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16 junio 2011

UN DIA EN ANTIGUA GUATEMALA - ARQ. LUCIA GUZMAN CASTAÑEDA



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En estos días en los que se vive el ambiente en una ciudad un tanto desordenada, con fallas de diseño y lastimosamente sumergida en la delincuencia, existe aún en Guatemala un pequeño oasis urbano que recuerda gloriosos tiempos en los que el arte pesaba; la arquitectura era una bella muestra de nuestra identidad y los tiempos eran realmente dorados. 

Localizada a pocos kilómetros de la actual capital de Guatemala, se encuentra la anterior sede capitalina Santiago de los Caballeros de Guatemala, o Antigua Guatemala como se conoce actualmente. Como lo hace transmitir su nombre original, la ciudad fue fundada como la tercera locación capitalina para este país, siendo en tiempos coloniales una de las ciudades más importantes de toda Centroamérica. Es en esta locación en donde se desarrolló por más tiempo la antigua capital, logrando un auge arquitectónico y artístico que aún es apreciable hasta nuestros días. 

Para los visitantes en general llegar a Antigua Guatemala, (por cierto declarada patrimonio cultural de la humanidad por la UNESCO), es transportarse a otro tiempo, a otro estado, quizás uno pensaría hasta otro país. Las edificaciones, ahora en ruinas, aún se imponen entre las calles y montañas manteniendo su carácter arquitectónico y por suerte, en su mayoría, bien conservadas.
Como toda ciudad colonial su trazo es reticular, partiendo de una plaza mayor ahora convertida en parque, con los edificios más importantes para la población alrededor, edificios con carácter religioso, comercial y gubernamental. Con algunas pocas cuadras de extensión hacia los 4 puntos cardinales, la ciudad invita a ser recorrida a pie, disfrutando de los hermosos paisajes de volcanes y montañas que la ciudad ofrece.

Quizás sea el colorido de sus calles, los detalles arquitectónicos que a simple vista se pueden apreciar; o la majestuosidad de sus edificaciones religiosas como la Catedral, la iglesia de La Merced, San Francisco el Grande, entre otras, las que nos hacen percibir una atmósfera hasta mística de momentos. En los días soleados es hermoso apreciar como es escenario de cultura viva, donde las marimbas suenan y la gente convive, entre espacios diseñados para brindar seguridad. 

Como arquitecta, el estudio me ha hecho apreciar esta pequeña ciudad con un valor inimaginable, comparando la realidad de la ciudad actual podemos apreciar que al perderse el orden, el estilo, y una visión en general, se propicia un crecimiento desordenado que a la larga afecta emocionalmente a las personas y hasta la atmósfera que ser percibe es totalmente diferente a las de estas ciudades de antaño. Visitar ocasionalmente estos rincones nos recuerda como arquitectos que al implementar un orden y un diseño, los ambientes se desarrollan más apropiadamente aún a través del tiempo; se logra un sentimiento de orden y seguridad, de satisfacción y hasta de protección por algo bello, que pasa a ser nuestro como habitantes. 

Los tiempos han evolucionado y con ellos nuestras ciudades, a lo largo de toda Latinoamérica. Sin embargo, visitar lugares como éste debe hacernos recordar como arquitectos que la calidad de los espacios influye directamente al usuario. El estilo actual de nuestras ciudades radica en estilos dispersos, quizás hasta un tanto industrializados. Al menos en Guatemala es así, sé que en muchos lugares de Latinoamérica la situación sea igual, dado a que la historia nos ha llevado casi por los mismos rumbos. 

Como la nueva generación de arquitectos que podemos ser, hagamos remembranza a los espacios diseñados realmente para el bienestar del hombre, creando ambientes saludables que inviten a ser recorridos, tal y como lo era en el caso de las ciudades a menor escala, como lo es la ciudad de Antigua Guatemala. Hagamos espacios que trasciendan e inviten, que brinden bienestar. 

Sé que ciudades como la mostrada en esta corta nota, hay muchas para nosotros los latinos, cada cual tiene su historia, su momento, su estilo, y su atmósfera única. Aprendamos a valorar e imitemos a esa generación de arquitectos que con su dedicación y esfuerzo nos proporcionaron obras que perduran hasta nuestros días. 

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Arq. Lucía Guzmán
Soy licenciada en Arquitectura de la Ciudad de Guatemala, amo mi país pero quiero conquistar al mundo. Amante de la arquitectura y el arte en general, me dedico a analizar sentimentalmente los espacios que me rodean, logrando captar a mis propios ojos los detalles que transmiten esos sentimientos que la gente sin saberlo respira.

Índice de imágenes

FOTOGRAFÍA 1: Calle del arco, donde se aprecia el arco del convento de Santa Catalina.
FOTOGRAFÍA 2: Ruinas de Iglesia El Carmen
FOTOGRAFÍA 3: Iglesia de la Merced
FOTOGRAFÍA 4: Iglesia San Francisco El Grande
FOTOGRAFÍA 5: calle de Antigua Guatemala, donde se puede apreciar una linternilla
FOTOGRAFÍA 6: Ventanales del edificio de la Cooperativa Española, ruinas de la iglesia de la Compañía de Jesús, donde funciona actualmente esta institución.

Derechos Reservados de las fotografías por Lucía Guzmán Castañeda
Arquitecta Lucía Guzmán Castañeda
SICORP S.A. Guatemala


3 comentarios:

  1. Aunque mi campo es la psicologia creo sinceramente que los monumentos historicos nos instruye a escuchar con los ojos. Y un monumento bien conservado es una maquina del tiempo exelente. Cuidemos y respetemos nuestro pasado y aqui si arquitectonicamente hablando una obra que trasciende en el tiempo posee un corazon rebelde ante los modernismos y contra toda logica entre mas vieja mas fuerte.

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  2. Felicidades Lucia tus fotografias como tu articulo esta increible, Anigua Guatemala es una ciudad increible y son impresionates las fotos y como lograste caprtar la escencia de tan lindo lugar, saludos y sigue adelante

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  3. Excelentes fotografías, la verdad disfrutar de la Antigua Guatemala en un día, es para disfrutarlo y conocer más acerca de la cultura que caracteriza al increíble pueblo de Guatemala.

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