El presente es un estudio preliminar que se realizó en la parte
oriental del Parque
Arqueológico de Sacsaywaman, donde
se encuentran afloramientos rocosos de caliza, mencionados
por los cronistas y
en
otras como parte de investigaciones
considerándolos como adoratorios (Guacas, Huacas o Wakas), o solamente como
afloramientos o montículos rocosos, en el presente estudio se
ha percibido la
sabiduría y conocimiento expreso que han dejado los antepasados en estos afloramientos rocosos.
Presentamos este aporte a fin de hacer conocer
como estos
espacios
fueron intervenidos por la mano del hombre antiguo donde dejaron sus pensamientos y
concepciones labrados en roca, venerando a la naturaleza en sus diferentes
aspectos. Estas
evidencias materiales están relacionados con la astronomía, fueron creados y utilizados con ingenio y
sabiduría con aplicaciones
basados en ángulos, vértices y/o figuras geométricas.
Mediante
estos elementos lograron
observar y controlar
el
tiempo
creando
la
respectiva calendarización basado en el movimiento de los astros y la proyección
de
sombras y alineamientos con las montañas que circundan
el
Cusco.
Estas montañas fueron denominadas “Apus” por ejemplo tenemos el nevado de
Ausangate, los cerros sagrados de Pachatusan, Pikol, Senqa,
Mama Cimuna,
Wanakauri. Respecto a la lectura de algunos elementos dentro
de
estos afloramientos son complejos porque sus componentes fueron fragmentados,
destruidos en la época del cambio cultural durante el siglo XVI y XVII, restringiendo la interpretación de estos maravillosos trabajos de
época Inka que cumplieron
funciones ceremoniales y astronómicas.
Excelente articulo
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