “ruinas muy extensas” (Buse 1960: 24) y destaca cerca de Maca el “…increíble número de batanes…todos grandes y muy desgastados… en la cumbre del cerro empinado…” (Buse 1960: 27); de la misma forma García Rosell la califica como “… ruinas de una extensa población construida en las laderas de los cerros. Paredones de adobón, murallas gruesas del mismo material.” (García 1968: 151). Pero también (al igual que Buse) incluye parte del sitio de Guaravní en sus descripciones.
Una aproximación social es la que da Hermann Trimborn quien cree que Maca es un “poblado (…) de carácter rural (…) con cinco unidades estructuradas, muy próximas entre sí, pero de las que no se pueden señalar vinculaciones de tipo comunal.”(Trimborn 1969-70: 259). En este aspecto critica a Villar Córdova a referirse a Maca como una comunidad.
Otros investigadores como Ludeña, Silva, Correa, Morales y Farfán, entre otros, han realizado estudios en el valle del Chillón, sin embargo es muy importante para nuestras problemáticas los realizados por las estudiantes de Arqueología Pérez y Arce de la UNMSM en el sitio de Chocas, en donde las evidencias muestran una estrecha vinculación con los valles de Chancay y Huaura (partes baja y media) por el norte, y con el Rímac por el sur (Pérez y Arce, 1989: 2).
Finalmente Aranguren, en su tesis titulada Reciprocidad e intercambio: Colonias chancay en el valle medio del Chillón, asegura que la presencia de alfarería relacionada a las tradiciones Chancay en estratos profundos de las excavaciones que realizó, sugieren que estos grupos estuvieron presentes desde sus fases más tempranas, como es el caso del estilo Teatino que aparece en Trapiche, Macas, Chocas, Huanchipuquio, etc. (Aranguren 2005).
Todos estos aportes, aunque claramente insuficientes ante la evidente complejidad del asentamiento de Maca, nos proporcionan algunos derroteros sobre los cuales problematizar las observaciones, principalmente desde el aspecto arquitectónico y social.
4. Expresiones culturales
4.2 Arquitectura
a) Tipología de edificios
Considerando que la arquitectura es la forma como el ser humano crea formas y espacios habitados y que se expresa en asentamientos y edificios pensamos que los Maca desarrollaron una arquitectura asociada a su contexto real como cultural. De esta manera tuvieron cierto compromiso con la llamada yunga costeña, es decir el uso de sistemas constructivos que incluía ciertas técnicas específicas de realización material en los edificios, pero también el diseño de los mismos dependía de su cosmovisión y particular forma de usar los espacios, una lógica que lamentablemente por ahora desconocemos. Aun así hemos podido identificar algunos edificios y le otorgamos una denominación provisional.
- Edificio con banqueta. Edificio que aprovecha áreas longitudinalmente extendidas, principalmente en la parte baja de las pendientes. Es un edificio alargado que en uno de sus extremos presenta una banqueta asociada a un pequeño recinto.
-Edificio cubo. Un edificio muy representativo de las sociedades de la costa central y producto de la adaptación al contexto de quebrada de valle es el edificio que configura la forma tridimensional de un cubo sobre el relieve inclinado; es el edificio más característico de Maca (también de los asentamientos vecinos de Trapiche y Guaravní) y aunque se distinga por su forma principal también presenta algunos recintos adosados siempre dependientes del volumen principal. Sus altos muros de tapia y sus basamentos de roca canteada han sido construidos sobre un acondicionamiento de la pendiente movilizando a veces varias toneladas de material lo que hace al edificio costoso en términos de esfuerzo humano. (Figura 14)
-Edificio cerco funerario. Es delimitado por un muro que encierra un espacio sin techar de planta rectangular y que se adosa a otros recintos similares. En conjunto configura una composición ordenada y sucesiva. Por su evidente asociación con los entierros creemos que su función es funeraria. Una denominación de mausoleo es muy hipotética pero debe ser considerada debido a la clara organización familiar de las sociedades andinas. (Figura 16)
b) Rasgos
-Formales
Volados superiores en los muros a modo de cornisa. Es una característica muy típica y representa una proyección de la pared en su parte superior hacia el interior del espacio de tal manera que parece una cornisa (Figura 9), este rasgo aparece en los edificios tipo cubo. Conocemos que existen rasgos similares en los edificios de Chancay de Pisquillo Chico y pancha La Huaca (Alvino y Guzmán 2018: 102), aunque con sus propias peculiaridades.
Dobles nichos. Son nichos paralelepípedos horizontales de probable función religiosa. Debieron funcionar en asociación pues prácticamente se presentan dos nichos casi idénticos, uno al lado del otro ubicados en los muros de tapia en su parte superior o cerca a las entradas.
Ménsulas o anclajes. Son pequeñas rocas de poco peralte, principalmente ancladas en la parte superior de los muros (Figura 28). A veces son ancladas horizontalmente y otras con ligera inclinación hacia arriba. Es probable que su función se deba al amarre de las techumbres. Hermann Trimborn las denomina tarugos y considera que sirvieron “…sino para colgar objetos, aunque también debe admitirse la posibilidad de que sirvieran de soportes o estribos para sostener techos intermedios –si bien hay que tener en cuenta que estos tarugos no aparecen en hileras-, o para el afianzamiento de los tejados, de los que no se ha conservado resto alguno.” (Trimborn 1969: 261).
-Constructivos
Hemos podido identificar algunos rasgos materiales de la arquitectura en relación a su forma, estos aparecen en los tres sitios principales de esta margen además de Macas: Guaravní y Trapiche. Maca presenta construcciones arraigadas, con materiales de la zona (incluso en las cercanías se encuentra la cantera de rocas para la base de muros). Trimborn describe el sistema constructivo como una “mezcla de tierra arcillosa con arena, piedras menudas y paja de maíz se levantan sobre cimientos de mampostería (de piedras grandes, medianas y pequeñas) y están unidos con un mortero de tierra arcillosa que en parte hoy aparece desconchado” (Trimborn 1969: 260).
-Basamentos
Roca canteada con pachillas, con énfasis en el atizonamiento de las esquinas. Las rocas son de granodiorita y fueron extraídas de una cantera local con técnicas tradicionales usando rocas más duras como cuñas. Hemos registrado una muestra de este procedimiento in situ (Figura 29 )
Relleno de ripio para nivelar el terreno. La horizontalidad y aislamiento del piso interior de los edificios utilizó rellenos de ripio muy pequeño y uniforme mezclado con arena de río.
Paramentos
Tapia de paredes verticales de gran espesor. Los muros emplazados en la pendiente mantuvieron una gran escala usando a su vez una gran sección no menor de 70 centímetros. Las paredes son muy verticales y a diferencia de otras tapias no presentan casi inclinación o texturas irregulares por lo que inferimos que fueron encofradas con madera y trabajadas con enlucidos de arcilla. En sectores específicos como el cementerio los muros son de tapias pero más delgadas y en otros sectores como cerca al cementerio moderno se utilizaron muros de rocas pequeñas canteadas.
Techumbres.
A pesar de que existen cementerios, es decir zonas en donde la función principal es la funeraria a través del enterramiento y presencia de tumbas, también es cierto que existen en algunos sectores habitacionales la presencia de tumbas en el subsuelo, principalmente logradas por la construcción de hoyos esféricos o cilíndricos con revestimiento de las paredes interiores por medio de rocas canteadas de disposición horizontal los cuales se van cerrando hasta configurar un cerramiento superior a modo de falsa bóveda, utilizando para esto ménsulas. La función principal debido a “…Los huesos, los tejidos y los fragmentos de cerámica puestos al descubierto por los “huaqueros” demuestran evidentemente que por lo menos algunas de ellas eran tumbas. Por otra parte tampoco puede negarse que una parte de las fosas se utilizara como depósitos. “(Trimborn 1969: 262)
4.3 Cerámica (Figuras 30-33)
A pesar de la abundante evidencia alfarera en los sitios, incluso en superficie, la identificación y ordenamiento estructurado de la cerámica no está completada, es más, cuando se explica esta problemática se señala tipos alfareros ajenos sin mayores distinciones, esto pudiera deberse a que la presencia de cerámica tardía comparte rasgos similares con otros tipos de cerámica, principalmente norteña, estos rasgos son por ejemplo: engobe blanco y líneas geométricas negras (que la asocian al estilo Negro sobre Blanco o Chancay Clásico), estampados en zonas con gránulos o llamado también piel de ganso (muy similares al estilo Pativilca), etc. Finalmente hay que reconocer que Ludeña (1975), había identificado cerámica Chancay e Inca; todo esto hace muy compleja la identificación de estilo alfareros propios de Maca.
Una problemática aparte es la de asociar un tipo de alfarería con una entidad social determinada, de esta manera el carácter arraigado de la gente debería evidenciarse en el uso de un tipo específico (estilísticamente) de cerámica; al mencionarse estos grupos como los Maca o Guancayo, incluso al hablar de los Colli, no disponemos de una caracterización clara (por no decir inexistente). Un aporte, limitado pero interesante, es el que realizaron Pérez y Arce (1989) quienes mencionan que confluyen en este sitio los estilos Huaura, Pativilca, Chancay, estilo local (Chocas) y estilo Inca. Pérez y Arce indican:
- “…en casi todos los sitios ubicados en ambas márgenes del río (…) se encuentra un alto porcentaje de cerámica Chancay; pero aún más alto es el porcentaje que se encuentra de alfarería no descrita sistemáticamente, que presenta las mismas características de forma y acabado, y que, en algunos casos ha sido emparentada con la cerámica Huancho”(6) (Pérez y Arce, 1989: 6).
Esta cerámica la consideran como una “tradición local” a la que denominan “Chocas” (pero que al estar presente en todo el valle podría llamarse Chillón” (Pérez y Arce, 1989: 37).
Estas evidencias, aunque fragmentarias, permiten pensar que existieron causas que propiciaron esta diversidad en donde coexisten varios rasgos decorativos como incisiones, aplicaciones, estampados, motivos geométricos así como acabados de alisados, bruñidos, engobados, etc., casi todos elaborados por cocción oxidante y con fuerte presencia de cuencos, cántaros, platos y ollas. Aunque la cerámica es sólo una dimensión de la cultura material pero su demuestra una innegable dinámica social en el valle medio de Carabayllo, especialmente en Maca.
5. Estado de conservación y Patrimonio
El sector más oriental de Maca se adentra hacia el inicio de la quebrada de Socos, justo antes del terreno eriazo que actualmente está siendo explotado como cantera de hormigón y arena.
Este sector ha sido ocupado desde hace más de cien años por un cementerio moderno, de tal manera que existe una superposición arquitectónica en donde al interior de los edificios prehispánicos (los cuales se encuentran en aceptable estado de conservación) se han emplazado una serie de tumbas de los pobladores locales (Figuras 18 al 26), tumbas que además se han diseñado de acuerdo a diferentes tendencias estilísticas del siglo XX, utilizando además o reinterpretando edificios católicos o prehispánicos.
Esta es solo una de las veces que sitios arqueológicos han sido reocupados por construcciones posteriores y se ha reinterpretado su consideración social, por ejemplo de espacio de huaca a espacio funerario, articulando un concepto de lo sagrado o inefable.
Otro sector de Maca, el más occidental, se encuentra ocupado íntegramente por el cementerio prehispánico (Figuras 15, 16 y 17) que es uno de los más grandes del valle. Su característica sigue la tipología de los cementerios costeros que es la de asociarse básicamente a la función funeraria con evidencia de superposición de niveles de tumbas, de tal manera que creemos que existe en algunos lugares más de quince metros de profundidad.
Comparte una característica con los grandes cementerios en el valle de Chancay que es la de presentar grandes recintos de planta rectangular adosados. El material arqueológico que se expone en su superficie debido a la destrucción de los huaqueros es abundante y evidencia que se hicieron grandes sacrificios de camélidos y textiles, así como se registran diversidad de estilos alfareros.
Finalmente una actividad muy frecuente que se ha detectado es la práctica de brujerías y rituales en diferentes sectores del sitio arqueológico (Figura 34), quizás como parte de antiguas tradiciones locales del anexo pueblo de Macas.
6. Algunas interpretaciones
Villar Córdova había identificado Maca como una comunidad (1982 [1935]: 174-5), mientras Rostworowski califica a los Maca como un pequeño señorío o etnía (Rostworowski 2004: 42 y 59); estas calificaciones son indudablemente iniciales y no contemplan un estudio arqueológico profundo, incluso basándonos en la información de la Visita de Martínez de 1572 se rescata que Maca tuvo una congregación considerable para la época:
- “preguntados cuantos indios había en el pueblo de Maca de donde al presente es cacique don Juan Paucar y en su parcialidad dijeron que había ciento y noventa indios y que los noventa estaban en el pueblo de Maca y los cientos en el pueblo de Misayo…” (Espinoza 1963: 162).
Esta información es interesante pues incluyen un sitio denominado Misayoc, dependiente de Maca, y que nosotros consideramos que es el actual sitio arqueológico de Trapiche (ubicado a tres kilómetros al oeste de Maca), y que con el tiempo perdió su denominación original por el actual que se vincula a la realidad de una hacienda.
También se descubre la preponderancia política de Maca cuando los visitados explican que
- “… siendo cacique el dicho Paucar y habiendo ido a visitar al ynga a Caxamalca entraron los españoles en la tierra…” (Espinoza 1963: 59).
Esto subraya la importancia o al menos los vínculos políticos del jefe de Maca, Paucar, con Atahualpa (entonces vencedor de Huáscar) a quien incluso alcanza a visitar en Cajamarca, al igual que otros personajes como el curaca de Chincha, quizás Paucar fue testigo de su apresamiento o se perdió en él.
Estos datos documentales tempranos evidencian que al menos Maca poseía una identificación política arraigada lo cual coincide cuando se analiza en asentamiento y su organización interna, por ejemplo su gran cementerio que debió ser el más antiguo del valle y que expone restos destruidos de entierros fastuosos con camélidos de ofrendas y recintos de tapia a modo de mausoleos , además de una multiplicidad de especímenes de cerámica de distinto estilo, incluso Nievería.
Los grandes edificios domésticos, independientes entre sí, podrían coincidir incluso con la cantidad de familias mencionadas en la Visita de 1571, y su articulación con caminos que atraviesan los cerros permitían el comercio y la comunicación con la margen derecha del valle.
Es cierto que las relaciones con lugares alejados pueden evidenciarse por la presencia de materiales u objetos distintos a los locales; en opinión de Tom Dillehay el valle del Chillón presentaba un sistema multiétnico y pudieron darse estrategias económicas distintas en la zona del valle en donde se encuentra Maca (trueque, migración o guerra) (Dillehay 1987: 443); una de estas estrategias sería la “verticalidad o complementariedad ecológica”, así como los “archipiélagos” propuestos inicialmente por Murra para el mismo valle de Chillón (Murra 1972) y que en algunos momentos también pudieron ejercer los Maca debido a su situación geográfica y ecológica.
Estas propuestas son modelos teóricos que deben colegirse con la evidencia material lo cual es un proceso investigativo lento y a veces desarticulado. Una propuesta aplicada a Maca es la expuesta en la Tesis de Licenciatura de Victoria Aranguren (2005), en donde se la asocia a una expansión cultural Chancay(6) es decir a un modelo demográfico que propició colonias en el valle medio del Chillón.
Finalmente Maca es un asentamiento que evidencia una realidad innegable y que demuestra lo poco que conocemos de nuestro pasado, incluso en lugares tan próximos a la ciudad de Lima como lo es el antiguo valle de Carabayllo.
Maca es uno de los muchos asentamientos antiguos que se encuentran olvidados por el interés académico y que sin embargo se encuentran en inminente peligro de desaparecer. La arquitectura es la evidencia también la forma como el ser humano se vincula con su espacio y tiempo, viéndolo de este modo en Maca existió una particular manera de existir.
Figura 1. Ubicación del sitio de Maca y otros sitios arqueológicos
cercanos en el valle medio del Chillón.
Figura 2. Vista hacia el oeste de Maca. Al fondo el cementerio prehispánico
y en primer término edificios de tapia y de planta rectangular; recorriendo
la parte inferior de la ladera el camino prehispánico actualmente reutilizado.
6. Bibliografía
Alvino, J. y Guzmán M. (2018). Breves notas sobre la destrucción del patrimonio arqueológico en los valles de la costa central durante el siglo XXI andina. En Devenir. Revista de estudios sobre patrimonio edificado (8). Pp. 99-116. UNI. Lima.
Aranguren, V. (2005). Reciprocidad e Intercambio: Colonias Chancay en el valle medio del Chillón. Tesis para optar el Título de Licenciado en Arqueología. Facultad de Humanidades. UNFV. Lima-Perú.
Buse, H. (1960). Guía Arqueológica de Lima. Pachacámac. Colección “Nueva Crónica”. Talleres Gráfico P. L. Villanueva, S. A. Lima, Perú.
Del Busto, J. (1968). “La expedición de Hernando Pizarro a Pachacamac”. En Humanidades (1). Pp. 63-86. PUCP. Lima.
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Murra, J. (1975). Formaciones económicas y políticas del mundo andino. IEP. 339 p. Lima.
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Rostworowski, M. (1978). Señoríos indígenas de Lima y Canta. Segunda edición. IEP. 280 p. Lima. (2004) Costa peruana prehispánica. IEP. 376 p. Lima.
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Squier, G. (1974 [1877]). Un viaje por tierras incaicas. Crónica de una expedición arqueológica (1863-1865). UNMSM. 318 p. Lima.
Trimborn, H. (1969). “Las ruinas de Macas en el valle del Chillón”. En Revista del Museo Nacional. T. XXXVI. Pp. 258 – 266. Lima, Perú
Villar Córdova, P. (1982 [1935]). Arqueología del Departamento de Lima. 423 p. Ediciones Atusparia. Lima.
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1 El nombre original del río es Carabayllo y mantuvo este nombre incluso hasta el siglo XIX cuando comienza a tomar el nombre de Chillón en el valle bajo.
2 Según Antonio Del Busto, Miguel de Estete es hidalgo y participa como Veedor y cronista de la expedición (Del Busto, 1987: 83).
3 En la Visita de Martínez Rengifo a Maca, Guaravni y Misayoc (Espinoza 1963: 67) se menciona este sitio como cercano al Tambo del Inga, lugar probablemente vinculado del Capaq Ñam, probablemente en el valle bajo, en el punto en donde hasta unas décadas existía un puente aprovechando afloramientos de roca, cerca de Huaca Respiro.
4 La familia Martínez Rengifo llegará a Lima los primeros meses de 1555 (Rodríguez 2005: 50); Juan (hijo mayor de Don Alfonso) se dedicará al comercio a la vez de una ascendente carrera pública como letrado en el cabildo de Lima participando además en las fundaciones de villas, pero es en 1571 cuando efectúa la visita de Huancayo, Maca y Huaravni.
5 Stiglish menciona que el pueblo tenía 75 habitantes y cultiva “alfalfa, maíz y ceba de ganado” (1922: 632), aunque creemos que él se refiere al actual pueblo y no a las ruinas.
6 El término mausoleo es occidental pero a falta de otro nombre lo utilizamos para delimitar espacios arquitectónicos que encierran múltiples entierros, quizás vinculados familiarmente.
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