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15 agosto 2009

Ecourbanismo Un marco para la Sostenibilidad Bach. Arq. Tania Arevalo Lazo II





En el numero anterior, del mes de Julio presentamos una introducción hacia una palabra muy debatible por su significado a través de los tiempos, como lo es la SOSTENIBILIDAD.

Cómo podemos hablar de “sostenibilidad” en cada proyecto que realizamos, pero en la gran mayoría de estos sólo queda en palabras.

El concepto de “desarrollo sostenible” nos da un nuevo marco básico de referencia para todas las actividades humanas. Éste mantiene la calidad general de vida, asegura un acceso continuado a los recursos naturales y evita la persistencia de daños ambientales.

Sin embargo, como les mencioné anteriormente, la palabra sostenible corre el peligro de convertirse en un cajón de sastre, de ser trivializada por políticos y creadores de opinión para fomentar que todo siga igual y utilizada para reclamar una corrección ecológica que en buena medida es falsa.

La definición de 1987 es ambigua: “El desarrollo sostenible satisface las necesidades de la generación actual sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras para satisfacer las suyas propias.

Pero, ¿Cómo se definen esas necesidades y quién las define? ¿Qué patrones hay que usar como referencia? ¿Los del mundo desarrollado o los del mundo en vía de desarrollo? ¿Qué es una necesidad real, y qué es lo que hace que una necesidad sea superflua? Y por último, ¿Cómo medimos todo eso?

Para abordar estos y otros temas afines, se introdujo la noción de un capital a transferir de generación en generación. Este capital tiene 3 componentes: el capital artificial (edificios e infraestructuras), el capital humano (ciencia, conocimientos, técnicas) y el capital natural (aire puro, agua pura, diversidad biológica, etc.)

Ahora podemos entender mejor el término, enfocándonos desde una perspectiva diferente y más ordenada. En este orden de ideas, el concepto de desarrollo sostenible se traduce en que cada generación debe vivir de los intereses derivados de la herencia recibida, y no del propio capital principal.

No obstante, este concepto también ha traído discordias y controversias. Hay quienes sostienen que, mientras se preserve el valor del capital global, uno de sus componentes (por ejemplo el capital natural), puede gastarse siempre y cuando se incremente otro componente (como el capital artificial) en la misma medida.

Este punto de vista recibe el nombre de SOSTENIBILIDAD DEBIL, y frecuentemente (y convenientemente) muchos políticos y hombres de negocios se adhieren a él.

Los defensores de la SOSTENIBILIDAD FUERTE, argumentan que el Capital Natural no debe malgastarse aún más, ya que obviamente las consecuencias serán irreversibles. Como podemos saber todos nosotros, ahí entran la deforestación, la extinción de especies y recursos naturales, etc. Y no podemos definir el gran impacto a largo plazo sobre la vida humana y la biodiversidad, pero si sabemos que será inmenso y estaremos seriamente afectados.

Esta ultima forma de ver el concepto de Sostenibilidad, es la optada por la mayoría de científicos y ecologistas, pero el debate sigue abierto.

Tomemos conciencia, tú de qué lado estás?

BIBLIOGRAFÍA: MIGUEL RUANO, ECOURBANISMO, Entornos Urbanos Sostenibles, Edición 2000, España

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