En este ensayo se aplicaran algunos principios de Josep Estermann y Rodolfo Kusch, los mismos que nos permitirán aproximarnos a una expresión materializada como es la arquitectura denominada “andina”, observable en ciudades y centros urbanos localizados en coincidencia con territorios y saberes andinos.
Del primero tomaremos los principios de relacionalidad y ciclicidad del tiempo, del segundo la diferenciación planteada entre el conocer andino del occidental, este último conocimiento, apoyado en la realidad exterior definido por objetos, el otro solo existente como acontecimiento e interpretación subjetiva por medio del ritual.
Previamente cabe mencionar que las categorías propuestas por estos autores desean establecer algunas distinciones y distancias con respecto al pensamiento denominado por Estermann mono cultural, como es el saber occidental, también es necesario considerar que la cultura andina contemporánea no se encuentra únicamente en la comunidad rural de antaño, como se cree, ya que los procesos de urbanización, migración campo ciudad y de la globalización generan dinámicas nuevas, las cuales merecen tomarse en cuenta al abordar fenómenos expresivos de esta naturaleza, los que muchas veces pasan desapercibidos, posiblemente por su proximidad con la cotidianidad o por impedimentos de carácter epistemológico y hasta disciplinar, los mismos que serán abordados con la intencionalidad de comprenderlos bajo estos principios y categorías mencionadas anteriormente.
El principio de la relacionalidad en el habitar, producir, celebrar y existir.
Cuando observamos este tipo de construcciones muchas veces solo la escala y los colores nos resultan llamativos pues únicamente aparentan ser un plano colorido; sin embargo si pudiéramos advertir con mayor atención en esta configuración material se observa un “objeto” vivo y relacionado simultáneamente interna y externamente.
Si la arquitectura tradicional del pasado siglo nos planteaba áreas específicas para cada actividad, las residenciales de las comerciales, luego esta misma haya considerado áreas mixtas, es decir, de residencia y comercio u otras más flexibles, no diluyendo la diferenciación y la distancia entre público y privado materializado en el espacio; contrariamente esta arquitectura denominada “andina” propone la coexistencia y el relacionamiento simultaneo de actividades diversas como son: habitar, producir, divertirse, entre algunas, indiferenciada por ejemplo la estratificación de funciones o de forma de la noción público y privado.
En la parte alta es observable la vivienda en apariencia aislada de una a dos plantas, con grandes ventanas, la presencia de terrazas, chimeneas y una disposición libre de las cubiertas, bajando podemos advertir una regularidad de las ventanas, los posibles espacios también de residencia propia o de alquiler, en la parte media una planta distinguible ya sea por su forma o el uso de materiales como el paño de vidrio, destinado a un salón de fiestas teniendo como finalidad también ser alquilado.
En esta otra imagen se advierte al costado izquierdo el recubrimiento de vidrio en dos niveles, la parte superior tiene como coronamiento la vivienda en apariencia aislada, manteniendo la misma configuración que la anterior. La planta baja en ambos casos muestra las puertas de altura considerable, destinados a locales comerciales independientes, un acceso único para ascender a los distintos ambientes como una puerta de garaje. Este ejemplo pueda traducirse como esa relacionalidad expresada en lo andino, una casa como un organizador y a la vez un organismo vivo, relacionándose simultáneamente interna y externamente.
Cuando Estermann propone que esta relacionalidad andina no es lógica, inferencial, ni ontológica; sino gran variedad de formas no lógicas, parecieran estas, ser una expresión materializada, como forma y funcionalidad de la experiencia vivencial con el espacio.
Si este principio rechaza la inteligibilidad total de la realidad como la intelectualidad del ser humano, no busca representar, ni abarcar lo abstracto; sino celebrar y simbolizar (Estermann, 2006) .No es extraño advertir en estas construcciones la presencia permanente de espacios destinados para la fiesta, reuniendo todas las condiciones para semejante acontecimiento fundacional, donde la forma, el color debe impregnar todo.
Ciclicidad del tiempo y el espacio antes y después
El cuadro 1 muestra la correspondencia entre el principio de relacionalidad y la ciclicidad del tiempo andino, pues si la palabra tiempo no existe en la lengua aymara y quechua, tan solo su castellanización “timpu”, fruto de una lengua dominante. Tenemos la palabra pacha que entre muchas de sus acepciones es espacio tiempo, basada en otra valoración, no cuantitativa del tiempo sino oscilante entre el antes y el después, de orden cualitativo, dependiente de la importancia y el peso de un “acontecimiento”. (Estermann, 2006)
Si estos acontecimientos están dados por la siembra, cosecha, celebración y ritual, definidos por un tiempo agrícola, proponemos comprender la característica del tiempo circular expresada en esta arquitectura, concebida bajo estas dos dimensiones como en el cuadro 2, siendo el futuro y el pasado una suerte de indefinición no lineal sino una representación multidireccional, pues no existiendo un futuro para alcanzar, teniendo en cuenta que el futuro es la reinstalación del pasado.
La mayor parte de estas construcciones son de personas particulares que van desempeñándose en el rubro del comercio en su mayoría u otra actividad por años y construyendo paulatinamente o de un momento a otro, un espacio casa con estas características.
El mundo de los objetos occidental frente a la subjetividad de lo fasto y nefasto
Kusch nos plantea al mundo de los objetos y su relación con ellos como la manera de conocer en el mundo occidental; contrariamente en el mundo andino la subjetividad, la relación interior, el ritual como vinculo entre esa subjetividad y lo que encuentra “afuera” ,resulta una comprensión del mundo como acontecimientos fastos y nefastos, entonces la relación con un espacio construido no resulta ser de sujeto a objeto , lo verificable en estas fotografías tomadas en la localidad de Copacabana y observable en cualquier ciudad o centro urbano de raíces andinas, es la presencia de residuos de la celebración denominada challa, cadenas de flores plásticas o naturales, serpentinas, globos entre algunos.
Pareciera que estas construcciones no son concebidas como objetos exteriores sino existentes en igualdad con sus habitantes, si a partir de su relación ritual, resolviendo lo nefasto y acompañando a su futuro y su presente generadores de existencia.
Estermann nos plantea la no existencia en lengua aymara ni quechua, del término Ser, donde la traducción se resuelve y fusiona a partir de las palabras ser/tener, pudiendo ello sugerir la comprensión de esta arquitectura donde la vida andina no diferencia la posesión, del ser, de su existencia, haciendo más comprensible estos principios subyacentes por ser constitutivos per se para la valoración de la construcción, sea esta moderada, convencional o fastuosa, sea en el área rural o urbana.
Conclusiones necesarias
Es importante observar la pertinencia de estos principios y categorías con la arquitectura denominada “andina”, poco comprendida, por ser vista bajo los patrones de la academia basados en una tradición mono culturalista impidiendo resolver la inconmensurabilidad cultural.
Resulta innegable la influencia de la tecnología, los procesos de globalización en estas expresiones ;sin embargo suelen ser consideradas como medios para su subjetividad, es por eso que su presencia provocadora en nuestras ciudades han sido resueltas obviando profesionales formados en el área del diseño, pues sus requerimientos son distintos o bien porque el saber andino no supone una diastasis (Estermann, 2006) propia de occidente entre un sujeto conocedor y un objeto conocible, situación advertible con absoluta claridad.
A pesar de la actual presencia de algunos constructores civiles, arquitectos, estos con experiencia empírica en la albañilería es evidente que la concepción de este tipo de edificaciones y sus procesos de consolidación parte del propietario, no siendo entregado al mundo de los objetos su decisión como hemos advertido sino a sus saberes y nociones de espacio y tiempo, distanciados y al mismo tiempo relacionados a ciertos cánones de belleza, estética y tradición académica.
Finalmente para concluir presentar esta imagen referida a una máscara artesanalmente tejida, que representando la cara del kusillo, el bufón andino visible en danzas y a la misma vez es visible el personaje contemporáneo de la red informática anonymous. Dicha obra nos puede permitir entender el principio de relacionalidad andina con otros contextos, no excluyendo la contemporaneidad sin abandonar su comprensión del mundo.
Bibliografía
Estermann, J. (2006). Filosofía Andina. La Paz: Instituto Superior Ecuménico Andino de Teología (ISEAT).
Kusch, R. (1973). El pensamiento indigena y popular en América. Buenos Aires: HACHETTE S.A.
Rocivel Oblitas Mollinedo,
nacida en la ciudad de La Paz - Bolivia, arquitecta de profesión se dedica independientemente al diseño y a la bioconstrución, estudia filosofía, escribe sobre temáticas referidas a su actividad con enfoque inter y transdisciplinar.
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