Michel Rojkind todavía no ha cumplido los cuarenta, y sólo lleva doce años diseñando edificios (antes fue batería de rock durante una década; no es precisamente la carrera típica de un arquitecto). Pero está labrándose con rapidez una reputación internacional que le coloca en una competencia vertiginosa.
Desde 2002, Rojkind regenta su propio estudio en Ciudad de México, rojkind arquitectos, reconocido en 2005 por Architectural Records como una de las diez mejores empresas del mundo por su «diseño de vanguardia».
Hasta la fecha, ha construido 15 proyectos en México, está llevando a cabo muchos otros en todo el mundo y ha quedado finalista en concursos en Canadá y España.
Además, lo que es más impresionante, la de Rojkind fue una de las cinco firmas de arquitectura de todo el mundo invitadas a presentar sus diseños para un enorme centro cultural en Oriente Medio. «Es algo grande —reconoce— me invitan a un montón de concursos, pero éste era diferente por su magnitud y los pocos participantes. Los otros cuatro son monstruos de la arquitectura, el hecho de que me incluyan junto a los grandes en ese círculo es un gran honor».
Complejo multiusos en Oriente Medio
El reto: diseñar un centro comercial, educativo y cultural de casi 280.000 metros cuadrados que representa un papel primordial en un programa a largo plazo para fomentar el turismo. El centro incluirá un hotel, espacios de exposición, una escuela de diseño y arquitectura, salas de conciertos, cines, un museo infantil, biblioteca, oficinas, restaurantes y una mezquita. El pabellón multiusos ocupará un lugar prominente frente al océano.
El diseño de Rojkind, creado en el Mac y presentado al cliente como un vídeo editado con Final Cut Pro, es a la vez sutil y contemporáneo. «Me inspiré en los tonos pardos de la ciudad, las mujeres con velos y todo el concepto subyacente», explica. «Quería que tuviera un sentido homogéneo, como si surgiera del desierto».
Su enfoque divide el centro en tres formas con un aspecto orgánico que se alzan en el lugar a modo de rocas. «Cuando hablas de un proyecto de tal tamaño —comenta Rojkind— imaginas que tendrá aspecto de gran ciudad, con edificios, colores y topologías brillantes».
Pero Rojkind no lo veía así. Proyectó estructuras rocosas para proyectar sombras sobre las plazas situadas debajo, diseñó patios temáticos y terrazas ajardinadas bioclimáticas, y envolvió sus edificios con cerramientos vaporosos concebidos por el artista contemporáneo Antonio Sánchez. «Basándonos en los conocimientos de la geometría fractal de Antonio, aplicada a motivos islámicos, diseñamos esas formas de hormigón prefabricado fluidas y translúcidas», describe Rojkind. «Están perforadas para que la luz entre a raudales».
Los detectives de Ciudad de México
Rojkind iba directo hacia la definición tradicional del éxito cuando se detuvo a pensar en qué era exactamente lo que quería. «Tenía la posibilidad de trabajar en un gran estudio de arquitectura», dice encogiéndose de hombros. «Pero odio someterme a lo que se supone que debo ser». Así que se decantó por la vía —más peligrosa— de fundar su propia empresa para poder diseñar edificios a su manera.
«Para mí, todo empieza siempre por el cliente», dice Rojkind. «Cuando entras en mi oficina —añade sonriendo— casi parece más el despacho de un detective que un estudio de arquitectura».
Rojkind investiga las vidas de sus clientes y examina sus familias, carreras, ambiciones e intereses para basar en ello sus diseños. «Todo para conocer a la persona para la que trabajo», afirma. «Necesito saber cómo se conoció la pareja, cómo se ven a sí mismos y a sus hijos en el futuro, qué les impulsa, etc. Todo eso determina el diseño de la casa».
El Arquitecto Michel Rojkind, estará en Lima, exponiendo sobre su trabajo en la Semana Internacional de la Arquitectura (LIA 2012) entre el 22 y 24 de Octubre
el evento es organizado por Eco Design.
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