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15 septiembre 2009

Población, ciudad y arquitectura sostentable



“Cuando patinamos sobre hielo quebradizo, nuestra seguridad depende de nuestra velocidad” Ralph W. Emerson – Citado por Zigmunt Bauman en “Vida líquida”
Columna publicada en Suplemento de Arquitectura del Cronista Comercial 11/10/2007

En el 2007 la humanidad batió un record: por primera vez desde que el hombre pisó la tierra la población urbana superó en cantidad a la rural. Recien ahora, los que vivimos rodeados de calles, tránsito y hormigón somos más que aquellos que lo hacen acompañados de verde y tierra.
El fenómeno no es menor y no tiene vuelta atrás, lo que significa que el actual porcentaje en que se reparte la gente que habita ciudades y aquella que lo hace en un entorno rural seguirá desbalanceándose con un incesante aumento de aquellos que lo hacen en la jungla de cemento en detrimento de los que residen en el campo.

El impacto que esta situación tendrá en la vida y la conformación de las ciudades no es menor. Cada vez más gente y sus cosas concentradas en menos territorio. Población urbana que tiene y tendrá que ganarse la vida con oficios en lugares cerrados de fábricas, oficinas o comercios; que no producirá en forma directa su propio alimento y el de su familia como lo hacían sus antecesores: los “homo ruralis”. El pastor con su ganado y el agricultor con su cosecha, se convierte en obrero, oficinista, comerciante, profesional. Compra sus alimentos y demanda espacios cubiertos para su actividad.

Así, al aglutinarse en un determinado ejido urbano lo más cerca posible de donde obtiene el dinero necesario para su sustento, se convierte en un contendiente por el espacio. Puja por el uso y la ocupación de la tierra. Tierra finita, no reproducible que no puede estirarse y si lo hace a manera de urbanizaciones de baja densidad hacia los suburbios, es a costa de depender del automóvil, de la infraestructura vial que colapsa más rápidamente y cuyo colapso se lleva de la mano también al buen humor del conductor y a su productividad.

Conviviremos en ciudades cada vez con más gente.
Gente que por otra parte tendrá cada vez más cosas: automóviles, artefactos, ropa, etc., ya que también por el mismo proceso de urbanización y los avances de la tecnología se hacen menos costosas producirlas. Cosas que también requieren de un espacio para su funcionamiento o guardado, generando también necesidades propias de lugar y sumándose a la puja por él.

El ideal de la ciudad Aristotélica no tiene cabida en este nuevo alineamiento global en el que la densidad parece imponerse, en donde se dá un nuevo juego de tensiones que nos hace cada vez más dependientes de la tecnología y de lo artificial para poder vivir con humanidad, provocando que consumamos también más energía para lograrlo, ya sea en forma de combustibles para traslados, o bien para el propio funcionamiento de la iluminación artificial, de máquinas y del acondicionamiento térmico de las edificaciones.

Frente a este nuevo escenario, una planificación urbana cada vez más eficiente y el uso de materiales y de tecnología en busca de materializar espacios que demanden menos energía son desafíos que tenemos que incorporar y poner en práctica.

Planificación dinámica y arquitectura sustentable se convierten así, en los caminos imprescindibles por los que se deberá transitar para darle cauce a la realidad vertiginosa de este siglo XXI que nos impone nuevas y cambiantes maneras de habitar.

Arq. José Rozados, director de Reporte Inmobiliario
joserozados@reporteinmobiliario.com

1 comentario:

  1. Hola ,somos estudio SEED un estudio de arquitectura en Barcelona enfocados en la arquitectura sustentable y parametrica, nos gustaría compartirles nuestro enlace www.seed.cat donde se encuentra nuestro canal de video y ultimas investigaciones
    Saludos!

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