El hormigón de cal es una técnica constructiva empleada desde hace siglos. En época romana se utilizó ámpliamente en cimentaciones, especialmente en zonas con mucha humedad y para la construcción de puentes.
Se pueden ver restos de edificios y muros hechos con hormigón de cal también de época islámica, como el caso de la muralla y la ante-muralla islámicas de la ciudad de Murcia.
En cierta medida se parece al tapial, ya que se emplea también un encofrado. Lo que varía es la mezcla que se utiliza para levantar el muro. En el hormigón de cal se mezcla cal con arena, grava y, en ocasiones, piedras.
Para hacer un hormigón de cal se ha de tener especial cuidado con la mezcla. Para que la resistencia del muro sea alta, se añadirá grava de distintos tamaños, arena y piedras. Las proporciones pueden variar y no he encontrado aún ningún artículo publicado sobre este tema concreto, especialmente en lo que se refiere a ensayos de compresión en laboratorio.
En cualquier caso, he tenido la suerte de poder hacer un hormigón de cal. Tras realizar varias pruebas y contrastar las proporciones con las que se emplean normalmente en un hormigón de cemento, he utilizado las siguientes proporciones:
– 1,5 partes de cal.
– 2 partes de grava de 1,5 cm.
– 1 parte de grava de 3 cm.
– 2 partes de arena gruesa.
– 1 parte de arena fina.
La mezcla se puede hacer en hormigonera, cuidando que la textura quede semi seca, de lo contrario sería imposible apisonar. El apisonado se puede hacer con un pisón de madera o uno metálico. El de madera tiene el inconveniente de que la mezcla se le adhiere y hay que limpiarlo con frecuencia, lo que ralentiza el trabajo.
El apisonado permite compactar la mezcla, eliminando los huecos internos. El golpe ha de ser fuerte y seco. Cuando la mezcla está compactada, al golpear emite un sonido característico.
Si el muro es muy grueso la mejor opción es añadir piedras grandes, ahorrando en cal y aumentando la resistencia del edificio. Se vierte una capa de mezcla, se añaden las piedras y se cubren con más mezcla, a modo de sándwich. Finalmente, se compacta con el pisón.
Se pueden añadir todas las piedras que se desee. A mayor porcentaje de piedra, mayor resistencia del muro.
Aunque el hormigón de cal no está reflejado en nuestros reglamentos de edificación, se trata de un material muy resistente. Se puede utilizar para levantar paredes (es posible que según las normas vigentes no se puedan hacer muros de carga) de todo tipo, hacer cimentaciones y suelos.
El Hormigón romano es más sustentable y duradero que el actual.
El hormigón romano compuesto por cal, puzolana (ceniza volcánica) y agua de mar, según los estudios del laboratorio de Berkeley de la Universidad de California, sería más sustentable que el hormigón actual basado en cemento portland. Además de dejar una menor huella de carbono el hormigón romano es también más duradero que el actual.
En la actualidad la fabricación de cemento portland es responsable de un 5% de las emisiones de CO2 del mundo, debido a las altas temperaturas (unos 1.450º) que se necesitan para la cocción de la piedra caliza. Mientras que la antigua mezcla romana basada en la cal solo necesita calentarse hasta los 900º. Si en la actualidad siguiéramos usando el antiguo hormigón romano se requeriría menos energía y generaríamos un impacto medioambiental mucho menor.
En la actualidad todo hormigón estructural tiene un mínimo de armado según normativa que ayuda al hormigón a soportar los esfuerzos a tracción, por lo que utilizar agua de mar no es una buena idea si queremos que el hormigón sea duradero, ya que la sal del agua marina aceleraría la corrosión del acero del armado, pero sí que podría servir para buscar nuevos modelos basados en la cal y la ceniza volcánica.
Aunque viendo como han envejecido grandes obras romanas como el Panteón, un edificio de 1.900 años de edad que contiene la mayor cúpula de hormigón en masa del mundo , nos podíamos preguntar ¿Cómo estarán dentro de dos milenios algunas de nuestras construcciones actuales de hormigón?
El laboratorio Berkeley ha realizado también un estudio que ha demostrado que el hormigón romano se hace más fuerte con el tiempo. El fraguado del hormigón actual tanto como el hormigón romano va endureciendo con el paso del tiempo. La diferencia recae en que el hormigón moderno, basado en el cemento portland se encoge produciendo aperturas y pequeñas grietas que se propagan y permiten que el acero entre en contacto con el exterior y se oxide. Por su parte el hormigón romano basado en la cal no se encoge y el proceso químico de la cal con el paso del tiempo continúa fortaleciéndose.
Así que no sólo el hormigón basado en la cal tiene una huella menor de carbono, sino que tiene una durabilidad mucho mayor. Los resultados de los estudios están ahí, ahora debemos investigar en una forma de incorporarlos a la producción de los hormigones actuales.
Mas información:
¿Alguien conoce alguna empresa de corte de hormigón en España?
ResponderEliminarHe estado leyendo hace poco sobre los hormigones de alta resistencia (superhormigones) y, salvando que en ellos se usa cemento, esencialmente parecen ir en la misma dirección que el hormigón romano de cal.
ResponderEliminarHace no demasiado (no puedo ser ‘concreto’ en esto) se descubrió que los romanos incorporaban puzolana (ceniza de piedra volcánica) a su mezcla, además de usar agua dulce o salada según el emplazamiento de sus obras (y el contacto contínuo de ellas con estas masas líquidas), asegurando una serie de reacciones químicas en el interior del hormigón que no hacían sino reforzar aún más su estructura (de ahí que se afirme que cada vez es más y más resistente).
Evidentemente, no poseo conocimiento absoluto sobre nada (de hecho, ni soy especialista en la materia), pero, en la búsqueda de materiales más sostenibles/tradicionales, creo que regresar (luego de los ensayos en laboratorio, por supuesto) a nuestros orígenes puede ser acertado en aras de preservar más y mejor el planeta que ahora habitamos y pronto dejaremos a los que vengan detrás de nosotros.
Un saludo.